El cóleo requiere muy pocos cuidados, se multiplica con rapidez, y la combinación de una gran gama de colores y contrastes, en sus hojas aterciopeladas, lo convierte en un preciado objeto decorativo en cualquier rincón de la casa que tenga luz.
El Cóleo o cretona, es una planta de porte semiarbustivo, originaria del sudeste asiático. Muy vistosa y llamativa por sus espectaculares hojas, ordenadas en pares, aterciopeladas y de colores vibrantes y variegadas, es decir, con distintas tonalidades cromáticas, además destaca la facilidad a la hora de cuidarla. Puede alcanzar un metro de altura en exteriores, aunque en maceta no rebasa los 50 centímetros.
Dependiendo de la variedad, las hojas pueden presentar combinaciones de tonos verdes, rojos, rosas, amarillos y blancos, lo que le otorga un aspecto llamativo y exuberante.
Parece que cuando pensamos en una planta especial rebosante de color y belleza siempre nos imaginamos un ejemplar lleno de flores. El cóleo llega para demostrarnos que eso no tiene por qué ser así siempre: posee unas singulares y originales hojas dentadas de tacto aterciopelado que, además, hacen gala de un colorido sorprendente, desde el verde hasta el granate oscuro pasando por el rosa, el fucsia y el púrpura.
Por el contrario sus flores, que surgen en otoño e invierno, son pequeñas y azuladas y nada especiales.
El Cóleo es una planta ornamental valorada por su belleza, diversidad y facilidad de cultivo. Su versatilidad decorativa y su resistencia hacen que sea una opción popular en jardines y paisajes. Por sus características, se desarrolla mejor en el interior, protegido del sol y de las temperaturas extremas.
En zonas cálidas se puede cultivar como planta perenne de jardín, donde pueden crecer hasta parecer un pequeño arbusto con tallos gruesos y leñosos.
En nuestro país puede cultivarse al aire libre en primavera y verano (siempre que esté en semisombra), pero al llegar el otoño te agradecerá que lo traslades al interior, no aguanta las heladas.
Aunque, como ya he dicho, no es una planta difícil de cuidar el cóleo requiere unos cuidados básicos para crecer sano y fuerte, ya que es algo delicado en algunos aspectos. Mucha luz, nada de sol directo, vigilar las temperaturas extremas y prestar especial atención al riego y a la humedad ambiental son las claves a tener en cuenta.
El cóleo crece rápidamente hasta alcanzar el tamaño completo, potencialmente hasta 90 centímetros de altura, en una sola temporada.
Teniendo en cuenta que es una planta tropical, podríamos caer en el error de creer que necesita luz directa. Y nada más lejos de la realidad. El cóleo prefiere la luz brillante pero indirecta. Evitaremos la luz solar directa intensa, ya que puede quemar sus hojas.
La salud de la planta y el colorido de sus hojas dependen, en gran medida, de la cantidad de luminosidad que reciba. Tanto el exceso como el defecto de luz pueden afectar al desarrollo de nuestro cóleo. Si lo exponemos a sol directo, sus hojas se quemarán. Si está en un espacio poco luminoso, las hojas perderán color e intensidad; e, incluso, pueden llegar a caerse.
Como regla general podemos asegurar que el cóleo o cretona se desarrolla mejor con sol matutino filtrado y sombra por la tarde, especialmente en climas cálidos.
La ubicación del cóleo es, seguramente, el aspecto que más tengamos que cuidar a la hora de cultivar el cóleo, ya que es fundamental colocarlo en un emplazamiento adecuado para lograr que crezca sano y fuerte. Si buscamos una correcta ubicación, el resto de cuidados nos resultarán de lo más sencillos.
Hemos de tener en cuenta que nuestro cóleo es muy sensible a las corrientes de aire, ya procedan de una ventana o del aparato de aire acondicionado. También le afecta bastante el calor excesivo de los radiadores.
Pero ojo: porque tan perjudicial como el frío es el calor. Así que si decidimos colocar nuestra planta junto a la ventana, lugar ideal para ella, cuidado con el radiador. Los grados de más no le sentarán nada bien.
Así pues, como el cóleo es sensible a las temperaturas frías, deberemos de mantener la planta en un entorno cálido, con temperaturas entre 18°C y 27°C evitando exponerla a corrientes de aire frío o a cambios bruscos de temperatura.
Antes de proceder a su plantación, en el lugar definitivo, abonaremos el suelo con compost, humus de lombriz u otro material orgánico. El coleo prefiere suelos húmedos, ricos, sueltos y con buen drenaje. Cultivado en macetas requiere una tierra suelta, utiliza compost de buena calidad. No olvides que la maceta a utilizar debe de estar provista de orificios de drenaje.
Esta planta prospera en ambientes húmedos. Si el ambiente es seco, podemos aumentar la humedad colocando la maceta sobre un plato con piedras y agua, sin que la base de la maceta esté en contacto directo con el agua o mojando sus hojas con un pulverizador y agua.
El cóleo es una planta fácil de propagar, y puede hacerse de dos maneras diferentes: por semillas y por esquejes.
· Por semillas: Tendrás que sembrarlas a finales del invierno en un sustrato que lleve mezcla de turba y perlita. Esta última se añade para mejorar el drenaje y prevenir encharcamientos. Una vez plantadas las semillas (y regadas abundantemente) germinarán en unos 15 días aproximadamente.
· Por esquejes: Corta los esquejes de la planta cuando midan entre 8 y 10 cm y colócalos en un sustrato de turba y arena a partes iguales. Puedes comenzar a propagar el cóleo de esta manera desde febrero, teniendo en cuenta que tardarán unas dos semanas en enraizar.
El punto débil del Cóleo es el exceso de agua combinado con temperaturas altas que hace que la planta se vea forzada a crecer cuando debería estar en reposo, lo que provoca un crecimiento ahilado, es decir, débil y poco compacto.
Como ya hemos dicho anteriormente, el cóleo es una planta tropical lo que nos lleva a creer que la demanda de agua será abundante, cosa que no es así: tan solo necesita tener el sustrato siempre ligeramente húmedo. Para lograrlo deberemos ir ajustando la pauta de riego en función de la época del año: disminuirla en invierno y aumentarla en verano, cuando el calor aprieta.
Mucho cuidado con encharcar nuestro cóleo. De hacerlo, es probable que se pudran las raíces. Por eso y además de escoger un sustrato que favorezca la evacuación de agua y rico en materia orgánica, es fundamental elegir correctamente entre los distintos tipos de macetas. La ideal para el cóleo: es una de barro.
Entre octubre y enero disminuiremos el riego para que la planta repose. Le conviene pasar esa época en una estancia algo más fresca.
Los períodos prolongados de sequía ralentizan el crecimiento de la planta y las hojas pueden llegar a ponerse marrones en los bordes.
Al ser una planta de crecimiento muy rápido, es necesario que le proporcionemos una ayuda en algunos momentos determinados. ¿Cómo? En forma de abono líquido que añadiremos al agua de riego o añadiendo a la tierra un abono equilibrado de liberación lenta. Este abono líquido lo añadiremos cada 30 días durante los meses de primavera y verano.
Recuerda que las plantas cultivadas en maceta, generalmente, necesitan más abonado que las plantas de jardín ya que el riego frecuente elimina los nutrientes de la tierra del recipiente.
Para controlar el tamaño y la forma de la planta deberemos realizar podas regulares. Además, la poda puede fomentar un crecimiento más compacto y estimular la producción de nuevas ramas.
Podar facilita darle ese porte frondoso tan llamativo del cóleo. Lo ideal es pinzar aquellas hojas que veamos espigadas y que tengan al menos entre 15 y 20 centímetros. Corta por debajo de los botones florales si quieres que la planta utilice su energía en producir nuevas hojas y no en las flores y las semillas.
Las plantas que no se podan tienden a crecer largas y espigadas, perdiendo su forma y follaje denso. Las plantas que se estiran pueden necesitar más sol. Esto suele suceder a menudo con las plantas de interior durante el invierno.
Aunque cultivemos plantas en interior, hemos de saber que eso no exime que sufran ataques de plagas. Sin embargo, no hay que perder de vista un detalle: en muchas ocasiones, la mejor manera de eliminar las plagas del jardín o del interior de casa pasa por prevenir su aparición. Algo que, en muchas ocasiones, está en nuestra mano.
No hay más que saber que tres de los enemigos naturales del cóleo, pulgones, ácaros y cochinilla, aparecen cuando el ambiente es demasiado seco. Si detectamos su presencia en nuestra planta, tendremos que atajarla lo antes posible con un insecticida efectivo.
Como ya he dicho anteriormente las dos formas de reproducir el cóleo son por semillas y por esquejes, pero veamos con más profundidad la forma de reproducirlo por Esquejes:
El cultivo del cóleo por esqueje se puede iniciar cuando las temperaturas superen los 18 ºC, por lo tanto, a partir del inicio de la primavera. Podemos aprovechar los restos de podas o despuntes para obtener los esquejes.
· Corta los tallos: Corta los tallos rectos de unos 8 a 10 cm de longitud, un par de nudos o puntas de hoja. Es aconsejable coger los tallos por donde las hojas sean más coloridas. Si el cóleo es viejo, elige los tallos jóvenes para los esquejes, el enraizamiento será más sencillo.
· Corta las hojas del esqueje: El corte basal será a unos 2 cm del nudo inferior. Retira las hojas del esqueje situadas en la parte más baja del tallo. Corta el peciolo lo más cerca posible del tallo y deja solo 2 o 3 hojas en la parte superior de tallo. De este modo, se limitará la evaporación y se facilitará el enraizamiento al limitar la producción de savia.
· Coloca el esqueje en agua: Comprueba que el corte del tallo sea limpio. Si es preciso, vuelva a cortarlo limpiamente un poco por encima. Coloca el esqueje de cóleo en un vaso de agua (deben quedar sumergidas las 3/4 partes del esqueje) y, en un par de semanas, verás cómo aparecen nuevas raíces.
· Planta el esqueje en el suelo o maceta: Una vez que el esqueje haya echado suficientes raíces, será momento de trasplantarlo al suelo. Utiliza la siguiente mezcla: un tercio de tierra para jardín, un tercio de compost de hojas y un tercio de arena. Colócalo en el suelo o maceta y compáctalo. Planta el tallo en el centro de la maceta y riégalo con cuidado.
En definitiva, el cóleo o cretona es una planta versátil y colorida que aporta un toque vibrante a nuestra terraza, jardín o espacio interior. Con sus hojas llamativas y su fácil cuidado, es una elección excelente para principiantes y aficionados a la jardinería. Siguiendo los consejos de cuidado, manteniendo un buen control de plagas y enfermedades y utilizando los métodos de reproducción adecuados, podrás disfrutar de la belleza y el encanto del coleo durante muchos años.
Frase del día:
“ Competir en deporte me ha enseñado que si no estás dispuesto a dar el 120% alguien sí lo estará. ”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar