El estrés hídrico es una condición en la que las plantas experimentan una escasez de agua disponible en el suelo, lo que afecta negativamente su crecimiento, desarrollo y rendimiento.
Con la ola de calor que estamos pasando actualmente y debido a las temperaturas, inusualmente altas, unido a las escasas precipitaciones de los últimos meses la mayoría de los cultivos, especialmente en la vertiente mediterránea, están atravesando por situaciones de estrés hídrico debido a una mayor transpiración y una menor disponibilidad del agua potencialmente absorbible a pesar de su capacidad de adaptación o de los riegos realizados, pudiendo afectar gravemente a su desarrollo.
Todos conocemos que el agua supone entre el 80-95% del peso total de las plantas y que es esencial para su desarrollo, fundamentalmente por ser el medio en el que se producen la mayoría de los procesos bioquímicos que se dan en las células, tales como la fotosíntesis.
Lo creamos o no, este padecimiento tiene un nombre y se conoce como estrés hídrico, que definitivamente se manifiesta con hojas secas, falta de hidratación y en el peor de los casos, plantas muertas.
El estrés hídrico en las plantas ocurre cuando hay una falta o exceso de agua disponible en el suelo, lo que afecta negativamente su crecimiento y desarrollo. Este fenómeno puede deberse a diversos factores, incluyendo la disponibilidad de agua en el suelo, la temperatura ambiental, la humedad relativa y la capacidad de la planta para absorber y retener agua.
Esta condición puede tener un impacto negativo en el crecimiento, desarrollo y supervivencia de las plantas, debido a que, como ya he dicho, del agua dependen un montón de funciones vitales para las plantas, como la fotosíntesis, la absorción de nutrientes y el transporte de agua y sustancias orgánicas a través del sistema vascular.
Un aspecto importante a tener en cuenta para enfrentar el estrés hídrico es la estructura del suelo, ya que esta propiedad condiciona la porosidad y esta, a su vez, la aireación y la dinámica del agua, por lo que influye de forma importante en el agua útil, la pérdida de agua y nutrientes, en la velocidad de infiltración y en la capacidad de retención de agua.
Las causas y los efectos del estrés hídrico en las plantas pueden ser muy diversos, entre los que podemos destacar:
Causas del estrés hídrico:
· Falta de agua (sequía): Cuando el suelo no recibe suficiente agua a través de la lluvia o el riego, las plantas pueden experimentar sequía y estrés hídrico.
· Exceso de agua (inundación): El encharcamiento del suelo puede impedir que las raíces de las plantas respiren adecuadamente y absorban nutrientes, lo que lleva a un estrés hídrico debido al exceso de agua.
· Clima extremo: Las altas temperaturas y la baja humedad relativa pueden aumentar la tasa de evaporación del agua en las hojas, lo que puede provocar una rápida pérdida de agua y estrés hídrico en las plantas, especialmente si el suministro de agua del suelo es limitado.
· Salinidad del suelo: Los suelos con altos niveles de sal pueden interferir con la capacidad de las plantas para absorber agua, lo que resulta en estrés hídrico.
Efectos del estrés hídrico en las plantas:
A comienzos del estrés las hojas pierden turgencia y presentan una apariencia flácida.
· Marchitez: Las plantas sometidas a estrés hídrico pueden mostrar signos de marchitez, donde las hojas y tallos se vuelven flácidos y pierden rigidez debido a la pérdida de agua.
· Detención del crecimiento: El
estrés hídrico puede inhibir el crecimiento de las plantas, lo que resulta en
un desarrollo más lento y una reducción de los rendimientos de los cultivos
pudiendo afectar a la calidad de los productos.
· Disminución de la fotosíntesis: La falta de agua puede afectar la capacidad de las plantas para llevar a cabo la fotosíntesis, lo que reduce la producción de carbohidratos y nutrientes esenciales.
· Respuestas fisiológicas de las plantas: Las plantas implementan una serie de respuestas fisiológicas para mitigar los efectos del estrés hídrico, como cierre estomático, acumulación de solutos osmoprotectores y cambios en la morfología de las raíces.
· Tecnologías para la gestión del estrés
hídrico: Se están desarrollando diversas tecnologías y prácticas
de gestión del agua para ayudar a las plantas a sobrellevar el estrés hídrico,
como el riego por goteo, la selección de variedades tolerantes a la sequía y el
manejo eficiente del agua en la agricultura.
· Daño estructural: En casos extremos, el estrés hídrico puede causar daños permanentes en los tejidos de las plantas, lo que puede afectar su supervivencia a largo plazo.
Para ayudar a mitigar el estrés hídrico en las plantas, es de vital importancia proporcionar un riego adecuado y mantener un suelo saludable y bien drenado. También se pueden emplear prácticas de conservación del agua, como el acolchado del suelo y la elección de plantas tolerantes a la sequía.
· Riego adecuado: Deberemos de proporcionar un riego regular y adecuado a las plantas, especialmente durante periodos secos o calurosos. Nos aseguraremos de que el agua llegue a las raíces y no se evapore rápidamente. Es preferible un riego profundo y menos frecuente en lugar de riegos superficiales y frecuentes, ya que esto promueve el crecimiento de raíces más profundas y resistentes al estrés hídrico.
· Aplicación de material orgánico: Aplicaremos una capa de material orgánico, como paja o astillas de madera, alrededor de las plantas. Esto se conoce con el nombre de mulching y ayuda a retener la humedad en el suelo, reduce la evaporación y protege las raíces de las fluctuaciones de temperatura.
· Mejora del suelo:
Añadiremos materia orgánica al suelo para mejorar su capacidad de retención del
agua. La materia orgánica, como el compost, ayuda a retener la humedad y a
mejorar la estructura del suelo, lo que facilita la absorción y retención de
agua por parte de las raíces de las plantas.
El cambio climático puede aumentar la frecuencia e intensidad de los eventos de sequía, lo que destaca la importancia de desarrollar estrategias efectivas para mitigar los impactos del estrés hídrico en la agricultura y la seguridad alimentaria.
En
conclusión, el estrés hídrico es un desafío significativo para la agricultura y
el medio ambiente, pero con enfoques adecuados de gestión y adaptación, es
posible reducir sus efectos negativos y promover la resiliencia de los sistemas
agrícolas frente a condiciones de sequía.
Frase del día:
“ No puedo enseñar nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar. Sócrates ( 470 a.c. – 399 a.c. ) Filósofo griego.”
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