lunes, 18 de noviembre de 2019

El Pulgón en el Huerto

Tal vez estés pensando que los pulgones son exactamente la misma alimaña que las pulgas, pero te has equivocado. Las pulgas y pulgones no tienen relación alguna, pues su apariencia y su modo de vida son totalmente distintos.
  
Debemos tener en cuenta que los pulgones, en sí, no son malos y que forman parte de la biodiversidad de nuestro huerto o jardín. El problema viene cuando se rompe el equilibrio y la población de pulgones es tan abundante que no puede ser controlada por sus predadores naturales provocando daños irreversibles sobre nuestras plantaciones.
  
Las temperaturas cálidas y el ambiente seco favorecen su desarrollo por lo que solemos encontrarlos principalmente en primavera y verano.
  
Los monocultivos, el exceso de abono nitrogenado, el riego inadecuado o la plantación fuera de temporada son circunstancias que pueden generar plantas débiles y por lo tanto más propensas a sucumbir a las plagas y enfermedades.
 
 
Estos “animalillos”, mejor catalogados como parásitos, pertenecen al orden Hemíptera y comprenden cerca de 4.000 especies diferentes.
  
Respecto a sus características, los pulgones tienen tamaño pequeño, forma de pera y pueden variar en color, ya sea negro, amarillo o verde.
  
Algunos de ellos pueden tener manchas sobre su cuerpo, que se divide en tres partes distintas: cabeza, tórax y abdomen.
  
Sobre la cabeza de estos animalillos hay un par de antenas delgadas y segmentadas, incluso, algunos poseen una especie de ala transparente.
  
Durante el invierno, estos bichos se reproducen sexualmente, poniendo huevos que no nacen hasta entrada la primavera.
  
Cuando llega esta época, las hembras pueden reproducirse de manera asexual, es decir, sin la necesidad de un apareamiento.
  
Una vez que llegan a la edad adulta, estos bichillos se transforman en hembras aladas y van en busca de nuevos cultivos para alimentarse, colonizándolos y llenándolos de más pulgones hembra no alados.
  
Al llegar el otoño, se reproducen nuevamente, naciendo hembras y machos alados que continúan apareándose y produciendo más huevecillos.
  
Los huevos permanecen en hibernación y, al llegar la próxima primavera, el ciclo comienza de nuevo.
  
En cuanto a su alimentación, viven del néctar de las plantas que succionan con ayuda de su fuerte pico.
  
Pueden adaptarse y proliferar en casi cualquier ambiente, siempre que tengan plantas y cultivos de los que alimentarse.
  
Hay muchos remedios caseros para eliminar el pulgón, con distintos grados de eficacia.
 
Estoy convencido que la efectividad de cada remedio depende del alcance de la plaga, si estamos en los primeros estadios será más fácil de controlar y eliminar, pero si la plaga ha avanzado demasiado, lo mejor es utilizar insecticidas específicos…
  
Ahora que ya conocemos algo más sobre los pulgones, y que sabemos que no son muy recomendables para nuestro huerto, veamos algunas maneras de deshacernos de ellos y tener nuestras plantas exuberantes y sanas:
  
Hay una solución natural para eliminar el pulgón tan simple que no lo podrás creer: se trata de usar ajos. El ajo es uno de los mejores insecticidas naturales para las plantas y también tiene grandes propiedades antimicóticas o anti fúngicas y antibacterianas. De este modo, usar ajo para las plantas te servirá para prevenir y combatir diversas plagas, como los pulgones, los hongos de diversos tipos e incluso las infecciones por bacterias.
  
1.- Infusión de ajo
       1 litro de agua.
      4 o 5 dientes de ajo. 
  
Preparación y aplicación:
  • Corta los dientes de ajo en trozos muy pequeños y machácalos, un poco, en el mortero.
  • Pon el agua en una olla y añade el ajo.
  • Pasado este tiempo, destapa la olla y ponla al fuego, este ha de ser lento, y que hierva durante 20 minutos.
  • Después, retira la olla del fuego, deja que se enfríe y cuela la infusión para quedarte solo con el líquido.
  • Deposita este líquido en un pulverizador.
  • Una vez este frío, ya puedes usar la infusión de ajo para eliminar el pulgón de tus plantas. Solo tienes que pulverizar toda la parte afectada con más cantidad de líquido y en el resto de la planta pulverizar solo un poco, para así evitar que los insectos cambien de ubicación.
Procederemos a rociarlo en nuestras plantas por un período de 3 o 4 días seguidos, no conviene usarlo más días seguidos en ciertas plantas si son sensibles. Es aconsejable, como siempre decimos, usarlo a primera o última hora del día, con el fin de no quemar las hojas de nuestras plantas por la acción del sol.
  
A este preparado se le puede añadir, además de los ajos, 2 cebollas medianas y 3 guindillas, machacaremos todo en un mortero y efectuaremos el mismo proceso que el indicado anteriormente.
  
Lo mejor de este pesticida es que no solo te ayudará a combatir esta plaga, sino que sirve para poder eliminar una gran cantidad de bacterias, ácaros… que pueden acudir a tu huerto. Algunas plagas que podrás controlar gracias a este pesticida son: 
  
Pulgones, Mosca Blanca, Hormigas, Orugas, araña roja, mildiu, oídio....
  
Pero existen muchos más preparados caseros que nos pueden ayudar a aminorar la existencia de estas plagas en nuestro huerto. Veamos alguno de ellos:
  
2.- Eliminar el pulgón con vinagre 
  
Debido al olor y al ácido acético que tiene el vinagre es un buen remedio casero contra el pulgón. Actúa como repelente muy efectivo, por lo que se usa principalmente como prevención para que no lleguen a aparecer los pulgones, pero usándolo durante varios días seguidos, una vez al día, también sirve para lograr que se acaben yendo de la planta en la que están, sin llegar a matarlos.
  
Para preparar este tratamiento ecológico contra el pulgón, solo necesitaremos vinagre de vino y agua. La proporción de cada elemento será de 1 a 10, es decir 1 parte vinagre por 10 de agua. Procederemos a esparcir la mezcla por toda la planta, y no únicamente en las partes donde apreciemos pulgón.
 
 
3.- Ortigas contra el pulgón de las plantas 
  
Ya sabemos que el aroma y las sustancias que desprenden estas plantas, son ideales para eliminar el pulgón de forma natural. El procedimiento para la elaboración de este preparado es muy sencillo, veámoslo.
  • Recolecta un buen manojo de ortigas, no olvides protegerte para evitar la urticaria.
  • La cantidad de agua, de lluvia o reposada, dependerá de la cantidad que necesites usar, pero para un manojo de ortigas se recomienda entre 1,5 y 2 litros de agua. (100 gramos de ortigas por cada litro de agua)
  • Deposita las ortigas dentro de un recipiente, lo suficientemente grande para que quepa el preparado, y añade el agua de modo que las cubra por completo. Remueve todo y deja las ortigas bien sumergidas.
  • Tapa el recipiente y colócalo en un lugar apartado y fresco. (Es indispensable que consideres que, debido a la fermentación que se producirá, durante los próximos días, el compuesto desprenderá un aroma muy fuerte y desagradable)
  • Deja fermentar el purín de ortigas durante unos 10 días aproximadamente. Deberemos remover el preparado cada 3 días.
  • El preparado estará listo para colarlo cuando desaparezcan las burbujas formándose una película muy fina sobre el agua.
  • Cuela el preparado y deposítalo en una botella o garrafa. Si no dispones de colador puedes utilizar cualquier trapo viejo que permita separar los sólidos de los líquidos.
  • Almacena las botellas o garrafas del preparado, bien cerradas y en un lugar oscuro y fresco para así prolongar la vida útil del mismo.
  • Y eso es todo, el purín estará listo para ser utilizado. Es recomendable utilizarlo lo más pronto posible, para así aprovechar todas sus propiedades, aunque si lo almacenamos en las condiciones indicadas anteriormente se pude almacenar durante 2 meses aproximadamente.

No olvidemos que esto es un concentrado, que dependerá de los días que haya estado en maceración, por lo que deberemos de diluirlo en agua, la proporción de la mezcla a aplicar será de 1 a 5, es decir, 1 parte del preparado por 5 de agua, y lo aplicaremos durante 3 días consecutivos para el tratamiento y 1 vez cada 15 días para la prevención. Si ha estado más tiempo macerando la proporción de dilución aumentará.
  
 
4.- Jabón, un buen remedio contra el pulgón 
  
El jabón de lavar los platos a mano es muy efectivo contra casi todas las plagas, pero hay que saber usarlo para no dañar las plantas. 
  
Por ejemplo, usar Fairy para el pulgón, o cualquier otra marca de jabón lavaplatos, es muy efectivo contra el pulgón y la mosca blanca y, de hecho, es una de las pocas opciones que logran deshacerse de la cochinilla algodonosa, una de las plagas más persistentes que hay.
  
 Asimismo, también puedes usar jabón potásico o jabón de potasa contra el pulgón.
  • Consiste en mezclar agua con un poco de jabón lavaplatos del que usamos para lavarlos a mano, no del de máquina. Rocía tus plantas con esta mezcla y verás cómo, gracias al jabón, el pulgón se separará fácilmente de la superficie, dejando tu huerto, jardín y macetas libres de esta molesta plaga. Hay quien añade a este preparado alcohol, la proporción será de 2 cucharadas de jabón y 2 de alcohol por cada litro de agua.
  
5.- Aceite blanco.
   
Lo que pretendemos con el aceite blanco, es asfixiar al pulgón, también es útil para el tratamiento de la mosca blanca y la cochinilla.
  
Necesitamos realizar una mezcla de aceite vegetal, que puede ser de oliva o girasol con jabón líquido neutro, con una proporción de 1 a 4.
  
Una parte de jabón, por cuatro de aceite. Se mezcla bien en una botella, hasta que la mezcla se vuelve blanca (aceite blanco).
  
Para utilizarlo se diluye, 10 miligramos por cada litro de agua. Lo debes conservar en un lugar alejado de la luz, seco y fresco, te va a durar tres meses sin estropearse, para todo el verano.
  
Pulveriza a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, para evitar que el rosal sufra quemaduras.
  
Nota Importante: ¡¡¡Elimina las hormigas.!!!
Las hormigas transportan a los pulgones de una planta a otra para que produzcan más melaza de la cual se alimentan, incluso algunas hormigas se los llevan hasta las raíces. Ahí no podemos hacer nada para combatir los pulgones, por lo que erradicar las hormigas sería el mejor método. Pincha aquí para conocer algún método.
Frase del día:
Lo que te hace rico no es cuánto dinero tienes en tu cuenta bancaria, sino cuanta alegría y paz tienes en tu corazón.

 

jueves, 7 de noviembre de 2019

El árbol del Granado

El refranero español ya ensalza las virtudes de tan fabuloso fruto otoñal:
“Granada madura, tentación segura”
Aunque no en exceso, desde siempre me ha gustado la fruta del granado. Esa fruta típica de otoño con un gran poder antioxidante, que es baja en calorías y que, además, ayuda a controlar la presión arterial.
  
El granado es un árbol frutal conocido bajo el nombre científico de Púnica Granatum cuyo fruto se llama granada. De hecho, el término “granatum” viene a significar algo así como “que tiene granos”, que es justamente lo que sucede con la granada. El granado es procedente del norte de África y de Asia occidental, siendo los árabes los que la introdujeron en España y desde aquí se exportó a Suramérica.
 
Los granados son unos árboles frutales caducifolios de hojas verdes, pueden llegar a alcanzar los 6 metros de altura, de copa irregular y de tronco retorcido, su madera es muy dura y la corteza es grisácea, aunque en su versión llamada “nana” miden unos 40 centímetros. 
  
Su fruto es la granada un manjar exquisito, de sabor refrescante ya que contiene una gran cantidad de agua (80% de la granada es agua), que te valdrá no solo para degustar como fruta sino que es fantástico para utilizar como complemento en diversos platos y conseguir así un sabor muy original.
  
Cada parte del granado tiene unas características muy importantes que afectan al cuidado de la planta:
  • Raíces: son nudosas y de color rojizo.
  • Hojas: son de un color verde brillante.
  • Flores: son grandes y de color rojo muy lustroso.
  • Fruto: es una baya de color rojo brillante, compuesta de pequeñas partes globulares en el interior.
 
La época más idónea del año para la plantación del granado, es antes de la primavera, entre febrero y marzo. Únicamente deberemos de seguir unos sencillos pasos para una correcta plantación del Granado.
  
La primera labor a realizar será la aireación de la tierra donde vamos a plantarlo, el suelo ha de ser húmedo y de fácil drenaje. A continuación, aportaremos materia orgánica. En cuanto al terreno, el granado no es muy exigente, aunque se desarrolla mejor en suelos profundos y frescos. Los terrenos alcalinos y permeables, son ideales para su crecimiento.
 
 
Si vamos a efectuar una plantación de más de una unidad, el espacio de plantación entre árboles debe ser de unos 4 metros, aproximadamente y de 5 metros entre filas.
  
Una vez elegido y aclimatado el terreno, efectuaremos  un hoyo de 50x50 y unos 40 centímetros de hondo, e introduce en él, el injerto o esqueje, podando ligeramente la parte superior.
  
El clima más idóneo para su desarrollo es el tropical o semidesértico, dándose los mejores frutos en temperaturas elevadas. Por este motivo, necesita un suelo que retenga la humedad, aunque, a pesar de que necesita riego abundante, aguanta perfectamente los períodos de sequía.
  
El granado es sensible a las heladas, por este motivo crece mejor en climas templados.
  
El granado tampoco es muy exigente en cuanto a la fertilización. El momento de la caída de la hoja, es clave para comenzar con los abonos fosfáticos y potásicos.
 
 
Durante la primavera aplicaremos un abono orgánico que se descomponga lentamente para que pueda aprovechar bien todos sus nutrientes. Cuando llegue la floración añadiremos un poco de abono líquido al agua de riego para que la brotación se produzca con mucha más fuerza y sea de mejor calidad.
  
Durante el primer año de vida del granado procederemos a regarlo una vez por semana. Aunque soporta muy bien las sequías, cuando sea adulto, será suficiente con regarlo, durante el verano, cada 15 días, durante el resto del año será suficiente con proporcionarle algún riego esporádico. Si observamos que todavía mantiene la humedad del riego anterior, suspenderemos este riego.
  
Así mismo suspenderemos el riego en el momento en que aparezcan los primeros frutos, en este punto, continuar con los riegos puede producir el agrietamiento de los mismos. Un aporte de calcio le vendría muy bien, así evitaremos que las frutas se agrieten.
  
Si efectuamos el riego por goteo, emisores de 4 L/h, en torno a 4, son suficientes para garantizar las necesidades óptimas en el cultivo del granado.
  
Las flores aparecen de mayo a agosto, son bisexuales o hermafroditas y auto fértiles por lo que no es necesario tener más de un ejemplar, si el lugar no lo permite. Durante su época de floración necesita recibir mucha luz natural, es una flor solitaria, de 3 a 4 centímetros, grandes y vistosas, de color rojizo que posee entre 6 y 8 pétalos.
  
 
El fruto, de 7 a 12 cm de diámetro, es de forma redondeada y hexagonal, se caracteriza por poseer una cáscara fuerte que sirve para proteger los granos rojos del interior (semillas). La parte comestible son las semillas y su cubierta que las rodea. Maduran en otoño, de septiembre a noviembre, en el hemisferio norte.
  
Respetar los tiempos es fundamental. Una granada que se recoja verde, tenderá a arrugarse, y será de muy mala calidad. Si se pasa de maduración se abrirá, afectando su aspecto y sabor.
  
El fruto del granado simboliza poder, ya que cuando se abre tiene forma de corona. Por eso los egipcios eran enterrados con granadas y figuran en las representaciones hebreas de sus reyes.
  
Se reproducen por esqueje leñoso (estaca) plantado a finales del invierno. También por acodo, injerto, semilla y retoño basal.
  
La mejor época para la realización de la poda es entre diciembre y febrero para favorecer el flujo de aire en la zona interior, es vital eliminar ramas enfermas o muertas para lograr el rejuvenecimiento de la planta. Solo se puede hacer la poda si el árbol está sano, así que si está afectado por alguna plaga o enfermedad hay que sanearlo antes de proceder a su poda.
  
Existen varios tipos de poda imprescindibles para la correcta evolución del granado:
  • Poda de formación: es la poda que define la forma del árbol. Se realiza para el buen desarrollo de las ramas y los frutos, lo ideal es guiar el árbol para que forme únicamente 3 ramas principales.
  • Poda de fructificación: este tipo de poda, evita que las ramas se crucen y se enreden. Podaremos, en invierno, sobre 1/3 del tamaño de las ramas que se formen en la campaña.
  • Poda de rejuvenecimiento: realiza esta poda solo cuando observes una producción baja en el árbol.
  • Poda de brotes: elimina los pequeños brotes que aparecen en su tronco, evitando que crezcan, ya que no producen, pero merman la savia a las ramas que producen los frutos. 
Un proceso que no puede faltar es el aclareo, consiste básicamente en desprender los frutos que hayan sido dañados por el sol. Con este método se busca también controlar las dimensiones del granado. Un árbol con muchas granadas dará frutos de pequeño tamaño. Se sugiere dejar una o dos granadas por pomo. El mejor momento para efectuar el aclareo es en julio. Se puede efectuar dos veces, con un intervalo de tiempo de 20 días.
  
Plagas y enfermedades: las plagas más comunes son los pulgones, la araña roja, la cochinilla de la tizne y la barrena, sin olvidarnos de la mosca de la fruta, mientras que puede verse afectado por enfermedades como la clorosis o la podredumbre del fruto, algo que sucede si tiene falta de hierro.
 
 
Diversos estudios han destacado que la granada tiene multitud de propiedades saludables. Como ya hemos dicho anteriormente, la granada es rica en poli fenoles, reduce los niveles de colesterol, tiene un gran poder antioxidante que ralentiza el proceso de envejecimiento, es una fruta baja en calorías y resulta ideal para las dietas depurativas y adelgazantes, destacando también por su contenido en fibra.
 
Frase del día:
La sonrisa es una de las mejores maneras de resolver muchos problemas y el silencio es la manera de evitarlos.”
 

sábado, 2 de noviembre de 2019

Plagas, Caracoles y Babosas

Las babosas y los caracoles son una plaga del huerto o jardín que se alimentan de plántulas, prefiriendo los tallos nuevos, bulbos y raíces durante la noche. 
  
Ambas especies se caracterizan por tener un cuerpo blando y de un rango de color que va del gris al negro. La principal diferencia salta a la vista y es la cocha que tienen los caracoles.
  
Aunque las babosas y los caracoles son terribles plagas de nuestro huerto y jardín, no son insectos. Son gasterópodos, la clase más extensa de los moluscos, parientes de ostras, almejas y otros mariscos.
  

Cuando se meten en su coraza lanzan un tipo de mucus que cubre la entrada. A esta membrana una vez solidificada se le conoce como opérculo. En este estado pasan su período de hibernación que suele estar entre los meses de octubre a abril. No obstante los caracoles pueden permanecer dormidos en su caparazón hasta cuatro años
  
La baba del caracol actúa como un termostato ayudando a regular la temperatura de sus cuerpos. Además esta baba no solo es vital para la reproducción, sino que también es necesaria para el movimiento, la defensa y la retención de agua.
  
Estos gasterópodos son hermafroditas (tienen órganos reproductivos masculinos y femeninos). Un caracol de huerto adulto pone un promedio de 430 huevos por año, depositando grandes masas de huevos cada seis semanas aproximadamente.
  
Para la erradicación de caracoles y babosas seguiremos unas pautas ya que estos no desaparecerán de un día para otro. A saber:
  
Nos desharemos de todos los elementos que haya en nuestro huerto que las atraiga. Ya sabemos que les atrae los ambientes fríos, húmedos y oscuros, por lo que trataremos de retirar de nuestro huerto todos aquellos elementos que puedan producir sombra y humedad, maderas restos de plástico (bolsas), tejas, etc.
 
A los caracoles y las babosas les encanta la cerveza. ¿A quién no?…
  
Puedes aprovechar su deseo por la cerveza para atraparlos. Haz lo siguiente:
  •  Excava un pequeño agujero en el huerto donde quepa un vaso, o la parte inferior de una botella de agua grande. 
  • Llena la mitad del recipiente con cerveza y colócalo por la noche en el huerto.
  • Nos aseguraremos de que el recipiente esté a nivel del suelo, de lo contrario no podrán entrar.
La cerveza en sí no es venenosa para los caracoles o babosas, pero atraídos por el olor que desprenden las levaduras y el alcohol de la cerveza, caerán en el vaso y morirán en una piscina de cerveza. Si no quieres utilizar la cerveza, como reclamo, utiliza agua e introduce cascaras de naranja, producirá el mismo efecto.
  
Esto no acabará con todas tus babosas y caracoles, pero si haces varias trampas veras como las babosas y los caracoles disminuyen drásticamente de tu huerto.
  
Uno de los remedios caseros contra los caracoles y las babosas más usados es el de los posos de café en el jardín o el huerto. Los restos o posos del café molido son muy efectivos como barrera contra babosas o limacos, caracoles y gusanos, pues dificulta su paso por esa zona y además la composición es fuerte para ellos, pudiendo llegar a ser tóxica, y los repele enseguida.
   
 
Coloca una capa fina de café molido o de sus posos tras usarlo en la zona que quieras proteger. No tengas miedo a echarlo muy cerca de las plantas, pues el café es muy bueno para la tierra y ayuda a mejorar su composición ayudando a que tenga más nitrógeno. 
  
Tanto los posos del café como las cascaras de huevo, a mi entender, son los métodos menos efectivos para luchar contra esta plaga.
  
Así como ocurre con los pulgones, otra común plaga de jardín, los caracoles y las babosas no soportan el olor a ajo, por lo que una infusión realizada con este ingrediente resultará muy efectiva para luchar contra ellos. 
  
Añade a un litro de agua hirviendo cuatro dientes de ajo grandes, deja hervir por 5 minutos y luego retíralo del fuego. Espera a que se enfríe, coloca la infusión en un pulverizador y aplícala en la tierra de las plantas que deseas proteger. Verás que estos animales se mantendrán alejados de la zona. 
  
De todos es sabido que la sal deshidrata a las babosas y caracoles, tanto la sal gorda como los trozos de cáscaras de huevo o las cenizas de la madera, son muy efectivos para combatir las babosas y los caracoles en el jardín o en el huerto. Sencillamente forma un perímetro alrededor de tus plantas, esto hará que las babosas se deshidraten al poco tiempo de pasar por la sal. Deberemos de tener en cuenta que la sal no es  muy beneficiosa para nuestras plantas, por lo que la usaremos con moderación.
   
 
Otra forma de actuar contra los caracoles y babosas es el Fosfato de hierro, este compuesto se encuentra naturalmente en el suelo y se puede comprar en pellets. La mayoría de los cebos contra babosas están en forma de gránulos o pellets. Cuando comen el cebo, las babosas dejan de metabolizar el calcio lo que provoca la falta de apetito y a causa de no comer, a los pocos días mueren.
  
Deberemos de tener en cuenta una serie de consejos  para prevenir las plagas de babosas y caracoles en tu terreno:
  
  • Usa los remedios anteriores no solo como tratamiento de plagas, sino como método de prevención.
  • Riega por las mañanas, excepto cuando haga mucho sol pues se pueden quemar las plantas.
  • Cava con frecuencia el suelo para eliminar los huevos de los moluscos.
  • Planta especies vegetales que no atraigan a estos animales, como romero, la lavanda, mostaza, la capuchina, la begonia, geranios o la salvia.
  • Puedes usar granulado de aceites esenciales para colocar en la tierra alrededor de las plantas como barrera, su fuerte aroma repelerá a los moluscos.
 
Frase del día:
No prometas estando feliz, no respondas estando enojado, no decidas estando dolido, no actúes si no estás convencido.”