viernes, 14 de marzo de 2025

El sabor en las mandarinas

Puede llegar a ser muy frustrante cuando esperamos ansiosos los frutos de nuestro mandarino y estos no terminan siendo como esperábamos. Pero cuando estos tienen cáscara gruesa, poca pulpa y poco sabor es un problema que se puede solucionar.

El mandarino es un árbol de la familia de las rutáceas. Muy similar al naranjo pero de menor altura y con su copa más redondeada. Sus hojas son más alargadas y estrechas que las del naranjo.

Su fruto es la mandarina, un cítrico que puede parecer una naranja pequeña y achatada pero su sabor es dulce y la piel se desprende con facilidad. Sus flores son blancas y pequeñas, formando normalmente ramilletes de dos o tres y florecen durante un par de semanas dando luego lugar al fruto, si han sido polinizadas.

Originario de Asia, de Indochina o China probablemente, hoy se cultiva en casi todo el mundo, ya que se aclimata muy bien a los diferentes climas o suelos. Resiste el frio mejor que otros árboles cítricos pero aguanta mal las heladas. Es en climas tropicales y mediterráneos donde mejor se cultiva. La temperatura ideal para su cultivo es entre 23º y 35º. Por debajo de los 13º el árbol deja de crecer.

Antes de ver los cuidados que necesita el mandarino hay que decidir si optamos por plantar semillas o comprar un árbol pequeño y trasplantarlo. Esta segunda opción es quizás la más conveniente, ya que nos evitamos el proceso de germinación y cuidados cuando la planta es más delicada.

El suelo que se elija para su ubicación debe ser arenoso, evitando los suelos arcillosos, calizos o salinos. Deberemos de fertilizarlo dos veces a lo largo de todo el año. En invierno que sea rico en nitrógeno, mientras que en verano debe contener magnesio, zinc, hierro y potasio. Los minerales provocarán que la planta crezca con fuerza y sea resistente.

Los procesos básicos y determinantes para obtener mandarinas de buen calibre y niveles de acidez y dulzor óptimos son:

·      La floración.

·      El cuajado.

·      Crecimiento del fruto.

La floración:

Existen algunos factores que pueden influir en la cantidad y calidad de la floración. Los factores a tener en cuenta son:

1.   El estrés hídrico.

2.   Los tratamientos foliares con urea.

3.   La influencia de las citoquininas. (Las citoquininas o citocininas son un grupo de hormonas vegetales (fitohormonas) que promueven la división y la diferenciación celular. Pero hasta ahora no se sabía que también regulan el crecimiento y el desarrollo de las plantas)

4.   La poda.

1.  Para provocar el estrés hídrico se debe reducir el riego durante un tiempo. Al hacer esto provocaremos el efecto de la falta de frío que ocurre en las zonas templadas y así promoveremos la floración.
Hay que poner especial atención a las zonas que son relativamente salinas.

2.   Las aplicaciones de urea foliar antes de la brotación, suelen incrementar tanto la floración como el cuajado.

Antes de los 30 o 45 días de la brotación, es recomendable hacer un tratamiento de urea foliar, de alrededor del 1%.

Un exceso de sales produciría una caída prematura de las hojas de los árboles.

3. En lugar de esto también se puede optar por el tratamiento con citoquininas si al comenzar la floración vemos que es poca la cantidad de flores.

Este tratamiento puede provocar un aumento añadido de la brotación y floración.

4.   El rayado de ramas también puede ayudar a forzar la floración. Esta técnica consistente en marcar un anillo completo en la corteza de las ramas secundarias del árbol, pero sin afectar a la madera ni eliminar la corteza. La época más adecuada de aplicación del rayado suele ser a final de caída de pétalos.

El Cuajado:

1.   El cuajado es el factor que tiene una mayor incidencia en la cosecha final. 

Crecimiento del fruto:

1.   Las condiciones ambientales y la humedad del suelo tienen una gran influencia en el tamaño del fruto.

2. Los factores nutricionales también son importantes, como el potasio, elemento que está directamente relacionado con el tamaño final del fruto.

3. Competencia entre flores y frutos: el número de flores y frutos en una planta afectará el resultado final.

Cuanto menor sea el número de flores, mayor porcentaje de ellas proceden de inflorescencias con hojas, que dan lugar a flores más grandes y los frutos son mayores.

4.   Clareo: El clareo o raleo tiene poca influencia en el tamaño final del fruto.

Lo que se obtiene con esta técnica es una mayor media de calibres de los frutos recolectados por haber eliminado selectivamente los más pequeños.

5.  Tratamientos para el aumento del tamaño final del fruto: Las auxinas de síntesis tienen efectos distintos sobre el fruto en desarrollo. Por una parte provocan una depresión inicial en el crecimiento del fruto, pero por otro, ejercen una estimulación directa del desarrollo del fruto, aumentando su tamaño.

¿Cómo y cuándo podar un mandarino?

La época adecuada para hacer la poda es a principios de la primavera, y no antes del tercer año de vida del árbol. Es conveniente ir eliminando las ramas que broten del tronco, así como las que estén rotas o presenten síntomas de debilidad. Se puede colocar un soporte ya que cuando eche los frutos el peso puede partir las ramas. Cuando el árbol ya sea adulto se deben podar las ramas interiores para permitir que entre la luz.

No obstante, cada árbol es único y singular. Por ello, la poda del mandarino es algo que debe llevarse a cabo dependiendo de la cronología y de la frondosidad del mismo. Con esta operación favorecemos el crecimiento de nuevas ramas y con ellas, nuevos frutos.

La poda del mandarino es algo que debe hacerse de manera controlada. Por ejemplo, es preferible cortar una rama mal situada que esperar a que crezca, ya que su diámetro con el tiempo será mayor y no dejará crecer otras ramas que sí lo podrán hacer de manera adecuada.

Otra premisa a tener en cuenta para realizar la poda del mandarino es la utilización y el empleo de herramientas adecuadas. ¡Ojo! No todas sirven. Para ello deberemos prepararnos con una buena sierra, para las ramas más gruesas y grandes, y unas tijeras de podar para ramas más finas y jóvenes. Es recomendable cortar las ramas grandes donde la savia del árbol ya no es tan rica y de esta manera, favorecer el crecimiento de nuevas en la etapa de floración.

Uno de los factores más importantes a la hora de proceder a realizar la poda del mandarino es el tiempo. Será el calendario el que nos marcará la temporada de poda.

La poda del mandarino se enmarca una vez pasado el período de recolección, siempre y cuando no sea una necesidad urgente y que afecte a la salud del árbol. Existe un factor importante que se conoce como la parada vegetativa del árbol y que tiene lugar durante el verano por las altas temperaturas y en el invierno por todo lo contrario, las bajas temperaturas. Es muy importante tener en cuenta que, las bajas temperaturas, son malas aliadas para realizar la poda del mandarino.

En cuanto al riego hay que tener en cuenta que en invierno necesitara menos agua y en verano habrá que regarlo de forma más constante, pero sin ahogarlo ni encharcarlo, ya que eso pudrirá las raíces. Una buena forma de saber si necesita agua es tocando la tierra de la superficie y si está seca se puede regar. Lo mejor es dejar secar la tierra entre riego y riego para asegurarnos que no se riega en exceso.

Sin embargo, si acabamos de trasplantar el mandarino sí es conveniente regarlo un poquito todos los días, durante las primeras semanas.

Cualquier planta o árbol puede contraer alguna plaga o enfermedad de menor o mayor importancia, según los casos. Para el árbol de la mandarina existen remedios para casi todos ellos. Identificar el problema es clave para poder solucionarlo.

Hay que decir que el mandarino es un árbol algo más resistente a contraerlas, si los comparamos con los de esta familia, no obstante entre las plagas que le pueden afectar destacaremos:

·     Virus de la tristeza: La enfermedad es transmitida por un pulgón que se alimenta de la savia. Este virus se caracteriza por el debilitamiento que sufre el mandarino. Pierden las hojas y la producción de mandarina se vuelve más abundante y a destiempo. Una vez contraído el virus el árbol no se recupera.

·   Phytophtora: Se trata de una enfermedad en la que al mandarino le aparecen manchas marrones en las hojas junto con un polvo blanco. En este caso estamos ante un hongo al que favorece el exceso de humedad y las temperaturas que oscilan entre los 15ºC a 30ºC. También ataca a las raíces, pudiendo empezar por ellas o por las hojas. La solución pasa por utilizar fungicidas que contengan cobre y no regar demasiado.

·    Minador de cítricos: Esta plaga la provoca un diminuto insecto que se alimenta de los brotes más tiernos. Los síntomas se aprecian en las hojas, que se amarillean o decoloran por zonas. El árbol se debilita y retarda el crecimiento. Para estos casos se puede utilizar aceite de Neem o la bacteria Bacillus thuringiensis. Ambos son insecticidas ecológicos.

·     Araña roja: Este acaro de color rojizo se alimenta de las células de las hojas a las que provoca manchas decoloradas, telarañas y ralentiza el crecimiento del árbol ya que lo debilita. Es fácil de exterminar con acaricidas.

·    Cochinilla algodonosa: Son unos insectos blancos que se sitúan en el envés de las hojas y en los tallos tiernos afectando a las hojas, al crecimiento del árbol y a su fortaleza. Un remedio para combatirla es con la tierra de diatomeas, un polvo blanco provenientes de algas fosilizadas que llevan sílice. También podemos usar aceite de parafina, un producto biodegradable para eliminar plagas de cochinilla.

·     Mosca blanca: Este insecto amarillea las hojas que se quedan impregnadas de una sustancia pegajosa debido al hongo negrilla. Una forma de combatirla es con trampas adhesivas.

Para fomentar que nuestro mandarino de frutos más dulces y de mayor calibre centraremos el proceso, principalmente, en el suministro adecuado de macronutrientes como nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), y micronutrientes como el calcio (Ca), el magnesio (Mg) y el hierro (Fe).

Las cáscaras gruesas de los cítricos no aparecen por casualidad. Una cáscara gruesa en cualquier tipo de fruta cítrica es causada por un desequilibrio de nutrientes y, generalmente, por usar demasiado nitrógeno o muy poco fósforo.

Técnicamente, estos dos problemas son uno, ya que demasiado nitrógeno afectará la cantidad de fósforo que absorberá la planta, lo que causará una deficiencia de fósforo.

El nitrógeno es responsable del crecimiento del follaje y ayudará al árbol a lucir exuberante, verde y capaz de absorber la energía del sol.

El fósforo ayuda a la planta a formar flores y frutos. Cuando estos dos nutrientes están en equilibrio, el árbol se ve hermoso y los frutos son sabrosos. Pero cuando los dos están fuera de equilibrio, causarán problemas.

Un árbol de cítricos que crece en el suelo que tiene demasiado nitrógeno se verá muy saludable, excepto por el hecho de que tendrá muy pocas flores, si es que las hay.

Si produce flores, la fruta estará seca, con poca o ninguna pulpa en el interior y una cáscara amarga y espesa.

En cualquier caso, las cáscaras de cítricos afectados por carencia de fósforo serán gruesas y la fruta no será comestible.

La forma más fácil de corregir estos problemas (mucho nitrógeno y poco fósforo) es agregar fósforo al suelo.

Conclusiones: El seguimiento de estos pasos nos ayudará a conseguir una cosecha jugosa y de mejor calibre:

·    Abona y fertiliza tu árbol: Ambas actividades deben de darse de forma periódica considerando evitar el exceso de nutrientes y siempre aportando los elementos necesarios para tu árbol como el potasio, el fósforo y otros similares.

·      Riego adecuado: Por supuesto el riego, para que nuestro mandarino pueda producir una buena cosecha de mandarinas, es muy importante, sobre todo en verano, ya que la planta necesita una gran cantidad de agua durante los días de calor y temperaturas elevadas, eso sí, como siempre, evitando los encharcamientos.

·      La poda: Recuerda realizar podas en tu árbol orientadas al uso eficiente de los recursos y nutrientes para el mismo, esto ayudara a concentrar los elementos necesarios en las ramas y los frutos de tu mandarino.

·     Cuida la salud de tu mandarino: Por último, pero no menos importante, debemos de cuidar en todo momento la salud de nuestro árbol, poniendo atención a las señales que indican falta de nutrientes en el mismo y de la misma forma buscaremos los indicios de plaga para, que de existir en nuestro árbol, podamos actuar con rapidez y prontitud aplicando los remedios necesarios para eliminar cualquier tipo de plaga o enfermedad en el cultivo.

Frase del día:

No sé con qué armas se luchara en la tercera guerra mundial, pero sí sé con cuáles lo harán en la cuarta: palos y piedras. Albert Einstein (1879 – 1955) Físico alemán.”

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