viernes, 22 de octubre de 2021

El Olivo, árbol mitológico

El olivo un árbol mitológico. Según la mitología griega, el olivo nació por una disputa entre la diosa Atenea y el dios Poseidón; los dos querían ser protectores de la ciudad de Atenas. Los dioses del Olimpo elegirían a quien diese a los ciudadanos el mejor regalo. Poseidón, con su tridente, creó un caballo; Atenea, un olivo. Los dioses escogieron el olivo de Atenea (de él obtendrían madera, alimento y aceite para iluminarse), por eso la ciudad se llamó Atenas.

Su área característica de crecimiento es la ribera del Mediterráneo. Es una planta de hoja perenne y, según  las áreas geográficas de crecimiento, presenta variedades diferentes, verdes en la parte superior y grises plata en la inferior, perdurando en el árbol, una media de, tres años.

Olivo con cebo para la mosca de la fruta.

El tronco aparece gris-verde y liso hasta, aproximadamente, los diez años; luego se vuelve nudoso, con surcos profundos y retorcidos y toma color oscuro, casi negro. Las raíces tienen muchas ramificaciones superficiales que desarrollan la mayor parte de la actividad de absorción nutritiva. Se extienden horizontalmente hasta 2-3 veces la altura de la planta y penetran en el suelo, pudiendo llegar, en los suelos más fértiles, hasta 1,5 ó 2 metros de profundidad.

El olivo es un árbol robusto, capaz de resistir, en invierno, temperaturas por debajo de los 6/7 grados bajo cero, y de soportar largas sequías en verano.

La primavera corresponde al despertar vegetativo del árbol, después de la pausa de los meses fríos y en esta estación, se hace necesario abonar la tierra, trabajarla para favorecer el almacenamiento del agua y, sobre todo, podar el árbol.

Este abonado primaveral suministra al olivo las sustancias y los minerales necesarios, rectificando la relación de los contenidos en el terreno o integrándolos.

El olivo es capaz de sobrevivir en entornos áridos; sin embargo, en determinados momentos de su ciclo vegetativo, es importante que pueda gozar de una aportación hídrica adecuada. En verano es cuando se produce el desarrollo y crecimiento de los frutos. Durante estas fases del crecimiento una excesiva falta de agua provoca la caída de los frutos o, en el mejor de los casos, se disminuye gravemente su tamaño.

Se pueden considerar 4 ciclos en el árbol:

  • De 0 a 7 años: implantación improductiva (a los 5 años se realiza un trasplante)
  • De los 7 a los 30 años, aproximadamente: crecimiento con aumento continuo de la productividad (el principio de la producción, con sistemas tradicionales, se da a los 15/20 años; con sistemas modernos, a los 5/10 años)
  • De los 35 a 150 años: madurez y producción masiva.
  • Más allá de los 150 años: se inicia el envejecimiento, aunque con productividad notable durante siglos y, ocasionalmente, milenios.

 Una vez que hemos dotado a nuestro olivo de todos los cuidados necesarios llega el momento de la recolección, esta se produce dependiendo de la zona y el destino que le demos a nuestras aceitunas, de mesa o para la producción de aceite.

En esta entrada las destinaremos para mesa y aliñadas.

Aliñar tus propias aceitunas, además de ser muy fácil, tiene entre otras ventajas conseguir un producto cien por cien natural, rico, sano y, sobre todo, a tu gusto.

Las aceitunas, a aliñar, pueden ser verdes o negras y, a su vez, podemos prepararlas de tres formas: enteras, rajadas y machacadas. La diferencia fundamental es que las enteras se conservan durante más tiempo pero llegan a tener menos sabor, mientras que las machacadas hay que consumirlas en menos tiempo y adquieren sabores con más intensidad.

La variedad más importante de aceituna de mesa ha sido, desde siempre, la manzanilla y la más cotizada la gordal. Además también encontramos la cacereña, que es negra y la morona. Las aceitunas negras se suelen preparar enteras y debido a que tienen un menor amargor suelen necesitar menos tiempo para su elaboración.

Hemos de tener presente que, si queremos preparar aceitunas, rajadas o machacadas, antes de meterlas en agua debemos proceder con el “sajado” o “machacado” de las mismas.

Sajador de aceitunas.

Para “sajar” las aceitunas hay unas tablas de madera con agujeros de distintos tamaños, con cuatro cuchillas por agujero, que cortan la aceituna al hacerla pasar a través de ellos.

Sin embargo, para el “machacado” de las aceitunas se usa una especie de prensa pequeña que, mediante una palanca con muelle, aprieta la aceituna hasta que encuentra la resistencia del hueso y ésta se abre dejando a la vista el mismo.

  


Machador de aceitunas.

Machador y Sajador de aceitunas.

En la preparación artesanal de las aceitunas para su consumo podemos distinguir 2 fases: endulzarlas o quitarles el amargor y la segunda, el aliño en sí.

Fase 1: Proceso para suavizar o neutralizar el amargor de las aceitunas.

Hay dos formas de actuar en este proceso: una rápida (aproximadamente 10 horas) usando sosa caústica, y otra más lenta, y que sin embargo ha sido la más usada de forma tradicional, que consiste en sucesivos lavados con agua y posterior bañado de las aceitunas en agua salada.

El agua utilizada en este proceso puede ser cualquiera, siendo recomendable que no tenga alto contenido en cloro. El agua caliente a diferencia de la fría puede acelerar el proceso de elaboración de las aceitunas.

Así pues procederemos a colocar las aceitunas, a poder ser, en un recipiente de barro esmaltado suficientemente grande (en caso de no disponer de éste, se podrán usar unas garrafas o barreños de plástico, o cualquier recipiente que no sea metálico).

En un recipiente verteremos agua, hasta cubrir las aceitunas, y dependiendo de la cantidad de las mismas echaremos unos puñaditos de sal, procediendo con este acto durante diez días, aproximadamente, dependiendo del amargor de las mismas.

Para saber cuándo han perdido las aceitunas su amargor y por tanto están listas para pasar al siguiente proceso, tan sólo hay que probar alguna de las más verdes o de las que al estar machadas no han perdido su hueso y si ya no amargan podemos dar paso al aliñado.

Aceitunas Sajadas.

 

Aceitunas Sajadas, Zoom.

Fase 2: Aliño, proceso para darle el sabor que queramos.

Es la fase crucial, ya que el sabor final depende de los ingredientes del aliño. En esta fase daremos el sabor deseado a las aceitunas, para la cual se disponen de cientos de recetas transmitidas de generación en generación, siendo algunas típicas de determinadas zonas.

Para este proceso debemos de tener en cuenta la intercalación de capas de aliño en las aceitunas,  terminando siempre con una capa de aliño.

El recipiente deberá de permanecer tapado durante todo el proceso  de curación, siendo de vital importancia el envase del aliño.

¿Y por qué no unas curiosidades sobre las aceitunas?

  • Sabías que cada aceituna contiene, solo, 9 calorías de media. Aunque su contenido en grasa es alto, un 20% aproximadamente, son grasas Omega-3 y Omega-6, beneficiosas para la salud y reductoras del colesterol.
  • Que debido a su bajo poder calórico son aptas para cualquier receta de cocina, así como para muchas salsas y cremas.
  • ¿Sabías que para la obtención de un litro de aceite se necesitan 5 kg de aceitunas?
  • La aceituna es uno de los pocos alimentos que reúne los cuatro sabores básicos que detecta el paladar: amargo, dulce, salado y ácido. ¡Más versátil imposible!

Resultado final.

No me cabe la menor duda de que en un futuro, a la aceituna se le añada el nuevo sabor acuñado, no hace mucho tiempo, por el profesor Kikunae Ikeda y proviene de la combinación de los términos umai ‘delicioso’ y mi ‘sabor’, hablamos del UMAMI, cuyo significado es “sabroso”.

El llamado quinto sabor se ha hecho un hueco en la cultura occidental. Y aunque ya ha pasado un poco su boom, cabe señalar que hay muchos alimentos habituales en los que está presente.

Sí, al parecer, el llamado quinto sabor es de los primeros que aprecian nuestras papilas gustativas de lactante. Ya un poco más creciditos, advertimos el regusto del umami en los quesos, los pescados, los mariscos, en verduras como los espárragos, los champiñones, al beber té verde e incluso al paladear jamón serrano o unas anchoas.

Frase del día:

Una persona escucha solo lo que entiende.”

martes, 12 de octubre de 2021

La poda del membrillo

Agradable perfume, fruto grande, carnoso y de color amarillento.

El fruto del membrillo, como tal, no es famoso por comerlo en fresco, más bien se usa para compotas o mermeladas, añadiéndole azúcar, debido a su sabor fuerte, amargo y astringente.

A diferencia de las manzanas y las peras, la piel del membrillo se encuentra cubierta de un tomento, pelusa algodonosa que cubre la superficie de los órganos de algunas plantas, el cual se desprende en copos al rozarlo. También se desprende cuando, en otoño, el membrillo madura.


Pero, en esta entrada, lo que nos ocupa es la poda del membrillo y una de las razones más importantes para podar un membrillo es incentivar la producción del fruto.

Al efectuar la poda, los objetivos a alcanzar son:

·      Controlar el desarrollo del árbol.

·      Mejorar la cantidad y calidad de la cosecha.

·      Favorecer la iluminación y aireación en la copa e interior del árbol.

·    Eliminación de las ramas viejas, las cuales pueden albergar parásitos, así como también las secas, rotas o dañadas.

Para la correcta formación del árbol es necesario realizar algunas podas en el inicio, posteriormente, cuando el árbol está formado y se ha desarrollado, la poda deja de ser importante y suele efectuarse muy  pocas veces y estas van encaminadas a la eliminación de ramas muertas, torcidas y aquellas que se dirigen al interior o se superpongan con otras.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de planificar la poda de membrillos, son las heladas y el período de menor actividad y crecimiento del árbol. Por lo general esta se suele realizar a principios de primavera, antes de que el árbol recupere su actividad. En el caso de climas cálidos la poda suele realizarse en el otoño

En la poda de formación, que se efectúa hasta el 3er año con el fin de establecer la estructura del árbol y dirigir su crecimiento, al ser una poda bastante drástica, se efectúa cuando el árbol esta en reposo, es decir en otoño o finales de invierno.

Para su realización procederemos de la siguiente forma:

·      En el 1er año, se deben podar todas ramas del membrillo. Así, brotarán ramas más bajas.

·      En el 2º año, se recortarán un poco las ramas principales, a 2/3 de su longitud. Las ramas que broten desde la mitad inferior del tronco las quitaremos y las demás las dejaremos.

·    En el 3er año, podamos las ramas principales a 2/3 de longitud, y quitamos las ramas que vayan creciendo hacia dentro de la copa del árbol.

En la poda de fructificación, que se realiza en el 3er o 4º año del árbol, con el objetivo de establecer las ramas principales productivas, elegiremos las 3 o 4 ramas principales que queremos que sean la estructura del árbol. Estas ramas no deben tener demasiada inclinación, ya que así evitaremos que en el futuro se rompan por el peso.

 

A continuación, podaremos los chupones que salgan de estas ramas y las recortaremos un poco, dejando definida la estructura del árbol.

En la poda de producción, la cual se realiza a partir del 5º año, se efectúa para conservar su forma y despejar la parte interior del árbol, de esta manera aprovecharemos la cantidad de luz solar captada por la copa, con el fin de mejorar la calidad y cantidad de la cosecha.

Se trata de una limpieza y aclareo de las ramas, con el fin de facilitar la entrada de luz para beneficiar al fruto. En definitiva, lo que se busca con la poda de producción es mejorar el rendimiento del árbol y mejorar así su producción.

Para su realización procederemos de la siguiente forma:

·      En primer lugar, eliminaremos los chupones más grandes, ya que son poco productivos y frenan el correcto desarrollo de la rama.

·      Debemos cortar las ramas más bajas, ya que son las que reciben menos iluminación y, por lo tanto, producen los frutos de peor calidad.

·     Es recomendable que la copa tenga una forma lobulada, con muchos entrantes y salientes para aumentar así la exposición y conseguir un mejor aprovechamiento de la luz solar. También podaremos las ramas entrelazadas del interior de la copa, así como aquellas que estén dañadas, rotas o enfermas.

·      Los aclareos que realicemos no deberán de ser excesivamente intensos de ramas finas, para mantener la relación hoja/madera. Evitaremos así el exceso de madera, que reduce la capacidad de renovación de las ramas productivas.

Por lo tanto la poda de un membrillo maduro se hace para conservar su forma y despejar la parte interior del árbol. De esta forma, mejoramos la aireación y favorecemos la entrada de luz. Se denominan podas de producción, y durante esta fase también podemos realizar podas en verde y podas de rejuvenecimiento.

La poda de rejuvenecimiento, o poda de renovación, la cual se realiza en membrillos con más de 20 años, con indicios de envejecimiento, y después de haber estado produciendo muchos años. Estos síntomas pueden ser baja producción y de peor calidad, pérdida de follaje en el interior del árbol, hojas más pequeñas y de color amarillento,...

Se trata de una poda drástica, para rejuvenecer el membrillo, aunque también se puede hacer de forma progresiva.

·      Poda drástica de rejuvenecimiento: En el primer caso lo que hacemos es eliminar todo el follaje del árbol, dejando prácticamente la base del tronco y las ramas principales para que vuelvan a crecer.

·      Poda progresiva de rejuvenecimiento: Consiste en ir podando desde lo alto de la copa hasta la base de las ramas. Se hace por fases, cada 3 años iremos cortando una de las cuatro ramas principales del árbol.

La poda en verde del membrillo, generalmente la realizaremos en verano. Aunque se pueden realizar en cualquier época del año, lo normal es hacerlas a finales del mes de agosto, cuando el membrillo apenas tiene actividad a causa de las elevadas temperaturas.

Se efectúa para controlar el crecimiento de los chupones, eliminando los que no son aprovechables para el membrillo.

El momento ideal para la recolección de los frutos es unos dos meses antes de su maduración, en este momento, el fruto se caracteriza por un olor penetrante u unas pequeñas manchas amarillas en su corteza. Se almacena bien y puede durar hasta un poco más de tres meses, siempre y cuando se conserve adecuadamente.

Recolección de este año 2021.

Las frutas de membrillo saben mejor cuando se recolectan antes de que maduren completamente. Son altamente nutritivas, ricas en vitamina C y se pueden comer crudas, sus semillas también son comestibles. Las frutas maduras se pueden usar para hacer jugos, mermeladas o postres. Al igual que la fruta tropical popular se puede convertir en bebidas, mermeladas y otros alimentos.

Frase del día:

Los que renuncian son más numerosos que los que fracasan. ”