viernes, 19 de abril de 2024

La Ceniza como abono

Sí, la ceniza puede ser utilizada como abono para el huerto, pero es importante entender cómo y cuándo aplicarla correctamente. La ceniza de madera, en particular, contiene nutrientes como potasio, calcio, magnesio y fósforo, que pueden ser beneficiosos para las plantas.

¿Alguna vez has escuchado sobre el uso de cenizas como fertilizante en huertos y jardines?

Agregar ceniza a nuestros árboles como limonero, naranjo, membrillero, níspero y otras variedades ampliamente apreciadas en el huerto por sus frutos, es una técnica que ya nuestros antepasados la relacionaban con ciertos beneficios para los cultivos.

En primer lugar, tenemos que saber que con la combustión de la leña, consumimos la práctica totalidad del carbono orgánico, quedándonos en la ceniza resultante principalmente  calcio, potasio, aluminio, magnesio, hierro, fósforo y manganeso.

No obstante es calcio y potasio, en forma de carbonatos, lo que en mayor parte encontramos en la ceniza de madera. Esto lo convirtió en un producto muy apreciado como fuente de potasio y enmienda cálcica antes de la síntesis química de fertilizantes.

Hay quien apoya el uso de la ceniza como abono en el huerto, pero hemos de saber que la mayoría de suelos cultivados en España, especialmente los del litoral mediterráneo, son de reacción básica, con altos niveles de caliza.

En estos suelos, el aporte de ceniza puede ser perjudicial, ya que aportar más carbonatos puede incrementar el bloqueo de nutrientes como el potasio y el magnesio por la alta proporción de calcio en el suelo, a parte del bloqueo inherente de ciertos nutrientes al elevar el pH. El caso típico es el hierro, que en suelos básicos pasa a formas no asimilables por las plantas y provoca graves clorosis aún teniendo niveles aceptables en el suelo.

Sin embargo, en zonas con alta pluviometría (cornisa cantábrica, País Vasco, Galicia etc.) la gran cantidad de lluvias propicia suelos más ácidos. Ahí sí que la aportación moderada de cenizas de madera es beneficiosa.

Una vez planteado lo que nos dice la ciencia, lo cual contradice lo que la sabiduría popular pregona, esto puede conllevar polémica.

Esto es una presentación objetiva del tema, y sinceramente pienso que, en la gran mayoría de los casos, los efectos perjudiciales de la ceniza pueden llegar a superar los efectos positivos de esta en el suelo. Pero como todo en la vida la dosis es la clave, así que si utilizas de forma habitual ceniza, que sea en poca cantidad. Y si el suelo de tu huerto es calizo, mi recomendación sería evitar su uso.

Para los que nos hemos decantado por la utilización de la ceniza como abono deberemos de seguir un procedimiento básico, teniendo en cuenta la preparación de la misma asegurándonos de que esta provenga únicamente de fuentes orgánicas como carbón madera y leña , evitando la ceniza de materiales tratados o pintados ya que puede contener sustancias químicas nocivas.

Deberemos de proporcionarle un almacenamiento seguro guardando la ceniza en recipiente o contenedor limpio y seco hasta el momento de proceder a su uso, asegurándonos de que esté completamente fría antes de manipularla, evitando de esta forma riesgos de incendio.  

Antes de aplicar la ceniza en el suelo, es recomendable descomponerla un poco, ya que puede formar grumos. Puedes hacer esto rompiéndola manualmente o mezclándola con compost u otro tipo de abono orgánico. Luego, esparce la ceniza uniformemente sobre el suelo de tu huerto.

Aplicaremos la ceniza antes de sembrar o plantar. También podremos aplicarla durante la temporada de cultivo, pero evitando hacerlo cuando las plantas estén en etapa de fructificación, ya que el cambio repentino en el pH del suelo podría afectar la calidad de los frutos.

Deberemos utilizar la ceniza con moderación. Una fina capa es suficiente para proporcionar nutrientes a las plantas. Evitaremos aplicar grandes cantidades, ya que esto puede elevar el pH del suelo a niveles no deseados y afectar negativamente el crecimiento de las plantas.

Una vez esparcida la ceniza sobre el suelo, la mezclaremos ligeramente con una herramienta de jardinería, como un rastrillo o una azada, para asegurarnos de que se incorpore bien al suelo y los nutrientes estén disponibles para las raíces de las plantas.

Después de aplicar la ceniza, es aconsejable regar el huerto para ayudar a que los nutrientes se filtren en el suelo y estén disponibles para las plantas.

Además, las cenizas pueden tener otros efectos benéficos en nuestro huerto. Así tenemos que su aplicación directa en hojas y ramas puede ayudar a eliminar varios tipos de hongos que estén afectando nuestros cultivos. Basta con frotar un poco de ceniza en las partes afectadas para modificar el pH y erradicar el hongo.

Con la utilización de la ceniza, también podemos evitar plagas de todo tipo, como babosas, pulgones u hormigas, espolvoreando ceniza en forma circular, rodeando la planta. Colócala como una barrera y los insectos no podrán acercarse a la planta.

Por último, pero no menos importante, podemos ayudar a que un árbol sane adecuadamente de heridas provocadas por el clima, ramas rotas, o incluso por algún animal untando un poco de ceniza en las áreas afectadas. Este elemento actúa como un excelente cicatrizante que estimula el crecimiento para que las heridas sanen más rápidamente.

Cabe mencionar que como abono no se debe de aplicar más de dos veces al año, pues tiene propiedades que, como ya he dicho anteriormente, cambian la acidez y el pH del suelo, a pesar de que ayuda a una mayor floración y acelera el crecimiento.

Posteriormente deberemos observar cómo reaccionan las plantas a la aplicación de la ceniza. Si notamos algún signo de estrés o problemas de crecimiento, como amarilleamiento de las hojas, puede ser indicativo de que hemos aplicado demasiada ceniza. En ese caso, reduciremos la cantidad en futuras aplicaciones.

En resumen, la ceniza de madera puede ser un recurso útil como abono para el huerto, siempre y cuando se utilice con moderación y se tenga en cuenta su efecto en el pH del suelo y en las plantas para mantener un entorno saludable para el crecimiento vegetal.

Frase del día:

Aprende a escuchar y te beneficiarás incluso de los que hablan mal. Plutarco.”

miércoles, 3 de abril de 2024

El estrés hídrico en el Huerto

El estrés hídrico es una condición en la que las plantas experimentan una escasez de agua disponible en el suelo, lo que afecta negativamente su crecimiento, desarrollo y rendimiento.

Con la ola de calor que estamos pasando actualmente y debido a las temperaturas, inusualmente altas, unido a las escasas precipitaciones de los últimos meses la mayoría de los cultivos, especialmente en la vertiente mediterránea, están atravesando por situaciones de estrés hídrico debido a una mayor transpiración y una menor disponibilidad del agua potencialmente absorbible a pesar de su capacidad de adaptación o de los riegos realizados, pudiendo afectar gravemente a su desarrollo.

Todos conocemos que el agua supone entre el 80-95% del peso total de las plantas y que es esencial para su desarrollo, fundamentalmente por ser el medio en el que se producen la mayoría de los procesos bioquímicos que se dan en las células, tales como la fotosíntesis.

Lo creamos o no, este padecimiento tiene un nombre y se conoce como estrés hídrico, que definitivamente se manifiesta con hojas secas, falta de hidratación y en el peor de los casos, plantas muertas.

El estrés hídrico en las plantas ocurre cuando hay una falta o exceso de agua disponible en el suelo, lo que afecta negativamente su crecimiento y desarrollo. Este fenómeno puede deberse a diversos factores, incluyendo la disponibilidad de agua en el suelo, la temperatura ambiental, la humedad relativa y la capacidad de la planta para absorber y retener agua.

Esta condición puede tener un impacto negativo en el crecimiento, desarrollo y supervivencia de las plantas, debido a que, como ya he dicho, del agua dependen un montón de funciones vitales para las plantas, como la fotosíntesis, la absorción de nutrientes y el transporte de agua y sustancias orgánicas a través del sistema vascular.

Un aspecto importante a tener en cuenta para enfrentar el estrés hídrico es la estructura del suelo, ya que esta propiedad condiciona la porosidad y esta, a su vez, la aireación y la dinámica del agua, por lo que influye de forma importante en el agua útil, la pérdida de agua y nutrientes, en la velocidad de infiltración y en la capacidad de retención de agua.

Las causas y los efectos del estrés hídrico en las plantas pueden ser muy diversos, entre los que podemos destacar:

Causas del estrés hídrico:

·      Falta de agua (sequía): Cuando el suelo no recibe suficiente agua a través de la lluvia o el riego, las plantas pueden experimentar sequía y estrés hídrico.

·      Exceso de agua (inundación): El encharcamiento del suelo puede impedir que las raíces de las plantas respiren adecuadamente y absorban nutrientes, lo que lleva a un estrés hídrico debido al exceso de agua.

·      Clima extremo: Las altas temperaturas y la baja humedad relativa pueden aumentar la tasa de evaporación del agua en las hojas, lo que puede provocar una rápida pérdida de agua y estrés hídrico en las plantas, especialmente si el suministro de agua del suelo es limitado.

·    Salinidad del suelo: Los suelos con altos niveles de sal pueden interferir con la capacidad de las plantas para absorber agua, lo que resulta en estrés hídrico.

Efectos del estrés hídrico en las plantas:

A comienzos del estrés las hojas pierden turgencia y presentan una apariencia flácida.

·      Marchitez: Las plantas sometidas a estrés hídrico pueden mostrar signos de marchitez, donde las hojas y tallos se vuelven flácidos y pierden rigidez debido a la pérdida de agua.

·      Detención del crecimiento: El estrés hídrico puede inhibir el crecimiento de las plantas, lo que resulta en un desarrollo más lento y una reducción de los rendimientos de los cultivos pudiendo afectar a la calidad de los productos.

·  Disminución de la fotosíntesis: La falta de agua puede afectar la capacidad de las plantas para llevar a cabo la fotosíntesis, lo que reduce la producción de carbohidratos y nutrientes esenciales.

·   Respuestas fisiológicas de las plantas: Las plantas implementan una serie de respuestas fisiológicas para mitigar los efectos del estrés hídrico, como cierre estomático, acumulación de solutos osmoprotectores y cambios en la morfología de las raíces.

·   Tecnologías para la gestión del estrés hídrico: Se están desarrollando diversas tecnologías y prácticas de gestión del agua para ayudar a las plantas a sobrellevar el estrés hídrico, como el riego por goteo, la selección de variedades tolerantes a la sequía y el manejo eficiente del agua en la agricultura.

·      Daño estructural: En casos extremos, el estrés hídrico puede causar daños permanentes en los tejidos de las plantas, lo que puede afectar su supervivencia a largo plazo.

Para ayudar a mitigar el estrés hídrico en las plantas, es de vital importancia proporcionar un riego adecuado y mantener un suelo saludable y bien drenado. También se pueden emplear prácticas de conservación del agua, como el acolchado del suelo y la elección de plantas tolerantes a la sequía.

·      Riego adecuado: Deberemos de proporcionar un riego regular y adecuado a las plantas, especialmente durante periodos secos o calurosos. Nos aseguraremos de que el agua llegue a las raíces y no se evapore rápidamente. Es preferible un riego profundo y menos frecuente en lugar de riegos superficiales y frecuentes, ya que esto promueve el crecimiento de raíces más profundas y resistentes al estrés hídrico.

·  Aplicación de material orgánico: Aplicaremos una capa de material orgánico, como paja o astillas de madera, alrededor de las plantas. Esto se conoce con el nombre de mulching y ayuda a retener la humedad en el suelo, reduce la evaporación y protege las raíces de las fluctuaciones de temperatura.

·    Mejora del suelo: Añadiremos materia orgánica al suelo para mejorar su capacidad de retención del agua. La materia orgánica, como el compost, ayuda a retener la humedad y a mejorar la estructura del suelo, lo que facilita la absorción y retención de agua por parte de las raíces de las plantas.

El cambio climático puede aumentar la frecuencia e intensidad de los eventos de sequía, lo que destaca la importancia de desarrollar estrategias efectivas para mitigar los impactos del estrés hídrico en la agricultura y la seguridad alimentaria.

En conclusión, el estrés hídrico es un desafío significativo para la agricultura y el medio ambiente, pero con enfoques adecuados de gestión y adaptación, es posible reducir sus efectos negativos y promover la resiliencia de los sistemas agrícolas frente a condiciones de sequía.

Frase del día:

No puedo enseñar nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar. Sócrates ( 470 a.c. – 399 a.c. ) Filósofo griego.”