miércoles, 26 de enero de 2022

Inflorescencia de la Platanera

La platanera, planta herbácea, vivaz y de gran porte, cuyo nombre científico es musa paradisiaca, pertenece a la familia de las musáceas (planta herbácea perenne, generalmente de gran tamaño, a veces parcialmente leñosa), esta variedad es la más común y comercializada. Su origen procede del sudeste de Asia, pero con el paso del tiempo se ha ido expandiendo a todos los países tropicales del mundo siendo, en la actualidad, su principal productor mundial India.

Es una planta tropical que constituye una fuente de alimentación muy importante a nivel mundial: sólo tres plantas son más cultivadas que los plátanos: el trigo, el arroz y el maíz. Además el plátano es la fruta tropical más cultivada y una de las cuatro más importantes en términos globales, sólo por detrás de los cítricos, la uva y la manzana. En todo caso, este grupo de vegetales, conforma la fruta intertropical más consumida del mundo.

En España, el cultivo masivo del plátano, se lleva a cabo, únicamente, en las Islas Canarias, fue introducido en el siglo XV, posteriormente se exportó a América.

Algunas plataneras son conocidas por sus ricos plátanos, y otras por su belleza ornamental dando un aspecto exótico a nuestros jardines, pero lo que todas tienen en común es que crecen muy rápido. En muy pocos años pueden llegar a alcanzar los seis metros.

El fruto, el plátano, es una falsa baya, de forma falcada o elongada de 7 a 30 cm de largo y hasta 5 cm de diámetro, que crece en racimos compactos de hasta 400 unidades y 50 kg de peso; de color amarillo cuando está maduro, es dulce y carnoso, rico en fibras, carbohidratos, potasio, vitamina A, vitamina C y triptófano, contiene un antiácido natural muy útil contra la pirosis (sensación de quemadura que sube desde el estomago hasta la faringe, producida por la regurgitación de  líquido estomacal cargado de ácido); además es bajo en sodio y grasas.

 

Como he dicho anteriormente, la platanera no es un árbol, sino una hierba perenne de gran tamaño. Como las demás especies de Musa, carece de verdadero tronco. En su lugar, posee vainas foliares que se desarrollan formando estructuras llamadas pseudotallos, similares a fustes verticales de hasta 30 cm de diámetro basal que no son leñosos, y alcanzan los 7 m de altura.

Resiste heladas muy débiles de hasta -2ºC una vez adulta y aclimatada, pero prefiere climas suaves y cálidos.

Las hojas del platanero se cuentan entre las más grandes del reino vegetal, son lisas, tiernas, oblongas, con el ápice trunco y la base redonda o ligeramente cordiforme, verdes por el haz y más claras y, normalmente, gris pálido por el envés, los márgenes son lisos y las nervaduras pinnadas, amarillentas o verdes y, normalmente, con peciolo.

Dispuestas en espiral, se despliegan hasta alcanzar 3 m de largo y 60 cm de ancho; el pecíolo tiene hasta 60 cm. Las hojas tienden a romperse espontáneamente a lo largo de las nervaduras, estas también son muy endebles y sus bordes se rompen fácilmente con el viento.

 Cada planta tiene normalmente entre 5 y 15 hojas, siendo 10 el mínimo para considerarla madura; las hojas viven no más de dos meses, y en los trópicos se renuevan a razón de una por semana en la temporada de crecimiento.

Las hojas son el principal órgano fotosintético de la planta. Cada hoja emerge desde el centro del pseudotallo como un cilindro enrollado, también llamado hoja cigarro, o candela. El extremo distal de la vaina foliar que se está alargando se contrae hasta formar un pecíolo, más o menos abierto.

El período en el cual la hoja se abre varía dependiendo de las condiciones climáticas. Si éstas son favorables, el proceso de desenrollado puede tardar unos 7 días; de lo contrario, puede durar de 15 a 20 días.

Rizoma natural.

 

 

Rizoma en maceta.

El elemento perenne es el rizoma, superficial o subterráneo, que posee meristemos a partir de los cuales nacen entre 200 y 500 raíces fibrosas, que pueden alcanzar una profundidad de 1,5 metros y cubrir 5 metros de superficie.

La platanera emite unos brotes o hijuelos cerca de su pie, que constituirán el futuro del cultivo (ya que el pie principal se cortará después de la cosecha) Pero no todos los hijuelos son aptos para fructificar y, por tanto, habrá que seleccionar los mejores y eliminar los más débiles, dañados o enfermos.

El hijo es un brote lateral que se desarrolla desde el rizoma, y generalmente surge muy cerca de la planta progenitora, también llamada planta madre. En castellano, se lo conoce como retoño, vástago, brote o colino.

Cuando el hijo apenas sale de la superficie del suelo se llama hijuelo. Cuando ya ha crecido y tiene hojas verdaderas se denomina hijo.

Morfológicamente hablando, existen dos tipos de hijo: el hijo espada, que tiene hojas estrechas y un rizoma grande, y el hijo de agua, que tiene hojas anchas y un rizoma pequeño. Los hijos de agua tienen una conexión débil con la planta madre y no se desarrollan como una planta fuerte.

El número de hijos producidos varía según la variedad que se cultiva. El hijo seleccionado para reemplazar a la planta madre después de la fructificación se llama sucesor.

Se suelen dejar al menos dos hijuelos, que suelen llamarse "hija" y "nieta". Cuando se cosechan los plátanos y se corta la planta "madre", la hija pasa a sustituirla, la nieta se convierte en hija y habrá que seleccionar una nueva nieta.

Para la multiplicación de plataneras, estos hijuelos, se pueden separar a finales de primavera, utilizando una pequeña sierra de mano y plantándolos luego en otras partes del huerto o en macetas con sustrato universal mezclado con perlita a partes iguales.

Pasados unos 10 o 15 meses después del nacimiento del pseudotallo, cuando éste ya ha dado entre 26 y 32 hojas, nace directamente, a partir del rizoma, y en la parte alta de la planta una inflorescencia que emerge del centro de los pseudotallos, en posición vertical, y es cuando sabremos que va a comenzar a sacar frutos; semeja un enorme capullo de color violáceo, constituido por brácteas, de color cárdeno, que protegen las flores.

Inflorescencia inicial.

Inflorescencia pasados 6 días.

El vástago emitido verticalmente por el rizoma se inclina enseguida por el gran peso del capullo y dará lugar a una larga espiga. Los ocho o diez grupos de flores que se liberan al caer las primeras brácteas son de flores femeninas, que darán lugar a frutos; posteriormente caen las brácteas de flores neutras y masculinas.  

Al abrirse, revela una estructura en forma de espiga, sobre cuyo tallo axial se disponen en espiral hileras dobles de flores, agrupadas en racimos de 10 a 20 que están protegidos por brácteas gruesas y carnosas de color purpúreo. A medida que las flores se desarrollan, las brácteas caen, un proceso que tarda entre 10 y 30 días para la primera hilera.

Estas flores son hermafroditas o unisexuales, y se agrupan en espigas o panículas con espata. Los frutos tienen forma de baya o cápsula, en cuyo interior podemos encontrar (pero no siempre) semillas de color oscuro. Cuando una platanera florece después de dar el fruto muere, motivo por el cual siempre se ha de dejar al menos un hijuelo, el cual brotará desde el rizoma.

Las brácteas se levantan, o se enroscan en la punta, exponiendo las flores femeninas que se desarrollarán en frutos. En condiciones ideales fructifican todas las flores femeninas, adoptando una apariencia dactiliforme que lleva a que se denomine mano a las hileras en las que se disponen.

Estos plátanos tardan en desarrollarse entre 80 y 180 días, dependiendo de la fecha de inflorescencia, a menores temperaturas ambientales en la inflorescencia más días de desarrollo. Y para que sea correcto su desarrollo en muchas zonas optan por embolsarlos.

Por lo general la planta tarde unos 2 años, en condiciones ideales, para crecer y es entonces cuando produce una flor, que tardará de 3 a 6 meses en madurar, como hemos dicho anteriormente.  Una vez que se completa este ciclo, la planta madre muere. Sin embargo, la planta madre, mientras produce plátanos, también produce cachorros, o pequeñas plantas bebés que crecen alrededor de la base de la planta principal y es entonces cuando vuelve a comenzar el ciclo.

En esta imagen se puede apreciar todo el ciclo de la planta platanera, en la que la flecha roja sería el hijo o retoño, la flecha marrón sería la madre, que acaba de dar su fruto y ya está cortada y la flecha rojo oscuro sería la abuela, cortada el año anterior.

Las brácteas, excepto en algunas especies peculiares de bananos, se dispersan y desaparecen: queda a la vista la espiga desnuda, acabada en el capullo que aún contiene y va liberando flores masculinas. Esa larga espiga puede llegar al suelo y en los cultivos de plátanos es conveniente cortarla cuando se acaban las flores femeninas.

Inflorescencia a los 15 días.

Inflorescencia a los 24 días.

Una vez abierta la bráctea aparecen los grupos de flores que liberan la caída de una bráctea. Son flores amarillentas, irregulares. Cada grupo de flores dará lugar a un grupo de frutos unidos, denominados "manos"

Posteriormente irá fructificando la planta, apareciendo los grupos de flores femeninas, de las que nacerán los frutos.

Las primeras 5 a 15 hileras son de flores femeninas, ricas en néctar; en ellas el tépalo compuesto alcanza los 5 cm de largo y los 1,2 cm de ancho, le siguen unas pocas hileras de flores hermafroditas o neutras, y las masculinas en la región apical.

Normalmente se trunca la misma parcialmente para evitar el desarrollo de frutos imperfectos y evitar que el capullo terminal insuma las energías de la planta. El punto de corte se fija normalmente en la “falsa mano”, en la que aparecen los frutos enanos.

El enorme peso de las flores hace que el tallo floral se incline hacia el suelo en poco tiempo; a su vez, el fototropismo de las flores hace que se dirijan en su crecimiento hacia arriba.

En la próxima entrada trataremos sobre los cuidados, plagas y enfermedades de la platanera.

Frase del día:

El que ha osado volar como los pájaros, una cosa más debe aprender: a caer. ”