domingo, 1 de julio de 2018

Injerto de Yema en Escudete

 
Es el método más sencillo de realizar y se utiliza, sobre todo, para la propagación de rosales, árboles frutales y numerosas plantas ornamentales. La época más adecuada para realizarlo es entre julio y septiembre.
 
El injerto de escudete o de yema en T, es un tipo de injerto en el que se separa la corteza del árbol a injertar para introducir una porción de corteza con una yema (escudete) de la variedad deseada.
 
Como norma habitual el grosor del portainjertos ha de estar comprendido entre 2 y 3 cm de diámetro. El injerto en escudete se practica únicamente con plantas jóvenes. Para plantas de diámetro superior hay que utilizar el injerto de hendidura o de corona.
 
El injerto se hace en la cabeza (la parte superior del tallo) para los árboles de tronco y en el pie (a unos centímetros del suelo) para los arbustos o frutales.
 
Por ser un injerto de corteza, este, se debe de realizar en verde, cuando el “cambium” (tejido vegetal meristemático, específico de las plantas leñosas, situado entre la corteza y el leño) tiene actividad, en caso contrario la corteza no despegaría adecuadamente. 
 
     Si el injerto se realiza en primavera, estamos hablando de un injerto a “ojo velando” o “a yema viva”, el cual brotará en los días posteriores. Por el contrario, si realizamos el injerto de yema a finales de verano, la yema brotará a la primavera siguiente, tratándose de un injerto a “ojo dormido” o “a yema dormida”.  
Injerto de Hendidura
Doble (PUA)
Injerto de Hendidura
Simple (PUA)
Injerto inglés o de
 Lengüeta (PUA)
Injerto de tocón 
de rama (PUA)
Injerto lateral 
Subcortical (PUA)
Injerto de Cuña en
Coníferas (PUA) 
Injerto de Corteza
o de Corona (PUA) 
Injerto de
Aproximación
Injerto de Puente Injerto en Escudete
o Yema en T (YEMA) 
Injerto de Parche
o de Chapa (YEMA) 
Injerto de Chip
o de Astilla (YEMA) 

La  mitosis  y  la  meiosis  son  procesos  biológicos  que  permiten  que  la información genética pase de célula a célula y de generación a generación, asegurando así la continuidad de  las especies, y por eso, para la conservación de una especie de árbol, arbusto, etc., se hace necesario EL INJERTO.
 
La primera razón por la que se hace necesario el injerto, es la imposibilidad de lograr la reproducción de la púa por otro medio. Por ejemplo, si se siembran pepitas de una “manzana golden”, se obtiene un manzano pero sus frutos no tendrán nada que ver con la variedad madre.
 
El injerto es la única técnica posible para propagar y conservar antiguas variedades hoy ya desaparecidas.  Con el injerto se consigue una producción precoz, de mejor calidad y mayor cantidad. Se obtiene una mayor resistencia contra plagas y enfermedades. Adaptamos una variedad al clima y suelo del lugar.
 
Ahora bien, y adelantándome a seguras preguntas, os  diré que se pueden injertar todo tipo de plantas. En ese sentido no hay listas fehacientes en ningún lado y todo puede ser. Las probabilidades de éxito aumentan cuanto más “parientes” son ambos materiales, pero…; una lila se injerta sobre ligustro… (arbusto de color gris o verde oscuro con ramas finas y rectas) y, éstos, de parientes no tienen nada...
 
Flor del Ligustro
 
La elección del portainjertos es un punto muy a tener en cuenta, ya que todo el proceso posterior dependerá de esto, por lo tanto ha de ser un árbol sano, bien equilibrado, vigoroso aunque sin exceso, joven, bien adaptado a las condiciones del suelo y del clima del terreno... el soporte del injerto debe ser sobre todo compatible con la púa. Se injertan siempre plantas pertenecientes a la misma familia y casi siempre a la misma especie.
 
La púa, escudete, chapa etc. es la parte más frágil del injerto. Al no tener raíces, se encuentra en una situación delicada hasta que se produce la unión. La púa se toma siempre del extremo de una rama joven, preferentemente recta y que no presente ninguna señal sospechosa de enfermedad.
 
Por lo tanto, el injerto es una asociación entre dos plantas distintas, unidas de tal modo que puedan continuar su desarrollo posterior como una única planta.
 
Una vez soldadas cada una conserva sus características hereditarias. El injerto dará lugar a la parte aérea de la nueva planta, mientras que el patrón aporta el sistema radicular.
 
Para que se produzca una unión permanente entre dos órganos vegetales tiene que existir una armonía de forma y de funciones entre los tejidos que se ponen en contacto. Para que se origine un tejido conductor por donde circule con normalidad la savia es preciso que el patrón y el injerto tengas vasos de un diámetro parecido y que tengan una constitución similar.
   
Injerto de escudete o injerto de yema en T


Para realizar este injerto comenzaremos con una incisión en forma de T en el patrón o portainjertos, y a continuación con la paleta de la navaja se separa la corteza. No es necesario aplicar demasiada presión, al llegar a la madera la corteza debe separar fácilmente.
 

A continuación, se hace el escudete, propiamente dicho, deshojaremos la rama conservando los peciolos (rabillo que une la lámina de una hoja a su base foliar o al tallo) de las hojas, desechamos las bases demasiado gruesas y las puntas demasiado finas, tomando las púas únicamente de la parte central de la rama. Deslice la cuchilla de la navaja por debajo de la corteza a la altura de la yema (el pequeño brote que va unido al peciolo) sin profundizar en la madera.


Mediante un corte longitudinal de 3cm, de abajo hacia arriba y alrededor de la yema, y otro en sentido transversal para separar el escudo. Este escudete se puede confeccionar con o sin madera, en este caso hemos empleado un escudete con madera, la cual ayudará a cicatrizar, mejorando el prendimiento, aunque se puede realizar sin ella (solo con la yema y la corteza).


Tras introducir el escudete en la incisión en forma de T, lo ajustaremos lo máximo posible haciendo ligera presión hacia abajo, teniendo cuidado en respetar el sentido de la vegetación (la yema debe quedar siempre por arriba y el peciolo en sentido ascendente).
 


Es aconsejable recubrir la zona afectada con pasta de injertar, de esta manera evitaremos la pérdida de humedad.
 
Después se ata con plástico de injertar, o con rafia mojada, comenzando por debajo de la yema. Con dar unas pocas vueltas (2-4) a cada lado del injerto es suficiente.
  

Para rematar el atado, se pasa el extremo final del plástico de injertar por debajo de la última vuelta, en el mismo sentido,  y se tensa.
 
 
     Debe establecerse un contacto íntimo entre el cambium de ambas partes, para ello el atado debe ser firme y el escudete no debe sobresalir por encima de la T (si ocurre, se corta el sobrante, quedando a la misma altura).
 
A los 20 días se retiran los plásticos del injerto, se descabeza el patrón por encima del injerto, dejando un tocón de unos 15 cm., donde ataremos el futuro brote, y se reactiva el riego habitual.

 
     Para el injerto de escudete, y de forma general, para todos los injertos en verde, conviene regar un par de días antes de practicar en injerto. Esto ayuda a que la corteza despegue mejor. Una vez realizado el injerto, disminuiremos el riego para evitar un aumento excesivo en la circulación de savia, dificultando el prendimiento del injerto por pudrición de las heridas.
 
Si la corteza no se separa con facilidad se puede deber a que no sea la época correcta y no haya una buena circulación de savia, por falta de agua o por escoger una parte debilitada o dañada del portainjertos.
 
A la hora de practicar el injerto, es muy importante realizar cortes limpios, con una navaja de injertar que este bien afilada y desinfectada.
 
Si se realiza el injerto en primavera con yema de la época, se debe cortar la hoja, para reducir la transpiración, manteniendo el peciolo. A los pocos días, este peciolo es el primer indicador del posible prendimiento del injerto: si se seca y cae de forma natural es correcto, si queda arrugado sin desprenderse, es posible que el injerto no haya prendido. Paralelamente, si el escudete comienza a arrugarse significa que tampoco hay prendimiento.
 
Los injertos de yema crecida prenden al mes de haber hecho el injerto. Un brote joven aparecerá a la altura del escudete.
 
Los injertos de yema dormida ven cómo amarillea y se cae el peciolo en otoño, como si de una hoja se tratara. El brote no se desarrollará hasta la primavera siguiente.
 
Eliminaremos todos los brotes que se desarrollen lateralmente alrededor de los injertos en la parte superior del soporte.
 
En zonas lluviosas puede resultar adecuado realizar este tipo de injerto bajo la modalidad de T invertida, para reducir el riesgo de entrada de agua en el interior de la incisión.
 
El injerto de escudete es el equivalente en los injertos de yema al injerto de corona en los injertos de púa, realizándose ambos en verde, separando la corteza.
 
Cuando se injerta en parada vegetativa, se sustituye el injerto de escudete por el injerto de chip, y el de corona por el injerto de hendidura o incrustación, separando en ambos casos la madera del portainjertos.

Frase del día:
" Algo malo debe de tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado."

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