Si
nunca has sido muy fan de la piel de los melocotones, tienes que saber que su
existencia es intencionada. Aunque esos pelitos tan característicos no están
ahí para evitar que los humanos los comamos, son un recurso de protección del
fruto.
Pese
a que no se sabe exactamente cuál es su función, se cree que actúa como un
mecanismo de defensa que protege la delicada piel del melocotón del exceso de
agua, que podría provocar que se pudriese antes de tiempo. Otros, sin embargo
sostienen que su función es la de disuadir a determinados insectos.
Por
eso el melocotón, como casi toda la fruta, hay que protegerlo de alguna manera,
bien sea mediante fumigaciones, regulares en el tiempo, o mediante la
colocación de unas bolsas de papel, las cuales contendrán el melocotón
evitando, de esta manera que sea atacado por la temible “mosca de la fruta”.
La mosca de la fruta (Ceratitis
capitata) es un díptero de tamaño menor a la mosca común, con tres franjas amarillas
en las alas con una disposición muy característica, y con un abdomen también a
franjas transversales amarillas y grises que la hacen fácil de identificar.
Es muy
polífaga, pudiendo dañar melocotones, albaricoques, caquis, higos, manzanas,
peras o cítricos, entre otros.
Una vez
fecundada, la hembra pone los huevos en la fruta en proceso de maduración. Cuando
eclosionan los huevos, las larvas se alimentan de la pulpa del fruto, y cuando
ha completado todos los estados larvarios se dejan caer del fruto para pupar en
el suelo. De la pupa saldrá de nuevo un adulto, cerrando un ciclo que llega a
representar de 6 a 8 generaciones anuales, en función de las condiciones
climáticas de la zona.
Todas las
plagas, donde el daño lo provocan las larvas dentro de tejidos (ya sea frutos,
hojas o tallos), son difíciles de tratar, ya que quedan a cubierto de cualquier
tratamiento.
Por lo tanto
para combatir estas plagas se utiliza, principalmente, la captura masiva con mosqueros, técnica
que bien usada da muy buenos resultados.
No obstante también
está la técnica tradicional del embolsado individual de los frutos en el árbol,
que se realiza entre los meses de julio y agosto, permanece la bolsa de papel
parafinado hasta el momento de la manipulación, durante un periodo mínimo de
nueve semanas, protegiendo de esta forma al producto de tratamientos, caídas y
plagas.
Con este
embolsado conseguiremos un fruto sano, limpio, seco, de gran calibre y de color
amarillo uniforme, evitaremos pérdidas de cosecha al madurar, así como ataques de plagas y obtendremos un fruto
natural, y sin residuo alguno.
Por
lo tanto, el melocotón es una fruta de piel aterciopelada y sabor suave, y
tiene infinidad de beneficios. Lleno de vitaminas, calcio, potasio, magnesio,
hierro y bajo en calorías, el melocotón debería ser un básico en nuestra dieta
por estos motivos y por más, tales como estos:
- Son una fuente inagotable de antioxidantes, contienen ácido clorogénico que ayuda a proteger el cuerpo de los efectos nocivos de diversas enfermedades.
- Ayudan a prevenir la hipocalemia, al ser estos ricos en potasio; la hipocalemia es un trastorno que se produce cuando el nivel de potasio en la sangre es bajo.
- Ayudan a mantener una piel saludable, al contener una gran cantidad de vitamina C, además efectos protectores sobre la piel contra la radiación ultravioleta.
- Son buenos para la vista, los melocotones son ricos en beta caroteno, que juega un papel importante en el mantenimiento de una vista sana y la prevención de diversas enfermedades oculares, como la ceguera.
- Regulan la digestión, al contener fibra y ser alcalinos, previenen problemas digestivos y eliminan toxinas.
- Aumentan la inmunidad, los melocotones son ricos en ácido ascórbico y zinc, que ayudan a mantener un sistema inmunológico saludable. Mención especial de los efectos que producen en nuestro cuerpo, ya que el, zinc y la vitamina C, favorecen una eficaz cicatrización de heridas, y sus antioxidantes ayudan a combatir infecciones.
- Promueven y fortalecen los dientes, los huesos y reparan los tejidos corporales gracias al fósforo y al calcio que nos aportan. También ayudan en la prevención de diversas enfermedades óseas como la descalcificación, que puede conducir a la osteoporosis. Comer melocotones promueve la remineralización de los huesos, y mantiene su rigidez.
Frase del día:
"Ni el Rey comería... si el labrador no labrase" Lope de Vega Carpio (1562 - 1635) Poeta y dramaturgo del siglo de Oro español.
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