Un enfoque sistemático nos ayudará a maximizar el rendimiento de nuestro cultivo de cebollas y a asegurar una cosecha saludable y de calidad.
Las
cebollas son uno de los ingredientes más utilizados en las cocinas de todo el
mundo y se estima que surgieron originalmente en el centro-oeste de Asia. A lo
largo de la Edad Media, su cultivo se extendió a los países del mediterráneo
donde se seleccionaron las variedades de bulbo grande, origen de las variedades
modernas. España es el segundo exportador de este producto, por detrás de
Holanda.
Está claro que la cebolla es uno de los alimentos más consumido en la dieta mediterránea por su sabor y sus beneficios para la salud.
En el supermercado se puede conseguir fácilmente, al igual que los ajos, pero, ¿qué te parece cultivar este manjar en tu propio huerto? Se puede y es más fácil de lo que crees.
Conozcamos algunas de las mejores prácticas para el cultivo, desarrollo y crecimiento de unas hermosas cebollas:
Las variedades de cebolla y fechas de plantación son dos factores estrechamente unidos, que determinan en gran medida el éxito de los resultados.
Hay variedades de cebollas de día corto, medio y largo, especialmente desarrolladas para obtener los mejores resultados en cada una de las diferentes épocas del año. Así mismo existen diferentes clases de cebolla como la cebolla amarilla, blanca, rojo, dulce, etc. La elección dependerá del clima y del gusto del consumidor.
Una de las mejores épocas para plantar cebollas es a finales de otoño y con la luna en fase menguante. Deberemos de seleccionar unas buenas semillas. Lo más sencillo es conseguir plantones, ya desarrollados, para plantarlos en tierra directamente.
Se ha documentado que las cebollas son altamente susceptibles a la salinidad de la zona de las raíces, así como a altos niveles de cloruro, con una disminución del peso de la planta de hasta un 50% con alta salinidad y con altos niveles de cloruros.
A la hora de efectuar la plantación se recomienda un suelo bien drenado y rico en materia orgánica. La labranza y la incorporación de abono orgánico ayudan a mejorar la fertilidad.
La siembra puede realizarse por semilla o mediante plántulas, pudiendo usar surcos o eras. La distancia entre plantas debe de ser adecuada para permitir un buen desarrollo.
Cuando trasplantemos el plantero a su lugar definitivo, nunca debemos plantar nuestras cebollas a mucha profundidad, con 2-3 cm será más que suficiente. Así mismo es recomendable cortar, tanto las puntas de las raíces como los tallos, 1/3 de su longitud. Lo ideal es cortar las hojas, antes de plantarlas, dejando unos 12-15 cm de parte verde.
A la hora de plantar las cebollas en el suelo, lo efectuaremos en un marco de plantación de 30×15 cm, 30 cm entre líneas y 15 cm entre planta y planta. Hay muchos hortelanos que las dejan a 10 cm entre planta y planta pero se puede dar el caso que la cebolla ensanche bastante y se rocen unas con otras lo que daría lugar a muchos problemas, por ejemplo la competencia por los nutrientes.
La cebolla requiere un riego regular, especialmente durante el crecimiento. Sin embargo, es importante evitar el encharcamiento. Lo correcto es mantener el suelo húmedo, especialmente durante la germinación y el crecimiento inicial.
Sin duda alguna el riego es una de las partes más importantes en el cultivo de la cebolla. La cebolla es una planta muy sensible a los cambios de humedad en el suelo, por lo que la práctica de riego más recomendable es el sistema de riego por goteo.
Este sistema, riego por goteo, es el más recomendable para regar cebollas ya que proporcionará la cantidad necesaria de agua y, asimismo, haremos un uso eficiente de la misma y evitaremos que la planta sea atacada por hongos.
La cebolla necesita mucho sol, principalmente cuando se forman los bulbos. Se trata de una planta de clima templado que necesita calor para desarrollarse bien, además de que el calor favorece su conservación.
Por otro lado, un buen consejo para que las cebollas crezcan sanas, fuertes y con un buen tamaño es utilizar nitrato de potasio en su cultivo. El nitrato de potasio es perfecto para que las plantas reciban la proporción correcta de nitrato y amonio.
Se recomienda una fertilización equilibrada, con un enfoque en nitrógeno, fósforo y potasio. Las aplicaciones deben hacerse en etapas, según el crecimiento de la planta. Aplicaremos fertilizante rico en nitrógeno durante el crecimiento vegetativo y potasio durante la formación del bulbo.
Con respecto a plagas y enfermedades es fundamental monitorear las posibles plagas como la mosca de la cebolla y enfermedades como el moho negro. El uso de pesticidas orgánicos, de manera responsable, puede ser una opción para combatirlas.
Las cebollas pueden tardar de 90 a 180 días en madurar, dependiendo de la variedad. Para saber que la cebolla ha madurado y es apta para su recolección, su hoja debe estar completamente amarilla y seca. Ese es el momento para comenzar a cosechar. De esta manera, se retira con cuidado la cebolla de la tierra y se coloca a secar en un lugar soleado durante dos días. Posteriormente se guardan en un lugar fresco, seco, ventilado y evitando la luz directa para prolongar su vida útil.
Las cebollas no se caracterizan por poseer una elevada área foliar, por lo tanto no cubren gran parte del terreno. Esto es aprovechado por malezas, que toman los recursos libres del terreno y pueden llegar a crecer sin parar hasta competir con la cebolla. Una posible solución es utilizar algún tipo de acolchado, para evitar que salgan, o cobertura de malla.
Procuraremos no efectuar la plantación de cebollas en terrenos donde se ha abonado hace poco, sino más bien el año anterior, ya que por lo general se suelen dar bien en suelos rústicos, pero con el inconveniente de que el bulbo será menor.
Una buena idea sería plantar cebollas en un terreno donde el año anterior hayas abonado con estiércol o plantado alguna leguminosa, así tendrá el suelo el nitrógeno necesario. Así mismo es recomendable no plantar cebollas en el mismo lugar cada año.
Consejos a tener en cuenta para obtener unas buenas cebollas:
· En suelos arcillosos, haremos ligeras cavas para eliminar la capa superficial que se crea después de regar y que perjudica a los bulbos.
· Tanto el exceso de abono como el exceso de riego de las cebollas es perjudicial para su salud.
· Deja de regar las cebollas al menos dos semanas antes de la cosecha si planeas secarlas.
· Aplicar la técnica del pisado para acelerar su proceso de secado y favorecer que el bulbo cierre bien. Se debe realizar 10 días antes de la recolección, en ese momento los tallos deberían estar marchitos, así que deberemos de aplastarlos contra el suelo o doblarlos. Si prefieres consumirlas frescas, recoléctalas día a día, priorizando las más grandes.
Frase del día:
“ La clave es mantener la compañía de gente que te aporta, cuya presencia saca lo mejor de ti.” Epíteto.
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