También conocido como limón chino, es el resultado de un cruce entre una cidra (semejante al limón, pero irregular y de mayor tamaño, de pulpa agria y corteza gruesa y carnosa) y un híbrido de mandarina y pomelo. Por lo tanto, a pesar de su nombre, es muy diferente de un limón.
Debe su nombre a Frank Meyer, el hombre que importó este cítrico de China a Estados Unidos en 1908.
Tanto el tamaño del árbol como sus frutos, son de tamaño medio, inferior a otros limones, menos ovalado que los limones pero no tan redondo como las naranjas. Piel, fragante, suave y de poco espesor, color amarillo profundo, con un ligero tinte anaranjado brillante cuando está maduro.
Hubo un problema con los cultivos de limón Meyer en 1940, cuando este se cultivaba muchísimo en California. Cuentan que la mayoría de árboles estaban afectados por el virus de la tristeza, así que para evitar que éste virus afectara al resto de cultivos de cítricos tuvieron que destruirlos. En la década de los 50, científicos de la Universidad de California desarrollaron esta variedad de limón mejorada y más resistente al virus.
Tiene un sabor moderadamente ácido, más dulce y menos ácido que el de un limón tradicional. Su forma es redonda y ligeramente achatada, en comparación con otros limones. La pulpa es de color amarillo intenso y contiene hasta 10 semillas por fruto.
Limonero Meyer, en maceta. |
Limonero Meyer, en tierra. |
El árbol del limón Meyer puede alcanzar una altura de 2 a 3 metros, si lo plantamos en la tierra, a pesar de que se puede podar más pequeño. Si lo plantamos en maceta, la altura dependerá del tamaño de esta. Sus hojas son verde oscuro y brillantes. Las flores son blancas con una base de color púrpura.
Su aplicación en la cocina es muy amplia, tanto en platos salados como postres. Es apreciado por su sabor distintivo y su aroma cítrico, que es más suave y menos agresivo que el de otros limones. El limón Meyer se utiliza en la preparación de postres, aderezos para ensaladas, salsas, marinadas y bebidas. También se puede utilizar para hacer mermeladas y conservas, zumos, helados cremas y muchos otros postres.
Es una variedad de cuatro estaciones, que produce durante todo el año durante unos 8 meses de los 12, aunque, por lo general, hay dos floraciones al año.
Planta exterior, aunque también puede situarse en interior en una zona luminosa y bien ventilada. Resiste temperaturas de hasta -5 ºC. Dentro de los cítricos enanos, quizás esta es la variedad más resistente a las bajas temperaturas.
Tu árbol empezará a dar frutos a partir de la segunda temporada en adelante. A medida que crezca, el árbol dará más frutos.
Esta variedad de limones se adapta perfectamente a su cultivo en macetas, por lo que si nos decantamos por esta opción el tamaño del árbol resultante variará. El cultivo y cuidado de esta, y de cualquier otra, clase de árboles nos proporciona una experiencia muy gratificante, porque no solo son prolíficos productores de frutos, además sus flores son increíblemente fragantes y hermosas desprendiendo un agradable aroma a azahar.
Para el cultivo y cuidado de esta clase de limones es muy importante la ubicación del árbol, necesitan al menos 6 horas de luz solar directa al día. Su cultivo es más exitoso a partir de portainjertos (los árboles obtenidos a partir de semillas tienden a ser menos saludables e incluso puede que nunca produzcan frutos)
Requieren un suelo bien drenado y arenoso, una fertilización regular durante el crecimiento y suficiente agua para mantener el suelo húmedo pero no encharcado.
El limonero necesita un riego regular pero no excesivo, durante los meses de crecimiento y de más calor, especialmente durante su fructificación ya que como todos los cítricos tolera mal la sequía.
Semillero efectuado con pepitas de limón Meyer.
El riego adecuado es una de las claves para el cultivo de cualquier planta de cítricos, especialmente las que crecen en macetas. Como he dicho anteriormente, el objetivo es mantener la tierra húmeda pero no empapada. Meter el dedo en la tierra, al menos hasta el segundo nudillo, si se siente la humedad en la punta del dedo, pospondremos el riego. Por el contrario si se siente seco, regaremos la planta hasta ver que el agua sale por el fondo de la maceta.
Si la planta está en el interior, especialmente en invierno, cuando hace calor, rociaremos las hojas con agua para mantener hidratado a nuestro limonero.
En exteriores, generalmente, necesitará que lo reguemos una vez a la semana o a lo sumo cada dos semanas.
Los cítricos y el frío no son buenos aliados. La temperatura ideal para el mantenimiento de los limoneros Meyer oscila entre los 10 y 25ºC. Eso significa que, si lo tenemos en maceta, deberemos llevar nuestro limonero Meyer al interior cuando las temperaturas empiezan a bajar regularmente por debajo de los 10 grados.
Es una buena idea aclimatar lentamente cualquier planta a las condiciones exteriores para endurecerla. Una vez que se acostumbre a estar al aire libre, la colocaremos en un área soleada y protegida del viento.
Durante la temporada de crecimiento (primavera a otoño), abonaremos la planta de cítricos con regularidad, ya sea con un fertilizante de alto contenido de nitrógeno o con un fertilizante de liberación lenta para todo uso. Los árboles de cítricos también responden bien a la alimentación foliar adicional con un fertilizante líquido. Deberemos de proceder a la fertilización unas tres o cuatro veces al año.
Una vez en el comienzo de la primavera, otra a principios de verano, otra a finales del verano y por último en otoño. Espaciando la fertilización alrededor de cuatro a seis semanas. Evitaremos, en lo posible, la fertilización excesiva, ya que puede dañar el árbol.
Dependiendo de la situación, las hojas de los árboles pueden volverse amarillas cuando se necesita fertilizante, así que tendremos en cuenta estos cambios.
Una vez se abren las flores necesitan ser polinizadas. En el caso del limonero Meyer nos encontramos ante una planta autopolinizable. Lógicamente si tenemos más de un ejemplar aumentaremos la tasa de polinización. El limón Meyer puede florecer durante todo el año aunque tiene dos temporadas donde lo hace de manera más notoria. Se trata del otoño y principios de la primavera. También podemos colaborar en la polinización mediante abejas, por ejemplo.
Si la plantación la efectuamos en maceta utilizaremos una maceta de 20 litros o más grande que tenga al menos 30 a 40 cm de altura y que posea un buen drenaje. Llenaremos la maceta parcialmente con mezcla para macetas, colocaremos el arbolito en el centro esponjeando las raíces, por la parte inferior, si están enmarañadas y llenaremos con tierra para macetas hasta donde la corona de las raíces aún sea visible. Posteriormente presionaremos firme pero suavemente la tierra y seguidamente procederemos a regarla.
La poda del limonero Meyer es importante tanto para estructurar la planta, de manera que encaje en su espacio, como para que las ramas puedan soportar el fruto cuando este emerja. Recortaremos las ramas largas a medida que se desarrollan, estas ramas normalmente no producen frutos, para que las ramas laterales puedan llenarse y fortalecerse para sostener el fruto.
Trataremos de evitar el excesivo crecimiento vertical, nos interesa que el árbol sea más bien ancho que alto y en vaciar el interior de la copa para permitir una buena circulación de aire y la entrada de luz. Los cortes deben hacerse a 45 grados y mirando hacia arriba para promover el crecimiento. No estará de más eliminar algunos frutos cuando son pequeños (purgado) para mejorar el tamaño de los restantes.
Si mantienes tu limonero en el interior durante el invierno, su fruto puede tardar hasta un año en madurar. Debido a que los cítricos sólo continuarán madurando mientras estén en el árbol, asegúrate de esperar hasta que estén maduros antes de recogerlos.
A menudo, los consumidores notan la excesiva acidez de la fruta. Probablemente, la opinión se formó precisamente a partir de la degustación de especímenes insuficientemente maduros. Un Meyer verdaderamente maduro es muy dulce. Podría decirse que es el más dulce de todos los limones y se puede comer de forma segura sin azúcar.
Tu limonero necesita tiempo para adaptarse a las nuevas circunstancias en las que ha de vivir una vez lo hayas colocado en su ubicación. Después cuando tenga sus primeros frutos necesitará unos 6 meses para que se maduren. La cosecha estará a punto cuando los limones cambien del verde al amarillo y sobre todo cuando tengan un color amarillo intenso, casi anaranjado.
Las plantas que se propagan a partir de semillas generalmente tardan más en producir frutos que las que se propagan a partir de esquejes.
Los árboles que crecen directamente de la semilla darán frutos en 4 a 7 años. Sin embargo, si se usan injertos/esquejes, se puede esperar la fruta en 2-3 años.
Teniendo en cuenta la rapidez con la que las plantas injertadas dan fruto, no es de extrañar que el injerto sea el método de propagación más común.
Por lo general este árbol plantea pocos problemas para su cuidado ya que es muy resistente a las enfermedades y a las plagas, además no tiene espinas.
La paciencia es la virtud más importante de todo hortelano. Todos la tenemos, sólo hay que ponerla en práctica.
Frase del día:
“ Puedes aprender, una línea de una victoria y un libro de una derrota. ”
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