Antiséptica, antioxidante y llena de propiedades calmantes. El Aloe Vera es una de las plantas medicinales con más beneficios.
Y tú, ¿aún no tienes una?
El aloe vera, también conocido como “sábila”, es una de las 250 especies de aloes del mundo y proviene del norte del continente africano. De estas 250 especies distintas de Aloe vera analizadas en los últimos años, solo dos, tienen propiedades medicinales: Aloe barbadensis Miller y Aloe arborescensis.
También se ha descubierto que el gel de las hojas contiene varias sustancias imprescindibles para el organismo humano: aminoácidos esenciales, vitaminas, enzimas, polisacáridos y estimulantes biológicos.
La sabiduría popular tenían razón, por eso el aloe vera se ha ganado un primer puesto en la medicina natural.
El aloe vera es una especie de planta perenne, cuyo nombre científico es “Aloe Barbadensis”, suculenta (plantas con un tejido capaz de actuar como un almacén o reservorio de agua), semitropical, con fuertes raíces fibrosas y numerosas hojas gruesas y carnosas, con bordes dentados, de color verde o verde grisáceo pudiendo medir de 40 a 50 cm de largo y unos 10 cm de ancho.
Su floración es muy particular y suele producirse a finales del invierno. De su base surge un alargado tallo que ofrece una flor tubular, generalmente de color rojo, naranja o amarillo.
Desde la antigüedad, diferentes pueblos y culturas han visto en el aloe vera una inagotable fuente de virtudes. Observaron que cuando se produce un corte en alguna de sus hojas, la herida cicatriza prácticamente de inmediato. Por eso comenzaron a prestarle atención a esta planta y descubrieron sus propiedades y beneficios.
Descubrieron que debido a sus propiedades hidratantes, calmantes y regeneradoras servía para curar quemaduras, heridas y afecciones cutáneas, para combatir las picaduras y prevenir la caída del cabello o, incluso, los problemas de hígado.
Además, se sabe que desde los egipcios (1.500 a.c.) ya era utilizada con fines de belleza y medicina, pues se describen 12 remedios a base de ella en el papiro Ebers, o el “Libro de los remedios”, el cual es uno de los tratados médicos más antiguos.
El aloe vera fue para los egipcios la “planta de la inmortalidad”; para los sumerios una “mágica virtud”; para los templarios “el elixir de Jerusalén”; y para los árabes el “lirio del desierto”, “la fuente eterna de la juventud” y una “planta de primeros auxilios”.
Con el tiempo, a esta lista se añadieron otras propiedades convirtiéndola en una panacea. Sin embargo no todo lo que se cuenta sobre ella es cierto.
La planta de aloe vera es muy similar al cactus por su apariencia puntiaguda y el hecho de que prospera en paisajes desérticos significa que a menudo se confunde con un tipo de cactus. Sin embargo, se trata de un lirio perteneciente a la familia de las Liliáceas.
Se puede cultivar tanto en interior como en exterior, es un cultivo muy resistente, que no necesita muchos cuidados y de fácil mantenimiento. Eso sí, requiere de un buen drenaje, con un sustrato específico para cactus, y unos riegos espaciados, que varían según lo coloquemos en interior o a pleno sol, pudiendo ser, como mínimo, cada 10 o 15 días.
Aunque el aloe vera es una planta muy resistente, lo cierto es que no tolera demasiado el frío. Esto es debido a que "cuenta con unas hojas muy acuosas, y si la temperatura baja demasiado en invierno, la planta puede llegar a helarse y morir."
La plantación del aloe vera se debe realizar al finalizar el invierno. En el mes de marzo es un buen momento, precisamente por la subida de temperaturas y para facilitar el desarrollo de la planta al haber más horas de luz natural. De todas formas, si va a encontrarse en un espacio interior, se puede realizar en cualquier época del año, siempre y cuando haya un ambiente templado de forma continuada en casa; es decir, no debe sufrir contrastes térmicos diarios, algo que le podría perjudicar seriamente.
Busca una ubicación en la que el terreno no sea ni muy húmedo ni muy frío. Asegúrate de que en esta ubicación recibe, al menos, los rayos del sol durante 6 horas diarias y que pueda estar protegida de los mismos en las horas centrales del día, ya que el exceso de sol podría quemar sus hojas.
No es muy exigente con los nutrientes ni el sustrato ya que es capaz de adaptarse a casi todos los entornos cálidos y/o secos; el suelo debe de ser arenoso y con muy buen drenaje, para evitar los excesos de humedad; no resiste heladas ni encharcamientos, por lo que debemos evitar regarla con mucha frecuencia.
El aloe vera, al igual que la mayoría de las crasas o suculentas, experimenta un fenómeno muy particular y es que con el tiempo y si prospera favorablemente comenzarán a nacer nuevas plantas en su base. Por eso es tan fácil plantar aloe vera.
Para trasplantar los hijuelos, espera a que cada uno mida al menos 20 cm, córtalos con cuidado y colócalos en una maceta o directamente en el jardín o huerto. ¡Así de sencillo!
Planta de aloe al que le esta naciendo un hijuelo.
Ahora bien, si no quieres reproducir tu aloe vera, deberás cortar estos hijuelos, cuando vayan brotando, para evitar que robe los nutrientes del sustrato a la planta madre.
Aunque el aloe vera es una planta muy fácil de cuidar y no suele sufrir demasiado el ataque de las plagas, en ocasiones padece la acción de especies como la cochinilla, ácaros y algunos áfidos, así mismo puede presentar ciertos problemas en su desarrollo, tales como:
Si las hojas de tu aloe vera están caídas: puede deberse a varios motivos, así, puede ser por un exceso o falta de agua, una temperatura inadecuada, falta de iluminación o una maceta pequeña.
Si las hojas de tu aloe vera tienen manchas: esto se debe a un exceso de riego. Mete el dedo en el sustrato y si está demasiado húmeda, tendrás que reducir el riego, esperando a que el sustrato se seque por completo antes de volver a regarla.
Si las hojas de tu aloe vera están marrones: esto es debido a un exceso de luminosidad y es algo normal. Esto se debe a los compuestos fenólicos que la planta sintetiza para protegerse de la radiación ultravioleta.
Cada hoja está compuesta de 3 capas:
· La capa externa, una cutícula gruesa que tiene una función protectora e imparte rigidez a la planta.
· La capa media de látex, el parénquima clorofílico que fluye, espontáneamente después de cortar, una savia amarga y amarilla: el jugo.
· Una capa interna que consiste en un líquido espeso y mucilaginoso: el gel.
El jugo y el gel de Aloe Vera son las partes utilizadas de la planta.
El jugo o la savia
También llamado "látex de Aloe", es rico en glucósidos hidroxiantracénicos, principalmente aloína A y B.
El gel o pulpa
Es un mucílago (sustancia orgánica de textura viscosa, semejante a la goma, que contienen algunos vegetales) compuesto de 99% de agua, el resto de los productos que componen este gel y le confiere sus propiedades excepcionales.
El aloe vera tiene una enorme cantidad de propiedades: como ya hemos dicho anteriormente, contiene vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas, etc. Sin embargo, su aprovechamiento depende en buena medida del procesamiento de la materia prima.
Además de sus beneficios externos, el aloe vera también se consume internamente en forma de jugo. Se cree que el consumo de jugo de aloe vera puede ayudar en la digestión, promover la desintoxicación, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la salud en general. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el consumo excesivo de jugo de aloe vera puede tener efectos laxantes, debido al látex que contiene esta planta, y debe ser utilizado con precaución.
En general, el aloe vera es considerado seguro para su uso tópico y consumo moderado, pero es importante tener en cuenta que cada persona puede reaccionar de manera diferente. Siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de utilizar productos a base de aloe vera, especialmente si tienes alguna condición médica o estás tomando medicamentos.
Pero… ¿cómo extraigo el gel de aloe vera de mi planta correctamente?
Es muy fácil hacer tu gel de aloe en casa, para ello sigue estos simples pasos que menciono a continuación:
· Evalúa la hoja de sábila, para asegurarte que esté madura (esta deberá de tener, al menos, 3 años de edad), corta la hoja de aloe desde la base sin dañar a la planta. Necesitaremos recolectar 2 o 3 hojas de aloe grandes y turgentes.
· Es aconsejable, además, que la planta de aloe vera no haya recibido riego en los últimos cinco días, y efectuar el corte de noche o por la mañana temprano.
· Corta con un cuchillo una hoja externa y lávala bien para eliminar cualquier suciedad o residuo.
· Poner a remojar durante 24 horas en un vaso con agua y un poco de sal (la hoja siempre debe permanecer vertical con la parte del corte remojado en agua para limpiar el acíbar).
· Corta el tercio superior de la hoja y quita los bordes con las espinas con cuidado.
· Coloca la hoja sobre una tabla y corta la capa superior e inferior y coloca el gel en un recipiente limpio.
· Si lo deseas, puedes utilizar una cuchara para raspar suavemente el gel de aloe vera que haya quedado en la parte interna de la hoja.
· Colocamos todo el gel que hayamos obtenido en un vaso de batir y aplicaremos la batidora a baja velocidad para que la pulpa se homogenice hasta alcanzar la textura de un gel. Este paso es opcional, pero puede facilitar la aplicación del gel.
· Transfiere el gel de aloe vera a un frasco de vidrio limpio y sécalo bien antes de cerrarlo con la tapa.
· Guarda el frasco en el frigorífico para prolongar la vida útil del gel. Recuerda que al ser un producto natural, su duración puede ser limitada, por lo que es recomendable usarlo en unas semanas y prepararlo en pequeñas cantidades.
Comúnmente se conoce al aloe vera como la planta de los mil usos y las propiedades anteriormente mencionadas nos dan una pista de los beneficios que puede conllevar el consumo de esta planta.
El aloe vera actúa como desintoxicante, depurativo, digestivo, bactericida, regenerador celular, antiséptico, antiinflamatorio, analgésico, antiviral, inhibidor del dolor, anti-coagulante, estimulador del sistema inmune.
Y a nivel tópico tiene propiedades hidratantes, calmantes y regenerantes.
Además de todos estos usos, propiedades y beneficios, podemos destacar que:
· La NASA lo utiliza porque absorbe el 90% de la toxicidad de la fibra de vidrio, los barnices, las pinturas, las radiaciones de los ordenadores, los televisores y demás aparatos electrónicos.
· El aloe vera es uno de los mejores regeneradores celulares debido a la alantoína que posee. Por ello, su uso ayuda a curar una herida más rápido y a reducir las cicatrices.
· En picaduras de insectos, el aloe es un gran aliado, ya que alivia de forma inmediata y ayuda a bajar la inflamación.
· El aloe vera es ideal después del afeitado, ya que aporta frescura y regenera rápidamente. En la depilación, evita las erupciones, granitos o rojeces que salen como consecuencia de la cuchilla o la cera.
· El aloe vera hace milagros con las quemaduras solares, gracias a sus propiedades refrescantes, antisépticas y antibacterianas.
· El aloe vera no es solo una tendencia actual, ha ayudado a las personas a mejorar su salud y su apariencia durante siglos.
· El uso más popular del aloe es para el tratamiento del acné, ya que permite regenerar los tejidos desde el interior hacia el exterior, absorbiendo el exceso de grasa.
· Los expertos aconsejan que cuando hay presencia de acné se debe lavar bien la cara con jabón de aloe vera por la mañana y noche.
Para su uso cutáneo, lo ideal es utilizar plantas de entre 3 y 5 años, ya que sus hojas están más maduras y han desarrollado todas sus propiedades. Además, cuentan con una mayor capacidad de regeneración.
Una vez queremos utilizar las hojas, hay que tener en cuenta que antes de cortarlas se debe esperar unos 5 días tras haber regado el aloe, de esta manera el gel estará más concentrado. Se debe escoger las hojas más grandes de la parte interior de la planta y las más próximas a la tierra, pues son las más maduras.
El corte debe realizarse lo más cerca posible del tallo con un cuchillo o tijera bien afilada y procurando no dañar la planta. No es aconsejable retirar más del 10% de la planta y antes de volver a cortar de nuevo hojas hay que esperar a que hayan brotado nuevas. Una vez cortada, conviene utilizar el gel o la hoja inmediatamente, pues conserva sus propiedades durante muy poco tiempo.
Para mantener nuestra planta sana y libre de heridas expuestas, es muy importante retirar la hoja completa y no solo cortar una parte de la punta, de esta manera mantendremos la estética de nuestro huerto y la salud de nuestros cultivos.
Frase del día:
“ Con el conocimiento se acrecientan las dudas. ”
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