jueves, 2 de febrero de 2023

El Ajo, un cultivo de lento crecimiento

El cultivo estrella del invierno, un cultivo de lento crecimiento.

Como es habitual, la primera siembra, o la última del año anterior, son los ajos. Este año comienza con temperaturas muy suaves, con escasez de lluvias y con temperaturas que rozan los 20 ºC.

Si nos orientamos por el calendario lunar, y según el dicho popular, cuando la luna mengua se siembra todo lo que va hacia abajo, y cuando crece se siembra lo que va hacia arriba. Este conocimiento ancestral que tienen los agricultores no falla nunca, por lo que el ajo debe plantarse en luna menguante.

Por otra parte, el clima no tiene demasiada importancia a pesar de ser una planta de secano, pero si es más frío, el ajo adquirirá un sabor más picante.

Es una planta rústica que no teme al frío, aunque si a las heladas intensas. No tolera bien las tierras de cultivo húmedas y pesadas. Así mismo no requiere labores profundas, aunque la tierra debe de ser fina por la parte superior del cultivo. Es exigente en cuanto a materia orgánica, pero esta no ha de estar fresca.

Por tanto, el ajo prefiere los suelos arenosos, poco arcillosos y calcáreos, fértiles, permeables y trabajados con una anticipación a la siembra. Al ser muy sensible a la humedad no necesitaremos regar sus plantas en exceso, ya que se trata de una planta de secano.

Al ajo le molestan las temperaturas altas en la etapa de formación de hojas, desarrollándose estas de forma negativa si superamos los 16 °C; por otro lado, paraliza su crecimiento por debajo de 0 °C. Es por tanto una hortaliza adecuada para su cultivo en pleno invierno.

Estado del huerto el pasado 14 de enero.

Al igual que la cebolla, necesita el estímulo de los días largos para iniciar la formación del bulbo. Para que comience la formación del bulbo es necesario que la luz de los días sea más duradera (alrededor de 12 horas) y la temperatura oscile entre los 18 y 20 ºC.

Como he dicho anteriormente, no debemos regar demasiado el ajo, porque en este caso, o bien se pudre, o bien saldrán flores amarillas y los ajos que recolectemos serán de un tamaño muy escaso.

La recolección del ajo comienza a finales del mes de mayo, y suele extenderse hasta finales de julio.

Pero veamos un poco como se cultiva el ajo y variedades de ajos. Existen  diversas variedades de ajos con diferencias de color, tamaño, aroma, precocidad, etc. aunque, sin entrar en detalles, podríamos agruparlos en 2 grupos:

·    Ajo blanco: De buena productividad, aroma fuerte y buena conservación. Suelen consumirse secos. es la variedad más conocida y que más tiempo se conserva. Destaca por su sabor suave y mayor tamaño de dientes. Son carnosos y están recubiertos por una fina envoltura de color blanco plateado. Apenas aporta calorías y contiene una gran cantidad de antioxidantes y vitaminas.

·    Ajo morado: Es más temprano, poco resistente a la humedad y se conserva peor que el blanco, suelen consumirse tiernos. El ajo morado tiene un tamaño de diente más pequeño que el blanco, pero un sabor más intenso (probablemente el sabor más fuerte de todas las variedades de ajo). Tanto la piel exterior como el diente interior presentan una coloración violeta parcial, y es la variedad más resistente a la humedad.

El ajo es un alimento con alto valor nutritivo, pocas calorías y rico en vitamina C, B6 y manganeso. Además, mejora la circulación de la sangre, es bueno para el hígado y para los resfriados.

A todos estos beneficios se le suma que, es una planta fácil de cultivar y de cuidar, por parte del hortelano, y su siembra es una de las más sencillas y gratificantes que hay para comenzar a experimentar cultivando.

Para hacer esta siembra desgranaremos la cabeza y sin dañar ni los primordios radiculares ni el ápice por donde brotarán las primeras hojas se separaran todos los dientes. Utilizaremos los dientes grandes y medianos (externos de la cabeza), desechando los centrales, llamados cunas.

Ajos plantados el pasado 14 de enero de 2023.

La siembra se realiza durante el inicio del invierno, de diciembre a mediados de enero, aunque en lugares fríos se siembra incluso a finales del otoño.

No es aconsejable retrasar la siembra mas allá de enero, como nos recuerda el refrán castellano, “Cada día que pasa de enero, un ajo pierde el ajero”. No obstante, y como he dicho anteriormente, hay zonas muy frías en las que se retrasa la plantación hasta marzo.

Hemos de tener en cuenta que hasta la segunda o tercer semana, dependiendo del clima, los brotes no empezarán a sobresalir, y que será en primavera cuando su desarrollo se acelere. A mediados de primavera (unos 20 días antes de su recolección) deberemos de anudar los tallos y cuando veamos que tres cuartas partes del follaje amarillean, será el momento de cosecharlos.

En los terrenos más secos colocaremos la simiente (los dientes) en el fondo del surco y en los húmedos, sobre el caballón (formando una fila en la cumbre) o una a cada lado del mismo (tresbolillo).

La profundidad de siembra oscila entre 3 y 5 cm, siempre con la punta hacia arriba. ¡Ojo! no nos equivoquemos en la posición de los dientes, el ápice va hacia arriba y la raíz hacia abajo. Cada diente se coloca a 15 cm del otro, y cada fila de dientes se separa unos 30 cm, como mínimo, lo suficiente para que nos quepa la herramienta de desbroce que tengamos y proporcionar una buena aireación para evitar problemas con los hongos que pueden atacar a nuestros ajos.

Si la primavera es lluviosa, se comportará como un cultivo de secano hasta abril, fechas en las que debido al aumento de las temperaturas será necesario dar un segundo riego, y tal vez otro en mayo. El riego deberemos de suspenderlo, totalmente unos 15 – 20 días antes de proceder a su recolección.

El ajo es una hortaliza que por la estructura de sus hojas no compite bien con las adventicias por la luz, por lo que es recomendable hacer desbroces de manera que las líneas de cultivo permanezcan limpias de hierba durante el proceso de crecimiento.

A mediados de primavera es posible que comiencen a salir tallos con una flor. Si dejamos que la flor crezca, el ajo va a movilizar todos los nutrientes hacia la misma y “descuidará” el tamaño del bulbo por lo que, procederemos a cortarla.

 Para ello, y cuando el tubo floral alcance 15 cm aproximadamente, con una mano sujetamos firmemente el tallo del ajo, para evitar que se desprenda del suelo, y con la otra tiramos del tallo floral y éste último se va a cortar.

Con respecto a los ajetes o ajo tierno el cultivo es el mismo, la diferencia radica en la recolección. El ajete es el tallo del ajo, antes de que éste madure y forme la cabeza. Si lo recogemos antes de que madure el ajo y se convierta en una cabeza de ajo, tendremos el ajete que podemos consumir antes, si no queremos dejar madurar la planta. Es más, un ajo tierno que haya iniciado la bulbificación habrá perdido calidad como tal.

¡¡¡ Sí !!! Es una planta que podemos cultivarla perfectamente en maceta y, además, poder obtener una excelente cosecha. Como norma, y al igual que si la plantación la realizásemos en nuestro huerto, elegiremos los ajos que estén adaptados al clima en el cual vivimos. Seleccionaremos los dientes más grandes, sin zonas blandas, arrugas ni deformaciones.

El procedimiento a seguir será el mismo que el realizado en el cultivo en el huerto. Aunque una cosa fundamental es proveer a la maceta de un orificio de drenaje para evitar encharcamientos.

Consejos a tener en cuenta a la hora de cultivar ajos:

·    Es importante que los ajos que plantes vengan de cultivos ecológicos, y sean ajos de siembra. Los ajos de los supermercados están, en muchas ocasiones, sometidos a procesos de esterilización o son conservados en cámaras frigoríficas que hacen que pierdan la capacidad de germinar.

·    Es recomendable cultivar el ajo lejos de legumbres y coles y próximo de zanahorias, tomates o cebollas.

·    Es una planta fácil de mantener y no suele tener problemas de plagas, aunque no está de más vigilar el cultivo y mantenerse alerta.

·    En primavera comenzarán a salir tallos de nuestros ajos. Para que el bulbo de los ajos crezca en condiciones se recomienda arrancar la flor ya que si no concentrará todos los nutrientes en ella y el bulbo será más pequeño.

·    Otro punto clave es el anudado del ajo. Las hojas se tienen que secar para que los nutrientes se concentren en el bulbo. Para conseguirlo basta con atar un nudo normal y corriente, con las hojas de la planta, en la base del tallo, unos 20 días antes de proceder con la recolección.

·    Por último, y para conseguir una conservación óptima del ajo, deberemos de dejarlo secar al sol durante dos o tres días, pudiendo ser en el mismo terreno de donde los hemos arrancado. Posteriormente pasaremos a conservarlos en un lugar seco y con buena ventilación.

Referente a plagas y enfermedades, es una planta poco propensa a ellas, no obstante le suele atacar el escarabajo, la noctuela (género de mariposa emparentada con la polilla) y la mosca.

Las enfermedades más habituales que puede padecer son mildiu, roya y podredumbre.

Para evitar esto, la mejor defensa es hacer rotación de cultivos y, en el caso de desarrollar alguno de estos males, evitar la siembra en el mismo lugar durante algunos años.

Cebollas de Fuentes.

Habas.

Conjuntamente con berzas, coliflores y puerros, estos son los cultivos principales que, actualmente, hay en el huerto.

Frase del día:

Lo que cuenta no son los años en tu vida, sino la vida en tus años. ”

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