viernes, 8 de febrero de 2019

La plantación de las MORERAS

¿Y por qué no cultivar una morera en tu jardín?
 
Eso mismo estará pensando todos los gusanos de seda del mundo. 
  
Seguramente aún tengamos muchos espacios en nuestro jardín para ir completando con árboles como el que presentamos hoy, la morera o Morus alba como se conoce científicamente. Todo el mundo conoce sus frutos y el uso que se suele dar a sus hojas, así que, ¿por qué no tenerlo en nuestro jardín? 
 

La morera requerirá al menos 10 años de crecimiento para comenzar a cultivar sus deliciosas bayas. 
  
Hay tres tipos principales de árboles de morera: la morera roja nativa (Morus rubra), la morera blanca de Asia oriental (Morus alba) y la morera negra del suroeste de Asia (Morus nigra). 
  
A lo largo de los años, se han observado 150 especies diferentes de moreras, pero solo de 10 a 16 de ellas son aceptadas como especies verdaderas por la comunidad botánica. Si quieres conocer algo más sobre las moreras pincha en este enlace
  
Pero la moreramorus alba” es la especie más representativa de la familia de las moráceas. Es un árbol que si lo dejamos crecer al cabo de muchos años puede llegar a los 15 metros de altura, aunque lo normal es encontrarlo como mucho con 5 m de altura.
 
Originalmente vienen de Asia y es una zona geográfica donde aún se sigue cultivando mucho, aunque hoy en día está extendido a lo ancho y largo del planeta. En España es típico verlo en parques, jardines y como árbol de alineación en aceras, aunque tiene la desventaja de que las moras que caen al suelo manchan la calzada o se pegan de forma molesta a los zapatos. 
 
A la hora de cultivar nuestra morera seleccionaremos  un sitio de plantación que reciba pleno sol y que esté al menos a 2 metros de distancia de las estructuras. Las moreras tienen sistemas de raíces poco profundas y con una distribución agresiva, por lo que deberemos plantar estos árboles lejos de las aceras, caminos y edificios. 

  
Es un árbol idóneo tanto para zonas que sufran temperaturas frías en invierno como muy cálidas en verano. La morera prácticamente lo aguanta todo, en cuanto a temperatura, y es por eso que está extendida, como hemos dicho, por todo el mundo. 
  
La morera es un árbol resistente a la sequía. Es un cultivo que acostumbra a tener buenas condiciones de humedad, aunque evitaremos que se produzcan encharcamientos (cosa que le va muy mal al árbol). La sequedad, aunque pueda resistirla, le afecta a su crecimiento y al tamaño de las hojas. 
  
Se debe regar regularmente al menos dos veces a la semana durante el verano y alrededor de cada 7-9 días durante lo que resta del año. 
  
Existen muchas formas de obtener nuevas especies de moreras, diferentes si utilizamos semillas, o idénticas si utilizamos esquejes o acodos. 
  
En la multiplicación por esquejes, seleccionamos un trozo de rama joven (6 meses a 1 año) con buen volumen de yemas. Cada esqueje o estaca tendrá entre 30 y 60 centímetros de longitud, induciremos al crecimiento de raíces introduciendo en la tierra 3 ó 4 yemas del esqueje. 
  
Morus alba es un árbol que admite podas, con el fin de generar una sombra amplia. Podemos diferenciar 2 tipos de poda, la de formación y la de mantenimiento. Básicamente la primera de ellas se realiza en los primeros años de vida, donde se definirán las ramas futuras que formarán la estructura principal del árbol. Con la poda de mantenimiento, se eliminan ramas entrecruzadas, enfermas o viejas, y podremos hacerlo cada año. 
  
 
   Recuerda siempre que es necesario hacer cortes limpios intentando evitar el desgarro en el área de corte.
 
No hay que olvidar que la Morera posee una enorme capacidad de vigor y brotación durante su desarrollo. Las ramas de estructura, es decir aquellas que se encuentran más cerca del tronco principal, normalmente se van engrosando anualmente hasta crear auténticos “muñones”, los cuales es posible cortar con el fin de promover la renovación de dichas ramas el próximo año. 
  
Esta clase de poda de rejuvenecimiento” es llevada a cabo cada 4-6 años y resulta conveniente repartir la renovación completa de sus ramas de estructura en unos 2-3 años; un año se podan unas y el siguiente otras, hasta haberlas podado todas. 
  
A la hora de podar efectuaremos cortes cerca del tronco. Dejaremos una pequeña área hinchada donde la rama emergió del tronco, pero quitaremos el resto de la rama. 
  
Poda el árbol en invierno, en la zona en la que nos encontramos, (Comunidad Valenciana), se suele realizar a mediados de Noviembre. Se realiza en estas fechas por que el árbol está inactivo durante el invierno permitiendo  que el árbol sane la herida fácilmente y minimizando la posibilidad de que las enfermedades u hongos entren al árbol a través del corte. También influye que durante el invierno hay menos enfermedades y hongos activos. 
  
Este árbol también muestra buena tolerancia a la contaminación, lo que lo hace popular en las zonas urbanas. Sin embargo, al igual que otros árboles frutales pequeños, las moreras, a veces, son vulnerables a los daños causados por animales que comen corteza, como roedores, conejos, venados etc. 
 
Los roedores, como ratones, ratones y ardillas, pueden causar graves daños a las moreras y otros árboles frutales pequeños, eliminando la corteza de las raíces expuestas o la base del tronco. Si se retira la corteza alrededor de la base del tronco de un árbol, esto ceñirá al árbol y evitará que los nutrientes esenciales viajen a las hojas y ramas, lo que provocará la muerte del árbol. Dado que el daño por roedores a menudo ocurre muy bajo en el suelo, no siempre es evidente. 
  
Los conejos son otro autor común del daño de la corteza. Los conejos generalmente comen corteza solo durante el invierno, cuando la nieve cubre el suelo y hace que sus fuentes de alimentos habituales no estén disponibles. 
 
El daño del conejo aparecerá ligeramente más alto en el árbol., desde unos pocos centímetros hasta 1 metro. 
  
La mejor manera de prevenir el daño animal a la corteza de un árbol es cubrir el tronco con un protector de árbol, dejando espacio dentro del cilindro para que el árbol siga creciendo. 
  
Las moscas blancas son generalmente muy pequeñas (no miden más de 1 a 2 milímetros de largo) y están cubiertas con una sustancia cerosa y blanca. 
  
La hembra de la especie incrusta sus huevos en las hojas infructuosas de la morera, que permanecen hasta que los huevos alcanzan la etapa larvaria. Luego, las larvas se alimentan de los tejidos de la hoja, segregando una sustancia cerosa, o mielada, que crea una película pegajosa que deja la morera infructuosa y susceptible a la formación de moho. 
 
Suele verse afectado por pulgones durante el verano. 
 
Una forma efectiva de proteger sus árboles de morera infructuosos de los parásitos es mantener el árbol saludable y libre de estrés. Planta su árbol en un área que reciba luz solar total o parcial y que tenga suelo arcilloso y húmedo. El árbol de la morera infructuosa puede soportar largos períodos de sequía, pero proporcionar el riego profundo ocasional promueve la salud y la vitalidad del árbol. 
 
En su momento tenía pensado la plantación de 4 moreras, pero como dice la sabiduría anciana, “Si quieres sombra planta un árbol, pero si plantas un frutal tendrás sombra y fruta.”  
  
Frase del día:
" No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella "
 

1 comentario:

  1. Unos vecinos quieren cortar una morera preciosa q está en la zona ajardinada del edificio,porque dice q rompe tuberías de agua y tira los muros.Yo me opongo.Q me aconsejáis además de la poda y hacer un muro de cemento cavado para q no pasen raíces por donde no queremos q haga daño.

    ResponderEliminar

Gracias por comentar