martes, 14 de junio de 2022

Marcos de plantación

Hemos visto que en distintas crisis históricas las ciudades han desarrollado amplios programas de agricultura urbana para poder asegurar el abastecimiento de sus habitantes. Si bien el sentido de los huertos urbanos ha ido variando a lo largo de la historia, y sus usuarios, organización y funciones son distintas en cada momento, siempre se han mostrado como un elemento fundamental en estrategias de resiliencia urbana.

Un huerto urbano es un espacio que dedicamos al cultivo de alimentos por nuestra cuenta y de forma natural, es decir, sin llevar a cabo prácticas como las de la industria convencional, como puede ser el empleo de sustancias químicas o de fertilizantes.

La idea es regresar a las prácticas del cultivo natural (ahora también llamado cultivo ecológico) y producir alimentos más sanos.

Sin embargo, lo que ganamos al construir un huerto urbano en casa no es solo eso. El efecto positivo que generamos es mucho más amplio. Veamos algunas de sus ventajas:

·      Estimula el autoconsumo: Los huertos urbanos no solo son una tendencia. Cuando se asumen como un proyecto a largo plazo, pueden convertirse en una vía para el autoconsumo de alimentos. Además de la satisfacción personal que esto genera, contribuimos a disminuir la oferta de alimentos que se producen bajo la lógica del consumo masivo.

·     Mejora nuestra relación con los entornos: Gracias a un huerto urbano, conocemos de cerca los ciclos naturales de la tierra y las condiciones propias de nuestro entorno. Al hacerlo, fomenta en nosotros el respeto hacia el medioambiente y la necesidad de conservar los recursos que usamos día a día.

·    Promueve prácticas sostenibles: Al ser nosotros mismos los encargados de gestionar y mantener el huerto, podemos multiplicar las prácticas sostenibles que algunas empresas u organizaciones ya ponen en marcha para conservar el medioambiente y el equilibrio planetario.

Podríamos marcar varias etapas de la evolución del significado de los huertos urbanos. En sus comienzos, en la ciudad industrial del XIX y principios del XX, eran prácticas necesarias para la subsistencia, en un contexto de desposesión que dejó a amplias capas sociales desprovistas de medios de sustento. Los huertos se utilizaron también como instrumentos de control social y de modificación de los hábitos y estilos de vida, y se regularon fuertemente para evitar que pudieran proporcionar una excesiva autonomía a sus beneficiarios.

Ajos a punto de su recolección.

Recolección de los ajos.

A partir de los años 70 los proyectos de agricultura urbana se relacionan con la autogestión, el desarrollo local, la mejora de entornos degradados, la integración social, el fortalecimiento comunitario y la educación ambiental.

Después de un largo periodo en el que los huertos se han entendido básicamente como elementos de ocio o asistenciales, en la actualidad cobra fuerza el objetivo de hacer más sostenibles las ciudades, y de lograr la inserción de la naturaleza en ellas mediante corredores ecológicos y otro tipo de espacios verdes que influyan positivamente en el metabolismo urbano y que aumenten la biodiversidad.

 

 

Parra de Uva Blanca.

Plataneras y Níspero.

Pero, como por norma general, los huertos urbanos son de dimensiones reducidas, deberemos de optimizar en todo momento el terreno del que disponemos y, para tal efecto, disponemos de los llamados marcos de plantación.

El marco de plantación es la distancia recomendada entre plantas y líneas de cultivos. Por ejemplo, el de una acelga es 30 x 40 cm. Los 30 cm son la separación entre una planta y otra. Los 40 cm es la separación entre hileras o filas de cultivos.

Teniendo esto en cuenta, existen diferentes formas de disposición de las plantas. Estas son las más populares:

·     Cuadrado: también denominado marco real”. La distancia entre plantas y filas es siempre la misma de manera que cada una de ellas se sitúa en el vértice de un cuadrado.

·      Tresbolillo: cada planta se sitúa en el vértice de un triángulo equilátero, guardando siempre la misma distancia entre plantas que entre filas.

·      Cinco de oros: es un marco real o rectangular pero con una planta en el centro de cada cuadrado o rectángulo. Debe su nombre a que asemeja a la disposición del cinco de oros en la baraja española.

El marco de plantación en los cultivos es importante, con una separación idónea de las plantas obtendremos cultivos más productivos y con menos riegos de plagas y enfermedades.

Así mismo el marco de plantación también es importante para conseguir una ventilación y aireación óptima para los cultivos hortícolas. Favorecerá el cuajado de los frutos y las hojas de las plantas recibirán toda la luz que necesitan para su desarrollo.

Veamos ahora algunos marcos de plantación, así como el período recomendado para su recolección, de algunas verduras y hortalizas:

·     Acelga: Como he dicho anteriormente, el marco de plantación es de 30x40 cm. La recolección se produce a los 50-60 días. Podemos recoger hojas sueltas o  la planta entera.

·      Alcachofa: La alcachofa es una planta ideal para sembrar en invierno y primavera. Su sabor es intenso y suave. Necesita un suelo profundo y rico en materia orgánica. El riego debe ser espaciado, pero abundante. La plantación debe realizarse a 80 x 100 cm. Permite la recolección de 4 o 5 cosechas. Se recomienda recolectar a los 5 meses antes de que la alcachofa se abra.

·      Berenjenas: La época ideal para plantar las berenjenas es el verano, pero podemos también plantarlas en primavera, con la llegada del buen tiempo. El suelo para su cultivo debe estar suelto, pero bien abonado y que retenga la humedad. El riego debe ser moderado. La plantación se realiza a 60 x 100 cm. Si queremos limitar la producción de sus frutos, se recomienda podar la planta. La recolección se realiza a los 3 meses. Se suelen producir entre 10 y 30 berenjenas por planta.

·      Cebollas: La cebolla se puede cultivar durante todo el año. El suelo debe de ser ligero, aireado y con poca materia orgánica. El riego debe ser regular al principio, espaciándose poco a poco. La plantación se realiza a 30 x 15 cm. Y se recolecta a los 3-4 meses. Es aconsejable dejarlas secar, en el propio terreno donde han estado, cuando procedamos a su arrancado.

·      Coliflor: La coliflor es una verdura que se puede cultivar durante todo el año. El suelo debe de ser arcilloso, aireado y con materia orgánica. El riego debe ser espaciado, pero abundante. La plantación se realiza a 60 x 70 cm. Se pueden atar las hojas para proteger la piña del sol. Se recolecta a los 3-4 meses.

·      Fresón: Es un cultivo ideal para cualquier estación del año. El suelo debe de estar bien abonado, blando, pero no demasiado calizo. El riego debe de ser espaciado. Sin embargo, cuando empieza a florecer el fruto, deberemos de regarlo con más asiduidad. La plantación se realiza a 30 x 40 cm. Se recomienda acolchar con paja para evitar pudriciones. Se recolecta desde finales de primavera hasta el otoño.

Mi Huerto el pasado día 8 de Junio.

·      Judías: Si las temperaturas acompañan, se pueden empezar a plantar en el mes de marzo. No les gusta ni el exceso de frío ni de calor. El suelo debe ser rico en fósforo y potasio. Podemos sembrarlas directamente  2 o 3 semillas con un marco de plantación de 40 x 100 cm. El riego debe conservar la humedad, pero sin encharcar. Las judías germinarán entre 8-10 días, dependiendo de la variedad. Se recolectan cada 8-10 días.

·      Lechugas: La lechuga se puede cultivar durante todo el año. El suelo debe ser suelto y fértil. El riego debe ser frecuente, sin mojar la parte central. La plantación se realiza a 30 x 40 cm, aunque varía en función de la variedad. La recolección se realiza a los 30-40 días, atando previamente las variedades romanas.

·      Pimiento: Existen muchas variedades de pimiento: verde, rojo, amarillo, guindilla… El pimiento se suele cultivar en verano. Pero podemos cultivarlo en primavera, en función del tiempo. El suelo debe ser ligero y rico en materia orgánica. Se debe regar con regularidad, pero sin encharcar la mata. La plantación se realiza 40 x 50 cm. Se recoge a los 2-3 meses, aunque de forma escalonada.

·   Pepino: El pepino se siembra a partir de primavera y cuando las temperaturas son superiores a 15ºC. Necesitan un suelo rico en nutrientes y abonado cada 2 semanas. En cada hoyo, introducimos un par de semillas. Cuando germinen (8-10 días), seleccionamos la plántula más fuerte. El marco de plantación es de 50 x 80 cm. La tierra debe estar húmeda, pero sin encharcar. Los frutos se recogen a las 10 semanas, cuando midan aproximadamente entre 10-20 cm.

·      Puerros: Los puerros se cultivan todo el año. El suelo debe de estar bien abonado y algo húmedo en verano. El riego ha de ser moderado, pero frecuente. El marco de plantación es de 15 x 30 cm. Y se recolecta a partir de los 4 meses, de forma escalonada.

·   Tomates: La época por excelencia para el cultivo del tomate es el verano. Pero también lo podemos plantar en primavera si el tiempo es bueno. El suelo debe estar bien nutrido, esponjoso y aireado. El riego del tomate debe ser frecuente, pero sin encharcar. La plantación del tomate se realiza a 40-50 x 60-70 cm. Conviene enterrar la parte del tallo. Los de mata alta requieren tutor y poda. En cambio, los de mata pequeña, como los cherry y los tomate pera no. La recolección se realiza a los 2-3 meses.

·      Zanahorias: Las zanahorias necesitan un suelo rico en potasio, sobre todo en la fase de crecimiento. Se siembra en semillas, con un marco de plantación de 1 x 4 cm. Germinan entre 5-25 días. Necesitan un riego suave, que mantenga la humedad. Se recolectan en 3-4 meses.

Pero como he dicho infinidad de veces, para que la producción de nuestro huerto sea efectiva, hacen falta unos polinizadores y que mejor que para ello, disponer de una colmena cerca de nuestro huerto?

Tabla, sombrilla, para mitigar el calor veraniego de la colmena.

Las plantas compiten entre sí, todas quieren ser polinizadas, ya que sólo entonces podrán reproducirse. Los sentidos de las abejas están adaptados a las señales que emiten las flores, por un lado su color y por otro su olor. Las abejas pueden ver los colores, y prefieren volar sobre las amarillas y azules ya que no ven el color rojo. Por ejemplo, sólo ven la amapola como una mancha oscura.

Sin embargo, las abejas pueden ver la luz ultravioleta, y las plantas con flores “saben” esto, por ello tienen pigmentos que reflejan la luz ultravioleta. Las abejas saben donde están las fuentes de néctar y por tanto cuáles son los lugares óptimos para aterrizar.

Es increíble que las abejas sólo pueden ver los colores a una velocidad de vuelo máxima de 5 km / h, a mayor velocidad ven su entorno en blanco y negro.

Las abejas huelen con sus antenas. Gracias a la movilidad de sus antenas, también pueden oler espacialmente, lo que les permite saber la dirección de la que provienen los olores y dirigirse directamente a la planta en flor, polinizarla y recoger el néctar.

Las abejas chupan el néctar, la base para la miel, con su trompa y lo almacenan en su “estómago de miel”. El polen, que contiene una gran cantidad de proteínas y se utiliza sobre todo para criar a la prole, es recogido por las abejas casi al vuelo. Se adhiere a los pelos de las abejas, y cuando éstas visitan la próxima planta de la misma especie lo transfieren en cantidades adecuadas a su estigma.

Las abejas visitan alrededor de 100 flores por vuelo de pecoreo, con una velocidad de hasta 30 kilómetros por hora. Con diez vuelos al día, visitan unas 1.000 flores, sin embargo son capaces de realizar hasta 40 vuelos diarios lo que aumenta la cifra considerablemente. Por lo tanto, si de las colmenas salen diariamente unas 20.000 abejas varias veces al día, unos 20 millones de flores se polinizan diariamente. Si quieres conocer algo más sobre las abejas, pulsa en este enlace.

Cuando la abeja encuentra una importante fuente de alimentos, comparte esta información con sus compañeras efectuando diversas danzas (circular y de meneo), que son el primer paso para un reclutamiento efectivo.

Frase del día:

La tristeza es un lujo que solo pueden permitirse los jóvenes. ”