martes, 7 de septiembre de 2021

Septiembre y el Huerto

Durante el mes de septiembre en el hemisferio norte, y en concreto en España, vemos como los días se acortan,  las temperaturas comienzan a descender y las noches comienzan a ser más frescas, no obstante, por otro lado, aumentan las lluvias… síntomas de que estamos próximos al cambio de estación.

Es un mes en el que se produce el cambio de  los cultivos que plantaremos en nuestro huerto. Así mismo es cuando comenzaremos a planificar nuestro calendario de plantación de hortícolas de otoño e invierno como pueden ser rábanos, acelgas, coles, cebollas, habas, puerros… menos exigentes, por otra parte, en cuanto a riego y con muchas menos plagas que las de verano.

Aquí dejo unos enlaces más sobre el cultivo de las habas.

-  Cultivos de invierno, Habas.

-  Habas por Magdalena.

Cuando observemos que los cultivos, que nos han acompañado durante el verano, llegan a su fin, y que su producción es nula o escasa, es el momento de proceder a su arrancado y, el momento idóneo para, efectuar un volteo de la tierra, con lo que conseguiremos un aireado de la misma, ya que con los riegos veraniegos se habrá creado una costra, dificultando el aireado de la tierra. Así mismo no debemos de olvidarnos de la aportación de abono para la reposición de los nutrientes que la tierra ha ido perdiendo durante todo el verano.

El fin de las judías.

 

Terreno para berzas y coliflores.

Una de nuestras mayores preocupaciones ha de ser el mantenimiento de la fertilidad en la tierra. Y una de las soluciones para conseguirlo está en la rotación de cultivos.

Como ya hemos indicado, en anteriores entradas, una de las premisas de esta alternancia consiste en cultivar distintas especies hortícolas en cada uno de los espacios que destinamos al huerto. De este modo, después de cultivos exigentes en nutrientes, plantaremos otros que no lo son tanto para que la tierra pueda regenerarse. En la práctica también nos permite ponérselo algo más difícil a determinadas plagas, que no encontrarán su planta huésped en el mismo lugar.

  • Así tenemos que, donde en verano hemos cultivado solanáceas (tomates, pimientos y berenjenas), podemos plantar liliáceas (ajos, cebollas y puerros)
  • Donde estaban las cucurbitáceas (como calabazas, calabacines y pepinos) podemos sembrar leguminosas (guisantes y habas) o bien crucíferas (coles, coliflores y rábanos). 
  • Las lechugas y escarolas se darán bien donde anteriormente habíamos cultivado zanahorias o cebollas. También podemos cultivar en el mismo espacio acelgas, espinaca y remolachas.

 

Plantación año 2021.

Plantación de Habas, Puerros y Cebollas.

Llegados al mes de septiembre nuestras plantas, al igual que nosotros, van a ir pasando menos calor, por lo que deberemos de ir reduciendo el riego, teniendo en cuenta tanto la temperatura como la posibilidad de lluvia, de esta manera reduciremos la posibilidad de que nuestros cultivos sean afectados por plagas, enfermedades y hongos.

Septiembre se caracteriza por ser un mes cambiante e impresivisible, los días aun pueden ser cálidos y secos, aunque sin llegar a las máximas de los meses pasados o, por otra parte, húmedos y frescos.

Pero no desesperemos, ya que si este año el mes viene fresco, siempre nos queda ese regalo improvisado a finales de mes que es el veranillo de San Miguel (29 de septiembre), esos días soleados en los que maduran y se cosechan algunas frutas como las peras y los membrillos.

Membrillero.

Los Bachocones, no fallan.

Estas circunstancias hacen que la actividad en el huerto sea, todavía, un poco intensa, aunque las tareas del huerto en septiembre disten de las más típicas del verano. Así mismo esta actividad también podemos observarla en los viñedos, ya que septiembre, en nuestro país, es por excelencia el mes de la vendimia, actividad que nos permitirá degustar los numerosos y excelentes caldos que se originan a lo largo y ancho de nuestra geografía.

Por lo tanto, llegados al mes de septiembre, las labores que podemos realizar en nuestro huerto disminuyen con respecto a las de verano. Aunque seguro que nos surgirán algunas más, a continuación menciono algunas a tener en cuenta:

  • En las zonas más templadas continuaremos con la recolección de tomates, efectuando la poda de los brotes principales, con esta poda conseguiremos que toda la energía de la planta se concentre en los frutos que ya están en desarrollo.
  • Retiraremos los cultivos que hayan dejado de producir, procediendo a continuación al arado y abonado de la tierra.
  • Realizaremos las conservas de judías, tomates, etc., con los excedentes de producción.
  • Vigilancia continuada de las posibles enfermedades de nuestros cultivos, como pueden ser el mildiu y el oídio. Podremos prevenirlos podando las hojas secas de nuestros calabacines, evitando mojar las hojas de estas hortalizas durante los riegos.
  • Terminar de recolectar los cultivos de verano y planificaremos el huerto para los cultivos de otoño-invierno.
  • Efectuar la plantación de las verduras y hortalizas que vayamos a cultivar durante el otoño-invierno.
  • Pero no se acaban ahí nuestras tareas en el huerto en septiembre, además si este mes se presenta con días intermitentes de sol y lluvias, con toda seguridad que harán acto de presencia las adventicias, por lo que deberemos de proceder a su control.

En resumen, septiembre se presume como un mes variable, bien cálido y seco como una extensión del verano (cada vez más frecuente con el cambio climático) o bien templado y lluvioso como una antesala del otoño que se avecina. 

Este año el mes de septiembre está siendo muy lluvioso y, a consecuencia de las lluvias (se han llegado a recoger 80 litros por m2 en un solo día), se ha generado un socavón en el bancal del membrillero, como se puede observar en la instantánea. En un principio era un poco más profundo (70 cm) y un diámetro de 40 cm, pero estoy procediendo con su taponado, ya que la tierra se filtraba por las grandes piedras que hay debajo de la tierra y que, en su día, se pusieron para nivelar el terreno.

Un buen consejo para hortelanos noveles, y experimentados, es tener a mano un fitosanitario para eliminar las orugas en las crucíferas. Las plantas de esta familia (coles, coliflores, repollos, grelos y brócolis) sufren de una plaga que en otoño, campa a sus anchas:

La oruga de la col:

Podemos detectar su presencia en nuestras plantas mediante una revisión ocular del envés de las hojas. En ellas puede haber puestas de huevos o las orugas que aparecen de los mismos al eclosionar. 

Los huevos son muy numerosos y están siempre agrupados. Son de color amarillo y fácil de ver a simple vista. Puedes retirarlos manualmente de las hojas, utilizando tus dedos o el filo de alguna herramienta de jardín. 

Huevos de Oruga de la col.

 

Orugas de la col en crecimiento.

Si han llegado a eclosionar, encontrarás una multitud de pequeñas orugas alimentándose de las hojas de tus plantas. Son realmente voraces y por ello la prevención es tan importante.

Elimínalas manualmente o utilizando un producto anti-orugas.

Es importante repetir la aplicación del producto según las indicaciones del fabricante, ya que sus madres (que ya son mariposas), pueden llegar a nuestro huerto desde otro lugar para depositar sus huevos. 

Con la bajada de las temperaturas, el ciclo de la mariposa de la col se acaba. En ese momento, las orugas se convierten en crisálidas para pasar el invierno. Su transformación finaliza en primavera, momento en el que emergen como mariposas para reiniciar su ciclo vital.

Frase del día:

El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va.