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viernes, 11 de julio de 2025

Tareas en el Huerto en Julio

Julio es uno de los meses más calurosos del año en muchos puntos de la geografía española, además de estar caracterizado, en muchas ocasiones, por ser el más seco. Esto deriva en un tipo de siembra de lo más particular, caracterizado por las siguientes verduras y hortalizas, entre otros: brócoli, cardos, coliflor, fresas del bosque, fresones y tomates cherry.

Es verano, momento en que el sol y las buenas temperaturas aceleran el crecimiento de las plantas y la producción de frutos de nuestro huerto. 

Estamos en un mes complicado sobre todo para nosotros. El calor aplastante de este mes nos impide llevar un ritmo normal en las tareas cotidianas así que las actividades del huerto quedan relegadas a los momentos del día en los que el sol no castiga en exceso.

En julio la producción de los huertos está en pleno apogeo y conviene estar atentos y realizar las recolecciones en el momento adecuado. Cada 2 o 3 días daremos un repaso a las tomateras, pimientos, judías y demás plantas que tengamos para recolectar los frutos. Para un mayor tamaño de los frutos, podemos realizar una poda de las tomateras, pepinos, melones, sandías, calabacines, berenjenas y pimientos.

El verano también es época en la que muchas plantas terminan su ciclo productivo, como las coliflores, habas, guisantes o alcachofas y muchas otras, como la acelga, la lechuga o las espinacas, tienden a montar en flor, por lo que estaremos atentos y recolectarlas al primer síntoma de espigado.

Ha llegado el momento de empezar con la recolección de verduras de verano, como tomates, pimientos, calabacines y pepinos.

También es el momento de realizar podas de formación y entutorado, así como comenzar a planificar la siembra de cultivos de otoño e invierno.

Deberemos de tener especial cuidado, como en meses anteriores, con las posibles plagas y enfermedades que puedan instalarse atraídas por la maduración de los frutos, justo antes de su recolección.

El principio del verano no es la mejor época para sembrar o plantar en zonas cálidas, es recomendable esperarse al final de la estación. Julio se considera como la época límite para poder utilizar planteles y poder disfrutar,  posteriormente, de una buena cosecha.

Por lo tanto las actividades de siembra y trasplante, durante este mes, se reducen bastante. Deberíamos tener la superficie del huerto cubierta con cultivos de todo tipo y de hecho, es muy posible que este mes sea un mes de numerosas recolecciones.

Si queda espacio en el huerto, hay ciertos cultivos, que eligiendo bien las variedades podemos cultivarlos todo el año. Según zonas se pueden empezar a trasplantar y/o sembrar coles, brócolis de otoño, coliflores.

El huerto nos da trabajo todo el año pero cada mes requiere de unos cuidados específicos. Por eso, cuando el huerto se ve sometido a los calores típicos de julio el riego regular es prioritario. Si regamos con mangueras o con aspersores, evitaremos las horas de pleno sol, pues las hojas se pueden quemar por el efecto lupa de las gotas de agua y los hongos proliferarán sin control.

Las plantas de fruto, como tomateras, berenjenas, calabacines o pimientos, comienzan a estar en plena producción y, al ser muy exigentes en nutrientes, conviene que no las descuidemos y vayamos aportándoles regularmente los abonos adecuados.

Durante esta época del año, podemos recolectar:

Ø Calabacines: Conviene cosecharlos más bien tiernos, y hacerlo cada día o cada dos días, para que no crezcan demasiado y desarrollen semillas. Si no, se impide que crezcan nuevos calabacines.

Ø Tomates: Es un momento de abundantes cosechas. Merece la pena dejarlas madurar plenamente en la mata, a fin de aprovechar al máximo su intenso sabor y sus propiedades terapéuticas.

Ø Berenjenas: Las berenjenas ya formadas están en su mejor punto de cosecha cuando la piel exhibe un lustroso brillo. Cuando empiezan a formar semillas la piel empieza a opacarse y la pulpa amarga.

Ø Pepinos: Su frescor es el que más se agradece para hacer frente al calor. La piel verde y brillante nos da indicios de la frescura y ternura interior que atesoran los crujientes y jugosos pepinos tiernos. 

TAREAS de Julio en el Huerto:

v Durante este mes seguiremos entutorando y atando los tallos principales de las tomateras así como despuntando de los brotes laterales.

v Es tiempo de preparar conservas, los excedentes de producción propios de la estación estival animan a adentrarse en el apasionante mundo de las conservas.

v El baño maría es una de las técnicas más fáciles a la hora de hacer tomate en conserva o elaborar salsas o pistos de verdura.

v Los excedentes de calabacines, pimientos, berenjenas, tomates o cebollas, bien estofados con un buen aceite de oliva, algunas especias y conservados al baño maría, nos proveerán de esas deliciosas hortalizas en los meses invernales.

Primeras cosechas.

v No dejes de recolectar: La cosecha es abundante, pero requiere constancia. Existe un truco muy básico para obtener más frutos de una misma planta: cosechar y cosechar. La cosecha regular estimula una mayor producción y evita que los frutos se pasen, ejemplo de esto son: calabacines, sandías, pepinos, pimientos, muchísimas variedades de tomates… 

v Cuidado con las plagas: El riesgo de plagas se multiplica en los meses de calor. Las altas temperaturas favorecen la aparición de plagas como pulgones, araña roja, mosca blanca y oídio. Es fundamental realizar revisiones periódicas y usar métodos ecológicos o integrados de control. Además, si has plantado tomates, te recomiendo mantengas vigilada y controlada a la tuta absoluta, una plaga muy habitual y bastante peleona.

v Control de hierbas adventicias: Aunque las mal llamadas “malas hierbas” también cumplen funciones ecológicas importantes en el agroecosistema, en estas fechas es bueno realizar escardas que cambien el equilibrio cultivo-hierba adventicia, de forma que las hierbas adventicias no compitan por el agua y los nutrientes con las plantas que cultivamos.

v Guardar semillas: es el momento de seleccionar algunos frutos si queremos guardar nuestras propias semillas para el año que viene o para intercambiarlas. Los criterios para seleccionar las semillas son el tamaño, el aspecto saludable, la resistencia a determinadas condiciones climáticas, el tiempo de maduración….

v El mantenimiento general no se debe descuidar: entutorar plantas trepadoras y airear el suelo siguen siendo importantes para la salud del huerto.

v La planificación anticipada mejora los resultados: Preparar el terreno para los cultivos de otoño e invierno desde este mes permite una transición más eficiente y una producción continua.

La temperatura aumenta y, en consecuencia, también debe de hacerlo el riego, para mantener la humedad del suelo, especialmente en climas cálidos, por eso una de las tareas fundamentales en el mes de Julio es el control de la humedad del suelo. El sol directo durante tantas horas evapora rápidamente el agua del suelo e incrementa la evapotranspiración de la planta (con lo que necesita más agua para mantenerse). Para esta situación existen varias soluciones posibles:

ü Incrementa la frecuencia de riego: Es irremediable que en verano gastemos más agua que en invierno, pero recuerda que durante este mes es fundamental no descuidar el riego y este ha de ser frecuente y eficiente. Es importante que éste sea regular, ya que así evitaremos que las plantas sufran «estrés hídrico» y tengan mayores posibilidades de enfermar o de un desarrollo deforme de los frutos.

ü Para el huerto en macetas: En este caso ocurre al revés, un riego profundo puede acabar lavando los nutrientes del sustrato y, debido a su pequeño volumen, el agua se evapora antes. En estos casos es mejor regar varias veces al día durante 1 o 2 minutos solamente.

ü Para el huerto en el suelo: A pesar de la creencia de que es preferible regar durante poco tiempo varias veces, es mejor regar menos veces pero de manera profunda, para que el agua no se quede en la capa superficial del suelo, donde corre mayor peligro de evaporarse, y penetre hacia zonas más profundas donde se conservará mejor y será más accesible para las raíces.

ü No riegues en horas de calor: La mejor hora para regar es antes de las 8 de la mañana o a partir de las 8 de la tarde, cuando las horas de sol directo hayan pasado, para evitar así que gran parte del agua se evapore. Regar por la mañana bien temprano, permite que el agua tenga tiempo de infiltrarse en las capas más profundas del suelo o de ser absorbida por las plantas antes de las horas de sol.

ü Acolcha: El acolchado no es más que una capa de unos 5-8 cm de materia orgánica (hojas secas, césped seco, compost, paja, etc.) cubriendo la capa superior del suelo, esto evita que los rayos del sol incidan directamente en el suelo evitando así la evaporación del agua. Además, también controla la aparición de malas hierbas y aporta nutrientes al suelo conforme se va descomponiendo. 

CONCLUSIONES:

Ø  El huerto exige constancia y dedicación: Julio pone a prueba el compromiso del hortelano: el calor y la rapidez de crecimiento de los cultivos requieren atención casi diaria.

Ø  Se refuerza la conexión con la naturaleza: Observar el desarrollo de los frutos y cómo responden al clima permite entender mejor los ritmos de la tierra.

Ø  El trabajo es recompensado con cosechas abundantes: Julio es uno de los meses más productivos del año. Tener un huerto en este mes permite disfrutar de alimentos frescos, locales y cultivados por uno mismo.

Ø  Se aprende sobre sostenibilidad y autosuficiencia: El huerto en julio enseña a aprovechar los recursos con eficiencia (agua, sombra, acolchados), promoviendo prácticas más sostenibles.

Ø  Fomenta la planificación y la organización: Gestionar siembras, cosechas, riegos y cuidados en un entorno exigente como el verano obliga a desarrollar habilidades de planificación.

Ø  Favorece el bienestar físico y mental: Trabajar al aire libre, en contacto con la tierra y viendo resultados concretos, mejora el ánimo, reduce el estrés y promueve hábitos saludables. 

Todo el trabajo y sudor que le hemos puesto al huerto durante los pasados meses, es ahora cuando lo vamos a ver en forma de pimientos, tomates, calabacines, rábanos, zanahorias, acelgas, escarolas, lechugas, judías, etc.

Esta época es sin duda, el momento de las recolecciones. 

¡¡¡ A disfrutarlo !!!

Frase del día:

La experiencia es algo que consigues justo después de necesitarlo. Anónimo

miércoles, 10 de julio de 2024

Evolución del Huerto de primavera

La evolución de los huertos urbanos muestra cómo la práctica de cultivar alimentos en entornos urbanos ha cambiado en respuesta a desafíos sociales, económicos y ambientales, y cómo sigue siendo una herramienta vital para construir ciudades más sostenibles y saludables.

Es oportuno mencionar la diferencia existente entre “huerto” y “huerta”, ambas se utilizan para referirse a terrenos destinados al cultivo de plantas, pero tienen diferencias en su tamaño, alcance y uso específico. De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), una huerta es más grande que un huerto; es decir, tiene mayor superficie.

Uno de los bancales que componen el huerto.

Por lo tanto, un huerto es más pequeño y generalmente de uso personal o familiar, mientras que una huerta es más grande y puede estar orientada a la producción comercial.

Basándonos en la definición de la (RAE), hagamos una pequeña historia de los huertos urbanos y familiares.

¿Cómo nacen los primeros huertos urbanos?

Las primeras referencias de huertos urbanos son de la segunda mitad del siglo XIX. Se trata de una época llena de cambios donde el éxodo rural y la revolución industrial van de la mano.

En las ciudades se crea un entorno de pobreza, generado por la nueva clase obrera de los campesinos recién llegados.

Debido a este crecimiento poblacional y la situación de la población, iglesia y gobierno ceden espacios a los ciudadanos para que puedan cultivar sus alimentos y así aliviar de cierta manera su situación económica.

Estos primeros terrenos cedidos para el cultivo recibían el nombre de “huertos de los pobres”.

En EEUU, Reino Unido y Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial, debido a la situación de la población, se comienza a cultivar en los espacios abiertos o abandonados de la ciudad, campos de fútbol o parques y jardines.

De estos espacios, ahora transformados en huertos, la población basaba un 40% de su alimentación en los productos obtenidos en los huertos.

Estos, pasan a denominarse “Victory gardens” o “War gardens” y se convierten en  indispensables durante los periodos de las dos grandes guerras ya que muchos países no se podían permitir depender de las importaciones, asegurándose así conseguir el alimento.

En los años 60 resurgen con fuerza debido ya no por la necesidad de alimento, sino por los movimientos ecologistas y una forma de respuesta al sistema.

Buscan una autogestión, una integración social de grupos sociales excluidos y desarrollo de comunidades.

En la actualidad, cada vez más personas participan en un huerto urbano o tienen su propio huerto y su concepto se ha hecho muy amplio, considerándose también: espacios verdes, sostenibles y de ocio.

Son lugares en plena ciudad, que invitan a la reconexión con la naturaleza siendo una herramienta para la educación ambiental, desarrollo de terapias y entretenimiento para todos los públicos.

Una vez tenemos clara la diferencia entre huerto, huerta y huerto urbano, pasemos a ver algunos de los cultivos que mejor se adaptan a nuestro huerto:

·      Lechuga:

Con el calor, nada apetece más que una ensalada bien fresquita, si es con lechuga recién cortada de nuestra huerta… ¡mucho mejor! Dependerá de la variedad escogida, pero generalmente las lechugas se siembran en primavera. Estarán listas para su recolección al cabo de unos 2 meses.

En cuanto a cuidados, necesitan sol (no demasiado directo) y riego medianamente abundante, sobre todo al formar el cogollo.

Como todas las hortalizas de hoja, es consumidora de nutrientes.

·      Cebolla:

Riego: no precisa riego abundante si este es regular. Durante la formación del bulbo mejor si se espacia para conseguir un mejor secado de la cebolla.  

Nutrientes: al ser rústica, no es exigente y no requiere muchos cuidados.

·      Berenjena:

Las semillas de berenjena se siembran en primavera (o antes, entre febrero y marzo), el trasplante se realiza en primavera. Se recolectan en la temporada estival.

Requieren mucha luz directa y poca sombra. La planta puede alcanzar gran envergadura, así que asegúrate de que dispones de suficiente espacio para su cultivo.

El riego debe de ser abundante y regular. Es exigente en cuanto a nutrientes, por lo que requiere un gran abonado. A partir del cuajado de los primeros frutos se puede aplicar algo de abono, ya que la cosecha es bastante larga.

·      Tomate:

Y en una buena ensalada de verano que se precie no puede faltar el tomate. Sus semillas se siembran en primavera (marzo-abril), y la planta da sus frutos en pleno verano. Cosecharemos, pues, nuestros tomates en los meses de junio a agosto.

Precisan mucho sol (plena exposición), riego moderado y frecuente, y abono. Es aconsejable el riego por goteo para evitar la aparición de hongos. El sabor de un tomate cultivado en tu propio huerto será muy superior al del supermercado.

·      Pepino:

Riego: abundante, siendo el mejor método el riego por goteo.

Nutrientes: es exigente, por lo que es conveniente trabajar bien el sustrato o la tierra y añadirle un buen compost.

·      Pimiento:

Para completar nuestra ensalada veraniega, ¿qué tal un poco de pimiento? Los pimientos se siembran en primavera (marzo-abril), los plantones a comienzos de mayo. Se recolectan entre julio y septiembre.

Esta hortaliza requiere bastantes horas de pleno sol. En cuanto a nutrientes es exigente sobre todo en potasio. Se puede repetir el abonado a base de hojas de consuelda para recuperar los niveles de potasio.

Requiere un riego abundante.

·      Espinaca:

Riego: en dosis reducidas y frecuentes, suficientes para mantener siempre la tierra húmeda.  

Nutrientes: es exigente, sobre todo con el Nitrógeno, por lo que es aconsejable abonar antes de la siembra.

·      Habas:

Riego: regular y moderado. Hay que evitar los excesos de riego en la época de floración por que puede afectar a la cosecha.

Nutrientes: poco exigente, y por sus propiedades prefiere suelos pobres en nitrógeno.

·      Fresas:

Riego: moderado, para conseguir una tierra fresca, sin exceso de humedad pero sin que pase períodos secos.

Nutrientes: exigente. Conviene añadir un poco de compost después de cada ciclo, ya que se trata de una planta plurianual. Sigue el enlace para conocer más sobre el cultivo de las fresas.

·      Ajos:

Riego: poco exigente en agua. Incluso se puede cultivar en secano.

Nutrientes: poco exigente en abonado, igual que todas las liliáceas.

·      Calabacín:

Para preparar deliciosas cremas de calabacín cien por cien naturales, siembra sus semillas antes de la primavera (febrero-marzo), las plántulas durante la misma. Se cosecha alrededor del mes de mayo.

Al igual que los tomates o los pimientos, los calabacines necesitan mucho sol (exposición plena), abundante agua y abono adecuado.

Una vez ya tenemos seleccionados una serie de cultivos para nuestro huerto, nos surgen preguntas como las de cuando regar, cuando recolectar y las plagas y enfermedades que pueden atacar a nuestro huerto.

Veamos, someramente, algunos aspectos sobre estos temas:

CUANDO REGAR NUESTRO HUERTO

Quizás sea una de las preguntas que más nos preocupa cuando nos iniciamos en el mundo de la horticultura. Tiene una respuesta fácil: cuando haga falta.

No existe una regla fija por la que podamos guiarnos a la hora de decidir cuándo regar nuestro huerto. No podemos establecer una pauta de riego invariable porque cada planta tiene sus necesidades, y dentro de cada planta, según sea su estado de crecimiento necesitará más o menos agua.

Además también depende de la meteorología, ya que si llueve lo suficiente ya no hará falta regar, y si la insolación es severa deberemos aumentar la frecuencia de riego. El tipo de suelo o substrato de cultivo también condiciona la frecuencia de riego, ya que unos suelos tienen mayor capacidad de retener agua que otros, por lo que el agua fácilmente asimilable por el cultivo le durará más o menos.

Nuestro objetivo será saber encontrar el momento de riego en el que nuestro cultivo no se vea afectado en su rendimiento, ni por defecto (sequía), ni por exceso (encharcamientos).

CUANDO RECOLECTAR NUESTRO HUERTO

Si hemos decidido crear nuestro propio huerto y dar paso a una alimentación más natural y sostenible, entonces es fundamental saber cómo y cuándo recolectar. De hacerlo de forma prematura es posible que la cantidad y la calidad de la producción sean menor, mientras que si se aplaza es posible que los frutos se expongan a condiciones climatológicas indeseables y terminen dañándose.

Primera recolección del año.

El primer paso para saber cuándo recolectar, es determinar el tiempo de crecimiento de cada cultivo.

Lo principal es convivir con el huerto una etapa completa, es decir, de primavera a invierno. Esto hará que identifiquemos el tiempo de floración y maduración, hasta el momento en que esté listo para ser recolectado. Cabe destacar que la rapidez o demora que conlleve su desarrollo dependerá de la ubicación geográfica, el suelo y el clima que predomine.

En el cuándo recolectar, también es importante tener en cuenta algunas medidas para que el proceso no dañe nuestro huerto o plantación. Así mismo es necesario seguir ciertas recomendaciones posteriores para que los frutos duren más, tales como:

·     Recolectaremos solo lo que vamos a comer, de lo contrario, perderemos toda la producción.

·       Procederemos al lavado de las verduras y hortalizas con agua potable.

·    Por lo general, recolectaremos al atardecer, en la mañana o en un día nublado para no deshidratar la cosecha.

·      Podemos sumergir la cosecha en agua hasta que se utilice para prolongar su vitalidad.

PLAGAS

Escuchar la palabra plagas, si tenemos un huerto, puede convertirse en una pesadilla. Las plagas pueden detener el crecimiento de las plantas y echar a perder algunas de ellas, incluso si la plaga es importante puede causar la muerte de la mayor parte del huerto o cultivo. La primavera es una de las épocas donde más tipos de plagas pueden aparecer.

·      Una de las más conocidas son las de Pulgón, estos áfidos pueden ser de color verde, amarillo o negro. Podemos detectarlas si observamos que hay muchas hormigas alrededor, ya que expulsan una sustancia que atrae a estos insectos. 

·      Otra plaga muy habitual en primavera es la de cochinilla. En este caso la aparición de esta plaga la asociamos a un hongo que se llama negrilla

·      Otra de las más comunes son las de trips. Esta puede aparecer tanto en huertos como en plantas de interior. Es una plaga que prolifera fácilmente llegando a causar grandes daños en las plantas. 

·      La plaga de araña roja en realidad es un ácaro y es una de las más comunes en todo tipo de huertos. Hay que estar muy atentos porque es tan minúscula que nos costará detectarla. Una pista para descubrirlas es que cubren las plantas con una delicada tela de araña. Al igual que en la mayoría de las plantas, se sitúan en el envés de las hojas.

·      Y otra que quiero mencionar es la de babosas y caracoles. Esta plaga puede acabar con nuestras plantas en una sola noche. 

Y nunca viene mal que nos orienten sobre el cultivo de verduras y hortalizas en nuestro huerto, por si este es tu caso, toma nota de estos consejos prácticos para lograr el máximo rendimiento en tu huerto:

Debes disponer de un espacio luminoso, en el que la luz directa no sea inferior a 5-6 horas diarias, y protegido del viento. Si no es así, apuesta por cultivos capaces de adaptarse a menos luz como lechugas, puerros, cebolla o ajos.

Respeta la distancia entre cultivos y el espacio vital de cada planta, tanto en profundidad como en altura, para su correcto desarrollo.

Aplica compost. Hay muchos tipos de fertilizantes orgánicos, el estiércol curado y el humus de lombriz (o vermicompost) no generan malos olores.

Puedes extender un acolchado o mulching, una cubierta protectora a base de materia vegetal (hojas, restos de poda, paja, etc.) para evitar el crecimiento de adventicias, plantas espontáneas o no deseadas, favorecer la retención de humedad y potenciar la fertilidad.

Mantén siempre la tierra húmeda, ni mucho ni poco.  Una planta puede morir por falta de agua, pero también por exceso.

Frase del día:

Juzga a un hombre por sus preguntas en lugar de por sus respuestas.” Voltaire ( 1694 – 1778 ) Escritor, historiador y filósofo francés.

jueves, 1 de julio de 2021

Julio y el Huerto

Julio, mes de enérgica actividad en nuestro huerto.

Es verano y, con él, uno de los momentos más activos de nuestro huerto. Lejos de “irse de vacaciones”, con la presencia del sol y las buenas temperaturas que trae consigo, no solo es uno de los momentos del año en el que los cultivos están más activos sino también porque, gracias a él, el crecimiento de las plantas y la producción de frutos en nuestro huerto se acelera.

En julio la producción de los huertos está en pleno apogeo y es conveniente realizar las cosechas en el momento justo. Cada 2 o 3 días daremos un repaso a las tomateras, pimientos, judías y demás plantas que tengamos para recolectar sus frutos.

Estamos en un mes en el que el calor aplastante de este mes nos impide llevar un ritmo normal en las tareas cotidianas a realizar en nuestro huerto, así que las actividades del huerto quedan relegadas a los momentos del día en los que el sol no castiga en exceso.

No obstante, tener un huerto significa responsabilizarse del terreno. De nada sirve tener pereza ahora. Si hace calor, habrá que ir a primera o última hora del día, pero cada dos o tres días hay que estar presentes para tenerlo en unas condiciones mínimamente aceptables. Las plantas necesitan ayuda para crecer bien: en los tomates deben eliminarse los tallos axilares para que esas ramas no resten fuerza a las que son productivas.


Entrada al Huerto.


Calabacines.

Por lo tanto julio es uno de los meses más agradecidos del huerto, los cultivos crecen rápidamente y las recolecciones de los cultivos de verano comienzan a ser abundantes, pero deberemos de estar atentos, estas temperaturas también exigen ciertos cuidados, durante este mes deberemos de centrarnos en mantener la humedad del suelo y vigilar las plagas.

Además, y dado que estamos en el momento en el que muchas plantas terminan su ciclo productor, es importante estar pendientes de la recolección antes de que comiencen con el espigado. Estaremos especialmente pendientes de acelgas, lechugas o espinacas ya que si nos despistamos un poco echarán flor. Si esto sucede, lamentablemente no podremos disfrutarlos en el plato.

Por lo tanto, llegado julio, si las cosas han ido bien durante la primavera empezará a ser realmente productivo, dándonos grandes cosechas. Pero, como hemos dicho, es un mes caluroso, y hay que vigilar ciertos aspectos como la humedad del suelo o la aparición de plagas. Únicamente deberemos de seguir ciertos principios básicos para poder disfrutar al máximo de nuestro huerto.

Pimientos y Judías.

Tomates.

A estas alturas, si no tenemos buenos sistemas y rutinas de riego ya lo habremos notado, pero aún así es bueno recordar la importancia del agua en los meses de verano. Se puede regar por inundación (el agua entra en los surcos que hemos creado y tras encharcarse se va filtrando en la tierra), por goteo (este es el sistema más conveniente para hacer un uso racional del agua) y el riego por aspersión. Deberemos de evitar, lógicamente, el riego por aspersión, ya que las verduras se resentirán y desarrollarán hongos y pudriciones.

Pero, así como en junio el riego era importante. Ahora lo es igual o más. Las altas temperaturas provocan una excesiva transpiración y evaporación y hay que ayudar a las plantas a pasar estas condiciones extremas. Los riegos por aspersión o manguera que mojen las hojas, como hemos dicho, deberemos de evitarlos, sobre todo en las horas centrales del día.

Puerros, Cebollas y Lechugas.

Puerros y Pimientos Italianos.

El sol directo durante tantas horas evapora rápidamente el agua del suelo e incrementa la evapotranspiración de la planta (con lo que esta necesita más agua para mantenerse.

Es inevitable que en verano gastemos más agua que en invierno, eso sí, siempre de la manera más eficiente, deberemos optar por un sistema de riego por goteo, el cual nos permita controlar el agua que gastamos.

A pesar de la creencia de que es preferible regar durante poco tiempo varias veces, la experiencia nos ha demostrado lo contrario. Es mejor regar menos veces pero de manera profunda, para que el agua no se quede en la capa superficial del suelo, donde, es evidente, la evaporación se producirá más rápidamente, y penetre hacia zonas más profundas donde se conservará mejor y será más accesible para las raíces.

Lechugas.

Parra Virgen (de fondo)

La hora más idónea para regar es a partir de las 20 horas, cuando las horas de sol directo ya han pasado, evitando de esta manera que gran parte del agua se evapore. En zonas frías, en cambio, es mejor optar por regar por la mañana bien temprano, para que el agua tenga tiempo de infiltrarse en las capas más profundas del suelo o de ser absorbida por las plantas antes de las horas de sol, si regásemos por la tarde podríamos provocar que el suelo húmedo se enfríe demasiado durante la noche, afectando a las raíces.

Y, de la misma manera que nuestro huerto crece, también lo hacen las malas hierbas. Algo que no solo es molesto para nuestros cultivos sino que, incluso, es negativo para ellos. Tengamos en cuenta que las hierbas no deseadas son ladrones de agua y de nutrientes para nuestras plantas. Un motivo más que suficiente para tenerlas a raya y dedicarle a nuestro huerto un ratito cada dos o tres días con vistas a eliminarlas.

El control de las adventicias, las mal llamadas “malas hierbas”, son plantas que crecen, precisamente, donde abunda el nitrógeno y la humedad y han de eliminarse con cuidado de no partir sus raíces, pues podrían incluso multiplicarse más.

Ya hemos comentado muchas veces,  en anteriores entradas, las ventajas del acolchado y ahora en los meses calurosos se hace casi indispensable para evitar una excesiva radiación en la tierra. Es la mejor forma junto con un riego eficiente, de ahorrar agua y sobre todo, mantener unas temperatura y humedad del suelo adecuadas y mantener a raya a las adventicias.

El acolchado no es más que una capa de unos 5-8 cm de materia orgánica (hojas secas, césped seco, compost, paja y un largo etcétera) cubriendo la capa superior del suelo. ¿Para qué sirve? simple, evita que los rayos del sol incidan directamente en el suelo, evitando la evaporación del agua. Además, también controla la aparición de malas hierbas y aporta nutrientes al suelo conforme se va descomponiendo ¿Se le puede pedir más a algo tan sencillo de hacer?

Platanero.

Hijo del Platanero.

Más que sembrar, Julio en el huerto es el momento de recolectar. El mes de saborear los frutos de nuestro huerto y comprobar por qué merece la pena cultivar nuestros propios alimentos.

Existe un truco muy básico para obtener más frutos de una misma planta: cosechar, cosechar y cosechar.

Muchos cultivos tienden a producir más cuanto más cosechas y disminuyen su producción si dejamos días de más los frutos en la planta, ejemplo de esto son: calabacines, sandías, pepinos, pimientos, muchísimas variedades de tomates…

No te dejes abrumar si te has pasado plantando tomates y ya no sabes dónde meter tanta cosecha, siempre puedes regalarlos o conservarlos para consumirlos en el invierno.

Todo el trabajo y sudor que le hemos puesto al huerto en los meses anteriores, es ahora cuando lo vamos a ver en forma de pimientos, tomates, pepinos, calabacines, acelgas, berenjenas, lechugas, judías, etc.

Limonero.

Manzano (FUJI)

Esta época es sin duda, el momento de las recolecciones

 ¡¡¡ A disfrutarlo !!!

Otro aspecto a tener en cuenta durante este mes es el control de las posibles plagas que atacarán, con toda seguridad, a nuestro huerto. Por lo tanto es importante prestar atención al huerto para detectar posibles problemas. Además, si has plantado tomates, te recomiendo mantengas vigilada y controlada a la tuta absoluta, una plaga muy habitual y bastante peleona.

Las actividades de siembra y trasplante durante este mes se reducen bastante. Deberíamos tener la superficie del huerto cubierta con cultivos de primavera-verano. No obstante podemos ir planificando el huerto para el otoño, e incluso comenzar a plantar algunas especies para esa temporada. 

Membrillero.

Níspero.

Y, si decidimos comenzar a sembrar, es momento de cultivos como la zanahoria, la rúcula, la escarola y las espinacas. Si nos encontramos en zonas frías, es un buen momento de plantar brócoli, berzas, coliflores, puerros...

Un árbol muy particular, y que ha crecido sólo, en el exterior de la villa, es la higuera:

La higuera es un árbol que puede crecer de manera silvestre. Resiste condiciones climáticas extremas y su crecimiento es mediano es decir, desde los tres metros pero no supera los diez de altura. Posee una copa muy ancha y tupida. Su tronco es de color gris y tiene una textura lisa, este árbol posee un olor característico descrito como campestre.

Es un árbol muy fuerte y de bajo mantenimiento y su crecimiento va a la par con el de sus raíces.

Su hoja  es de forma oval con un patrón irregular dentado, son de carácter estacional y de tamaño muy grande y asimétrico siendo las interiores más pequeñas, sus hojas miden 20 centímetros de largo y otros tantos de ancho.

La higuera común es de tipo de higuera unisexual, y muy resistente a cualquier tipo de condiciones. Existen higueras llamadas bíferas que producen dos cosechas al año, una en junio donde se dan las brevas, mayores que los higos y en septiembre los higos.

Deberemos de efectuar riegos con asiduidad, procurando evitar los encharcamientos, estas plantas odian los charcos.

La poda es prácticamente innecesaria en climas cálidos.

La cochinilla la negrilla y la mosca del higo son algunas de las muchas plagas que le afectan a la higuera.

Y ya, por último, una pequeña mención al enjambre que se aposentó en la colmena, en la época del enjambrazón de las abejas, las abejas continúan faenando y polenizando el huerto, en la imagen podemos observar a unas obreras ventilando la colmena, se  posan en la entrada de la colmena (piquera), y agitan continuamente las alas para proporcionar aire fresco a la colmena.

Frase del día:

Cuando intentas coger las estrellas, puede que no consigas una, pero seguro que no vuelves con la mano llena de barro.