domingo, 7 de marzo de 2021

Habas por Magdalena

Estamos a primeros de marzo, el huerto, por lo general, ha permanecido en reposo durante todo el invierno a excepción del terreno destinado a los cultivos de otoño-invierno, como pueden ser cebollas, berzas, coliflores, puerros y, para mí, una de las leguminosas más sencillas de cultivar que podemos tener en nuestro huerto, el Haba.

El haba es una planta herbácea de la familia de las fabáceas o leguminosas cuyas semillas crecen en el interior de una vaina. Comparte por tanto familia con las legumbres, pero, en su versión fresca o tierna, se considera más una verdura, a efectos nutricionales y también prácticos. Es un caso similar al guisante fresco.

Es una planta muy rústica, poco exigente, tanto en nutrientes como en su cultivo, y que puede crecer casi en cualquier sitio. Al ser una leguminosa tiene la capacidad de recoger el nitrógeno del aire y liberarlo en la tierra. Por lo tanto es un cultivo que mejora la tierra enriqueciéndola para la siguiente plantación.

Por este motivo se le suele utilizar en muchos lugares como abono verde. El abono verde consiste en cortar la planta cuando está en flor (máxima producción de nitrógeno) y los tallos triturarlos y envolverlos con la tierra en el suelo. Su fijación de nitrógeno y la materia orgánica que aporta el triturado de los tallos hacen que sea un excelente abono orgánico.

Como hemos dicho, al ser un cultivo mejorante del suelo, puede preceder a otros cultivos más exigentes como el cultivo del tomate o el cultivo de los calabacines.

Las habas precisan sol para crecer, pero no en exceso, por lo que prefieren tener un poco de sombra durante el día. Asimismo, no tolera el calor excesivo y su temperatura ideal oscila entre los 20° C. La planta del haba tolera bien el frío. Aguanta hasta -5ºC bastante bien. Existen variedades locales que pueden aguantar incluso temperaturas inferiores.

Existen numerosas variedades de haba, estas se diferencian por el tamaño de su vaina (cortas, medias y largas). Otra diferenciación es por su productividad y el tiempo hasta su recolección.

Mencionaremos a continuación algunas de las variedades existentes y sus características:

  • Haba Aguadulce: las vainas son muy largas y con muchos granos, muy productiva, su producción es escalonada.
  • Haba Muchamiel: variedad muy precoz y productiva, dando sus primeros frutos a los 40 o 60 días de su plantación, sus vainas tienen entre 7 y 9 granos, es una de las más comercializadas. Se suelen sembrar en la primera quincena de septiembre.
  • Haba Mahón: es una variedad propia, planta temprana con vainas largas, su grano es aplanado y redondeado.
  • Haba Albina irabal: Variedad semiprecoz con vainas largas, pero semillas pequeñas, tiernas y muy dulces.
  • Haba luz de otoño: Una de las características de esta variedad es la formación de vainas dobles en los primeros puntos florales, sus vainas son largas y estrechas, en climas cálidos se siembra a finales de agosto o primeros de septiembre. 
  • Haba Fabiola: se siembra de octubre a noviembre, es una variedad muy productiva, sus vainas son rectas y compactas, suele dar gran cantidad del calibre de la variedad baby.
  • Haba Reina Mora: Las vainas son largas, de 23-25 centímetros de longitud, conteniendo 6-7 granos. La producción es abundante en los primeros nudos. La semilla al secarse es de color violeta brillante y de tamaño medio. Variedad extra precoz.

Dependiendo de la zona en la que nos encontremos el haba se puede sembrar desde la finalización del verano o principio de otoño, entre septiembre y octubre, e incluso, si nuestra zona es templada, podemos sembrarlas a comienzos del invierno.

Para una producción óptima, es indispensable una correcta preparación del terreno, este ha de estar suelto y con un buen drenaje, la plantación se realiza en llano o en un pequeño caballón.

Antes de la siembra es conveniente tener las semillas en agua durante 24 horas en remojo, para ablandarlas, acelerando, de esta forma, el proceso de germinación.

El marco de plantación mínimo, aconsejable, es de 60x30 cm, es decir, sembramos en hileras separadas por 60 cm, y las semillas separadas entre sí  30 cm. Se siembran en hoyos o en una pequeña zanja de 4 a 5 cm. de profundidad en ambos casos. Bastará con poner 2-3 semillas en cada golpe para asegurar que al menos una de ellas germine y se convierta en una planta.

Una vez efectuada la plantación procederemos a suministrar un riego abundante al terreno para dotar de una buena hidratación al mismo.

Posteriormente, y una vez hayan germinado, podemos efectuar, si así lo estimamos, un aclareo, esto es, que si germina más de una planta en el hoyo dejaremos solo una, dando prioridad a la que observemos más vigorosa.

Con respecto al suelo, como hemos dicho anteriormente, las habas son poco exigentes, pero este ha de ser capaz de retener agua y nutrientes además de poseer un buen drenaje. Así mismo es conveniente aportar materia orgánica baja en nitrógeno y rica en fósforo y potasio, ya que como el resto de las leguminosas, estas plantas son capaces de fijar el nitrógeno de la atmósfera en el terreno.

La cosecha la iniciaremos cuando las vainas vayan alcanzando un grosor adecuado, señal inequívoca de que las habas ya están engordando y están listas para ser recolectadas. Esto es cuando alcanzan una longitud de 15 a 20 cm, dependiendo de la variedad que hayamos cultivado. 

Cosecha semanal de Habas.

La cosecha del haba se realiza en marzo, abril y mayo  aproximadamente, si las hemos sembrado en otoño. O en julio o agosto si las sembraste en primavera.

En general el riego ha de ser moderado y con regularidad, con el fin de mantener el suelo húmedo y evitar en todo momento los encharcamientos. Durante la época de floración y llenado de vainas, las habas llegan a requerir de un riego constante, pero sin producir los encharcamientos. El riego durante las primeras etapas de crecimiento es importante para evitar una reducción en la cosecha.

Por el contrario, el encharcamiento puede ocasionar un exceso de humedad, originando la aparición de hongos y enfermedades, e incluso la pudrición de los tallos.

Cuando comienza la floración del haba, deberemos de tener especial cuidado con los riegos y la humedad excesiva. Si tienen demasiada agua pueden comenzar a marchitarse las flores con la consiguiente pérdida de cosecha.

Estas leguminosas se comportan mejor con humedad constate que con riego abundante y espaciados.

El método de riego más adecuado para el cultivo del haba es el riego por goteo. Un método que permite regular el flujo de agua adecuadamente y ayuda a mantener seco el follaje, evitando, de esta forma, la aparición de hongos.

Las horas más apropiadas para realizar el riego son las primeras horas de la mañana o al atardecer. Una vez que las plantas se han desarrollado, el riego lo efectuaremos, únicamente, cuando el suelo tenga signos de estar seco.

Al ser una planta muy rústica, presenta pocos problemas de enfermedades y plagas. Y menos todavía si se cultivan en un huerto familiar con métodos ecológicos, utilizando la rotación de plantas, pero entre los principales problemas o plagas que podemos encontrar en su cultivo debemos destacar:

  • El Mildiu y Roya del Haba: esta enfermedad se observa en épocas lluviosas y de alta humedad, alternando con días soleados y calurosos. Los síntomas son manchas blancas en las hojas y los tallos. Para prevenir esta enfermedad, lo más importante es dejar espacio suficiente entre las plantas del cultivo para favorecer la circulación del aire y no surjan estas enfermedades que, generalmente, son por hongos y por humedad. En el caso de la roya las manchas que podemos observar en la planta son marrones. Para su erradicación podemos utilizar extracto o purín de cola de caballo u oxicloruro de cobre. 
  • Pulgón negro o mosca negra: Este tipo de plaga suele aparecer a finales de su ciclo (si las sembramos en otoño). Estos pulgones se ponen en los ápices vegetativos de la planta (en la parte superior). Si la planta está suficientemente desarrollada podemos podar la parte afectada, despuntando la planta. Si el problema es más grave o persiste, usaremos jabón potásico diluido en agua, Neem o purín de ortigas. 
  • Babosas y caracoles: Si la siembra la hemos efectuado en febrero-marzo, la germinación coincide con la época en la que los caracoles y babosas (mucho más glotonas) están en plena expansión, y nuestra plantación de habas será un gran alimento para ellos.

Estas leguminosas se caracterizan por ser una fuente de proteínas y hierro. También llegan a proporcionar nutrientes como la vitamina C, carbohidratos, fibra, potasio, fósforo, sodio y magnesio.

Su índice glucémico es bajo, pudiendo ser consumidas por personas diabéticas que quieren mantener unos niveles de azúcar adecuados.

Son muy a tener en cuenta sus propiedades diuréticas y depurativas.

Su potasio nos ayuda con la hipertensión, mala circulación o retención de líquidos.

El contenido en fósforo que poseen nos ayuda a mantener unas funciones cerebrales saludables.

Las habas, también, se pueden consumir frescas y verdes, sin dejar madurar y secarse. Cuando van madurando los azúcares naturales se van transformando en almidón y se va perdiendo dulzor y la consistencia tierna. Así mismo se pueden consumir secas como cualquier otra legumbre, previa hidratación. Son más calóricas y su digestión es mucho más pesada.

El Haba es muy tradicional, como aperitivo, en los almuerzos de los agricultores. Las habas tiernas y frescas se han incorporado a la cocina moderna en ensaladas, purés o licuadas.

A la hora de la recolección del haba, debemos de buscar las vainas turgentes y crujientes, de color verde brillante.

Y qué mejor que mencionar un par de recetas, tradicionales de la zona levantina, concretamente de Castellón, en las que la base son las habas:

Tortilla de habas o “Tortilla de faves tendres”

La tortilla de habas es muy típica de Castellón y como ahora deberíamos de estar en plenas Fiestas de la Magdalena, aquí os indico como elaborar esta tortilla tan gustosa y sabrosa. (Fiestas suspendidas por la Generalitat por motivos de restricciones por Covid – 19)

En estas fiestas, el primer domingo de las fiestas, se celebra la Romería de las cañas, se sube desde la ciudad hasta la Ermita de la Magdalena y lo más tradicional para almorzar es el bocadillo de “tortilla de faves tendres”, a estas habas también se le pueden añadir unos ajos tiernos, y de postre no pueden faltas nuestras “Figues albardaes”.

Son unas fiestas que conmemoran los orígenes de la ciudad y no las fiestas de su patrón, como suele ser natural en la mayoría de los pueblos y ciudades.

Ingredientes:(para 2 personas) 

·      200gr. de habas desgranadas.

·      3 huevos.

·      Aceite de oliva virgen extra.

·      Sal

Elaboración:

·      Ponemos una sartén con aceite al fuego, cuando esté caliente añadimos las habas.

·    Sofreímos, a fuego lento, para que se rehoguen y se pongan tiernas, procurando no moverlas mucho si no se rompen y se suelta la piel.

·      Batimos los huevos en un bol o en un plato hondo.

·    Cuando las habas estén tiernas, las sacamos del aceite y las escurrimos, las depositamos en el bol con los huevos batidos y removemos con cuidado.

·      Ponemos un un poquito del aceite, que habíamos quitado anteriormente, en la sartén para hacer la tortilla y echamos toda la mezcla de huevos y habas.

·      Cuájala bien como cualquier tortilla, y ya está.

Habas al Tombet

Otro plato típico de Castellón son las Faves al Tombet. Reciben este nombre por el movimiento que se hace para remover las habas ya que se agitan en la cazuela o voltean pero no se remueven con ningún utensilio, a partir de que le agregamos el líquido.

Ingredientes: (4personas)

·        1 kg. de habas peladas.

·        300 gr. De ajos tiernos.

·        16 morcillas mini secas o 2 normales secas.

·        125 gr de bacón o panceta.

·        8 salchichas frescas.

·        4 alcachofas grandes.

·        Aceite Oliva Virgen Extra.

·        Romero, también se puede usar pimentón.

·        1litro de agua. (O hasta cubrir las habas)

·        Sal

Elaboración: 

·      Pelamos las habas, limpiamos y troceamos los ajos tiernos en trozos no demasiado pequeños.

·   Troceamos el bacón y cortamos en dos o tres trozos las morcillas, dependiendo del tamaño que tengan.

·      Antes de nada, y una vez que tenemos las habas desgranadas, es muy aconsejable el quitar el rabito que viene anexionado a las mismas, ya que estas quedarán más tiernas después de su elaboración, sobre todo en las de mayor tamaño, posteriormente procederemos al lavado de las mismas.

·     En una cazuela grande, si es de barro mejor, ponemos a calentar el aceite para freír la panceta. Remueve durante unos minutos y añade los ajos tiernos, remueve para que no se peguen y cuando estén con color añade las morcillas.

·      Si deseamos utilizar el pimentón, ahora es el momento de añadirlo a la sartén, este puede ser dulce o picante, dependiendo de nuestros gustos.

·      Limpiamos y preparamos las verduras, a las alcachofas les cortamos la punta y el tallo y retiramos las hijas verdes y duras hasta que aparezcan las blancas, las cortaremos en 6 trozos. Freímos las alcachofas hasta que estén bien doradas y salamos al gusto.

·     Añadimos las habas y las freímos, agregamos el agua caliente, hasta cubrir las mismas, cuando empiece a hervir bajamos el fuego y tapamos. Dejamos cocer a fuego lento unos 30 minutos, aproximadamente, dependiendo de lo tiernas que sean las habas. Si decidimos usar el romero ahora es el momento de añadirlo al cocinado.

·      Una vez que las habas están en la cazuela no las remuevas con ningún utensilio, únicamente mueve la cazuela, o sea al tombet.

·    Si durante la cocción observamos que nos quedamos sin caldo podemos ir añadiendo poco a poco, al final debe quedar con poco caldo pero no secas del todo.

Y para finalizar, unos pequeños consejos con los que, posiblemente, logremos mantener un buen estado de conservación en nuestras habas y aumentemos la producción de las mismas:

Las plantas de habas no precisan soportes para crecer, pero si el viento es excesivo corremos el riesgo de que las plantas se rompan por lo que es conveniente colocar algún medio de soporte a las mismas.

Es aconsejable la siembra de habas en suelos donde  anteriormente se hayan cultivado coles, judías o patatas.

Mantén a raya las adventicias en tu huerto.

No se llevan bien con los cultivos de ajos y guisantes.

Frase del día:

“Hay que tener aspiraciones elevadas, expectativas moderadas y necesidades pequeñas.”