martes, 11 de junio de 2024

El Huerto de primavera

El cultivo de nuestro huerto es una actividad multifacética que aporta salud, educación, bienestar emocional y contribuye al cuidado del medio ambiente, mejorando tanto la vida personal como la comunitaria.

Un aspecto importante que hay que distinguir es la diferencia entre sembrar y plantar, de hecho para sembrar determinadas variedades de plantas no es necesario esperar al verano, y se puede hacer incluso durante finales del invierno. 

La siembra, generalmente la efectuaremos al inicio en un semillero para obtener las primeras germinaciones, y una vez que salgan las primeras plántulas y tengan ya una resistencia adecuada, podemos comenzar a trasplantar.

Huerto de primavera-verano (05-06-2024)

No siempre es necesario esperar a inicios de la primavera para sembrar, lo ideal es empezar a hacerlo antes para muchas verduras y hortalizas, y aprovechar esta época (mediados de primavera e inicios del verano) para plantar las primeras germinaciones.

En definitiva, la principal diferencia radica en que sembrar se refiere a poner semillas en la tierra, mientras que plantar se refiere a colocar, en la tierra, plantas o partes de plantas que ya han comenzado a crecer.

Una vez tenemos clara la diferencia anterior vamos a sumergirnos, someramente, en los inicios de un huerto de primavera-verano y cultivos óptimos para esta época.

Marzo, por lo general, suele ser un mes de muchos cambios en nuestro huerto, por lo que tendremos que estar pendientes de las condiciones meteorológicas. Ya nos lo recuerda el refranero español “En marzo la veleta, ni dos horas está quieta.” Así mismo este mes se caracteriza por el cambio de cultivos de otoño-invierno a los de primavera-verano. También es el momento adecuado para realizar las siembras o trasplantes de flores y plantas protectoras.

La mayoría de nuestros semilleros estarán ya con las plantas crecidas y habrá que ponerlos a plena luz para que reciban el suficiente sol y no sufran de “ahilamiento” (fenómeno por el cual la planta se desarrolla en la oscuridad)

Dependiendo de la zona en la que residimos, por la noche, deberemos de continuar protegiéndolos de posibles heladas, tendremos que cobijarlos en el interior o bien cubrirlos con plástico transparente o vidrio.

A estas alturas, deberíamos de tener todos los planteles organizados para el cercano trasplante de primavera.

Como se acerca el momento del trasplante a nuestro huerto, deberemos de comenzar a construir los tutores, fundamentalmente para tomates y judías de enrame.

Tradicionalmente, los tutores de tomates de las variedades de crecimiento indeterminado, conocidas coloquialmente como “de entutorar o encañar”, se realizan mediante cañas o varas cruzadas. Pero podemos realizarlos con cualquier otro material que tengamos a mano, siempre y cuando supongan un entramado robusto sobre el que se puedan sujetar las matas con sus frutos.

Debemos de tener en cuenta que hay variedades de tomates, como las de “Corazón de buey, Rosas…” que pueden alcanzar un tamaño y peso considerables, y que la función del tutor es la de servir tanto de guía a la planta como de sostén de los tomates, evitando que las ramas se rompan.

Para las judías de enrame podemos seguir el mismo diseño que con los tomates u optar por otro más sencillo de tipo malla.

Y, ¡¡¡ Ya tenemos aquí la primavera !!!

Una época en donde los cultivos se llenan de vida y color, pero también un momento muy importante para asegurar una maduración y crecimiento final antes de la cosecha.

En primavera muchas personas empezamos a padecer la fiebre del hortelano. Ese sentimiento que nos impulsa a arremangarnos y empezar a plantar de todo: verduras y hortalizas para comer saludable, florecillas porque dan un aire primaveral y algunas aromáticas para aderezar recetas.

No debemos olvidar que ser buenos hortelanos, es obtener buenos rendimientos en los cultivos sin dañar al ecosistema, y esto requiere una planificación minuciosa y constante.

Aprender a cultivar nuestras hortalizas es todo un proceso, pero hay algunos errores de hortelanos primerizos que se suelen repetir y que debemos de tratar de corregir.

Lo primero que debemos pensar es en las hortalizas que más se consumen en nuestra casa y que se desean cosechar a diario del huerto. Este dato es clave para considerar el espacio que cada planta ocupa para asociarlas de manera que ninguna compita entre sí por ese espacio y la luz directa del sol.

Junto a este paso debemos asegurarnos que sean cultivos de la estación, siguiendo un calendario de plantación, para asegurarnos que la variedad que vamos a plantar corresponde a la temporada que estamos transitando.

No confundamos el cambio de especies, por el cambio de temporada, con la rotación de cultivos entre los bancales. Cambiamos los cultivos porque ponemos los propios de primavera-verano, pero cuidando que estos pertenezcan a las mismas familias. Hasta que llegue el otoño no realizaremos la rotación de cultivos.

A la hora de efectuar el trasplante de las hortalizas a nuestro huerto deberemos de tener en cuenta los llamados “marcos de plantación” ya que las plantas necesitan un espacio en concreto para crecer y desarrollarse bien y dependiendo del tipo de planta va a necesitar una mayor distancia o no, eso determinará su tamaño.

Es importante respetar estos marcos ya que si no las plantas crecen muy apretadas molestándose entre ellas, y esto lo que causa es que no puedan desarrollarse bien y finalmente no producir tantos frutos como deberían.

Pero… ¿Qué podemos cultivar durante estos meses?

A continuación muestro un listado de las verduras y hortalizas que podemos plantar en nuestro huerto durante todos estos días.

Tomate: Es una de las hortalizas que merece la pena plantar en el huerto, ya que podremos degustar tomates riquísimos y con mucho sabor. Elige la variedad que más te guste entre el amplio abanico de posibilidades que existen.

Riégalos de manera abundante, sin encharcar la tierra, y podrás disfrutar de magníficas ensaladas a finales de la primavera y en verano.

Pepino: Como casi todas las hortalizas necesita una ubicación en nuestro huerto en la que disponga de ciertas horas de sol al día. Es algo más delicado, ya que requiere un riego corto pero periódico. Se puede cultivar directamente en el suelo, o entutorar la planta para que tenga un crecimiento vertical y evitemos el contacto de los pepinos con el suelo, de esta forma evitaremos podredumbres.

Calabacín: Es un cultivo muy generoso, cada planta nos ofrece gran cantidad de verdura. Es algo exigente en riego, necesitando un gran aporte de agua, especialmente cuando aparecen los frutos, por tanto hemos de cuidar el aporte hídrico.

 


Pepinos en pleno auge.

Berenjenas moradas.

Berenjena: Aunque es fácil de cultivar, la berenjena tiene sus propias exigencias. Necesita mucho sol y espacio en el huerto para crecer adecuadamente. Podemos plantarla de abril a mayo, primero en semillero, resguardándolo del frío si es necesario.

Es un cultivo muy resistente a la sequía y a las altas temperaturas, además, también es muy generoso, y con tan solo unas plantas podremos tener gran cosecha.

Judía Verde: Un cultivo que requiere de entutorado, para que la planta trepe y los frutos lleguen a buen puerto. Es muy apreciado durante el mes de mayo y junio.

  Cebollas: Se trata de una hortaliza muy resistente cuyo cultivo no plantea grandes dificultades. A la cebolla le va bien el riego por goteo ya que no tolera los encharcamientos ni el exceso de agua. Cultivarla es un acierto seguro.

Pimiento: Es sin duda el cultivo más duro, adaptado a diferentes temperaturas. Si plantamos los pimientos en abril, tendremos pimientos hasta agosto o septiembre, dependiendo de la variedad elegida y la región donde lo cultivemos.

Lechugas: ¿Quieres degustar lechugas tiernas y frescas? Solo tienes que hacerles un hueco en tu huerto. La primavera es la época ideal para sembrarlas, primero en semillero y después trasplantarlas a la tierra.

Aunque se pueden cultivar durante prácticamente todo el año, en primavera podemos obtener lechugas con buen sabor y textura. Además, existen muchas variedades, para que optemos por la que más nos guste.

Calabaza: Es un cultivo todoterreno, ya que suele adaptarse muy bien a diferentes tipos de suelo, desde los más pobres a los más ricos. También es una planta generosa en cuanto a frutos.

Fresas: Son una de las frutas más sabrosas y saludables de la primavera, y resultan fáciles de cultivar, ya que se adaptan bien a cualquier terreno y no presentan demasiadas exigencias.

Necesitan bastantes horas de luz al día y prefieren el riego por goteo.

Aprender a cultivar nuestro huerto es emocionante y fascinante, ver evolucionar las plantas para finalmente disfrutar de unas ricas verduras y hortalizas.

Calabacines.

Judía plana de enrame.

En resumen, tener nuestro propio huerto conlleva múltiples beneficios que abarcan aspectos personales, comunitarios y ambientales.

·      Beneficios personales:

Alimentación saludable, ahorro económico, ejercicio físico, aprendizaje, relajación.

·      Beneficios comunitarios:

Cohesión social, seguridad alimentaria, educación ambiental, embellecimiento del entorno.

·      Beneficios ambientales:

Reducción de la huella de carbono, fomento de la biodiversidad, reciclaje y compostaje, conservación del suelo.

·      Beneficios psicológicos y emocionales:

Conexión con la Naturaleza, sentido de logro y mindfulness (técnica de meditación que busca entrenar la mente para centrar la atención y redireccionar los pensamientos, fomentando la atención plena y reduciendo la ansiedad)

Cultivar nuestro propio huerto no solo nos proporciona beneficios económicos, ambientales y de salud mental, sino que también nos ofrece alimentos más frescos y saludables. Es una actividad enriquecedora y educativa que contribuye a un estilo de vida más sostenible y conectado con la naturaleza.

Frase del día:

La humildad no es pensar que eres menos, es pensar menos sobre ti.” C.S. Lewis (historiador medievalista y escritor).

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