jueves, 7 de noviembre de 2019

El árbol del Granado

El refranero español ya ensalza las virtudes de tan fabuloso fruto otoñal:
“Granada madura, tentación segura”
Aunque no en exceso, desde siempre me ha gustado la fruta del granado. Esa fruta típica de otoño con un gran poder antioxidante, que es baja en calorías y que, además, ayuda a controlar la presión arterial.
  
El granado es un árbol frutal conocido bajo el nombre científico de Púnica Granatum cuyo fruto se llama granada. De hecho, el término “granatum” viene a significar algo así como “que tiene granos”, que es justamente lo que sucede con la granada. El granado es procedente del norte de África y de Asia occidental, siendo los árabes los que la introdujeron en España y desde aquí se exportó a Suramérica.
 
Los granados son unos árboles frutales caducifolios de hojas verdes, pueden llegar a alcanzar los 6 metros de altura, de copa irregular y de tronco retorcido, su madera es muy dura y la corteza es grisácea, aunque en su versión llamada “nana” miden unos 40 centímetros. 
  
Su fruto es la granada un manjar exquisito, de sabor refrescante ya que contiene una gran cantidad de agua (80% de la granada es agua), que te valdrá no solo para degustar como fruta sino que es fantástico para utilizar como complemento en diversos platos y conseguir así un sabor muy original.
  
Cada parte del granado tiene unas características muy importantes que afectan al cuidado de la planta:
  • Raíces: son nudosas y de color rojizo.
  • Hojas: son de un color verde brillante.
  • Flores: son grandes y de color rojo muy lustroso.
  • Fruto: es una baya de color rojo brillante, compuesta de pequeñas partes globulares en el interior.
 
La época más idónea del año para la plantación del granado, es antes de la primavera, entre febrero y marzo. Únicamente deberemos de seguir unos sencillos pasos para una correcta plantación del Granado.
  
La primera labor a realizar será la aireación de la tierra donde vamos a plantarlo, el suelo ha de ser húmedo y de fácil drenaje. A continuación, aportaremos materia orgánica. En cuanto al terreno, el granado no es muy exigente, aunque se desarrolla mejor en suelos profundos y frescos. Los terrenos alcalinos y permeables, son ideales para su crecimiento.
 
 
Si vamos a efectuar una plantación de más de una unidad, el espacio de plantación entre árboles debe ser de unos 4 metros, aproximadamente y de 5 metros entre filas.
  
Una vez elegido y aclimatado el terreno, efectuaremos  un hoyo de 50x50 y unos 40 centímetros de hondo, e introduce en él, el injerto o esqueje, podando ligeramente la parte superior.
  
El clima más idóneo para su desarrollo es el tropical o semidesértico, dándose los mejores frutos en temperaturas elevadas. Por este motivo, necesita un suelo que retenga la humedad, aunque, a pesar de que necesita riego abundante, aguanta perfectamente los períodos de sequía.
  
El granado es sensible a las heladas, por este motivo crece mejor en climas templados.
  
El granado tampoco es muy exigente en cuanto a la fertilización. El momento de la caída de la hoja, es clave para comenzar con los abonos fosfáticos y potásicos.
 
 
Durante la primavera aplicaremos un abono orgánico que se descomponga lentamente para que pueda aprovechar bien todos sus nutrientes. Cuando llegue la floración añadiremos un poco de abono líquido al agua de riego para que la brotación se produzca con mucha más fuerza y sea de mejor calidad.
  
Durante el primer año de vida del granado procederemos a regarlo una vez por semana. Aunque soporta muy bien las sequías, cuando sea adulto, será suficiente con regarlo, durante el verano, cada 15 días, durante el resto del año será suficiente con proporcionarle algún riego esporádico. Si observamos que todavía mantiene la humedad del riego anterior, suspenderemos este riego.
  
Así mismo suspenderemos el riego en el momento en que aparezcan los primeros frutos, en este punto, continuar con los riegos puede producir el agrietamiento de los mismos. Un aporte de calcio le vendría muy bien, así evitaremos que las frutas se agrieten.
  
Si efectuamos el riego por goteo, emisores de 4 L/h, en torno a 4, son suficientes para garantizar las necesidades óptimas en el cultivo del granado.
  
Las flores aparecen de mayo a agosto, son bisexuales o hermafroditas y auto fértiles por lo que no es necesario tener más de un ejemplar, si el lugar no lo permite. Durante su época de floración necesita recibir mucha luz natural, es una flor solitaria, de 3 a 4 centímetros, grandes y vistosas, de color rojizo que posee entre 6 y 8 pétalos.
  
 
El fruto, de 7 a 12 cm de diámetro, es de forma redondeada y hexagonal, se caracteriza por poseer una cáscara fuerte que sirve para proteger los granos rojos del interior (semillas). La parte comestible son las semillas y su cubierta que las rodea. Maduran en otoño, de septiembre a noviembre, en el hemisferio norte.
  
Respetar los tiempos es fundamental. Una granada que se recoja verde, tenderá a arrugarse, y será de muy mala calidad. Si se pasa de maduración se abrirá, afectando su aspecto y sabor.
  
El fruto del granado simboliza poder, ya que cuando se abre tiene forma de corona. Por eso los egipcios eran enterrados con granadas y figuran en las representaciones hebreas de sus reyes.
  
Se reproducen por esqueje leñoso (estaca) plantado a finales del invierno. También por acodo, injerto, semilla y retoño basal.
  
La mejor época para la realización de la poda es entre diciembre y febrero para favorecer el flujo de aire en la zona interior, es vital eliminar ramas enfermas o muertas para lograr el rejuvenecimiento de la planta. Solo se puede hacer la poda si el árbol está sano, así que si está afectado por alguna plaga o enfermedad hay que sanearlo antes de proceder a su poda.
  
Existen varios tipos de poda imprescindibles para la correcta evolución del granado:
  • Poda de formación: es la poda que define la forma del árbol. Se realiza para el buen desarrollo de las ramas y los frutos, lo ideal es guiar el árbol para que forme únicamente 3 ramas principales.
  • Poda de fructificación: este tipo de poda, evita que las ramas se crucen y se enreden. Podaremos, en invierno, sobre 1/3 del tamaño de las ramas que se formen en la campaña.
  • Poda de rejuvenecimiento: realiza esta poda solo cuando observes una producción baja en el árbol.
  • Poda de brotes: elimina los pequeños brotes que aparecen en su tronco, evitando que crezcan, ya que no producen, pero merman la savia a las ramas que producen los frutos. 
Un proceso que no puede faltar es el aclareo, consiste básicamente en desprender los frutos que hayan sido dañados por el sol. Con este método se busca también controlar las dimensiones del granado. Un árbol con muchas granadas dará frutos de pequeño tamaño. Se sugiere dejar una o dos granadas por pomo. El mejor momento para efectuar el aclareo es en julio. Se puede efectuar dos veces, con un intervalo de tiempo de 20 días.
  
Plagas y enfermedades: las plagas más comunes son los pulgones, la araña roja, la cochinilla de la tizne y la barrena, sin olvidarnos de la mosca de la fruta, mientras que puede verse afectado por enfermedades como la clorosis o la podredumbre del fruto, algo que sucede si tiene falta de hierro.
 
 
Diversos estudios han destacado que la granada tiene multitud de propiedades saludables. Como ya hemos dicho anteriormente, la granada es rica en poli fenoles, reduce los niveles de colesterol, tiene un gran poder antioxidante que ralentiza el proceso de envejecimiento, es una fruta baja en calorías y resulta ideal para las dietas depurativas y adelgazantes, destacando también por su contenido en fibra.
 
Frase del día:
La sonrisa es una de las mejores maneras de resolver muchos problemas y el silencio es la manera de evitarlos.”
 

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