domingo, 26 de mayo de 2024

La asociación de cultivos

La asociación y rotación de cultivos son prácticas agrícolas esenciales que aportan múltiples beneficios tanto para la productividad como para la sostenibilidad del suelo y los ecosistemas agrícolas.

Comer sano comienza a ser, cada vez más, una prioridad para muchas personas, por lo que muchos de nosotros nos hemos lanzado a la creación de nuestros propios huertos y poder cultivar nuestras propias verduras y hortalizas. Es una forma ecológica, sana, entretenida y divertida de comer productos de calidad, alejados de los usos de pesticidas y demás cosas negativas usadas en las plantaciones comerciales.

El Huerto y sus cultivos para este 2024

El trabajo en equipo resulta ser más productivo debido a que la suma de las capacidades de cada persona que trabaja proporciona un efecto sinérgico, mejorando así los resultados. Esta misma idea podemos trasladarla al mundo vegetal y, en concreto, al mundo hortícola. Esta forma de cultivar se conoce como “asociación de cultivos” y consiste en cultivar en el mismo espacio y al mismo tiempo dos o más especies vegetales obteniendo de esta forma mejores producciones que cultivando por separado cada una de las especies.

La asociación de cultivos es tan antigua como la agricultura, las referencias históricas destacan que la civilización china y los indígenas americanos fueron los primeros en ponerla en práctica.

El principal objetivo de asociar cultivos es incrementar la productividad agrícola. Además, se ha comprobado que algunos alimentos pueden mejorar su sabor y crecimiento al estar en contacto con otras especies vegetales.

Más allá de todo esto, hay otros beneficios que es interesante conocer, tales como:

·    Se logra un mayor aprovechamiento del suelo, de nutrientes, agua, luz y energía.

·      Contribuye a reducir los ataques de parásitos a las plantas.

·      Atrae fauna beneficiosa para lograr siembras de calidad.

·     Es posible dar una mayor cobertura vegetal y reducir la presencia de hierbas adventicias o “malas hierbas”.

·     Se crean microclimas en los que las plantas de mayor tamaño dan cobijo a las pequeñas y así prosperan en lugares en donde normalmente no lo harían.

·      Facilita la protección del suelo frente a la erosión.

·     Por último, los expertos en agricultura urbana indican que de esta manera se ejerce un mayor control sobre los insectos dañinos para las cosechas, puesto que unas plantas pueden convertirse en repelentes para las plagas de las otras.

Asociar cultivos no es una práctica al azar, requiere de una planificación de la disposición de los cultivos, considerando el espacio, la luz, el agua, tiempo de cosecha, tipo de plaga que le afecta y los nutrientes que necesita cada planta, entre otros.

Algunas de las asociaciones más populares en nuestros huertos pueden ser las formadas por:

·  Las tres Hermanas: Esta es una práctica tradicional de los pueblos indígenas de América del Norte que implica plantar maíz, judías y calabazas juntos. El maíz proporciona un soporte natural para que los frijoles trepen, los frijoles fijan nitrógeno en el suelo, y las hojas de la calabaza cubren el suelo, reduciendo las malas hierbas y conservando la humedad.

·      Tomates y Albahaca: La albahaca puede mejorar el sabor de los tomates y actúa como un repelente natural para insectos como los pulgones y los mosquitos.

·     El ajo y los tomates: el ajo funciona como insecticida natural, alejando a insectos, caracoles, gusanos y a otras plagas que hacen daño al fruto del árbol del tomate.

·      Lechuga y Rábanos: Los rábanos crecen rápidamente y pueden romper la superficie del suelo, permitiendo que las lechugas crezcan mejor. Además, los rábanos pueden atraer plagas lejos de las lechugas.

Al asociar ciertas especies, en el momento de la siembra, no viene nunca nada mal conocer algún que otro truco, ¡¡¡ posiblemente alguno de estos nos puede ser de gran ayuda !!!

·      Combina plantas de crecimiento rápido con otras de crecimiento lento: este es un tipo de asociación de cultivos combinando plantas de crecimiento rápido con variedades de crecimiento lento, además es ideal para optimizar el riego y el espacio.

·      Combina plantas de raíces profundas con otras de raíces superficiales: Muy similar al anterior, el cultivo por asociación de raíces juega con plantas de raíces profundas y cortas. Las segundas no entrarán en conflicto con las primeras y no se quitarán espacios ni nutrientes.

·    Combina plantas aromáticas con hortalizas: La idea es que el intenso aroma de algunas plantas, como, por ejemplo, la albahaca, evite la presencia de plagas que llegan a los cultivos cuando perciben el olor de las hortalizas.

·    Realiza rotación de cultivos: Combinar la asociación de cultivos con la rotación de cultivos puede aumentar aún más los beneficios, evitando la acumulación de plagas y enfermedades específicas de ciertos cultivos, además obtendremos un mejor aprovechamiento de los nutrientes y evitaremos el agotamiento del suelo.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta, a la hora de la siembra, es la rotación de cultivos que es una práctica agrícola que implica cambiar los tipos de cultivos que se siembran en una misma parcela de terreno de una temporada a otra.

Esta técnica aporta múltiples beneficios, entre los que se incluyen la mejora de la salud del suelo, la reducción de plagas y enfermedades, y el incremento de la productividad general del huerto. A continuación, detallo algunos de los principios, beneficios y ejemplos de cómo implementar la rotación de cultivos en un huerto.

Principios de la Rotación de Cultivos:

·    Diversificación de Cultivos: No cultivar el mismo tipo de planta en el mismo lugar en temporadas consecutivas. Esto ayuda a evitar la acumulación de plagas y enfermedades específicas de un cultivo.

·      Clasificación por Familias Botánicas: Rotar cultivos de diferentes familias botánicas. Las plantas de la misma familia suelen ser susceptibles a las mismas plagas y enfermedades y pueden agotar los mismos nutrientes del suelo.

·    Ciclos de Rotación: Planificar ciclos de rotación de al menos 3 a 4 años para garantizar que las enfermedades y plagas específicas no se establezcan y para permitir la recuperación del suelo.

·    Alternancia de cultivos de diferentes tipos: Alternar entre cultivos de raíces, hojas, frutas y leguminosas. Esto asegura un balance en la demanda de nutrientes del suelo.

Beneficios de la Rotación de Cultivos:

·      Mejora de la Fertilidad del Suelo: Algunas plantas, como las leguminosas, fijan nitrógeno en el suelo, mejorando su fertilidad para cultivos futuros.

·      Control de Plagas y Enfermedades: Al cambiar los cultivos, se interrumpe el ciclo de vida de las plagas y enfermedades, reduciendo su impacto.

·   Reducción de Malezas: La rotación puede suprimir el crecimiento de malezas específicas, ya que algunas no prosperan con ciertos cultivos.

· Optimización de Nutrientes: Diferentes plantas tienen diferentes necesidades de nutrientes. Rotar los cultivos puede ayudar a mantener un balance de nutrientes en el suelo.

Implementar la asociación y rotación de cultivos en el huerto puede ser una estrategia efectiva para mejorar la salud y productividad del huerto a largo plazo, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles y naturales logrando un huerto más productivo y resiliente.

Existen algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de la rotación de cultivos en nuestro huerto tales como una exhaustiva planificación del esquema de rotación que incluya varios años, deberemos de considerar la necesidad de espacio, luz y nutrientes de cada tipo de cultivo.

Deberemos de mantener un registro de qué cultivos se plantaron en cada lugar y cada año, esto ayuda a seguir el ciclo de rotación y poder realizar los ajustes necesarios.

Utilizaremos cultivos de cobertura o abonos verdes entre ciclos de cultivo para mejorar la estructura del suelo y agregar materia orgánica.

Así mismo deberemos ser flexibles y ajustar el plan de rotación según las condiciones específicas de nuestro huerto y los resultados obtenidos.

En resumen, la asociación y rotación de cultivos son estrategias complementarias que, cuando se aplican adecuadamente, pueden mejorar significativamente la salud del suelo, la productividad agrícola y la sostenibilidad del ecosistema agrícola.

Frase del día:

La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce.” Jean Jacques Rousseau (1712 – 1778) Filósofo francés.

lunes, 6 de mayo de 2024

La fruta que frena el envejecimiento

El tomate es uno de los superalimentos más consumidos en España y posee grandes propiedades antioxidantes que frenan el envejecimiento celular.

Originario de América del Sur, específicamente de la región andina, donde crecía de forma silvestre. Fueron los conquistadores españoles quienes lo introdujeron en Europa en el siglo XVI, y hasta el siglo XVIII su cultivo se hacía solo con fines ornamentales, ya que se creía que sus frutos eran venenosos.

El debate sobre si el tomate es una fruta o una verdura ha existido durante mucho tiempo y la respuesta depende del contexto en el que se haga la pregunta.

Botánicamente hablando, el tomate es una fruta. En términos botánicos, una fruta es la estructura que se desarrolla a partir del ovario de una flor y contiene las semillas de la planta. Bajo esta definición, el tomate clasifica como una fruta, ya que se desarrolla a partir del ovario de la flor del tomate.

Sin embargo, en el ámbito culinario y legal, el tomate a menudo se considera una verdura. Esta clasificación se debe en gran parte a decisiones históricas y legales más que a consideraciones botánicas. En 1893, en el caso de la Corte Suprema de los Estados Unidos, se dictaminó que el tomate se consideraría una verdura a efectos arancelarios, lo que significa que se gravaría como una verdura, ya que generalmente se consume de manera similar a otras verduras en la cocina.

Por lo tanto, desde un punto de vista botánico, el tomate es considerado como una fruta, pero en términos culinarios y legales, a menudo, se considera una verdura.

La respuesta a la pregunta sobre si conocemos los tipos de tomates es fácil: No. Porque hay miles de variedades de tomates a lo largo de todo el mundo, por lo que conocerlos todos resulta imposible.

Aunque no todas se cultivan ni llegan al mercado, existen unas 10.000 variedades de tomates muchas de ellas debido al cruce de variedades. Entre otras cosas porque eso ha permitido adaptar esta hortaliza de verano a otras épocas del año.

Los primeros tomates cultivados eran bastante diferentes de las variedades que conocemos hoy en día. Eran pequeños, de color amarillo y tenían un sabor más ácido. Con el tiempo, mediante la selección artificial, se desarrollaron variedades con características más deseables, como un mayor tamaño, color rojo y un sabor más dulce.

El tomate es una excelente fuente de antioxidantes, especialmente de un compuesto llamado licopeno, que le da su característico color rojo. Los antioxidantes ayudan a combatir el daño causado por los radicales libres en el cuerpo, lo que puede contribuir al envejecimiento prematuro y a diversas enfermedades relacionadas con la edad.

El tomate se pueden preparar de muchas formas: en ensalada, como acompañamiento, en cremas frías, rellenos, en conserva, como base para salsas o guisos…

Se ha sugerido que el consumo regular de tomates y productos derivados, como el jugo de tomate o la salsa de tomate, puede tener efectos beneficiosos para la salud, incluida la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Encontrar a una persona a la que no le gusten los tomates en alguna de sus elaboraciones es prácticamente imposible. No en vano, según el Informe Anual de Consumo que publicó el Ministerio de Agricultura en 2020, cada español consume una media anual de 14,61 kilogramos.

El tomate está compuesto en un 95% por agua, sus azúcares simples y algunos ácidos, como el cítrico y el málico, hacen que resulte apetitoso y digestivo. Su cualidad más valorada, no obstante, se la brinda el trío de vitaminas antioxidantes: C, E y A, esta última a través del betacaroteno. Tomar 200 gramos cubre el 80% de la cantidad diaria de vitamina C recomendada.

Asimismo, hay que tener en cuenta que el tomate es bajo en calorías, con apenas 18 Kcal por cada 100 gramos de producto, lo que lo convierte en un alimento ideal para dietas enfocadas a la pérdida de peso.

El fruto de la tomatera es uno de los superalimentos que está más introducido en nuestra dieta y supone un auténtico compendio de virtudes por sus propiedades, destacando su poder antioxidante.

El tomate es la hortaliza que tiene más vitaminas del grupo B, sobre todo de ácido fólico, y aporta también una buena variedad de minerales, destacando el potasio, que ayuda a la función nerviosa, a la contracción de los músculos y a mantener un correcto ritmo cardíaco. Junto a su contenido en vitamina K, que ayuda a controlar la coagulación, se trata de uno de los alimentos que más cuidan el sistema cardiovascular e incluso, como destacan desde la Fundación Española del Corazón, este alimento puede prevenir el ictus en un 59%.

Ahora bien para poder disfrutar de todas las ventajas que nos ofrece el tomate, los expertos coinciden a la hora de asegurar que la mejor manera de disfrutar de ellos es en su forma natural, por encima de su procesado en salsas, ya que en ese caso se pueden agregar grasas no deseadas que afectan a sus beneficios.

Entre los beneficios que podemos obtener con la ingesta de este superalimento, además de que cuida la piel, los huesos y el tránsito intestinal, es diurético por sus bajos niveles de sodio y favorece la eliminación de líquidos. Otra de sus grandes virtudes reside en su contenido en licopeno, el pigmento carotenoide que presume de grandes efectos antioxidantes y es el culpable de su color rojo. 

Si consumimos tomates todos los días, principalmente si lo hacemos de forma natural, podremos disfrutar de una gran cantidad de beneficios, comenzando por la mejora de la salud cardiovascular. El potasio presente en estos frutos contribuye a la regulación de la tensión arterial, y el licopeno, otro nutriente fundamental de los tomates, también ayuda a este efecto.

Por otro lado, hay que destacar su mejora de la salud digestiva e intestinal gracias a la fibra de estos alimentos, así como su contribución a la mejora de la salud ocular gracias a su contenido en vitamina A. Al ser antioxidantes ayudan a proteger frente al daño celular, y promueven una piel más joven, saludable y libre de arrugas gracias al licopeno que contienen.

Además de todos los beneficios anteriores, hay que destacar su función como diurético natural, ya que su consumo contribuye a la eliminación de líquidos del cuerpo, beneficiando la función renal.

No obstante, aunque los tomates tienen numerosos beneficios para la salud, un consumo excesivo puede provocar malestar en algunas personas, lo que se debe principalmente a su acidez, que puede ocasionar reflujos o ardores intestinales. Sin embargo, cuando se consume de forma natural es menos agresivo que en las salsas, la sensibilidad varía entre cada persona y aquellas personas que son más sensibles a la acidez deberían moderar su consumo.

Resumiendo, el tomate es un fruto muy beneficioso para la salud, con un notable aporte de nutrientes esenciales, siendo aconsejable incluirlo de forma regular en la dieta para disfrutar de mejoras significativas en la salud cardiovascular, ocular, intestinal y de la piel, así como sus propiedades diuréticas y antioxidantes. Sin embargo es importante su consumo con moderación, sobre todo entre los más sensibles a la acidez.

Incluir tomates en nuestra dieta puede ser beneficioso para combatir el envejecimiento prematuro y promover una buena salud en general debido a su contenido de antioxidantes y otros nutrientes esenciales.

Frase del día:

La vida debe ser comprendida hacia atrás. Pero debe ser vivida hacia delante.” Kierkegaard.