Sí, la ceniza puede ser utilizada como abono para el huerto, pero es importante entender cómo y cuándo aplicarla correctamente. La ceniza de madera, en particular, contiene nutrientes como potasio, calcio, magnesio y fósforo, que pueden ser beneficiosos para las plantas.
¿Alguna vez has escuchado sobre el uso de cenizas como fertilizante en huertos y jardines?
Agregar ceniza a nuestros árboles como limonero, naranjo, membrillero, níspero y otras variedades ampliamente apreciadas en el huerto por sus frutos, es una técnica que ya nuestros antepasados la relacionaban con ciertos beneficios para los cultivos.
En primer lugar, tenemos que saber que con la combustión de la leña, consumimos la práctica totalidad del carbono orgánico, quedándonos en la ceniza resultante principalmente calcio, potasio, aluminio, magnesio, hierro, fósforo y manganeso.
No obstante es calcio y potasio, en forma de carbonatos, lo que en mayor parte encontramos en la ceniza de madera. Esto lo convirtió en un producto muy apreciado como fuente de potasio y enmienda cálcica antes de la síntesis química de fertilizantes.
Hay quien apoya el uso de la ceniza como abono en el huerto, pero hemos de saber que la mayoría de suelos cultivados en España, especialmente los del litoral mediterráneo, son de reacción básica, con altos niveles de caliza.
En estos suelos, el aporte de ceniza puede ser perjudicial, ya que aportar más carbonatos puede incrementar el bloqueo de nutrientes como el potasio y el magnesio por la alta proporción de calcio en el suelo, a parte del bloqueo inherente de ciertos nutrientes al elevar el pH. El caso típico es el hierro, que en suelos básicos pasa a formas no asimilables por las plantas y provoca graves clorosis aún teniendo niveles aceptables en el suelo.
Sin embargo, en zonas con alta pluviometría (cornisa cantábrica, País Vasco, Galicia etc.) la gran cantidad de lluvias propicia suelos más ácidos. Ahí sí que la aportación moderada de cenizas de madera es beneficiosa.
Una vez planteado lo que nos dice la ciencia, lo cual contradice lo que la sabiduría popular pregona, esto puede conllevar polémica.
Esto es una presentación objetiva del tema, y sinceramente pienso que, en la gran mayoría de los casos, los efectos perjudiciales de la ceniza pueden llegar a superar los efectos positivos de esta en el suelo. Pero como todo en la vida la dosis es la clave, así que si utilizas de forma habitual ceniza, que sea en poca cantidad. Y si el suelo de tu huerto es calizo, mi recomendación sería evitar su uso.
Para los que nos hemos decantado por la utilización de la ceniza como abono deberemos de seguir un procedimiento básico, teniendo en cuenta la preparación de la misma asegurándonos de que esta provenga únicamente de fuentes orgánicas como carbón madera y leña , evitando la ceniza de materiales tratados o pintados ya que puede contener sustancias químicas nocivas.
Deberemos de proporcionarle un almacenamiento seguro guardando la ceniza en recipiente o contenedor limpio y seco hasta el momento de proceder a su uso, asegurándonos de que esté completamente fría antes de manipularla, evitando de esta forma riesgos de incendio.
Antes de aplicar la ceniza en el suelo, es recomendable descomponerla un poco, ya que puede formar grumos. Puedes hacer esto rompiéndola manualmente o mezclándola con compost u otro tipo de abono orgánico. Luego, esparce la ceniza uniformemente sobre el suelo de tu huerto.
Aplicaremos la ceniza antes de sembrar o plantar. También podremos aplicarla durante la temporada de cultivo, pero evitando hacerlo cuando las plantas estén en etapa de fructificación, ya que el cambio repentino en el pH del suelo podría afectar la calidad de los frutos.
Deberemos utilizar la ceniza con moderación. Una fina capa es suficiente para proporcionar nutrientes a las plantas. Evitaremos aplicar grandes cantidades, ya que esto puede elevar el pH del suelo a niveles no deseados y afectar negativamente el crecimiento de las plantas.
Una vez esparcida la ceniza sobre el suelo, la mezclaremos ligeramente con una herramienta de jardinería, como un rastrillo o una azada, para asegurarnos de que se incorpore bien al suelo y los nutrientes estén disponibles para las raíces de las plantas.
Después de aplicar la ceniza, es aconsejable regar el huerto para ayudar a que los nutrientes se filtren en el suelo y estén disponibles para las plantas.
Además, las cenizas pueden tener otros efectos benéficos en nuestro huerto. Así tenemos que su aplicación directa en hojas y ramas puede ayudar a eliminar varios tipos de hongos que estén afectando nuestros cultivos. Basta con frotar un poco de ceniza en las partes afectadas para modificar el pH y erradicar el hongo.
Con la utilización de la ceniza, también podemos evitar plagas de todo tipo, como babosas, pulgones u hormigas, espolvoreando ceniza en forma circular, rodeando la planta. Colócala como una barrera y los insectos no podrán acercarse a la planta.
Por último, pero no menos importante, podemos ayudar a que un árbol sane adecuadamente de heridas provocadas por el clima, ramas rotas, o incluso por algún animal untando un poco de ceniza en las áreas afectadas. Este elemento actúa como un excelente cicatrizante que estimula el crecimiento para que las heridas sanen más rápidamente.
Cabe mencionar que como abono no se debe de aplicar más de dos veces al año, pues tiene propiedades que, como ya he dicho anteriormente, cambian la acidez y el pH del suelo, a pesar de que ayuda a una mayor floración y acelera el crecimiento.
Posteriormente deberemos observar cómo reaccionan las plantas a la aplicación de la ceniza. Si notamos algún signo de estrés o problemas de crecimiento, como amarilleamiento de las hojas, puede ser indicativo de que hemos aplicado demasiada ceniza. En ese caso, reduciremos la cantidad en futuras aplicaciones.
En resumen, la ceniza de madera puede ser un recurso útil como abono para el huerto, siempre y cuando se utilice con moderación y se tenga en cuenta su efecto en el pH del suelo y en las plantas para mantener un entorno saludable para el crecimiento vegetal.
Frase del día:
“ Aprende a escuchar y te beneficiarás incluso de los que hablan mal. Plutarco.”