lunes, 20 de febrero de 2023

El Tomate Muchamiel

El tomate es primo hermano de la berenjena, la patata y el pimiento, que pertenecen a la familia de las solanáceas. Procede de América (Centro y Sur América). Algunos estudios señalan que del Perú, donde era plantado por indígenas. Hoy en día es un alimento fundamental en la dieta mediterránea.

En España se consume durante todo el año: solos, en ensaladas, salsas o en conservas. El cultivo del tomate es exigente. Necesita entre 6 y 10 horas de sol, abundante agua y nutrientes suficientes. Y es el cultivo estrella de la mayoría de los que nos dedicamos al cultivo en huertos.

La época idónea para plantar tomates depende de la zona en la que nos encontremos. Por lo general, de marzo a junio para el hemisferio norte, y a partir de octubre para el hemisferio sur.

Los tomates temen el frío, las heladas y la escarcha. Por debajo de los 6 grados su crecimiento se detiene.

El tomate se desarrolla en estado óptimo a una temperatura de 25 ºC, durante el día, y de 15 a 20 por la noche, por debajo de ese rango tiende a frenar su crecimiento y por encima de 35 ºC surgen problemas. Por debajo de 0 ºC, la planta muere.

La planta del tomate no es muy exigente en cuanto al suelo, pero prefiere los suelos sueltos y orgánicos, tolera cierto grado de salinidad, pero no soporta el encharcamiento, por eso se debe de cultivar en suelos que drenen bien, al igual que casi todas las hortalizas.

Es sabido que unas variedades de tomates producen más que otras. Por ejemplo, los cherry dan un gran número de frutos de pequeño tamaño mientras que otras variedades, como el tomate rosa de Barbastro, producen tomates de gran tamaño pero en mucho menor número.

Aquí hay que añadir que las variedades de crecimiento indeterminado, puesto que pueden producir durante más tiempo, darán mayor cantidad de frutos que las de tipo determinado.

En general, para tomates de tamaño medio, podemos esperar que cada planta produzca entre 20 y 40 frutos, dependiendo de la duración de la temporada de cultivo y de los factores que influyen en la producción.

En función de la producción, los tomates suelen clasificarse en:

·    Tomates determinados: producen el fruto de un tirón y su ciclo se termina.

·      Tomates indeterminados: suelen producir tomates hasta la llegada del frío.

Semillas de tomate “Mutxamel”

Siembra, trasplante y recolección.

En función del crecimiento, los tomates podemos clasificarlos en:

·      Tomates de mata alta: Los tomates de mata alta necesitan tutores. Su crecimiento es vertical. Si no utilizamos una estructura para guiarlos, la mata no se sostendría y se vendría abajo con el peso del fruto. Suelen utilizarse cañas.

·      Tomates de mata baja: En cambio, el crecimiento de los tomates de mata baja es horizontal. Aunque no es obligatorio utilizar tutores, colocar 3-4 cañas alrededor de la planta ayuda a evitar problemas relacionados con la falta de iluminación del ramaje.

 Entre los cuidados que debemos de proporcionar a la planta del tomate, tenemos:

·      Aporcado: Enterramos el cuello de la planta para crear nuevas raíces y fortalecer nuestra tomatera. Suele realizarse a las 3-4 semanas del trasplante.

·      Entutorado: El crecimiento de la variedad de tomates indeterminados es vertical. Si no entutoramos el tomate, la planta se caería por el peso de los frutos. Se recomienda entutorar cuando la planta es pequeña. Más adelante correríamos el peligro de dañar las raíces y ramas. El entutorado, además, mejora la aireación del cultivo y se obtienen frutos más limpios y sanos.

·      Poda: La poda consiste en eliminar los brotes laterales para fortalecer el crecimiento de la planta principal. Normalmente suele realizarse a los 15 días del trasplante. También suele realizarse cuando se observa la primera inflorescencia (brote de las flores). Además, con la poda iremos eliminando las hojas inferiores conforme vayan madurando sus frutos, ya que cuanta más incidencia de luz, mayor rapidez en la maduración.

·      Quitar chupones: Los chupones son las pequeñas ramas que crecen en el vértice de otra rama. La razón por la que se quitan es para que la energía se concentre en la rama desarrollada. Los chupones, como su nombre indica, chupan energía. Si los quitamos estaremos fortaleciendo cada una de las ramas y la producción de tomates será mucho más abundante.

Una vez que conocemos el cultivo del tomate, pasemos a conocer una variedad muy cultivada por la zona del levante, se trata del “tomate Muchamiel”.

El tomate de Muchamiel o Mutxamel  es una variedad de tomate originaria de esta localidad alicantina, siempre ha tenido un reconocido prestigio en el mercado por su olor y sabor a verdadero tomate, siendo una variedad muy tradicional conocida y cultivada en la totalidad de España. La planta se caracteriza por ser muy resistente a condiciones desfavorables.

Es un tomate de forma globosa y ligeramente acostillada, de cuello y hombros verde oscuro muy marcados que poco a poco van dando paso a un rojo intenso y apetecible, tienen de 7 a 11 lóculos, con una pulpa prieta muy carnosa, melosa y dulce.

De tamaño medio-grande (200 – 250 grs), de piel fina y delicada que no resulta basta ni desagradable al comerlos, con surcos profundos y resistente al agrietado. Precocidad tardía. De ciclo medio y excelente productividad. La tomatera es fuerte, vigorosa y rústica, de porte anual y de crecimiento indeterminado la cual es necesario tutorar para guiar su crecimiento.

En definitiva, el tomate Muchamiel es melosito y suavecito, es decir, es oloroso en el plato y dulce en la boca.

Toda la parte verde de la planta está compuesta por pelos glandulares que al rozarse emite un liquido con olor característico.

El cultivo de este tomate es bastante exigente en cuanto a la fertilidad del suelo. Prefiere texturas arcillosas y enarenadas, con suelos profundos, buen drenaje y ricos en materia orgánica

Este tomate destaca por su gran sabor y su gran dulzura. Agradable al tacto y muy adecuado para hacer ensaladas.

Es muy exigente a la luz, será necesario de 6 a 10 horas de sol diarias, para una buena producción. Por ello, se suele cultivar a pleno sol, aunque no es del todo bueno para los frutos. Un exceso de insolación hace que se sobremaduren y aparezcan manchas, conocidas en el argot del agricultor como “asolanado”. Sin embargo, la abundante producción de hojas crea zonas de sombra en los frutos que evitan estas insolaciones.

En el cultivo del tomate Muchamiel la temperatura ideal, para su crecimiento, debe de oscilar entre 18 ºC y 30 ºC.  No obstante, a partir de 15 ºC se puede desarrollar un buen crecimiento de la planta, hasta un techo máximo de 35 ºC, donde la fotorespiración (pérdida de agua), dificulta su crecimiento.

El marco de plantación deberá de asemejarse a los 40 x 100 cm.

Debido a su elevada masa foliar y gran producción de frutos, tamaño y carne del interior de los mismos, es exigente, encuanto al aporte de fertilizantes y riegos. Por lo tanto el riego en época estival será frecuente, pero en pequeñas cantidades.

No es aconsejable aplicar ningún tipo de abono hasta que la planta no tenga un sistema radicular desarrollado, solo agua y, como mucho, aminoácidos u otros bioestimulantes orgánicos.

Si eres de los que realizan su propio semillero podrás realizar el trasplante cuando el tomate Muchamiel tenga de 10 a 15 cm de altura y varias hojas, verdaderas, formadas.

Frase del día:

El que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra. ”

miércoles, 8 de febrero de 2023

El tomate de Colgar

¿A quién no le apetece una tostada con tomate refregado, un poco de aceite y sal por las mañanas? Este es uno de los desayunos más típicos de la región mediterránea, por no decir el que más.

“La Tomata de Penjar d’Alcalà de Xivert es comercialitza i es consumeix actualment com a producte fresc al llarg de tot l’any. Té un color roig intens que adquireix una vegada collida, poc després de romandre penjada. La seua pell és molt fina i la polpa molt abundant, així com el seu suc, compost bàsicament d’aigua. El sabor és intens i dolç i la seua acidesa escassa.”

A partir de los años 40 hasta la actualidad, el cultivo del tomate de colgar ha ido adquiriendo un carácter tradicional que, unido al cuidado artesanal de los cultivadores y a las particularidades geológicas y climatológicas del término de Alcalà de Xivert, ha conseguido diferenciar sustancialmente este tomate de los que se producen en otras zonas de la cuenca mediterránea.

Allá, sobre el 4 de Julio de 2013, la famosa “tomata de penjar” de Alcalà de Xivert anunció que había conseguido ser el primer producto certificado del Parque de Irta, y su inclusión en el catálogo de productos certificados por la Marca de Calidad Parcs Naturals de la Comunitat Valenciana. Se trata de un distintivo agroalimentario y de servicios para las actividades económicas radicadas respetuosas con el medio ambiente situada dentro de los parques naturales valencianos.

Aquí las huertas se sitúan entre las montañas (Sierra de Irta y Murs) y el mar, de ahí el suelo  rico en aguas cuyo nivel de sal es el preciso para otorgarle a estos tomates su particular sabor y cualidades organolépticas y en el que los frutos de la tierra maduran al sol intenso y a la brisa fresca de un clima mediterráneo templado. Esta sierra crea en Alcocebre y en Capicorp (la pedanía donde más se cultiva) un microclima debido a que el aire que viene del mar choca contra la montaña y esta lo devuelve en círculo sin nada de humedad.

No es tan conocida como otras variedades, pero la tomata de penjar” de Alcalà de Xivert (Castellón) es una joya que los catalanes adoran, pero que para la mayoría de valencianos aún está por descubrir. Este tomate, al igual que el tomate del Perelló, agradece la salinidad de las aguas con la que se riega.

Este tomate despertó el interés de los consumidores y comercializadores de Cataluña a partir de la segunda mitad de la década de los años 80, llegando en la actualidad a absorber el mercado catalán el total de la producción de tomate de colgar de Alcalà de Xivert.

El tomate es una mezcla entre sabor, tradición y artesanía. Es una variedad muy conocida en la vertiente mediterránea de nuestro país. Por ello, algunas de las formas de llamar a este fruto conservan su denominación en valenciano. Lo podemos encontrar en el mercado, indistintamente, como “tomate de colgar”tomata de penjar” o “tomata de ramet”. 

Se trata de una variedad antigua y que ha sufrido muy poca manipulación genética. Su facilidad de conservación y resistencia lo hizo muy habitual en las despensas, durante la Guerra Civil, el siglo pasado. Fue entonces cuando las familias de la zona, y como filosofía de subsistencia, empezaron a aprovisionarse y a almacenar esta hortaliza de la manera tan característica que conocemos en la actualidad. 

De mata alta, precoz, de frutos pequeños de 60 grs. aprox., forma redonda-aplastada, reunidos en racimos que permite ser colgados, facilitando así su larga conservación.

Los tomates de colgar son una de las variedades de tomate que puede conservarse fresco durante varios meses (de 4 a 6 meses) tras haberlos recogido de la mata, puesto que una de sus características es su durabilidad natural y además de ser sabrosos, son jugosos.  

La diferencia con otras clases de tomate es por su calibre, piel, color, potente sabor intenso y dulce, acidez controlada, su alta carnosidad, su textura blanda por dentro, su abundante cantidad de jugo y su larga vida una vez recolectado, además de por su modo de elaboración artesanal, cosidos con hilo y unidos en una ristra. Nutricionalmente, es un fruto con un elevado contenido en vitaminas y minerales. 

En ocasiones, conservado de esta forma, puede desarrollar una especie de telaraña que lo recubre. Este proceso es totalmente natural y forma parte de su conservación. Si te encuentras en esta situación no te preocupes, únicamente lava bien la fruta antes de consumirla, desechando la piel.

Para conseguir que se puedan conservar durante, prácticamente, todo el año, sin cámaras frigoríficas, la clave está en que el tomate no presente ningún corte o fisura, para lo cual se hacen dos selecciones de producto, una antes de colgarse y otra al poco tiempo de hacerlo. Pero, además, éste ha de mantenerse en un lugar fresco (como máximo a 24 grados), sombreado y aireado, sin cambios bruscos de temperatura y sin exposición a excesiva humedad o malos olores.

De todos es conocido que el peor enemigo del tomate es el propio “etileno” que desprende el mismo, una vez arrancado de la planta, continuando su maduración climatérica (maduración una vez separado de la planta). Si al tomate se le encierra acaba pudriéndose.


Simiente de tomate de colgar, mantenida a lo largo de 40 años por la abuela de un conocido hortelano.

Se siembra de Marzo a Mayo en semillero, y se trasplanta al marco de 70 x 40 cm, cuando las plantas han alcanzado en el semillero unos 15 cm o bien tengan 3 o 4 hojas. El tomate de colgar se recolecta durante los meses de julio hasta finales de septiembre y, una vez recolectado, se conserva perfectamente hasta marzo.

Su cultivo es idéntico al de cualquier otro tomate. Pero tienen la característica de que, los de colgar, aguantan mucho más después de la cosecha. El funcionamiento, el tratamiento, todo, todo es idéntico. La gran diferencia es pos cosecha. Un tomate Rosa o Morado de Barbastro te lo tienes que comer en una semana y estos han pasado cinco meses y ahí tienes los tomates.

Así que si te apetece saber cómo cultivar tomate de colgar, para poder preparar deliciosas tostadas u otras recetas, ve cogiendo las herramientas de jardinería que empezamos.

Siembra:

La siembra del tomate de colgar no tiene mucho misterio, ya que hay que seguir los mismos pasos que con cualquier otra variedad de tomate. Así tenemos, que para hacer nuestro semillero deberemos de seguir ciertos pasos, tales como:

·   Como primer paso, determinaremos la fecha de trasplante a nuestro huerto, para conocer cuando deberemos de comenzar con nuestro semillero.

·   Hemos de tener en cuenta que desde que comenzamos poniendo las semillas en el semillero transcurren, aproximadamente, dos meses y medio hasta su trasplante a nuestro huerto.

·      Se rellena una bandeja de semillero con sustrato de cultivo universal y se riega bien hasta que quede bien empapado.

·      Después, se colocan dos o tres semillas en cada alvéolo, por si alguna de ellas no germinase. Se pueden poner, las semillas, en remojo un día antes de comenzar con el proceso de siembra, de esta forma favoreceremos la germinación en el semillero.

·      A continuación, se cubren con una fina capa de sustrato.

·      Luego, se introduce el semillero en una bandeja de plástico sin agujeros.

·      Por último, hay que ir regando (echando el agua dentro de la bandeja sin agujeros) con frecuencia para evitar que el sustrato se seque.

·    Una vez terminado el semillero de tomate, lo colocaremos en un lugar protegido del frío (a unos 15-20ºC) y donde pueda recibir la luz del sol.

 

Semillero para el cultivo de este año.

De esta forma, las semillas germinarán en unos diez días, más o menos.

Trasplante:

Cuando las plántulas hayan alcanzado una altura de unos 15cm, o bien tengan 3 o 4 hojas, será el momento de pasarlas al huerto o a una maceta mayor (dependiendo de la climatología). Sepamos cómo proceder en cada caso:

Al Huerto:

Lo primero que deberemos de hacer es preparar el terreno procediendo a remover la tierra, limpiandolo de hierbas y piedras. Después procederemos a instalar el riego por goteo e instalar el entutorado, o barraca.

Ahora solo quedará plantar las plantas en hileras, dejando un marco de plantación de 80 x 40 cm entre ellas.

En Maceta:

Para cultivar tomate de colgar en maceta se debe de plantar la plántula en un recipiente con agujeros en su base, y su diámetro será de unos 40 cm, más o menos. El sustrato a usar puede ser el universal. Luego, solo habrá que colocarle un tutor, ponerla a pleno sol e ir regando a menudo.

El Riego:

Entre todas las hortalizas, los tomates son una de las plantas más fáciles de cultivar. Sin embargo, para que crezcan fuertes y saludables es imprescindible que se le aplique una serie de cuidados para su cultivo, entre estos cuidados una buena técnica de riego para tomates es clave.

El factor más importante para definir cuándo regar los tomates es el clima, además las condiciones climatológicas y tipo de suelo.

Lógicamente, no es lo mismo que el riego se efectúe en macetas que en el huerto o la climatología existente, será suficiente en época de calor 3 riegos por semana y 2 en época menos calurosa. Procura no mojar en exceso las hojas, flores y frutos de las plantas.

En el huerto podremos utilizar dos tipos de riego, riego por goteo y riego por inundación.

Por goteo: El riego por goteo, aunque represente un coste elevado en la adquisición del material, es famoso por hacer un uso óptimo y racional del agua, pudiendo ahorrar hasta un 50% de agua en comparación con el riego por inundación.

Una de las ventajas de este sistema es que cuenta con gran precisión, de tal forma que logra proyectarse solo en el área radicular de las plantas, así mismo puede usarse para la aplicación unísona de agua y fertilizantes sobre las hortalizas, aumentando de este modo el rendimiento y calidad de las mismas.

Por inundación: A diferencia del anterior, este método no debe de emplearse si nuestras plantas están en invernaderos, siendo apto si nuestras plantas están al aire libre y contamos con amplios recursos de agua.

Algunas recomendaciones, de gran utilidad, para un correcto riego de nuestros tomates son:

·      Riega despacio y frecuentemente.

·      No riegues los tomates por la noche.

·      Utiliza el mulching y riega con agua de lluvia.

La Poda:

Es muy importante podar la planta de vez en cuando. Un solo ejemplar produce tantos tomates que es muy frecuente que más de una rama se acabe partiendo por no poder soportar el peso. Para evitarlo, hay que recortar algunas, sobretodo las más bajas, y también los chupones (son las ramitas que salen desde el tallo principal y se desarrollan en medio de este y de otra rama).

La poda de brotes consiste en quitar los "chupones", que son brotes axilares de la planta.

La Recolección:

Los tomates de colgar los podrás recolectar más o menos a los tres meses después de la plantación. Observa que estén blanditos aunque no en exceso. Por supuesto, han de haber adquirido un tono rojo intenso y brillante.

Una vez seleccionados y para proceder con el cosido de los tomates, se cosen por el tallo y de dos en dos o de tres en tres hasta formar un manojo de unos 15-20 tomates. Este es un trabajo costoso y artesanal que permite, después, poder colgar los tomates en una zona apta para su conservación. Tradicionalmente, los tomates se colgaban en el techo de la buhardilla e en los almacenes donde las temperaturas eran frescas y secas, por eso, en estas condiciones los tomates pueden aguantar hasta 6 meses.

El Consumo:

El tomate de penjar resulta ideal para consumir crudo o cocinado. Su uso más conocido y tradicional consiste en cortar el tomate fresco por la mitad y untarlo sobre una buena rebanada de pan de hogaza, acompañada de un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y sal (opcionalmente puedes impregnar el pan refregando un diente de ajo en el mismo); sí, es el famoso “pa amb tomàquet”, popularmente conocido como pan tumaca”.

Si lo que quieres es disfrutar con el "pà amb tomàquet" tradicional, mi recomendación es que lo conserves hasta que esté bien maduro, con un color rojo muy vivo y ligeramente blando al tacto. En este punto, simplemente córtalo por la mitad y frótalo en el pan.

Como manda la tradición combina, perfectamente, con un buen pan de hogaza con la miga bien prieta. Pero también combina muy bien con panes con la corteza crujiente y miga liviana.

Ingredientes para una rica tostada con tomate de colgar:

·      Jamón serrano o ibérico.

·      Anchoas, arenques, conservas de pescado.

·      Salazones en general.

·      Verduras frescas de ensalada como el pepino o el calabacín. (opcional)

·      Simplemente un ajo frotado. (opcional)

·      No te olvides del aceite de oliva.

También suele comerse en ensalada y resulta muy apropiado para hacer salsas, debido a su abundancia en pulpa y agua. Asado o al horno es un exquisito acompañamiento para carnes, pescados o verduras aportándole un valor añadido a cualquier plato. Sofrito es un condimento excelente para los guisos, de entre los cuales la paella es quizá el más habitual en cuanto al uso de este tomate.

Frase del día:

Nadie puede hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento.”

jueves, 2 de febrero de 2023

El Ajo, un cultivo de lento crecimiento

El cultivo estrella del invierno, un cultivo de lento crecimiento.

Como es habitual, la primera siembra, o la última del año anterior, son los ajos. Este año comienza con temperaturas muy suaves, con escasez de lluvias y con temperaturas que rozan los 20 ºC.

Si nos orientamos por el calendario lunar, y según el dicho popular, cuando la luna mengua se siembra todo lo que va hacia abajo, y cuando crece se siembra lo que va hacia arriba. Este conocimiento ancestral que tienen los agricultores no falla nunca, por lo que el ajo debe plantarse en luna menguante.

Por otra parte, el clima no tiene demasiada importancia a pesar de ser una planta de secano, pero si es más frío, el ajo adquirirá un sabor más picante.

Es una planta rústica que no teme al frío, aunque si a las heladas intensas. No tolera bien las tierras de cultivo húmedas y pesadas. Así mismo no requiere labores profundas, aunque la tierra debe de ser fina por la parte superior del cultivo. Es exigente en cuanto a materia orgánica, pero esta no ha de estar fresca.

Por tanto, el ajo prefiere los suelos arenosos, poco arcillosos y calcáreos, fértiles, permeables y trabajados con una anticipación a la siembra. Al ser muy sensible a la humedad no necesitaremos regar sus plantas en exceso, ya que se trata de una planta de secano.

Al ajo le molestan las temperaturas altas en la etapa de formación de hojas, desarrollándose estas de forma negativa si superamos los 16 °C; por otro lado, paraliza su crecimiento por debajo de 0 °C. Es por tanto una hortaliza adecuada para su cultivo en pleno invierno.

Estado del huerto el pasado 14 de enero.

Al igual que la cebolla, necesita el estímulo de los días largos para iniciar la formación del bulbo. Para que comience la formación del bulbo es necesario que la luz de los días sea más duradera (alrededor de 12 horas) y la temperatura oscile entre los 18 y 20 ºC.

Como he dicho anteriormente, no debemos regar demasiado el ajo, porque en este caso, o bien se pudre, o bien saldrán flores amarillas y los ajos que recolectemos serán de un tamaño muy escaso.

La recolección del ajo comienza a finales del mes de mayo, y suele extenderse hasta finales de julio.

Pero veamos un poco como se cultiva el ajo y variedades de ajos. Existen  diversas variedades de ajos con diferencias de color, tamaño, aroma, precocidad, etc. aunque, sin entrar en detalles, podríamos agruparlos en 2 grupos:

·    Ajo blanco: De buena productividad, aroma fuerte y buena conservación. Suelen consumirse secos. es la variedad más conocida y que más tiempo se conserva. Destaca por su sabor suave y mayor tamaño de dientes. Son carnosos y están recubiertos por una fina envoltura de color blanco plateado. Apenas aporta calorías y contiene una gran cantidad de antioxidantes y vitaminas.

·    Ajo morado: Es más temprano, poco resistente a la humedad y se conserva peor que el blanco, suelen consumirse tiernos. El ajo morado tiene un tamaño de diente más pequeño que el blanco, pero un sabor más intenso (probablemente el sabor más fuerte de todas las variedades de ajo). Tanto la piel exterior como el diente interior presentan una coloración violeta parcial, y es la variedad más resistente a la humedad.

El ajo es un alimento con alto valor nutritivo, pocas calorías y rico en vitamina C, B6 y manganeso. Además, mejora la circulación de la sangre, es bueno para el hígado y para los resfriados.

A todos estos beneficios se le suma que, es una planta fácil de cultivar y de cuidar, por parte del hortelano, y su siembra es una de las más sencillas y gratificantes que hay para comenzar a experimentar cultivando.

Para hacer esta siembra desgranaremos la cabeza y sin dañar ni los primordios radiculares ni el ápice por donde brotarán las primeras hojas se separaran todos los dientes. Utilizaremos los dientes grandes y medianos (externos de la cabeza), desechando los centrales, llamados cunas.

Ajos plantados el pasado 14 de enero de 2023.

La siembra se realiza durante el inicio del invierno, de diciembre a mediados de enero, aunque en lugares fríos se siembra incluso a finales del otoño.

No es aconsejable retrasar la siembra mas allá de enero, como nos recuerda el refrán castellano, “Cada día que pasa de enero, un ajo pierde el ajero”. No obstante, y como he dicho anteriormente, hay zonas muy frías en las que se retrasa la plantación hasta marzo.

Hemos de tener en cuenta que hasta la segunda o tercer semana, dependiendo del clima, los brotes no empezarán a sobresalir, y que será en primavera cuando su desarrollo se acelere. A mediados de primavera (unos 20 días antes de su recolección) deberemos de anudar los tallos y cuando veamos que tres cuartas partes del follaje amarillean, será el momento de cosecharlos.

En los terrenos más secos colocaremos la simiente (los dientes) en el fondo del surco y en los húmedos, sobre el caballón (formando una fila en la cumbre) o una a cada lado del mismo (tresbolillo).

La profundidad de siembra oscila entre 3 y 5 cm, siempre con la punta hacia arriba. ¡Ojo! no nos equivoquemos en la posición de los dientes, el ápice va hacia arriba y la raíz hacia abajo. Cada diente se coloca a 15 cm del otro, y cada fila de dientes se separa unos 30 cm, como mínimo, lo suficiente para que nos quepa la herramienta de desbroce que tengamos y proporcionar una buena aireación para evitar problemas con los hongos que pueden atacar a nuestros ajos.

Si la primavera es lluviosa, se comportará como un cultivo de secano hasta abril, fechas en las que debido al aumento de las temperaturas será necesario dar un segundo riego, y tal vez otro en mayo. El riego deberemos de suspenderlo, totalmente unos 15 – 20 días antes de proceder a su recolección.

El ajo es una hortaliza que por la estructura de sus hojas no compite bien con las adventicias por la luz, por lo que es recomendable hacer desbroces de manera que las líneas de cultivo permanezcan limpias de hierba durante el proceso de crecimiento.

A mediados de primavera es posible que comiencen a salir tallos con una flor. Si dejamos que la flor crezca, el ajo va a movilizar todos los nutrientes hacia la misma y “descuidará” el tamaño del bulbo por lo que, procederemos a cortarla.

 Para ello, y cuando el tubo floral alcance 15 cm aproximadamente, con una mano sujetamos firmemente el tallo del ajo, para evitar que se desprenda del suelo, y con la otra tiramos del tallo floral y éste último se va a cortar.

Con respecto a los ajetes o ajo tierno el cultivo es el mismo, la diferencia radica en la recolección. El ajete es el tallo del ajo, antes de que éste madure y forme la cabeza. Si lo recogemos antes de que madure el ajo y se convierta en una cabeza de ajo, tendremos el ajete que podemos consumir antes, si no queremos dejar madurar la planta. Es más, un ajo tierno que haya iniciado la bulbificación habrá perdido calidad como tal.

¡¡¡ Sí !!! Es una planta que podemos cultivarla perfectamente en maceta y, además, poder obtener una excelente cosecha. Como norma, y al igual que si la plantación la realizásemos en nuestro huerto, elegiremos los ajos que estén adaptados al clima en el cual vivimos. Seleccionaremos los dientes más grandes, sin zonas blandas, arrugas ni deformaciones.

El procedimiento a seguir será el mismo que el realizado en el cultivo en el huerto. Aunque una cosa fundamental es proveer a la maceta de un orificio de drenaje para evitar encharcamientos.

Consejos a tener en cuenta a la hora de cultivar ajos:

·    Es importante que los ajos que plantes vengan de cultivos ecológicos, y sean ajos de siembra. Los ajos de los supermercados están, en muchas ocasiones, sometidos a procesos de esterilización o son conservados en cámaras frigoríficas que hacen que pierdan la capacidad de germinar.

·    Es recomendable cultivar el ajo lejos de legumbres y coles y próximo de zanahorias, tomates o cebollas.

·    Es una planta fácil de mantener y no suele tener problemas de plagas, aunque no está de más vigilar el cultivo y mantenerse alerta.

·    En primavera comenzarán a salir tallos de nuestros ajos. Para que el bulbo de los ajos crezca en condiciones se recomienda arrancar la flor ya que si no concentrará todos los nutrientes en ella y el bulbo será más pequeño.

·    Otro punto clave es el anudado del ajo. Las hojas se tienen que secar para que los nutrientes se concentren en el bulbo. Para conseguirlo basta con atar un nudo normal y corriente, con las hojas de la planta, en la base del tallo, unos 20 días antes de proceder con la recolección.

·    Por último, y para conseguir una conservación óptima del ajo, deberemos de dejarlo secar al sol durante dos o tres días, pudiendo ser en el mismo terreno de donde los hemos arrancado. Posteriormente pasaremos a conservarlos en un lugar seco y con buena ventilación.

Referente a plagas y enfermedades, es una planta poco propensa a ellas, no obstante le suele atacar el escarabajo, la noctuela (género de mariposa emparentada con la polilla) y la mosca.

Las enfermedades más habituales que puede padecer son mildiu, roya y podredumbre.

Para evitar esto, la mejor defensa es hacer rotación de cultivos y, en el caso de desarrollar alguno de estos males, evitar la siembra en el mismo lugar durante algunos años.

Cebollas de Fuentes.

Habas.

Conjuntamente con berzas, coliflores y puerros, estos son los cultivos principales que, actualmente, hay en el huerto.

Frase del día:

Lo que cuenta no son los años en tu vida, sino la vida en tus años. ”