La comprensión
de ciertos aspectos, sobre la germinación de semillas, es fundamental para los
jardineros, hortelanos y agricultores, ya que les permite optimizar las condiciones para el
crecimiento saludable de las plantas desde las etapas iniciales.
La germinación de semillas es un proceso fundamental
en la vida de las plantas frutales, es la fase en la que una semilla se
despierta de su estado latente y comienza a desarrollarse en una plántula.
Con paciencia y cuidado, podremos cultivar nuestros
propios árboles frutales y disfrutar de los frutos que nos brindarán en el
futuro.
Este proceso, aunque puede requerir tiempo y atención,
es el inicio de un viaje gratificante hacia la producción de nuestras propias frutas
frescas y saludables.
A
tener en cuenta es que los cítricos su propagación común es mediante injertos.
Si queremos comenzar un naranjo a partir de semillas, debemos entender que el
naranjo que crece a partir de semillas puede no dar frutos durante los primeros
10 o 12 años o incluso más. Incluso es posible que no pueda dar frutos durante
toda su vida. Por el contrario si nuestro árbol procede de un injerto podemos
comenzar a recolectar los frutos después de 2 ó 3 años.
El
naranjo cultivado a partir de una semilla puede producir frutos de mejor sabor
o de sabor inferior que el árbol padre, mientras que un naranjo cultivado por
injerto o a partir de un esqueje de tallo producirá exactamente la misma
calidad de frutos que a partir del árbol padre.
En esta entrada,
exploraremos los pasos precisos para germinar semillas con éxito, en este caso
de naranja, y dar los primeros pasos hacia la creación de
nuestro propio árbol frutal.
Existen ciertos factores que afectan al tiempo de
germinación de las semillas. El período de germinación de las semillas de
naranja suele situarse en un rango de tiempo que oscila entre 6 y 8 semanas.
Sin embargo, varios factores pueden influir en la duración de este proceso:
1.
Variedad de
Naranja: La variedad de naranja de
la que provienen las semillas desempeña un papel crucial. Algunas variedades
pueden germinar más rápidamente que otras debido a sus características
genéticas específicas.
2.
Condiciones
Ambientales: Las condiciones
de cultivo, como la temperatura y la humedad, pueden tener un impacto
significativo en el tiempo de germinación. Ambientes más cálidos y húmedos
tienden a acelerar el proceso.
3.
Calidad de las
Semillas: La calidad de las semillas
de naranja es esencial. Semillas frescas y saludables tienen una mayor
probabilidad de germinar más rápido que semillas envejecidas o
dañadas.
4.
Profundidad de
Siembra: La profundidad a la que se
siembran las semillas también es un factor a considerar. Sembrar a la profundidad
adecuada facilita la absorción de agua y la germinación.
La germinación comienza cuando la semilla de naranja
absorbe agua, lo que provoca la hinchazón y el ablandamiento de su cubierta
exterior. La absorción de agua durante la germinación activa
enzimas que descomponen las reservas de alimentos en la semilla y las
convierten en nutrientes utilizables para el crecimiento inicial de la
plántula.
A partir de este punto, la radícula, que es la primera
raíz, emerge y comienza a buscar nutrientes en el sustrato. Después, el
hipocótilo, que dará origen al tallo y las primeras hojas, se eleva desde la
semilla.
A medida que se desarrolla el proceso de germinación,
se desencadenan una serie de eventos biológicos que permiten la transformación
de la semilla en una plántula de naranjo. La duración de cada etapa puede
variar según las condiciones y factores mencionados anteriormente.
Por lo tanto, el primer paso en el proceso de
germinación es asegurarse de que las semillas de naranja que hemos elegido sean
frescas y de alta calidad. La frescura de las semillas es crucial para el
éxito. Deberemos de seleccionar cuidadosamente semillas maduras y saludables de
un fruto de naranja maduro.
Antes de sembrar las semillas, deberemos
prepararlas adecuadamente. Lavaremos las semillas para eliminar cualquier
residuo de pulpa o jugo que pueda inhibir el proceso de germinación.
La
semilla de naranja está recubierta con una piel bastante densa y dura, por un
lado, preservando el brote de todo tipo de daños, y por otro, impidiendo su
germinación. Si la semilla se seca, es muy difícil hacerla eclosionar, por lo
que solo se usarán semillas frescas para germinar.
Podemos
acelerar el proceso de germinación utilizando cualquiera de estas dos técnicas
antes de proceder con la plantación de las semillas:
Estratificación
fría
Tenemos
que saber que las semillas de naranjo, al igual que las de otros muchos árboles,
necesitan "saber" que están en el momento adecuado del año para
germinar.
¿Y
cómo desactivar ese reloj interno que las mantiene bloqueadas? Bueno, pues
haciéndoles pasar por un invierno simulado, es decir, estratificándolas en un lugar frío y
húmedo durante algunas semanas.
Para
engañar a las semillas cogeremos un recipiente con tapa o una bolsa, llenarlo
de arena húmeda,
meter las semillas entre la arena y ponerlas a pasar frío.
Tienes
dos opciones: si estás en invierno, simplemente puedes dejarlas en el exterior,
en una zona que no reciba sol en todo el día. La otra alternativa es ponerlas
en el frigorífico y esperar.
Transcurridos
15 días, aproximadamente podremos sacarlas y continuar
con el proceso de germinación.
Escarificación
La
escarificación de semillas es una técnica que tiene por finalidad abrir o
debilitar la cutícula o estructura externa de las semillas para que la radícula
pueda abrirse paso entre ella y se pueda producir la germinación adecuadamente.
Puede
llevarse a cabo de una de estas tres maneras: por corte, por abrasión y
químicamente.
Por corte: Este
proceso se lleva a cabo en semillas grandes y con cubiertas muy endurecidas. Si
quieres aplicarlo a otro tipo de semillas como el que nos ocupa en este caso,
las de naranjo, la forma de proceder sería la siguiente: Tienes que coger un cuchillo, navaja o cúter y usar el filo para extraer una tira de la capa más
externa de la semilla, no es preciso que sea toda, la cual parece
una lámina de plástico grueso.
Por abrasión: es otra forma de escarificar las semillas, consiste en
desgastar las cubiertas de las mismas utilizando algún material abrasivo, tales
como gravilla o papel lija.
Para ello podemos introducir las semillas en un bote
forrado con papel de lija y sacudir el mismo para que se vayan desgastando.
Otra posibilidad es introducir las semillas en un bote de hojalata con un poco
de arena y sacudir el bote para que la arena desgaste las cubiertas externas.
Química: se lleva a cabo mediante la utilización de productos
químicos. Este tipo de escarificación, además de debilitar la capa externa de
las semillas, la libra de posibles plagas o impurezas que podrían estar pegadas
en las mismas.
Entre los químicos que se suelen utilizar encontramos
el ácido sulfúrico o el ácido clorhídrico. La concentración de ácido con agua
sería, aproximadamente, de un 20% con el acido sulfúrico y de un 10% con el
clorhídrico.
Una vez finalizado el proceso que hayas elegido,
sumergiremos las semillas en agua a temperatura ambiente permitiéndoles
empaparse durante 24 horas, a este proceso se le denomina Activación,
transcurrido este tiempo procederemos a desechar las semillas que estén
flotando en el agua, esto nos indica que no son viables para la germinación.
La
germinación es más efectiva en tierra que en cualquier otra mezcla para
macetas. Una mezcla de tierra bien drenada y rica en
nutrientes proporciona el entorno ideal para que las raíces se establezcan y se
nutran de manera efectiva. Usaremos turba o vermiculita en partes
iguales con tierra para hacer una mezcla de germinación apropiada.
Deberemos asegurarnos de que el recipiente que
utilicemos disponga de agujeros de drenaje para evitar que el exceso de agua se
acumule en el sustrato.
Comenzaremos con la plantación de las semillas, para
ello enterraremos las semillas a una profundidad de 2 cm, aproximadamente,
en el sustrato, asegurándonos de que estén adecuadamente espaciadas. Este paso
es muy importante para permitir que las raíces se desarrollen de manera
eficiente.
Un nivel constante de humedad en el sustrato es
fundamental para el proceso de germinación. Riégalo suavemente después de
sembrar las semillas para asentarlas en su lugar. Nos aseguraremos de mantener
la tierra ligeramente húmeda, evitando el encharcamiento.
Las semillas de naranja germinan mejor en condiciones
de temperatura que oscilan entre 21°C y 27°C. Trataremos de evitar la
exposición directa al sol, ya que esto podría secar el sustrato.
La temperatura es un factor ambiental determinante en
el éxito de las plántulas de naranja. Estas plantas prosperan en climas cálidos
y deben ser protegidas de las heladas.
La luz solar es un recurso esencial para el
crecimiento de las plántulas de naranja. A través del proceso de fotosíntesis,
las plantas convierten la luz en energía y nutrientes, permitiendo un
desarrollo vigoroso. Por lo tanto, proporcionar una exposición adecuada a la
luz es crucial para nutrir estas jóvenes promesas frutales.
Trascurridas unas 6 u 8 semanas, deberíamos empezar a
observar los primeros signos de germinación, con brotes emergiendo de la
tierra. Una vez que las plántulas tengan un par de hojas verdaderas, estarán
listas para ser trasplantadas a recipientes individuales.
Una vez llegados a este punto en el que las plántulas
ya han germinado y disponen de algunas hojas verdaderas deberemos de
seleccionar las mejores.
Los
naranjos tienen dos tipos diferentes de brotes de plántulas: brotes genéticos y
vegetativos. Los brotes vegetativos tienen las mismas características que el
árbol madre, por lo que eventualmente producen frutos de calidad. Los brotes
genéticos portan variaciones genéticas debido a la polinización cruzada; es
posible que no produzcan la misma calidad de fruta de la madre. Los brotes
genéticos deben eliminarse y no permitir que crezcan hasta la madurez.
Cada
semilla de naranja produce 3 brotes, 1 genético y 2 vegetativos. Los brotes
vegetativos son vigorosos y crecen más que los brotes genéticos más débiles.
Deberemos de asegurarnos de cortar los brotes genéticos en la base con unas
tijeras pequeñas y desecharlos. De esta forma lograremos que el brote
vegetativo crezca sin ninguna competencia por los nutrientes.
El éxito en la germinación no termina con la aparición
de las plántulas. Deberemos seguir prestando atención a la humedad y la luz a
medida que las plántulas continúan su crecimiento. Continuaremos proporcionando
a las plántulas suficiente luz solar indirecta para un desarrollo saludable.
Cuando las plántulas alcanzan una altura de 20 a 28 cm,
haya pasado la amenaza de las heladas y tengan un sistema de raíces saludable,
es el momento de realizar el trasplante al lugar definitivo o a una maceta de
mayor tamaño pero ya de forma individual.
La gestión del agua es un arte en el cuidado de las
plántulas de naranja. El equilibrio es clave, ya que el exceso de agua puede
llevar a la pudrición de las raíces, mientras que la sequedad puede provocar
estrés hídrico. El riego adecuado, que mantiene la humedad en el sustrato sin
ahogar las raíces, es esencial para su prosperidad.
Las plántulas de naranja requieren una dieta
equilibrada. Nutrientes como el nitrógeno, el fósforo y el potasio, la llamada
dieta NPK, junto con micronutrientes como el hierro y el zinc, son
fundamentales para su desarrollo. La fertilización adecuada asegura que estas
jóvenes plantas tengan acceso a los elementos esenciales.
Los
naranjos pueden no ser particularmente difíciles de mantener, pero son
susceptibles a algunas plagas y enfermedades que exigen atención como parte del
cuidado de nuestro naranjo.
Las
plagas son un problema menor para el cuidado de los naranjos, pero aún así hay
algunas plagas que debemos vigilar. Entre ellas podemos destacar los pulgones,
los minadores de hojas, las arañas rojas y las orugas del naranjo.
Las
hojas amarillentas o con protuberancias en el envés pueden indicar la presencia
de pulgones, mientras que las cicatrices sinuosas en las hojas indican la presencia
de arañas rojas. Por otro lado, las orugas masticarán los bordes de las
hojas de tu árbol.
El monitoreo constante y el control de enfermedades y
plagas, al menos una vez al mes, son esenciales. Las plántulas de naranja
pueden ser vulnerables a patógenos y plagas que pueden obstaculizar su
crecimiento. La vigilancia y la acción rápida son claves para su protección.
Los
naranjos son susceptibles a una serie de enfermedades causadas por hongos,
bacterias y virus. Entre las más graves que hay que tener en cuenta para el
cuidado de los naranjos se encuentran el enverdecimiento de los cítricos y la
infección fúngica por phytophthora.
Si
observas hojas amarillas moteadas o frutos de tamaño insuficiente que
permanecen verdes en su extremo, es posible que estés ante un enverdecimiento
de los cítricos.
Lamentablemente,
no hay cura para el enverdecimiento de los cítricos, y un árbol infectado
morirá. Si tienes más de un naranjo, la eliminación del árbol infectado es la
única forma de evitar que la enfermedad se propague.
Algunos
consejos generales para evitar la phytophthora y otras infestaciones de la
corteza son mantener el mantillo alejado del tronco, cortar las ramas que tocan
el suelo y raspar la corteza oscura o enferma.
Finalmente, el cuidado de las plántulas de naranja
requiere paciencia y dedicación. El proceso, desde la germinación hasta la
producción de frutos, puede llevar varios años. La constancia y la atención
constante son cruciales para ver recompensado tu esfuerzo con una cosecha exitosa.
La cantidad de naranjas que puede producir un árbol de
naranjo al año puede variar significativamente según varios factores tales como
la variedad del árbol, las condiciones de crecimiento, el cuidado y el clima.
En promedio, un árbol de naranja maduro y saludable puede producir alrededor de
100 a 300 naranjas al año.
No obstante, algunas variedades de naranjas pueden
producir más, y factores como la edad del árbol, la poda adecuada, la
fertilización y el riego pueden influir en la producción.
En resumen, la germinación de semillas de naranja es un proceso
variable y emocionante que nos muestra la maravillosa naturaleza de la vida vegetal.
Aunque el tiempo de germinación puede variar, comprender los factores
involucrados nos puede ayudar a los hortelanos a lograr una germinación exitosa
y a disfrutar del cultivo de naranjas frescas en nuestros huertos o jardines.
La
germinación de semillas cierra el ciclo de vida de una planta, ya que las
nuevas plantas producen semillas que, a su vez, pueden germinar y dar lugar a
nuevas generaciones.
¡Nota! Por
una razón u otra, relacionada con las condiciones ambientales, existe la
posibilidad de que la plántula germinada muera. Por lo tanto, será más seguro
si varios naranjos crecen al mismo tiempo en sus macetas antes de ser
trasplantados a su lugar definitivo de crecimiento.
¡¡¡
Disfruta del proceso y de las recompensas que brinda el cultivo de naranjas en
tu propio huerto !!!
Frase del día:
“ Cuando a la realidad le quitas la retórica, se queda en
lo que es: una pesadilla. ”