domingo, 8 de agosto de 2021

La Parra y sus cuidados

A la parra, al igual que a todas las verduras, hortalizas y árboles, para su correcta producción y buena salud, debemos de proporcionarle una serie de cuidados y tratamientos, en el momento adecuado, como puede ser la poda y actuación sobre posibles plagas y enfermedades que puedan atacarla.

     Durante el invierno, enero, cuando las temperaturas son bajas y la vid se encuentra en fase invernal, es el momento idóneo para realizar la poda en la vid.

Parra, uva negra, en pleno apogeo (1 de agosto).

Para realizar una buena poda es importante tener en cuenta una serie de consideraciones, entre las que destacaremos:

  • Limpiar las herramientas de trabajo (tijeras, serruchos…) adecuadamente y de forma habitual, al finalizar.
  • La poda se ha de realizar en tiempo seco.
  • Retirar todos los restos de poda, una vez efectuada.
  • Sanar los cortes más importantes con productos cicatrizantes o pintarlos con soluciones de cobre.

Una vez realizada la poda, puede ser muy recomendable, proceder a la fertilización del terreno, aprovechando este momento para efectuar el desbroce y eliminación de las posibles adventicias.

A medida que el viñedo comienza a despertar y la savia comienza a moverse por la cepa, lo que se conoce como “el lloro de la vid”, es el momento para realizar los tratamientos de prevención de enfermedades y plagas.

¿Cómo puede ser que todos los años se eche a perder la cosecha de uva de la parra?

El oídio de la vid

Es una enfermedad endémica producida por un hongo ectoparásito, el Uncínula Necator Burr.

El periodo más sensible para su desarrollo es el que abarca entre el inicio de la floración y engorde del grano.

Este hongo se propaga por todas las zonas verdes de la vid. Se desarrolla sobre hojas, brotes, sarmientos y racimos. Los daños del oídio pueden llegar a ser críticos, reduciendo la cantidad y calidad de la uva, e incluso afectar a posteriores añadas.

Las uvas el día 12 de Junio.

También se suele conocer como ceniza, pero es frecuente referirse a él como cenicilla, blanqueta, polvo, polvillos, roya, cendrada, cendrosa, malura... en función de la zona vitivinícola.

Esta es una enfermedad fácilmente identificable, ya que se desarrolla sobre hojas, racimos y brotes, produciendo las clásicas manchas blancas harinosas, como polvo. Estas manchas se localizan tanto en el haz de la hoja como en el envés, que puede ocupar una zona o bien cubrir toda la superficie. Provoca deformaciones en las hojas, sobre todo si el ataque es intenso. 

En los brotes y sarmientos se pueden apreciar manchas difusas de color verde oscuro, que crecen y cambian a tonos más oscuros al avanzar la vegetación, llegando, incluso, a negruzcos a medida que la madera va tomando consistencia.

Los daños en racimos y granos, al igual que en las hojas, al principio se aprecia un polvillo blanco, como ceniza, que recubre en poco tiempo todo el grano.
En el racimo el daño es crítico, ya que el hongo es capaz de detener el crecimiento de la piel del grano, agrietándolo y afectando directamente a la calidad y la cantidad de la cosecha.

Si el ataque se produce cuando los granos tienen el tamaño de un guisante es muy problemático, ya que se secan y caen.

Uvas, negras, el día 19 de Julio.

Durante el frio, este hongo inverna en el interior de las yemas y también en los sarmientos, a la espera de condiciones favorables para su desarrollo.

En primavera, al comienzo de la brotación es la época más crucial para asegurar una buena cosecha. El día se empieza a alargar, las temperaturas suben y son típicas las lluvias de primavera. Esta es una combinación perfecta que propicia la aparición de las primeras plagas de la vid.

De ahí la importancia de proteger el viñedo durante la etapa de prefloración y floración, sobre todo si se dan las circunstancias climatológicas favorables, ya que es un momento crucial para iniciar los tratamientos fitosanitarios que nos protejan de los efectos adversos del hongo.

Como en cualquier enfermedad o plaga, siempre existen unos factores que influyen en el crecimiento y propagación de las mismas, en el caso del Oídio, la temperatura y la humedad son los factores críticos para el desarrollo del hongo, siendo la temperatura la más relevante.

  • A partir de 15ºC el hongo comienza su desarrollo.
  • Entre 25º y 28º es la temperatura óptima para su desarrollo.
  • A partir de 35ª (Con la llegada del calor) frena su desarrollo.
  • A partir de 40º el oídio muere.

Este hongo requiere de una humedad relativa en el aire alta para poder germinar, pero curiosamente no precisa de agua líquida, es más, las lluvias en exceso llegan a frenar su desarrollo.

Uvas el día 4 de Agosto.

Las etapas para aplicar los tratamientos fitosanitarios para la protección del viñedo con un resultado eficaz son:

  • Cuando los racimos se hacen visibles (estado fenológico F), teniendo la mayoría de los brotes entre 5 y 10 cm.
  • Al comienzo de la floración (inicio del estado fenológico I).
  • Con granos de tamaño guisante o garbanzo.
  • Al principio del envero (5-10% de los granos cambiando de color).

La cantidad de tratamientos puede variar dependiendo del tipo de variedad, la zona y condiciones climáticas, pudiendo requerir más tratamientos adicionales o menos.

Conforme avanza la primavera resulta de vital importancia controlar la vegetación de la parra o viñedo. La poda en verde es un trabajo imprescindible a realizar en este momento (mayo). La poda en verde o también conocida como poda de primavera, es un tipo de poda que complementa a la poda de invierno en cuanto a cuidados de la parra se refiere.

Así pues, podemos afirmar que la poda en verde consiste en la eliminación de los brotes no fértiles (que no tendrán uvas). Con otras palabras, con la poda en verde de la vid lo que hacemos es quitar los brotes inútiles que además le restan sustento a los sarmientos que a su vez van a producir la uva.

Uvas el día 2 de Septiembre.

A diferencia de la poda de invierno, se tiene que realizar con mucha más rapidez. La poda en verde nos aporta muchas ventajas para mejorar el estado de salud de nuestro viñedo, tales como:

  • Favorecer la ventilación y evitar zonas muy húmedas en la planta.
  • Facilitar la estructura de la parra y las podas posteriores.
  • Aumentar la calidad y el vigor del racimo.
  • Disminuir el riesgo de plagas fúngicas.
  • Rebajar la demanda hídrica de la planta.

En agosto, se inicia el envero de la vid, un momento muy sensible, ya que es cuando se forman los azúcares que determinarán la calidad del fruto. 

Suben las temperaturas y en general disminuye la necesidad de hacer tratamientos para las plagas fúngicas y las malas hierbas. No obstante, es conveniente no bajar la guardia, especialmente con la Botrytis, un hongo que pudre la uva. 

Llegados al mes de septiembre es el momento de la vendimia, aunque tratándose de uva de mesa podremos comenzar a degustarla a partir de mediados de agosto.

Uvas el día 26 de septiembre.

En el mes de Noviembre, cuando la parra comienza a perder sus hojas, es recomendable efectuar un último tratamiento con el fin de evitar la existencia de esporas de mildiu u otros hongos en la parra.

Otras enfermedades que pueden atacar a nuestra parra son:

Mildiu

Esta enfermedad se caracteriza por producir unas manchas de color verde pálido en el haz de las hojas y un moho pubescente en el envés. Las áreas afectadas se secan y se vuelven quebradizas y, como consecuencia, las hojas se encrespan y caen. Los granos enfermos se contraen y se tornan marrones y correosos. Las puntas de los sarmientos también pueden verse afectadas.

Si se sospecha que la infección puede producirse, se puede aplicar un rociado protector con zineb, mancoceb, caldo bordelés o cobre líquido, antes de que las vides estén en flor, y repetir esta operación a intervalos de entre 10 y 14 días, abandonándola en el momento en que el rociado pueda resultar dañino para la fruta.

Podredumbre gris o Botrytis

Es la enfermedad más perjudicial de las que pueden afectar a los viñedos.

Las uvas afectadas se pudren, y quedan cubiertas por una densa masa vellosa de color marrón grisáceo, producida por el desarrollo de los hongos. Una vez que la enfermedad se ha establecido, se puede extender rápidamente tanto por contacto como por esporas aéreas, muy numerosas. Con clima húmedo la pérdida de producción puede ser considerable.

Uva, moscatel, el día 2 de septiembre.

Cuando se produzca una humedad persistente, deberemos mejorar la aireación de los racimos mediante un aclareo, suprimiendo racimos y suprimiendo con sensatez algunos de los sarmientos.

Para el tratamiento de esta enfermedad podremos usar un fungicida sistémico, con acción preventiva y curativa.

Roya de la vid

La roya de la vid es causada por un hongo cuyas esporas suelen germinar a temperaturas altas, por encima de los 24 ºC  y humedad elevada. Sin embargo le afecta la luz directa, por lo que es común que se presente en aquellos cultivos que no han recibido poda. Suelen aparecer sobre las hojas unos puntos rojizos en el haz, con preferencia por las hojas adultas. Cuando la infección es importante, se produce la defoliación prematura de la parra.

Excoriosis

Esta enfermedad no tiene tanta importancia como alguno de los casos anteriores debido a que necesita unas condiciones de humedad especiales para su desarrollo (alta frecuencia de lluvias).

Sobre las hojas aparecen unas manchas de color oscuro o negruzco que presentan un anillo o borde de color amarillento. Además, en la base de los brotes aparecen unas necrosis pardas y la corteza se resquebraja fácilmente.

Y como no podía faltar, una instantánea del estado de judías y tomates el pasado día 22 de Julio.

Frase del día:

Enseñar no es una función vital porque no tiene el fin en sí misma. La función vital es aprender.”