El purín de ortigas es un abono rico en micro-elementos
y minerales, tales como el hierro, calcio, fósforo, magnesio, silicio…. además
de contener una gran cantidad de nitrógeno, principal nutriente necesario para
las plantas en etapa de crecimiento.
La
ortiga, nombre común de las plantas del género Urtica, de la familia de las
urticáceas, la mayoría de ellas caracterizadas por tener unos pelos urticantes
que liberan una sustancia alcalina que produce escozor e inflamación en la
piel.
Este picor se debe a la acción del ácido fórmico,
compuesto del que contiene una gran cantidad. También es conocida como "la
hierba de los ciegos", pues hasta éstos la reconocen con solo rozarla.
Pero la utilidad que queremos darle aquí es la de un
preparado que se confecciona con ella, de mucha utilidad y beneficios en
nuestros huertos como fertilizante e insecticida.
Aunque es un remedio que no lleva nada de purines,
como su nombre común podría dar a entender, se le llama así porque no es una
simple infusión de la planta que se esté usando, sino que hay un proceso de
fermentación que hace que el resultado sea muy potente contra gran variedad de enfermedades y plagas de los tomates y
otros cultivos.
Los
purines de ortiga se utilizan para mejorar la tierra, alimentar nuestras
plantas y hasta para controlar ciertas plagas de insectos. ¿Pero qué son
realmente estos preparados vegetales.?
En
general, los purines son el resultado de la fermentación
de restos vegetales y/o estiércoles, siendo los más utilizados
en huertas ecológicas el de ortiga y el de cola de caballo. Sus innumerables
propiedades hacen de estos preparados un aliado indispensable en el manejo de
la tierra y la fertilidad de las plantas.
El purín tiene propiedades que podemos utilizar, para
fortalecer nuestras plantas, de una manera ecológica en nuestro huerto. Por lo
tanto el purín de ortigas, para las plantas es:
- Un gran activador del crecimiento, por su aportación de nutrientes a nuestras plantas, aportando nitrógeno, mineral y orgánico, fósforo, potasio, calcio y magnesio. La ortiga actúa como abono natural estimulando el crecimiento vegetativo y radicular de la planta.
- Un reforzante de las defensas naturales de la planta estimulando la producción de sustancias antibióticas como las fitoalexinas (estas moléculas son sustancias de defensa, que producen las plantas verdes, cuando son atacadas por un agente infeccioso). Así pues, el purín de ortigas permite combatir de forma preventiva las enfermedades criptogámicas, es decir, causadas por hongos (oídio, roya, mildiu…)
- Un repelente de insectos y parásitos de nuestro huerto. Aunque no mate los insectos, el purín de ortigas, tiene un efecto repelente contra algunos parásitos que pueden ser dañinos para las plantas, como los pulgones y los ácaros.
- Un fungicida para prevenir las enfermedades que atacan a los cultivos. La ortiga actúa inhibiendo la germinación de las esporas de los hongos. Por ese motivo, es un producto eficaz sobre todo como preventivo.
- Un gran activador del compost gracias a su contenido de bacterias y enzimas. Por su riqueza en nitrógeno, bacterias, fermentos lácticos y enzimas, el purín de ortigas no diluido es un buen activador de compost, puesto que acelera la descomposición de la materia orgánica.
Para su elaboración, en un cubo de plástico pondremos
tantos litros de agua como litros de purín queramos elaborar. El agua debe ser
libre de cloro, es decir, preferiblemente de lluvia. Si no disponemos de agua
de lluvia, podemos usar agua de pozo o incluso agua de grifo (reposada),
dejándola reposar dos días, para que elimine todo el cloro por evaporación.
Añadiremos cien gramos de Ortigas frescas por cada
litro de agua que hayamos puesto en el cubo, de forma que si tenemos diez
litros de agua, pondremos 1 kilo de ortigas frescas (preferentemente ortiga que
no haya llegado a florecer, pero que estén bien desarrolladas).
Podremos realizarlo, también, con ortigas secas, y
para elaborar el preparado anterior, la cantidad de ortigas sería de 250 gr de
ortigas secas.
Lo removemos todo bien, dentro del cubo, con un palo
de madera, y lo dejaremos reposar durante al menos 20 días. Antes de mezclar
las ortigas con el agua, procederemos al troceo de las mismas.
Después de remover el preparado, pondremos sobre las
ortigas un material de peso, (baldosa o similar, que quepa en el cubo), para
que las ortigas estén cubiertas por el agua, evitando de esta manera que puedan
flotar, (para facilitar la extracción de este peso, para remover el preparado,
podemos sujetarlo con una cuerda o similar, dejando su otro extremo fuera del
recipiente), procediendo a su tapado, posteriormente, con una tela, para
favorecer el aireamiento del preparado.
Cada día debemos remover la mezcla 1 ó 2 veces, para
que la maceración sea efectiva y el purín se vaya generando correctamente. Trascurridos
los 20 días, procederemos a colar nuestro preparado, desechando el resto de las
ortigas.
Nuestro
purín estará listo cuando, al removerlo, ya no salgan burbujas y se haya creado
una película en la superficie del agua, entonces es el momento de filtrarlo con
un colador o con un paño de algodón fino y pasarlo a garrafas de plástico que
se guardarán en un lugar oscuro y fresco.
El tiempo que trascurre desde que añadimos las ortigas
hasta que las quitamos, puede variar de los 20 días como mínimo a los 40 días
como máximo, dependiendo de lo concentrado que queramos que sea el purín.
Es importante saber, que la maceración produce un olor
realmente repulsivo, y que cuanto más tiempo dejemos la mezcla macerar…. más
intenso será ese nauseabundo olor.
Una vez confeccionado nuestro purín lo podremos
utilizar en el riego o como insecticida, mediante la pulverización.
En riego, el purín se utiliza principalmente en etapas de crecimiento, cuando nuestras
plantas están desarrollando materia vegetal y creciendo día a día. No es un
abono indicado para el periodo de floración. La proporción de dilución en riego
será del 20%, es decir, 2 litros de purín por cada 10 litros de agua, en una
concentración más elevada podría inhibir el crecimiento. Otra planta beneficiosa para nuestro huerto es la consuelda.
En pulverización, una
dilución al 10 %, 1 litro del preparado por cada 10 litros de agua, permite
luchar contra los pulgones y los ácaros, cuando se pulveriza sobre las hojas.
Se
aconseja una dilución al 5 % como tratamiento para la planta con el fin de
prevenir enfermedades criptogámicas como el mildiu, el oídio o incluso la roya.
Este preparado debe utilizarse cada dos semanas para conseguir un efecto
preventivo.
Si
no podemos usar el purín de inmediato, lo almacenaremos
en recipientes herméticos
(botellas, bidones), en un lugar fresco y resguardado de la
luz. Procuraremos llenar los recipientes hasta
arriba para evitar la oxidación causada por el aire. Así, el
purín podrá conservar todos sus principios durante un máximo de un año.
Frase del día:
“❀ Lo
importante es el dinero, la salud va y viene.”