viernes, 14 de febrero de 2020

La poda del Almendro

El almendro es un árbol de hoja caduca, por lo tanto pierde sus hojas desde el otoño hasta la primavera. Es originario de las zonas montañosas del continente Asiático central.
   
En su estado adulto, es un árbol que puede llegar a adquirir de 3 a 5 metros de altura. El tronco, en sus inicios, es de textura lisa, y de un color verde, con el transcurso de los años se va tornado agrietado y áspero, siendo marrón grisáceo en su estado adulto.
 
 
El suelo óptimo para su desarrollo es uno arenoso, no muy compactado, que permita la profundización de sus raíces y el fácil drenaje del agua.
  
Una característica de este es que sus hojas son simples, finas, alargadas y puntiagudas, y de una intensa tonalidad verde, con bordes ondeados. 
  
La flor, por su parte, puede agruparse en conjuntos que van de 2 a 4 flores, pudiendo crecer, también, individualmente, consta de cinco sépalos que forman el cáliz de la flor, a demás, cinco pétalos que varían entre un tono blancuzco con sobrios destellos rosados en el centro y borde. Estos dos colores pueden variar, pero, por lo general, suelen presentarse de esta manera.
  
El proceso de floración del almendro es considerablemente extenso; la cosecha puede transcurrir hasta nueve meses después de la floración. La temperatura más recomendable es una soleada, facilitándole a las abejas el proceso de polinización.
  
Sus frutos poseen un tamaño medio de 3 a 6 cm,  la parte del pericarpio, que suele proteger al resto del fruto del exterior, es de textura solida, su pulpa es seca, de tonalidad verde y se abre de forma espontánea cuando llega el  momento de la maduración. 
   
Al ser un árbol caducifolio, el momento de la poda será cuando este haya perdido sus hojas, encontrándose en un estado de poco desarrollo.
  
Pero existe un inconveniente al realizar las podas en esta época, y son los fríos y las heladas. Por lo tanto, y dependiendo la zona en que nos encontremos, con inviernos más o menos crudos, siempre deberemos alejar la poda de las mayores heladas.
 
 
La poda es, probablemente, la labor más intuitiva. Es decir, no existen reglas únicas sobre como podar un almendro, y el éxito de la práctica, dependerá mayormente de la pericia del podador.
  
Sin embargo, si existen algunos criterios generales que se deben seguir al momento de podar almendros.
  
Es aconsejable esterilizar los instrumentos de corte previamente a la poda, esto contribuirá a no transferir enfermedades a los árboles a podar.
  
Cuando se realiza la poda del almendro de modo correcto se obtiene infinidad de beneficios, entre los que cabe destacar:
  • Contribuye a la iluminación, aireación y oxigenación del árbol.
  • Se obtiene una adecuada distribución de la cosecha, en los espacios más adecuados.
  • Aumenta el volumen y la tonalidad de los frutos.
  • Nivelar la correlación entre los órganos vegetales y productivos.
  • Deberemos eliminar la maleza, las plagas, las ramas secas o inservibles, previendo así la degeneración del frutal y la transmisión de enfermedades.
   
  
Es posible establecer diferentes tipos de poda dependiendo del ciclo vegetativo. Así, podemos realizar poda en verde, poda de invierno, poda de formación, poda de plantación, poda de producción, poda de rejuvenecimiento y poda mecánica.
  
Poda de plantación

  • Esta poda se practica únicamente al momento de la plantación. Dependiendo del plantón, se realiza poda de las raíces, recortando las que tengan mucha longitud y eliminando las dañadas. Es necesario despuntar a la altura a la que se quiere sacar la cruz, generalmente a una altura de 1m 10 cm, y eliminar todos los brotes laterales, por la segunda yema. 
  • Deberemos de poner especial atención de que el armazón de las ramas queden con una distancia paralela, bordeando el tronco y preferiblemente en diferentes alturas.
  
Poda de formación 

  • Esta es tal vez la poda más importante, ya que, definirá la estructura final del árbol. Se aplica desde el primer año de plantación, y cuando este ha alcanzado un metro de altura, hasta que el árbol alcanza unos niveles productivos y de desarrollo vegetativo cercano a los máximos, que en el almendro será a partir del cuarto año. Esta poda incluye la poda en verde y la poda de invierno, una vez al año.
  • Tiene como finalidad desarrollar una estructura o caparazón del árbol que sea suficientemente sólido.
  • Para el cuarto año el almendro tendrá que tener su estructura principal y secundaria bien definida. Con 3 a 4 ramas principales, madre, y entre 5-7 secundarias por cada principal. Mientras tanto el centro del árbol debe mantenerse abierto, permitiendo el desarrollo de la copa, y permitiendo un buen ingreso de luz y aire.
  • En la poda formativa se eliminan las ramas que pueden generar  un exceso de hojas que impediría que el árbol saque el máximo provecho del sol, dejando, así mismo, las que han de formar la estructura del árbol. El resultado ideal sería un árbol con una estructura fuerte, capaz de soportar los frutos y que no se haga sombra a sí mismo. 
  
Poda de formación del almendro.
  1. Poda de plantación, donde se define la altura de la copa y se podan las ramillas a 2 yemas. 
  2. Almendro al cumplir un año de plantado, al cual se le viene realizando una correcta poda de formación.
  3. Mismo árbol de la imagen 2. una vez podado. Donde se eligen 3 ó 4 ramas principales, madre, bien ubicadas.
Poda en verde 
  
  • Por lo general se realiza en mayo-junio, interviniendo únicamente los brotes del mismo año, realizando cortes de rebaje o aclareo. La poda en verde se hará cuando los brotes alcancen unos 30-45 cm de longitud, dejando 4-6 brotes en el primer año, y eliminando todos los brotes restantes. En años posteriores, se eliminarán los brotes que aparezcan por debajo de la cruz y los chupones. También, se realizará un clareo si fuera necesario para mantener la arquitectura deseada.
Poda de invierno 
    
  • Se realiza de noviembre-febrero, cuando el árbol ha detenido toda actividad. Se interviene cualquier tipo de rama, generalmente eliminando las ramas completamente, según la necesidad particular de cada árbol.
  • En la poda de invierno, se seleccionarán las ramas estructurales primarias (madre), secundarias y terciarias. El primer año, sólo se deben dejar 2 o 3 ramas principales, ya que un exceso de ramas, estorbará para la ramificación debajo de la copa.
Poda de producción 
    
  • Esta labor será menor, si la poda de formación se ha realizado debidamente. De todos modos, siempre es aconsejable que se realice la poda de producción anualmente. De esta manera, se mantendrá de forma permanente una buena disposición de la copa y evitaremos podas  de recuperación a destiempo, que desequilibran el árbol.
  • Lo primero que hay que entender antes de realizar la poda de producción del almendro es donde desarrolla sus frutos este árbol. De ello se puede apuntar que la mayor parte de la producción la genera unos elementos especiales llamados “dardos”, los cuales duran aproximadamente 5 años, y cuentan con crecimiento anual muy escaso.
  • Con esta poda se debe mantener una renovación de la quinta parte de los dardos. Reemplazando así aquellos que dejan de producir. Esta renovación se logrará podando año a año aquellas ramas de 4 o 5 años de edad (ramas de 2-3 cm de diámetro donde se generan los dardos).
  • Como en todo frutal, es pertinente eliminar chupones en esta poda. Así y todo no es bueno eliminarlos a todos, ya que algunos nos pueden servir como madera de reemplazo. En mejor momento para llevar a cabo esta poda es en verano, cuándo aún son suculentos (poda en verde del almendro).
  • Por último se debe señalar que al podar el almendro en su etapa productiva es un buen momento para eliminar todas ramas enfermas y/o dañadas.
Poda de rejuvenecimiento 
    
  • A medida que el árbol envejece, se produce una disminución de la producción. Entonces, con la finalidad de rejuvenecer o revigorizar el árbol, se planifica la poda de rejuvenecimiento del almendro. Se deben realizar intervenciones drásticas, eliminando ramas primarias, o madres, por completo. Sin embargo, esto debe realizarse de forma paulatina, eliminando una rama por año, comenzado con la que tenga mejor exposición a la luz solar. Así, se mantendrá cierto nivel productivo.
  • Hay que destacar que esta poda del almendro debe ser utilizada como último recurso, dado que el almendro muchas veces puede no responder bien a podas drásticas. Es más hay muchos expertos que no recomiendan esta poda en ramas con diámetro superior a 10 cm, optando por un reemplazo del árbol.
  • Finalmente, los cortes gruesos de poda deben ser pintados con pasta especial para poda. Previniendo así ataques de enfermedades y hongos. 
   
 
Las plagas más frecuentes que atacan al almendro son el pulgón, gusano del almendro, arácnido amarillo, mosco verde, entre otros. Es esencial realizar una evaluación recurrente de la presencia de estos insectos, esto permitiría adelantar la posibilidad de detectar la plaga y poder combatirla.
  
En cuanto al riego, la necesidad o no del mismo se irá considerando de acuerdo a la antigüedad del frutal. Cuando es tierno, y no ha madurado sus numerosas raíces, debe ser regado con bastante reiteración. El almendro maduro necesitara una proporción menor de riego, no obstante, es un frutal que necesita de suficiente hidratación.
  
Frase del día:
Quien sobrevive no es el más fuerte, ni el más inteligente, sino el que se adapta mejor al cambio.” Charles Darwin (1809 – 1882) Naturalista inglés.