Una vez que ya conocemos la mayoría de los tipos de injertos más populares,
en esta entrada, haremos referencia a otros, que por ser menos conocidos, no
dejan de ser lo suficientemente importantes como para hacer una pequeña mención
de ellos.
Pero, no olvidemos que una vez efectuado el injerto, y que este haya
progresado adecuadamente, deberemos de tener especial cuidado con LA PODA del árbol a cultivar.
Cuando se cultiva un árbol, ya sea para disfrutar de su efecto decorativo o
bien para obtener una alta producción de sus frutos, los resultados en ambos
casos, están condicionados por las características vegetativas relacionadas a
su vez con la forma, la dirección de las ramas, el vigor y la capacidad de
producción. La poda, es decir, las intervenciones periódicas que se realizan en
la copa de un árbol, se efectúa con el fin de modificar su aspecto y su modo
vegetativo, para obtener del mismo un desarrollo equilibrado, así como el
máximo rendimiento.
Para actuar correctamente resulta indispensable conocer la terminología botánico-frutícola,
así como también para reconocer las distintas partes de la planta y las
posibles influencias que determinadas intervenciones muestran sobre las
propiedades naturales del árbol. Al mismo tiempo, la descripción de los tipos
de ramas fructíferas, del desplazamiento de las yemas en el árbol y de su
capacidad de reproducción resulta útil para conocer mejor el árbol, especie a
especie, así como también sus secretos.
Para adecuar el cultivo de los árboles de carácter ornamental y fructífero
a las exigencias del ambiente, así como a las de tipo económico, se recurre
habitualmente al injerto, es decir, a la unión de dos árboles capaces de formar
un único individuo. La descripción de este antiquísimo procedimiento, que se
encuentra en la base de la producción de las plantas arbóreas, completa los
conocimientos al respecto.
Los
órganos de la planta son muy numerosos
y, por lo tanto, resulta necesario conocerlos. Es, además,
indispensable conocer el significado de los términos
utilizados en la ejecución de las diversas
operaciones relacionadas con el cuidado de las plantas.
En posteriores entradas trataremos sobre la poda de los
árboles.
Enlaces a diferentes tipos de injertos
Injertos de PÚA:
Injertos de YEMA:
Otros tipos de
Injertos
De rejuvenecimiento
Es un injerto
efectuado para sustituir parte del aparato radical
dañado. Se entierra
una estaca cerca de la planta y se corta
practicando en la extremidad un corte a bisel.
En el árbol dañado se efectuará una incisión en forma de <T» al revés y se insertará la extremidad de la estaca. Se atará y se
aplicará la resina.
De canutillo
Se realiza en mayo en la
higuera, en el castaño, en el nogal, y en plantas que presentan una médula muy grande.
En el caso de la vid, las operaciones se efectúan en agosto. Se utiliza un cuchillo de 4 láminas que permite practicar una doble
incisión en toda
la ramita. De este modo, es posible extraer un pedacito de corteza de 2- 3 cm de altura, bien formada, y donde se encuentre insertada una yema. Después de haber practicado una incisión vertical
en el lado opuesto a la yema, presionando delicadamente con los dedos, se extrae el anillo de corteza.
Es evidente que la planta deberá estar «jugosa». Análoga operación se efectuará en el patrón de injerto, que deberá presentar un diámetro de iguales dimensiones que el de la púa; luego se insertará la púa y se atará; seguidamente se aplicará la resina.
Una variante al respecto es la de que en el patrón
de injerto se extraiga la corteza
a tiras, cortándolas por un solo lado. Éstas servirán para sostener la púa y protegerla mejor.
Injerto en forma
de canutillo. En el centro
se indica una variante con la corteza
del patrón de injerto cortada
a tiras
A la mallorquina u ojo durmiente
Deberá efectuarse en la vid en el ·período de julio-agosto,
cuando
vuelva a emprender la actividad
vegetativa del patrón de injerto, actuando
en los sarmientos
de, al menos, 1 cm de diámetro.
La púa se extrae
de
brotes bien lignificados; la yema irá acompañada de un escudete
que empieza me dio
centímetro par encima y termina bajo la misma; esta parte inferior
deberá ser cortada
con una incisión en un ángulo agudo.
La púa presentará, entonces, 2 cm de longitud.
En el patrón de injerto,
la incisión deberá
ahondar en la madera unos
2-3 mm. El material extirpado deberá presentar la forma de una ensambladura en el cual se apoye la púa que deberá ocupar exactamente todo el espacio. Efectuada
la ensambladura, se atará. A la primavera
siguiente, cuando se haya verificado el arraigo, el
patrón de injerto
se cortará unos 1O cm por encima del punto de injerto,
seccionando un nudo.
La incisión para preparar la púa y para insertarla en el patrón de injerto, podrá realizarse también perfilando el escudete en forma de trapecio.
De Apuntalamiento
Muy parecido al de Rejuvenecimiento. En este caso, la diferencia radica en la función que tiene la operación. Es
decir, no se trata de reproducir una variedad mediante el injerto, sino de
proveer de nuevas raíces a un árbol con problemas.
Se emplea cuando un árbol tiene poco vigor, ya sea porque sus raíces están
dañadas, porque ha perdido parte de la corteza del tronco, etc. Plantando un
nuevo árbol al lado del primero e injertándolo bajo la corteza del tronco de
este, lo dotamos de un nuevo sistema radicular.
En el supuesto de que haya que sujetar la púa al tronco del árbol, lo
aseguraremos con un clavito, que posteriormente se atará fuertemente y se le
aplicará la resina.
Frase del día:
“ Mi padre siempre me decía: encuentra un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida.“ Jim Fox (1943 - ????) Ex jugador de baloncesto de la NBA.