jueves, 28 de agosto de 2025

Especial Riego II

No hay nada más decepcionante que cuidar una tomatera, por ejemplo, con esmero durante semanas, y que la cosecha resulte en unos frutos agrietados, rotos y nada apetecibles, a la vista. Las grietas, además de afear los tomates, pueden hacer que insectos y hongos invadan su interior, dañando la planta y acelerando su deterioro.

Puede que a muchos de vosotros os haya pasado alguna vez que os hayáis encontrado tomates rajados o agrietados, es algo bastante más común de lo que se piensa. Suele pasar sobre todo durante la última etapa de crecimiento.

El rajado del tomate, también conocido como  “cracking del tomate” no es una enfermedad, sino que es una patología, la cual sucede por diversas razones.

Consiste en la aparición de grietas en distintas zonas, las cuales al cerrarse o “curarse” quedan de color marrón, por lo que puede parecer que está enfermo. Realmente el tomate sigue bien por dentro, únicamente ha perdido mucho valor estético; por lo que es totalmente apto para el consumo.

Los tomates pueden presentar diferentes tipos de rajado, siendo los más comunes el rajado concéntrico y el rajado radial. 

·   El rajado concéntrico se caracteriza por grietas circulares alrededor del pedúnculo. Consiste en la rotura de la epidermis formando patrones circulares.

Cuando la cantidad de agua que penetra en el suelo es mayor que la que se elimina por evaporación, drenaje etc., hablamos de encharcamiento, así pues, es más difícil que las plantas asimilen los nutrientes y las hojas comienzan a amarillear y se desprenden. Las raíces se hacen negras y los frutos se agrietan.

·  El agrietado radial consiste en una rotura que irradia desde la cicatriz peduncular hacia el pistilar.

Este rajado radial se presenta como grietas que se extienden desde el pedúnculo hacia la parte superior del tomate. También existe el micro cracking, que son pequeñas grietas superficiales en la piel que no llegan al interior.  

 

Rajado concéntrico.

Rajado radial.

Pero, ¿Cuáles son las causas del rajado del tomate?

Las principales causas del rajado en los tomates son desequilibrios en los riegos, exceso de nitrógeno en la fertilización y bajada brusca de las temperaturas nocturnas después de un período de calor. Los frutos expuestos al ambiente se agrietan más fácilmente que los que se encuentran protegidos por el follaje; esto es debido a las grandes fluctuaciones de temperatura que resultan de la exposición directa a los rayos de sol y que, durante los periodos de lluvia, los frutos expuestos al sol se enfrían rápidamente.

Las causas más habituales suelen ser estas 3:

Ø Exceso de riego: El tomate es exigente en cuanto a los riegos. Debe ser regado con uniformidad y constancia. El riego en exceso hace que los tomates se hinchen más de lo normal, por lo que su piel se termina agrietando. Puede ocurrir que se nos olvide regar algún día y por ello otro lo queramos enmendar aumentando la cantidad de agua en el riego. Pero esta solución es aún peor, es recomendable seguir los riegos con normalidad.

Ø Exceso de nutrientes: Sobre todo suele ser de nitrógeno cuando el fruto ya ha cuajado. Esto es difícil de detectar, pero se puede ver que la planta crece mucho y que produce pocos tomates.

Ø Diferencias de temperatura: Esta situación se suele dar en verano y más bien en zonas que rodean la ciudad, donde por el día hace mucho calor y por la noche bajan un poco las temperaturas. Esto hace que el fruto durante las horas de calor se hinche un poco y en las horas de más fresco disminuya su volumen. Estos cambios continuados en su estructura provocan que se termine agrietando. 

Cómo regar los tomates para evitar que se agrieten:

 El mejor truco para prevenir tomates partidos es seguir un programa de riego regular y constante. Esto significa aplicar agua de forma controlada y uniforme, sin altibajos drásticos de una semana a otra.

Evita los aspersores y asegúrate de que el agua penetre bien en las capas profundas del suelo, donde están las raíces. Esta técnica no solo previene el agrietamiento, sino que también fortalece el sistema radicular de las tomateras.

Si un tomate ya está agrietado, pero no completamente maduro, puedes recolectarlo y dejar que termine de madurar en casa. Y si está listo para comer, basta con cortar la parte dañada.

En definitiva, para evitar el rajado de los tomates deberemos de controlar, entre otras posibles cosas: 

ü Controlar las temperaturas: es un poco complicado, pero se puede conseguir. Si por el día hace mucho calor, lo óptimo es colocar una malla de sombreo en las plantas. Si se encuentran en invernadero, es conveniente abrir las ventanas para su ventilación. 

ü  Variedades resistentes: éstas tienen la piel algo más gruesa de lo normal por lo que no tenderán a agrietarse con facilidad, no obstante, su calidad en cuanto a sabor y textura, es algo más baja que la de un tomate normal. Podéis probar con los de la variedad de tipo pera. 

ü Para que no haya un exceso de riego, se puede utilizar un sistema de riego por goteo. Lo ideal es regar siempre con la misma cantidad de agua y no olvidarse de hacerlo. Lo más recomendable es hacer los riegos a primera hora de la mañana o a última de la tarde, para que el agua no se evapore. 

ü También podemos poner un mulching, para que mantenga la humedad en la tierra, y no sean necesarios tantos riegos. Recordad que nunca se ha de encharcar el suelo. 

ü Control del abonado: En cuanto al exceso de nutrientes, siempre es mejor prevenir y no hacer aportaciones innecesarias de abono. Por otro lado, el calcio es uno de los componentes de la piel del tomate, por lo que se pueden hacer pequeñas aportaciones de vez en cuando y sin sobrepasarse. 

El truco casero que salva a los tomates y espanta las plagas:

Existe un método, que combina plantas para proteger los tomates de insectos y enfermedades de forma natural, es sencillo y efectivo, y ayuda a mejorar el crecimiento y cuidar tu cultivo sin productos químicos.

En la horticultura casera, cada vez son más los que buscamos opciones naturales para cuidar nuestras plantas sin usar productos químicos. Y cuando se trata de tomates, hay un truco simple que puede marcar la diferencia: una técnica que protege de plagas y mejora el rendimiento del cultivo.

Lo mejor es que se trata de una estrategia natural, fácil de aplicar y muy efectiva. Se conoce como “plantas compañeras” y consiste en ubicar ciertas especies cerca del tomate para repeler insectos, nutrir el suelo y estimular su crecimiento. 

¿Qué son las plantas compañeras y por qué ayudan a los tomates?

En un huerto, no solo se trata de plantar y regar. A veces, el verdadero secreto está en las combinaciones. Las plantas compañeras son una técnica natural para mejorar el crecimiento y proteger los cultivos.

Se trata de ubicar, al lado de los tomates, otras especies que aporten beneficios concretos: ahuyentar plagas, mejorar el suelo o atraer insectos polinizadores. Algo así como una red de aliados verdes que trabajan en equipo.

Combinar especies en el huerto no solo consigue los beneficios mencionados anteriormente, sino que también mejoran el crecimiento y el sabor de los tomates.

Los tomates suelen ser blanco fácil para plagas como gusanos, pulgones, hongos y nematodos, que pueden atacar desde las raíces hasta los frutos. Frente a eso, la clave puede estar en copiar lo que pasa en la naturaleza: las plantas no crecen solas, sino en comunidad. Y cuando esa combinación está bien pensada, el resultado es una huerta más sana y resistente. 

Pero… ¿Cómo funciona este truco de los expertos?

Las asociaciones entre plantas pueden tener distintos efectos, todos útiles para un huerto sano y productivo:

Ø Repelen insectos molestos: algunas especies aromáticas como la albahaca ayudan a mantener lejos a pulgones, gusanos o la temida mosca blanca.

Ø Atraen a polinizadores: otras, como la caléndula invitan a mariquitas, avispas y abejas, que combaten las plagas o polinizan.

Ø Enriquecen la tierra: plantas como las habas o el trébol fijan nitrógeno en el suelo, mejorando la nutrición de los tomates.

Ø Sirven de sostén natural: si hay variedades trepadoras, se pueden usar cultivos firmes como apoyo, al estilo de las “Tres Hermanas”: maíz, judía y calabaza.

Ø Evitan malezas: algunas especies de hoja grande cubren el suelo, bloqueando la luz y evitando que crezcan las malas hierbas.

Ø Mejoran el sabor: no está probado del todo, pero muchos aseguran que la albahaca no solo protege… también realza el gusto del tomate.

Ø Aprovechan el espacio: al combinar raíces profundas con raíces superficiales, se usa mejor el agua, la luz y los nutrientes. 

¿Con qué plantas conviene aliar las tomateras?

Las hierbas aromáticas son grandes compañeras del tomate. La albahaca, por ejemplo, no solo queda bien en la salsa: también repele moscas blancas, pulgones y mejora el sabor de los frutos. El ajo, la cebolla y el cebollino ayudan a mantener alejadas muchas plagas con su fuerte aroma.

También hay hortalizas que hacen buena dupla con el tomate. La zanahoria, con sus raíces finas, ayuda a airear el suelo. Las lechugas y espinacas mantienen la humedad y cubren la tierra, evitando que crezcan malezas. Incluso los espárragos pueden funcionar, porque se protegen mutuamente de ciertas plagas. Pimientos y berenjenas, al ser parientes cercanos, comparten cuidados, aunque hay que rotarlos bien y evitar que compartan enfermedades.

Ahora bien, no todas las plantas son aliadas. Algunas plantas como el brócoli, la coliflor, el hinojo y el maíz compiten por nutrientes o espacio con los tomates. Otras, como la patata, comparten enfermedades graves, como el tizón. El romero y el eneldo también pueden interferir en su desarrollo.

Así mismo existe una verdura que los expertos aconsejan plantar cerca de los tomates, que además mejora la cosecha, esta es: "la borraja".

Es una verdura muy sencilla de cultivar que no solo atrae polinizadores, sino que también protege y nutre a las plantas de tomate.

Aunque las plantas de tomate se fecundan por sí solas, hay pequeños gestos que pueden ayudarnos a mejorar (mucho) la producción. Uno de los más eficaces es atraer insectos polinizadores que faciliten ese proceso natural: más movimiento de las flores significa más frutos. 

Por qué la borraja es la mejor compañera de los tomates:

Con sus flores de color azul intenso, la borraja actúa como un auténtico imán para abejas y abejorros, que al visitar sus flores también pasan por las del tomate, ayudando a que el fruto se forme mejor y más rápido. Además, es una planta muy agradecida: crece bien en cualquier suelo, florece durante todo el verano y tiene la capacidad de auto sembrarse, así que una vez la plantas, volverá cada temporada sin esfuerzo.

Ventajas de tener borraja en el huerto

Los beneficios de la borraja van más allá de mejorar la cosecha de tomates. Según los expertos, sus flores también atraen insectos beneficiosos como abejorros, avispas y abejas, que ayudan a controlar plagas de forma natural. Por ejemplo, estas avispas son grandes aliadas contra la oruga del tomate, una de las plagas más temidas en verano.

Por si fuera poco, la borraja enriquece el suelo con minerales como calcio y potasio. Estos nutrientes son clave para el tomate: el calcio previene la famosa podredumbre apical (cuando los frutos se pudren por abajo) y el potasio mejora la producción y sabor.

Podredumbre apical del tomate.

Ayuda a tener plantas más sanas, frutos más sabrosos y un huerto más equilibrado.

Es una hierba sencilla, que se cuida sola y que puede marcar la diferencia en tu cosecha de tomates. 

Frase del día:

La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos.”

sábado, 9 de agosto de 2025

Tareas en el Huerto en Agosto

Agosto, en el hemisferio norte, es un mes de pleno verano con altas temperaturas, por lo que las tareas del huerto se centran en el mantenimiento, riego, control de plagas, la recolección y la preparación para el otoño.

Un mes que de forma simbólica podríamos dividir en dos. Los primeros 10 o 15 días suelen ser como la segunda quincena de julio: un calor sofocante. La última quincena dependerá de años, pero se suelen ver tormentas de verano que calman ese calor y suele bajar las medias mensuales, ya que anochece antes y el sol calienta un poco menos que hace mes y medio.

 

La parra en pleno apogeo.

Con estas temperaturas los cultivos que tengamos plantados comienzan a acelerar la maduración de sus frutos, por lo que el huerto en agosto es el huerto de la abundancia. Es tiempo de mucho cuidado con las altas temperaturas y posibles tormentas, pero a la vez, es temporada de cosechas y recolecciones. Por fin recolectamos los frutos de los cultivos iniciados en primavera: tomates, pimientos, berenjenas, cebollas, pepinos, calabacines, judías, lechugas, sandías, melones, etc.  ¡¡¡ El trabajo ha merecido la pena !!!

Con el aumento del calor es inevitable que algunas de nuestras plantas mueran o que modifiquen algunos de sus procesos, y que sean más sensibles a la acción de parásitos, que aumentan su actividad con el calor.

Aprovecharemos el mes de agosto para planificar la próxima temporada. Es hora de ir pensando en los cultivos de otoño, planificando el terreno e incluso preparar semilleros.

El riego vuelve a ser el protagonista de este mes. Seguimos teniendo días con temperaturas altísimas y la deshidratación de los cultivos está asegurada sin un riego efectivo y eficiente. Si se suceden tormentas de verano en los próximos días hemos de controlar igualmente el riego para no saturar el suelo.

En cada estación deberemos de cambiar el ciclo del riego, según las necesidades de cada estación.

El acolchado que tanto nos ha ayudado en el resto del año, también es aconsejable su uso en los meses calurosos, que junto al riego, será la mejor forma de ayudar a mantener la humedad del suelo.

A finales de mes es un buen momento para empezar a planificar las plantaciones otoñales de verduras tales como: cebollas, coliflor, berzas y brócoli, de cara a la siguiente estación.

Pero ojo, las siembras y trasplantes en épocas de calor requieren de un cuidado especial.

Recuerda, agosto es el mes de la abundancia. Con las altas temperaturas y la luz solar todo crece a alta velocidad, ¡TODO!, las malas hierbas también. Así que es un mes para vigilar y cuidar. Controlar el crecimiento de las malas hierbas y realizar a menudo un desherbado manual es una tarea obligatoria este mes.

Tomates Mar Azul.

Las plagas inciden con mayor fuerza en los meses calurosos, y agosto es uno de ellos. Deberemos estar muy atentos en este mes si no queremos perder parte de la producción de hortalizas o, incluso, las plantas.

Deberemos de prestar atención a nuestro huerto constantemente para que no se propague ningún tipo de plaga por todo el huerto. Un tratamiento a tiempo es mucho más efectivo que cuando la plaga esté propagada por algunas de tus plantas del huerto.

Tendremos especial cuidado con pulgones, cochinillas, tuta absoluta y araña roja. Por otro lado, los hongos más frecuentes de esta temporada son: el mildiu en tomate (ojo, que aparece muy rápido y puede acabar con una tomatera entera en un par de días)

Ojo con la Tuta. Si la tuta es un problema en tu zona (si vives en el mediterráneo, lo es seguro) es conveniente aplicar un tratamiento preventivo.

Para evitar plagas, mantén la mayor biodiversidad de cultivos en tu huerto, diseña la mejor opción para crear asociaciones beneficiosas entre las plantas y así evitarás muchas plagas y enfermedades.

Recolecta los frutos en cuanto estén listos. Deberemos estar muy atentos al punto de maduración de estos frutos, ya que la mayoría de las plantas cuando le quitas los frutos maduros tendrán una mayor producción en los siguientes días. Si por el contrario, dejas más tiempo del debido el fruto maduro en la planta, esta disminuirá su producción en el futuro.

Deberemos seguir entutorando los cultivos que lo requieran, como las judías, tomates, berenjenas, pimientos o pepinos, para evitar que ocupen demasiado espacio y evitar que se rompan sus ramas. Elimina los “chupones” de tomateras y pimientos para que continúen desarrollándose.

El riego es fundamental en estos meses tan soleados y con tantas horas de altas temperaturas, se aconseja regar en horas en las que el sol no le dé directo a las plantas. Podemos utilizar instalaciones de riego automático y programarlo a últimas horas de la tarde, con el fin de que la humedad no se evapore.

Flor de Bachocón.

Melocotón embolsado.

Podemos comenzar con la selección de frutos para la obtención de semillas para futuras plantaciones en próximos meses, anotando las matas de verduras y hortalizas que mejor producción hayan dado. Estas serán a las que tendremos que sacarle las semillas y guardarlas.

Seguiremos retirando las malas hierbas, una tarea imprescindible en los meses de sol y que no debemos descuidar.

Una vez por semana esparciremos un poco de abono en la tierra para ayudar a las plantas en este período de plena actividad, pudiendo prolongar la duración de la floración. 

EL HUERTO EN AGOSTO – CONCLUSIONES CLAVE

1. RIEGO CONSTANTE
  Riega, si es necesario, a diario (preferentemente al amanecer o  atardecer).
  Evita el estrés hídrico. Usa acolchado para conservar la humedad.

2. VIGILA PLAGAS Y ENFERMEDADES
  Atención a pulgones, mosca blanca, oídio y mildiu.
  Actúa rápido y con soluciones ecológicas si es posible.

3. MES DE COSECHA ABUNDANTE
  Tomates, calabacines, pepinos, judías, melones, sandías, etc.
  Recolecta a menudo para prolongar la producción. 

4. SIEMBRA PARA OTOÑO E INVIERNO
Prepara semilleros de coles, lechugas y puerros.
Siembra directa de rábanos, zanahorias, espinacas y nabos.

5. CUIDA Y MEJORA EL SUELO
Añade compost o estiércol maduro.
Retira plantas agotadas y airea la tierra.

6. PLANIFICA LO QUE VIENE
Revisa tu calendario de siembra.
Decide qué plantar y dónde para los meses más fríos.

CONCLUSIONES

En Agosto el verano está en su punto álgido, y eso implica máxima atención al riego y protección frente al calor excesivo para evitar estrés hídrico en las plantas.

Es un mes muy productivo, por lo que conviene cosechar con frecuencia para aprovechar el máximo rendimiento de los cultivos y favorecer nuevas producciones.

La vigilancia de plagas y enfermedades es fundamental: el calor favorece la proliferación de insectos y hongos. Un control regular puede evitar pérdidas importantes.

Agosto es un mes de transición: mientras disfrutas de las últimas cosechas del verano, ya puedes empezar a preparar el terreno y sembrar cultivos de otoño e invierno.

El suelo necesita cuidados tras meses de cultivo intensivo: es un buen momento para aportar materia orgánica (como compost o estiércol) y revitalizar el sustrato.

La planificación es clave: anticiparte a las próximas estaciones garantiza un huerto productivo todo el año.

Frase del día:

El contribuyente es una persona que trabaja para el Gobierno, pero sin haber hecho las oposiciones a funcionario.”