lunes, 29 de enero de 2024

El Huerto en Enero

 “Si en enero hace verano, no habrá paja ni grano.”

El refranero castellano, ya nos recuerda que Enero debe de ser un mes frío.

Enero es el mes en el cual podemos comenzar con la planificación y diseño de nuestro huerto de verano. Aunque parezca pronto, enero es un mes idóneo para decidir qué vamos a cultivar y dónde en nuestro huerto de primavera-verano. Para ello, tendremos en cuenta las rotaciones y las asociaciones para combinar bien los cultivos. Así mismo podemos comenzar a hacer semilleros de los diferentes tipos de verduras y hortalizas que cultivaremos en el verano.

Los ajos, el cultivo estrella del invierno.

Con la llegada de enero comienza un nuevo ciclo hortícola, es el momento idóneo para retomar las labores en nuestro huerto y comenzar su preparación y siembra. Las labores realizadas en este primer mes del año darán su fruto en pocos meses.

Es de vital importancia tener en cuenta el calendario de siembra para este mes y las labores esenciales que requiere nuestro huerto durante el comienzo de año donde, por lo general, las temperaturas son bajas.

Enero es el momento ideal para plantar hortalizas de hojas verdes como son las espinacas, acelgas, lechugas... Estas plantas pueden prosperar en climas fríos resistiendo las bajas temperaturas invernales. Al plantarlas ahora, estarán listas para ser recolectadas en primavera.

Entre las hortalizas que podemos plantar en este mes, tenemos:

·    Los ajos: son bien conocidos por sus propiedades beneficiosas para la salud y su sabor distintivo. Enero es el mes perfecto para plantar los bulbos de ajo en el huerto. Deberemos de elegir variedades locales y preparar el suelo con compost para garantizar un crecimiento saludable, seguramente estemos ante un producto no muy habitual en los huertos de agricultores aficionados, sin embargo, se trata de un cultivo de fácil cuidado y elevada satisfacción y versatilidad en cocina.

·      Al igual que los ajos las cebollas son otra de las verduras que pueden ser plantadas en enero. Las cebollas de invierno son especialmente adecuadas para este periodo y pueden resistir las condiciones más frías.

·      Además de las hortalizas de hojas verdes, otras verduras como las acelgas, espinacas, apio… son opciones ideales para plantar en enero. Su ciclo de crecimiento más lento en invierno les permite desarrollar sabores más intensos y texturas crujientes.

Durante este mes de Enero las labores en el huerto no son excesivas pero nos deberemos de ocupar de mantener los cultivos de otoño-invierno que tenemos en el mismo tales como coles, berzas, coliflores, cebollas, puerros, habas…

Parte de los cultivos de otoño-invierno.

Antes de embarcarnos en la plantación de nuestras verduras y hortalizas de invierno, es fundamental dedicar tiempo a la preparación del suelo sobre el cual se desarrollarán nuestros cultivos. Añadir compost o abono orgánico, para enriquecer la tierra y mejorar su estructura, es una labor habitual y de gran utilidad. No debemos olvidar que la buena calidad del suelo es la base de un huerto exitoso.

Enero es, junto con febrero, un mes propicio para realizar podas en árboles frutales y arbustos. Eliminando ramas muertas o enfermas para fomentar un crecimiento saludable y asegurar una buena cosecha en la temporada de primavera.

Aunque el invierno suele reducir la actividad de plagas, es esencial estar atentos a posibles problemas. Inspeccionando las plantas regularmente y tratar cualquier signo de infestación, de manera temprana, para evitar daños mayores.

El riego, en este momento, ha de ser moderado. En un mundo donde los recursos hídricos son cada vez más escasos, la importancia de ahorrar agua en el huerto se vuelve crucial.

De ahí la importancia del ahorro del agua en el huerto, el agua es un recurso limitado y preciado que desempeña un papel fundamental en la agricultura.

El uso responsable del agua no solo asegura la disponibilidad de este recurso para las generaciones futuras, sino que también reduce los costes de producción minimizando el impacto ambiental. A continuación veremos algunas recomendaciones para el ahorro de agua en el riego de nuestro huerto: 

·  El riego por goteo: es una técnica eficiente que suministra agua directamente a las raíces de las plantas, minimizando la evaporación y el desperdicio. Instalar un sistema de riego por goteo permite una distribución uniforme y controlada del agua, evitando el exceso de humedad en el suelo.

·   Sincronización del riego: establecer horarios de riego adecuados es esencial. Trataremos de evitar el riego durante las horas más calurosas del día, ya que la evaporación será más rápida. Optaremos regar temprano por la mañana o al atardecer para maximizar la absorción del agua por parte de las plantas.

·      Capa de Mulch: el mulching (cubrir el suelo con material orgánico) es una técnica efectiva para retener la humedad en el suelo, reducir la evaporación y prevenir el crecimiento de malezas que compiten con nuestras plantas por el agua.

·    Selección de cultivos resistentes: cultivar plantas que sean nativas de nuestra región y que sean resistentes a la sequía aporta un plus de adaptabilidad, ya que estas plantas están adaptadas a las condiciones locales y requerirán menos agua para su crecimiento.

·      Preparación del suelo: debemos de asegurarnos de que el suelo este bien drenado y tenga una estructura adecuada. Un suelo bien aireado y rico en materia orgánica retiene mejor la humedad y permite que las raíces de las plantas accedan al agua de manera eficiente.

·   Captación de agua de lluvia: también podemos instalar sistemas de recolección de agua de lluvia para utilizar en el riego. Los barriles o cisternas pueden recolectar una cantidad significativa de agua durante las precipitaciones y reducir la dependencia de fuentes externas.

Al implementar estas técnicas, no solo estaremos cuidando nuestro medio ambiente, sino también asegurando un suministro constante de alimentos frescos y nutritivos.

Es fundamental explorar la importancia de regar nuestras plantas correctamente y llevar a cabo las correctas prácticas para asegurarnos de que estas reciban la hidratación adecuada, y más en los meses estivales.

Panorámica, parcial, del huerto ya labrado.

El agua es un componente esencial para la vida de las plantas. A través del proceso de la fotosíntesis, las plantas absorben agua y nutrientes del suelo para producir energía y crecer.

Ahora bien, el riego de las plantas no debe de ser un proceso automático. Varios factores han de tenerse en cuenta al determinar cuándo y cuánto regar. Estos incluyen el tipo de planta, la etapa de crecimiento, la meteorología, la calidad y tipo de suelo en el que se encuentran, etc.

Por lo tanto, antes de proceder con las tareas de riego deberemos de tener en cuenta algunas prácticas para regar nuestros cultivos de manera efectiva en cualquier época del año, tales como:

·    Antes de proceder con el riego deberemos de observar la humedad del suelo, comprobando si este está seco y hasta que profundidad. Para ello podemos utilizar nuestro dedo o un medidor de humedad del suelo para determinar si es necesario dicho riego. Evitaremos en todo momento el riego excesivo y los encharcamientos, ya que pueden provocar la pudrición de las raíces.

·    A la hora del riego es preferible realizar riegos profundos y menos frecuentes en lugar de regar superficialmente y con frecuencia. Esto fomenta el crecimiento de raíces más fuertes y profundas, lo que ayuda a las plantas a ser más resistentes a la sequía.

·    Regaremos directamente en la base de las plantas para evitar enfermedades fúngicas y el desperdicio de agua debido a la evaporación.

·    La mejor opción en verano, es proceder con el riego al atardecer o a primeras horas de la mañana.

·      A medida que cambian las estaciones deberemos de ajustar la cantidad y la frecuencia de riego. Las plantas suelen necesitar menos agua durante el invierno o en épocas de menor actividad de crecimiento.

Si ya tienes tu propio huerto, o estás pensando en tenerlo, no debes dejar escapar algunos aspectos de vital importancia para el correcto desarrollo de las plantas, ello te permitirá poder disfrutar de tu propia cosecha, algo extremadamente reconfortante, sembrar para recoger.

Es de vital importancia, cuando nos decidimos a cultivar nuestro huerto, tener en cuenta el concepto que engloba la agricultura, ya que estamos ante seres vivos, en este caso ante plantas que nacen, crecen y mueren, y además, incluso respiran, como cualquier ser vivo, lo que nos indica con más importancia aún, que han de ser cuidadosamente controladas y atendidas.

Panorámica del huerto en Junio de 2023

En general estos errores típicos se deben al desconocimiento y pueden ser solucionados de forma rápida y sencilla aplicando estas técnicas:

·      Elección incorrecta del calendario de siembra es un error cometido habitualmente y puede provocar un descontrol vegetativo de la planta, puesto que según el tipo de materia vegetal elegido requiere de unas condiciones específicas para su germinación y posterior desarrollo.

·      Superado el error del calendario de siembra, tenemos ahora que realizar una siembra correcta, es decir, debemos de acondicionar las semillas para que germinen y comiencen su ciclo, o las plantas, en el caso de ponerlas directamente en la tierra. Para ello es necesario dotar al semillero o al terreno de unas condiciones específicas para cada planta, al mismo tiempo que se realiza un control de humedad, temperatura y dosis hídrica.

·      A la hora de la utilización del fertilizante siempre optamos por “cuanto más, mejor”, sin embargo, este concepto es un error severo en agricultura, al igual que en otros muchos aspectos, todo se basa en buscar el equilibrio, es decir, aportar a la planta lo justo en cada momento. Un abonado excesivo puede llegar a provocar la pérdida de la cosecha, incluso en casos extremos, la muerte de la planta.

Frase del día:

Todo sale bien al final y si no sale bien, es que no es el final. ”

viernes, 19 de enero de 2024

El Níspero, Enfermedades y Plagas

Los nísperos, al ser una fruta muy delicada, deben consumirse rápidamente. Si planeas almacenarlos, mantenlos en el frigorífico. Se pueden disfrutar frescos o en diversas preparaciones culinarias.

Como ya sabemos el níspero es un árbol frutal proveniente de China que gracias a sus deliciosos frutos (carnosos y dulces) y su facilidad para cultivarse se extendió hacia otros territorios, por lo que actualmente es muy común encontrarlo en los cultivos orgánicos o jardines del hogar.

Las propiedades que aporta este pequeño fruto van desde que contiene bajas calorías, pero aportando fibra, y destacándose por su contenido en vitamina A en forma de provitamina, lo que contribuye al metabolismo normal del hierro siendo clave en el mantenimiento de las mucosas y la piel, además de ser bueno para la vista y contribuir al funcionamiento normal del sistema.

El níspero puede multiplicarse por semilla, aunque los individuos obtenidos se emplean prácticamente sólo como portainjertos, como un medio de garantizar la variedad, cuya semilla debe sembrarse inmediatamente después de extraída la pulpa, ya que pierde rápidamente sus facultades germinativas.

La propagación mediante injerto puede ser de chapa, yema o púa sobre patrón de semilla o sobre membrillero. Sobre patrón de semilla aumenta el vigor de la planta, presenta una compatibilidad perfecta, alarga su vida existencial y ofrece un sistema radicular de gran penetración y expansión en el suelo, formándose un árbol de gran desarrollo pero lento en la fructificación.

Sobre membrillero no presenta una compatibilidad perfecta siendo la afinidad entre patrón e injerto muy relativo.

El injerto de aproximación se práctica ampliamente en Oriente y produce un árbol grande con mayor rapidez que cualquiera de los métodos de propagación.

Cultivar tu propio árbol de nísperos es muy sencillo y para ello a continuación te indico algunos pasos para que puedas conseguirlo:

·      Deberemos disponer de unos huesos de esta fruta.

·      Procederemos al lavado, meticuloso, de las semillas para quitar cualquier residuo de pulpa.

·      Los envolveremos en un puñado de algodón introduciéndolos en un frasco de vidrio, no olvides hidratarlo con un poco de agua y sacarlos a la luz del sol para que en cuestión de días comiencen a tener raíces.

·    Una vez que los huesos de nísperos o semillas tienen raíces es el momento indicado para proceder con el plantado. Como serán plantas pequeñas todavía el plantado lo efectuaremos en una maceta, la cual llenaremos con tierra, colocaremos los huesos germinados en ella, procediendo posteriormente a su tapado.

·   Uno de los cuidados más importantes, en este momento, es el riego. Procederemos a regarlo de dos a tres veces por semana  y exponerlos a los rayos del sol por un corto período de tiempo.

·    Posteriormente, y cuando nuestro árbol haya sobrepasado los 20 cm de altura, podremos trasplantarlo a nuestro huerto u otra maceta de mayor tamaño.

No debemos de olvidar que en este momento lo principal es la constancia y la paciencia, ya que no veremos los resultados de un día para otro, si no que la clave está en darle los cuidados necesarios para que nuestro árbol crezca poco a poco.

Una vez que disponemos de nuestro árbol de níspero, y que hemos efectuado el trasplante a nuestro huerto, no cesan aquí los cuidados que debemos de proporcionarle para que crezca sano y fuerte y podamos recolectar unos ricos frutos dulces y apetecibles, ya que el árbol de níspero puede ser susceptible a varias plagas y enfermedades, que pueden afectar tanto la calidad de la fruta como la salud general del árbol.

Flor del Níspero.

Abeja polinizando la flor.

Para evitarla estas plagas, es importante monitorear regularmente el árbol de níspero en busca de signos de infestación, como manchas en las hojas, deformaciones en los frutos o presencia de insectos.

Aunque el níspero es un árbol muy resistente a plagas de insectos de diferentes variedades, un gran problema que se podría presentar entre sus hojas y frutos es la llamada mosca de la fruta (Ceratitis capitata).

La mosca de la fruta o del Mediterráneo, es un insecto holometábolo (se refiere al proceso en el cual un insecto pasa en su desarrollo por una metamorfosis completa de cuatro estados: huevo, larva, pupa y adulto) originario de África.

La actividad de Ceratitis capitata aumenta en primavera llegando a máximos de actividad en verano, pudiendo permanecer inactivas las pupas durante el invierno si las condiciones climatológicas no le son favorables.

El ciclo tarda en completarse de 21 a 30 días, en condiciones óptimas. Dependiendo de las condiciones climáticas concretas de cada zona y cada año, Ceratitis capitata puede llegar a tener hasta 7 u 8 generaciones anuales.

Los daños que ocasiona este animal es el producido por el efecto de la picadura de la hembra sobre el fruto, para realizar la ovoposición, que es una vía de  entrada de hongos y bacterias que descomponen la pulpa; y a las galerías generadas por las larvas durante su alimentación. Todo esto produce una maduración precoz y caída del fruto, y la consiguiente pérdida de cosecha.

 

 

Como medida preventiva:

·    Utilizaremos trampas alimenticias y sexuales para el seguimiento de la plaga y poder determinar el momento de tratamiento.

·      Eliminaremos restos de fruta del campo, una vez recolectado los frutos.

·   Controlaremos los árboles frutales diseminados, con trampas o tratamientos.

Otras plagas que pueden afectar a nuestro nispolero pueden ser cochinillas, araña roja, pulgones, polillas y gusanos.

Si no quieres introducir insecticidas y fitosanitarios en tu huerto una buena opción para combatir estas plagas es una preparación de jabón insecticida suave, para ello necesitaremos:

·      Solución de agua y jabón insecticida.

Para su preparación mezclaremos una cucharada de jabón insecticida suave por litro de agua.

Posteriormente rociaremos sobre las hojas afectadas con un pulverizador, cubriremos tanto el haz como el envés.

Si la infección continua, deberemos de consultar con un especialista.

En cuanto a las enfermedades que pueden presentarse en el cultivo, básicamente estas se derivan de ciertos hongos que causan manchas en sus hojas y la pudrición de la fruta, como puede ser: El Moteado.

Esta enfermedad es especialmente importante en la parte occidental de la cuenca mediterránea, tiene mayor incidencia inmediatamente después de las primeras lluvias otoñales y ataca a los frutos en desarrollo. Como principal síntoma de esta enfermedad del níspero podremos apreciar manchas redondas y oscuras en las hojas y frutos, pasando de deformarse el fruto a quedarse pequeño, no llegando a conseguir su tamaño  habitual.

El tratamiento debe realizarse después de la floración del árbol sobre los meses de marzo a mayo, realizándose el tratamiento cada 15 días. Las condiciones climáticas ideales para aplicar el tratamiento es con la superficie foliar húmeda y con temperaturas entre 20 y 26 grados centígrados.

Para que nuestro árbol de níspero crezca en condiciones óptimas y, sobre todo, se pueda disfrutar de una excelente cosecha, los cuidados básicos que deberemos de proporcionarle serán los siguientes:

·      Clima: La planta del níspero puede soportar inviernos duros y temperaturas de congelación de hasta -10 Cº, aunque se desarrolla mejor en climas templados, exponer la planta a inviernos tan duros dañará los frutos y las flores.

·     Luz solar: aunque prefiere el sol también puede ubicarse en un lugar de plantación sombreado, aunque esta situación podría afectar a la fase de fructificación.

·     Suelo: El níspero prefiere crecer en un suelo de textura arcillosa y que drene bien. El árbol no es sensible a las diferencias de pH y crece bien en suelos ácidos o alcalinos. Si cultivas el níspero cerca de la costa, asegúrate de que el suelo no tiene salinidad.

·    Riego: como todo árbol frutal requiere de un riego frecuente pero poco abundante, sin encharcar el cultivo, especialmente en la floración, cuajado y engorde del fruto. Debe de evitarse antes de la cosecha para evitar la dilución del azúcar. El níspero no puede cultivarse en secano, ya que el sufrir la más ligera sequía puede ser causa de la caída de la flor, de arrugarse el fruto y quedar éste muy desmerecido en su calidad.

·      Abono: Requiere abundante abonado, aplicando N-P-K a concentraciones crecientes según edad. El fósforo y el potasio se aplican repetidamente porque el sistema radicular es superficial y no accede a estos elementos móviles. El nitrógeno preferentemente se aporta dividido en dos o tres pases: uno durante el crecimiento del fruto y otro después de la recolección, frecuentemente en forma de nitrato amónico.

·     Malas hierbas: El sistema de mantenimiento del suelo es el “no laboreo”, eliminando las malas hierbas mediante escarda química. Si existe una buena cobertura de la superficie, las malas hierbas no abundan.

·      Poda: La formación en vaso tiene el inconveniente de que el centro se vacía de producción y la fructificación periférica está más expuesta a los vientos. Es más apropiada la formación de acuerdo a su hábito de crecimiento en pirámide de varios pisos. Por lo tanto la poda debe realizarse justo por encima de un nuevo brote, lo que favorece la rápida formación de callos. También debes mantener el árbol a una altura que te permita recoger los frutos sin escalera. Esta poda conviene formarla con 4 ó 6 brazos, y de unos 3 ó 4 pisos. El primer piso se sitúa a 30-40 cm del suelo y los siguientes a 45-60 cm. El despunte se realiza para limitar la altura y se eliminan los ramos vigorosos, sin tocar los ramos fructíferos.

·  Aclareo: El aclareo de flores, ramos y frutos es imprescindible para conseguir calibre y calidad. Si el aclareo se realiza de forma manual, se recomienda dar un solo pase, cuando el fruto tiene un tamaño del doble de una avellana. En este estado del fruto normalmente ya han pasado todos los accidentes meteorológicos y ya están diferenciados los frutos que van a tener un buen tamaño. Se recomienda dejar algún ramo secundario con uno o dos nísperos, según se vea el vigor del árbol.

·      Recolección: Se realiza próxima a la madurez para lograr un buen sabor, es decir no pueden estar verdes, ni pasados de maduros, ya que si no al tocarlos se "manchan" con la consiguiente depreciación en su calidad.

Pero las plagas no solo afectan a nuestros árboles sino que pueden instalarse en nuestro huerto, por lo que será una necesidad y una obligación el brindarle los cuidados necesarios para prevenir, en lo posible, la aparición y propagación de las mismas.

El cuidado de nuestras plantas en el huerto incluye un control exhaustivo del riego, ubicación en el huerto y, cómo no, el mantenimiento contra las plagas, esencial para que los insectos y hongos no acaben con él.

A continuación veremos algunos de los errores más comunes, los cuales deberemos de tener en cuenta, para una conservación excelente de nuestro huerto:

·    Falta de rotación de cultivos: Plantar los mismos cultivos en el mismo lugar, año tras año, puede agotar los nutrientes del suelo y atraer plagas específicas. La rotación de cultivos ayuda a interrumpir los ciclos de vida de las plagas y a mantener el equilibrio del suelo.

·     Exceso de riego: El riego excesivo podría favorecer el desarrollo de hongos y enfermedades que atraen a ciertos insectos y plagas. Es esencial regar adecuadamente según las necesidades de cada planta y el tipo de suelo.

·    Escasez en la variedad de cultivos: Un huerto monótono con una sola especie de planta puede atraer a una gran cantidad de plagas específicas. Introducir más variedad de plantas y flores puede ayudar a atraer insectos.

·   Ausencia de limpieza y mantenimiento: Restos de plantas muertas, malas hierbas y residuos no eliminados pueden convertirse en refugios para plagas. Mantener el huerto limpio y libre de restos de cultivos antiguos puede ayudar a prevenir la proliferación de plagas.

·      Uso excesivo de fertilizantes y pesticidas: El uso excesivo de productos químicos puede alterar el equilibrio natural del ecosistema del huerto y matar a los insectos beneficiosos, lo que permite que las plagas se multipliquen sin control.

·  Plantación de variedades susceptibles a enfermedades y plagas: Algunas variedades de plantas son naturalmente más susceptibles a ciertas plagas enfermedades. Elegir variedades resistentes puede ser una forma efectiva de prevenir problemas.

Por último comentar que los nísperos suelen madurar en primavera y podremos recolectarlos cuando estén firmes y cambien su color a amarillo o anaranjado. Es mejor recogerlos a mano para evitar dañar la fruta.

¡¡¡ Buena suerte con tu cultivo !!!

Frase del día:

El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.”