“Vicia faba, el haba,
vocablo usado también para sus frutos y semillas, es una especie de planta
herbácea anual del género Vicia
de la familia Fabaceae. Se cultiva desde tiempos inmemoriales para alimentación
humana y animal.”
Son originarias, como cultivo, del
Oriente Próximo, extendiéndose pronto por toda la cuenca mediterránea, casi
desde el mismo comienzo de la agricultura. Los romanos fueron los que
seleccionaron el tipo de haba de grano grande y aplanado que es el que
actualmente se emplea para consumo en verde, extendiéndose a través de la Ruta
de la Seda hasta China, e introducido en América, tras el descubrimiento del
Nuevo Mundo. Pincha sobre este enlace si quieres conocer algo más sobre el cultivo de las Habas.
En zonas templadas, por lo general,
se suelen plantar a comienzos del otoño. Es un cultivo resistente al frío,
aunque las heladas pueden afectar a las flores y vainas. La temperatura mínima
de supervivencia es de -10º. Por otra parte, es un cultivo muy sensible a las
altas temperaturas. Por eso los otoños e inviernos
cálidos no son muy buenos para su desarrollo.
Existe una gran variedad de semillas
de haba, entre las que destacaremos:
·
Aguadulce o Sevillana: Es una variedad precoz. Sus matas alcanzan una altura de 80 a 100 cm,
tendencia al ahijamiento.
Tallos robustos y sin
ramificaciones. Las hojas tienen los foliolos de color verde-grisáceo en el
envés.
Vainas grandes, hasta de unos 30 cm
de longitud, muy colgantes. El número de granos por vaina es de 5 a 9. Su ciclo
vegetativo está entre los 200-220 días.
· Granadina: destinada al
consumo en verde y también para grano. De semillas bastante grandes y
coloración clara. Es de producción más limitada que el resto de las cultivadas
en España, pero es la que mejor resiste el frío.
·
Mahón blanca y morada: es más resistente a la sequía, pero más sensible al frío. Se destina tanto
para consumo humano como para el ganado.
En buenas condiciones de humedad y
suelo alcanzan un porte de hasta 110 cm de altura. Tiene poca tendencia al
ahijamiento.
Vainas semi-erguidas, estrechas y
con 5-6 granos.
·
Muchamiel: es la
variedad que más se cultiva en la zona mediterránea. Procede de Alicante.
Variedad precoz destinada a verdeo.
Plantas de porte alto, con flores
blancas y con una mancha negra. Vainas no muy largas entre 15-20 cm. El número
de granos por vaina es de 3-7.
En Muchamiel (Alicante), también se
las conoce como “cuarentenas”, ya que
sembradas a mediados de septiembre y transcurridos cuarenta días están aptas
para el consumo.
·
Reina Mora: Variedad
muy precoz, tiene un ciclo muy corto, óptima para zonas frías o bien siembras
tardías. Vainas de unos 25 cm con 6-7 habas. El haba, una vez se ha secado es
de un color violeta brillante.
Planta vigorosa, muy
productiva, con vainas de 25-35 cm conteniendo 6-7 granos. Variedad de ciclo
precoz. Los granos al secarse son de color morado y de tamaño medio.
Siembra: De
Octubre-Noviembre pudiéndose sembrar hasta febrero según zonas.
Cosecha: a partir de 3/4 meses.
Germinación: 10/12
días.
Las habas
es aconsejable plantarlas directamente en el lugar donde crecerán. Antes de la plantación
deberemos de poner las habas “en remojo”
durante un período prolongado de tiempo, de 12 a 15 horas, con el fin de que se
reblandezcan y propicien su germinación.
La planta de las habas puede crecer en cualquier tipo de suelo
aplicándole compost, aunque prefiere suelos arcillosos. Por otra parte, la
ceniza de madera mezclada con la tierra es una excelente idea para cultivar
habas, dado que esta contiene una buena cantidad de potasio.
Para proceder con la
plantación lo haremos en líneas de surcos separados entre sí de 60 a 80
centímetros, espaciando las semillas entre sí de 30 a 50 centímetros. Los
granos deberán quedar enterrados de 3 a 5 centímetros, teniendo en cuenta que la parte
negra del mismo este posicionada hacia abajo. Las semillas de habas pueden mantener su poder
germinativo durante 4 ó 5 años. Tras la siembra germinará en unos 10 días,
aproximadamente.
Este año me he
decantado por la siembra de las variedades Reina Mora y Muchamiel.
A la hora de la
plantación considerad que a mayor separación entre filas, mejor aireación y menos
riesgo de problemas criptogámicos, así mismo procuraremos evitar una excesiva
densidad de plantas.
Cuando la planta tiene unos 15 cm de
altura le gusta que le aportemos tierra sobre el tallo, lo que le da más
resistencia a la planta ya que sus tallos son algo quebradizos. Además, este “recalce” o “aporcado” aportará humedad al sistema radicular.
En algunas zonas se practica el
despuntado de las ramas a partir de la sexta o séptima flor. Esta poda provoca
un aumento del tamaño de las vainas y a la vez dificulta el desarrollo del
pulgón negro.
Las habas precisan sol para crecer,
pero no en exceso, por lo que prefieren tener un poco de sombra durante el día.
Asimismo, no tolera el calor excesivo y la temperatura ideal para su desarrollo
oscila sobre los 20° C.
Crecen de forma óptima con niveles
de humedad constantes. En floración debemos moderar el aporte de agua, pues el
exceso de esta provoca la caída de la flor. Es más importante conservar la humedad
en la tierra que regar.
Por lo tanto, bastará con regar dos
o tres veces a la semana. En este tipo de cultivo es ideal utilizar el riego
por goteo.
La vaina de las habas es
perfectamente comestible, pero lo realmente delicioso es su semilla. Si vas a
dejar secar las vainas, puedes retirarles las habas secas y guardarlas para ser
consumidas posteriormente.
El tiempo de espera para la
recolección del haba puede oscilar entre los 90 y 120 días desde su siembra.
En cuanto a las plagas y virus que
pueden atacar al cultivo de nuestras habas, podemos destacar:
Pulgón: una de las enfermedades y causas parasitarias más habituales de los cultivos de
habas es el pulgón, o también llamado pulgón negro del haba, que segrega
una sustancia que interfiere en el desarrollo de la planta, sobre él actuaremos de inmediato una vez que veamos
los primeros síntomas.
Existen varios métodos ecológicos
que lo controlan bastante bien, entre ellos: el jabón de potasa, los preparados con ajo cebolla y guindilla (Ya conocemos la eficacia del ajo
como repelente natural, pero si además lo mezclamos con guindillas y cebolla,
obtendremos un insecticida natural muy potente contra pulgones, arañas rojas y
moscas blancas. Para su elaboración procederemos de la siguiente forma:
· Trituraremos
1 cabeza de ajo, dos cebollas y tres guindillas, todas con su piel, y lo
mezclaremos con un buen vaso de agua fría. Después de reposar toda la noche, lo
filtraremos y diluiremos en 4 litros de agua. Repetiremos la aplicación cada
diez días por tres veces.
Mildiu: se inicia con unas manchas
amarillentas en los márgenes de las hojas, que se van extendiendo y finalmente
producen el amarronamiento y la sequedad de las zonas afectadas. Este es un
hongo relacionado con el exceso de humedad y el riego.
Para evitar
que aparezca, deberás regar solamente cuando el suelo comience a secarse. De
esta manera, evitarás los encharcamientos. Otro consejo, es regar el sustrato
directamente y no cometer el error de regar desde arriba cubriendo por completo
la planta. Produce decoloración en los márgenes de las hojas, como tratamiento
preventivo se pulverizará con oxicloruro
de cobre.
La Roya: otra enfermedad que suele aparecer
es la roya, ataca a la parte aérea de la planta, tronco y hojas dejando un
aspecto herrumbroso, se previne con cobre
y azufre.
Botrytis: sobre las hojas los síntomas
varían desde pequeños puntos de color marrón-rojizo a manchas circulares con el
margen marrón rojizo y el centro de color café claro. En condiciones óptimas de
temperatura (18-20ºC) y humedad (90-100%) la infección resulta muy agresiva. Se
trata con Botrifun y como control no ecológico aplicarle en fumigación Captan.
Caracoles y Babosas: Producen daños en las hojas,
especial atención tras la germinación y el trasplante ya que pueden acabar con
la planta.
Las
plantas de habas no precisan soportes para crecer, pero si hay demasiado viento, es
aconsejable colocar algún medio que impida que estas sean derribadas por el mismo.
Es aconsejable sembrar habas en suelos donde se hayan
cultivado anteriormente coles, judías, patatas, tomates, etc.
El haba tiene varias propiedades
medicinales benéficas para el cuerpo humano y la salud. Entre los
principales usos para la salud destacan:
·
Se cree que
ayuda a mejorar los síntomas producidos por la enfermedad del Alzheimer,
al contener lecitina y colina.
·
Ayuda a
reducir el colesterol, al eliminar la grasa que se acumula en las
arterias.
·
Su contenido
en fibra ayuda a
regular el tránsito intestinal.
·
Es una
legumbre con muy poca grasa,
por lo que es ideal para bajar de peso.
·
Proveen de energía al
cuerpo gracias a su contenido de hidratos en carbono y proteínas vegetales.
·
Tiene propiedades depurativas que
ayudan a limpiar los riñones.
Frase del día:
“❀ Algunas personas OLVIDAN sin decir adiós y otras DICEN
ADIOS sin olvidar.”