martes, 31 de julio de 2018

Sucesos en la VILLA

Continuando con la exposición sobre la situación actual en el huerto, haremos hincapié en tres o cuatro cosillas que me han llamado la atención y que a continuación paso a comentar.
 
El limonero, después de la poda que le efectué, a mediados de marzo, parece que ha cogido fuerza y lo demuestra, entre otras cosas, la gran cantidad de hojas que ha echado, el color verde intenso de las mismas y sobre todo los limones que produce, llegan a crearse ramilletes de 9 y 10 limones, como se puede apreciar en la instantánea. 
 
 
Tengo pensado, y creo sería conveniente, que a finales del próximo invierno, procediese a efectuarle un podado para definirlo como árbol. Aunque, en su día, se le realizó una poda, esta no fue muy profunda, ya que el árbol era demasiado joven, y por el efecto del aire va tomando la dirección de este.
  
 
     Los rosales, están en la tercera o cuarta floración y es una delicia respirar el aroma que emana de los mismos. En el melocotonero ya comienzan a tomar color sus frutos, por la parte inferior, aunque estos, a pesar de ser muy dulces, son de un tamaño mediano. (Se aprecian las bolsas que cubre a cada pieza de melocotón para prevenirlos de la picadura de la mosca)
 
 
Caso aparte, y cosa curiosa, es lo que le ha sucedido a uno de los almendros “Largueta”, de la noche a la mañana se ha secado, tratamiento ha tenido el mismo que el resto de almendros, pero sin embargo se ha secado, pienso que me ha leído las intenciones pues tenía pensado, el año próximo tenía pensado injertarlo de dos o tres clases de frutas, cerezo, melocotonero y otra cualquiera. Y digo tres clases ya que tiene 3 ramas susceptibles de ser injertadas.
 
 
Y haciendo honor al refrán “Por Santiago y Santa Ana pintan las uvas y para la Virgen de agosto ya están maduras.” Una instantánea de uno de tantos racimos que tiene este año la parra.
  
    
Para finalizar con la presentación del estado de “La Villa”, !!! Mary, que sí, que las abejas todavía están dentro !!! Como te dije el otro día hay muy pocas, por lo que debe de ser un “jabardo”, (enjambre pequeño producido por una colmena como segunda cría del año, o como primera y única si está débil por haber sido el invierno muy riguroso),  pero poniéndoles miel verás que pronto la colonia estará formada por millares de individuos.
  
 
 Frase del día:
" Hay un mundo mejor... Pero es carísimo...!!! " Andreu Buenafuente Moreno (1965 - ?) Humorista, presentador y productor español.

 

domingo, 29 de julio de 2018

Ciclo vegetativo y la cosecha

Después del trabajo de cultivar una hortaliza, llega el momento más esperado, la hora de la recolección. En este punto se ha de tener especial atención a la hora del día en que se cosecha y el punto de madurez para que las hortalizas tengan todas sus propiedades. Requiere un saber hacer, ya que frescura y conservación irán ligadas.

La hora del día es importante por el punto de calor, por eso lo mejor en general es recolectarlas con el fresco de la mañana y hasta que el calor no se instala. Pero también hacerlo por la mañana es importante porque es cuando las plantas son más tónicas, la savia está arriba.
 
En cuanto al momento de madurez de la hortaliza, o fruto en general, recolectar de forma prematura supone que esa verdura tenga menos vitaminas y menos sabor. Pero si cosechamos tarde tendrán peor presencia y conservación. Cada verdura, cada hortaliza, tiene unas señales que nos indican ese punto óptimo, y hay que aprender a observarlas...
  
Es esencial saber recolectar porque evitaremos errores como tirar de las judías para recolectarlas, cuando se trata de ensayar un gesto concreto entre pulgar e índice para coger bien las vainas; no cortar los puerros por la base, sino sacarlos con raíz, etc. 
 
 
     Las cosechas de verano suelen, y deben, ser las más copiosas del año, los mejores frutos, y probablemente los más sabrosos, se recogen en época estival. Dependiendo del clima y de la ubicación en la que nos encontremos, entre finales de junio, todo julio, agosto y principios de septiembre es el periodo propicio para recolectar hortalizas como tomates, judías, pepinos, lechugas pimientos, berenjenas, calabacines, zanahorias, etc.…, así como ostentosas frutas como melones y sandías. La recolecta es el premio al esfuerzo y al buen hacer del horticultor, ya sea en huerta tradicional o en cultivos urbanos la cosecha es el gran momento del cultivo.

La cosecha o recolección de las hortalizas es, quizá, el momento más gratificante, la disponibilidad de los alimentos compensa el esfuerzo y cuidados invertidos durante los meses anteriores. Todas las variedades evidencian una duración del ciclo vegetativo muy variable que se ve afectado por el clima, el riego, nutrición, etc. que han afectado al desarrollo de la planta. 
  
En algún caso, los frutos pueden ser cosechados en diferentes estadios de maduración, siendo idóneos al consumo cuando ya están maduros, lo que normalmente significa que ya tiene su color (tomates, pimientos).
 
 
     La cosecha de las hortalizas puede ser de temporada, para aquellas plantas que alcanzan a la vez un desarrollo idóneo para el consumo. En otros casos, en cambio, la recolección es escalonada en cuanto que existe la posibilidad de escoger los ejemplares más convenientes o mejor desarrollados. 
 
En el caso de la recolección escalonada, la frecuencia o intervalo de la recolección entre una y otra cosecha dependerá de varias consideraciones, como la oportunidad o de la necesidad que tengamos de esa hortaliza, siendo necesario tener en cuenta que en ciertos cultivos no se va a consumir la hortaliza para evitar la sobre maduración y la consiguiente pérdida de calidad (como en el caso del calabacín o el pepino). 
  
La importancia del “momento” hace que debamos poner toda la atención en este paso definitivo en el proceso del cultivo, cada producto tiene su procedimiento, momento o herramienta para ser cosechado y debe ser respetado por el bien del fruto. A continuación indico algunos de los procedimientos que se utilizan para distintas frutas y hortalizas que se cosechan en verano
 
En otras hortalizas la dimensión de la planta (acelgas, coliflor) o el grado de maduración de la hortaliza (patatas, tomates) obliga a cosechar o no para poder obtener una buena calidad de éstos. En la recolección escalonada podemos estar cosechando la misma variedad entre una semana hasta 5 meses.
 
 
     La recolección del tomate es escalonada y larga. Comenzará a las 10 ó 12 semanas después de la siembra. 
 
Los puedes ir cosechando a medida que los necesites. Si es para ensaladas, más “duritos”, y los que van quedando rezagados y maduran más, úsalos para salsas, conservas o asados. 
  
El tomate madura en la planta, por tanto será fácil saber cuándo es el mejor momento para cosechar el fruto. Dependiendo de la variedad, su vivo y flamante color rojo delata su maduración, si no, con una sencilla comprobación táctil notaremos si la consistencia del fruto es madura, un poco blanda. Entonces bastará con cortar o arrancar con cuidado el fruto. Tiempo aproximado de cosecha desde su siembra son unos 2 meses (insisto depende del clima de la zona) 
  
Antes de que hagan su aparición las primeras heladas (si es el caso) conviene recoger los que todavía estén verdes y colocarlos en una habitación o almacén extendidos sobre paja para que maduren.
 
 
Otro clásico de las cosechas de verano son las patatas, sembradas por febrero nos darán sus frutos desde principios de verano hasta mediados de agosto. La patatera necesita sobre unos 100 días para producir los tubérculos comestibles. Sabremos que ha llegado el momento de la cosecha cuando las hojas y tallos de la planta estén completamente secos.  
 
Si lo que se busca son las llamadas patatas nuevas se deberá realizar la cosecha en primavera, después que la patatera haga flor. En este caso, lógicamente, la producción y tamaño de las patatas será bastante menor.
 
  
     El pimiento, con todas sus variedades, suele tardar en producir los frutos de 2 a 4 meses, su época de cosecha abarca de junio a septiembre. No es fácil saber el momento óptimo de su recolección, se ha de procurar que no madure demasiado, no dejar que llegue a ponerse tierno, con arrugas o manchas. Se pueden recoger cuando están verdes o esperar que maduren hasta ponerse rojos, cuanto más maduros más rápido han de consumirse
  
A la hora de recolectarlos usar unas buenas tijeras de mano de hoja curva para obtener un corte limpio y sin dificultad. Dejaremos unos 2-3 cm. de rabillo.
 
  
     La berenjena es otra de las solanáceas presentes en la mayoría de huertos y cultivos urbanos. De cultivo exigente,  por el alto aporte de nutrientes que se debe dar a la planta, pero con los excelentes y gustosos resultados que da esta hortaliza. Tiene un cultivo medio-largo, la cosecha llegará después de unos 70-90 días después del trasplante. Los frutos se recogen antes que maduren evitando que crezcan las semillas que hacen que la berenjena tenga sabor amargo. 
  
Cuando cortemos el fruto debe tener un aspecto brillante, antes lo palparemos, si esta duro lo dejaremos unos días más, si por el contrario está un poco, muy poco,  blando, especialmente la parte superior, será el momento de cortar el fruto. Recolectar por la mañana, poner atención a la hora de cortar, siempre usar unas buenas tijeras de mano de hoja curva, dejar 1-2 cm. de pedúnculo. No dar golpes al manipularlos y  a la hora de almacenarlos no deben quedar aprisionados.
 
  
     El calabacín es uno de los frutos más apreciados del huerto, muy valorado nutricionalmente por su bajo aporte calórico y ser fuente de vitaminas. La planta comienza a dar frutos a los 40-50 días de su siembra y seguirá produciendo frutos durante un par de meses más. Los calabacines se pueden cortar cuando las piezas midan un mínimo de 10 cm. Si no cortamos el fruto seguirá creciendo hasta ponerse enorme, quitando energía a la planta. Por eso es importante cosechar los frutos cuando estén maduros para tener una buena producción, cuanto más se recolecten, más producción efectuará la mata. 
  
No nos olvidemos que las flores del calabacín también pueden cosecharse, son un alimento delicado y delicioso que se puede preparar de distintas formas, una de ellas es rebozada con tempura y fritas posteriormente.
 
  
     La cebolla, una de las reinas del huerto y de la cocina, bulbo comestible que se cosecha tras unos 4 meses desde su plantación. Su recolección no es compleja, pero requiere  una preparación antes de ser cosechada. 
  
Cuando la puntas de las hojas se decoloran y toman un tono amarillento debemos aplastar y romper el cuello de la cebolla, esto hará que la cebolla entre en maduración. Tras esta operación levantar un poco la cebolla por debajo con una azadilla u horquilla, con mucho cuidado de no dañar el bulbo, esto marcará el inicio del secado. En una semana ya podremos arrancar totalmente las cebollas dejándolas expuestas al sol para su secado durante otra semana. Es importante dejar de regar un par de semanas antes de su recolección.
 
  
     La lechuga es sin lugar a dudas una de las hortalizas más cultivadas, tiene un sencillo y precoz cultivo, con unos resultados estupendos. Dependiendo de la variedad y condiciones de cultivo tardaran en desarrollarse de uno a dos meses.  
 
La lechuga cultivada en verano, en según qué variedades, pondremos especial atención al espigado debido a las altas temperaturas. Por tanto, no deberemos esperar demasiado para cortarlas una vez la planta esté lo suficientemente desarrollada para ser consumida. Sustraerla arrancándola o cortándola con un cuchillo a ras de suelo.  
 
El estado del huerto a día de la fecha es el siguiente: 
  
Los ajos han sido arrancados, como mandan los cánones el 29 de Junio, en su lugar está previsto plantar berzas y coliflores, la tierra está reposando un poco. 
  
La primera remesa de lechugas ya se ha agotado, se observa, a la izquierda de la imagen la segunda remesa, esta tardará menos en poderse recolectar, debido a los calores existentes, aunque se corre el riesgo de que se espigue más prematuramente.
 
   

     Las judías verdes están en plena producción, al igual que los tomates, las berenjenas comienzan con su productividad, este año, al ser tan elevada su producción, he plantado menos cantidad de matas.
 
  
     Los calabacines están en las mismas circunstancias que las berenjenas, por eso he plantado menos matas que en años anteriores.
 
  
     Los pepinos este año, de momento, no han padecido ninguna enfermedad, quizá esto este motivado por la aplicación de azufre en polvo al inicio de su crecimiento, esta acción la aplique a toda la plantación del huerto y los resultados han sido óptimos en todas las plantas.
 
  
     La planta sorpresa (bachocón de la Guinea) continua con su evolución, aunque, de momento, no ha generado ninguna producción de frutos, me indicaron que son tardíos en la producción de los mismos.
 
  
     En el cerezo comienzan a aparecer “brotes verdes”, he incluso, como se aprecia en la instantánea, comienza con la segunda floración. 
 
Frase del día:
El tiempo es el mejor maestro, desgraciadamente mata a todos sus estudiantes.”


sábado, 21 de julio de 2018

Injerto de parche o de chapa

   
El injerto de parche o de chapa, empleado, sobre todo en nogal, cítricos, algarrobo y olivo, se efectúa cortando o levantando del patrón una porción de corteza, generalmente de forma rectangular (2-3 cm de ancho), que se reemplaza por una parte análoga de corteza del injerto provista por lo menos de una yema.
 
Este método se emplea en casos donde la corteza es muy gruesa o quebradiza.
 
Es más lento y difícil que el injerto de yema en T, pero se usa con éxito en especies de corteza gruesa como el Nogal, en los que el de T no funciona lo bien que fuera deseable.
 
Este tipo de injerto se hace en Abril, Mayo y Junio a ojo velando, es decir, que las yemas brotan el mismo año y en Julio, Agosto y Septiembre a ojo durmiente, es decir, que la chapa o placa agarra bien, pero las yemas no brotan hasta la primavera siguiente.
     
Se puede injertar con éxito en patrones de hasta 10 cm. de diámetro.
Injerto de Hendidura
Doble (PUA)
Injerto de Hendidura
Simple (PUA)
Injerto inglés o de
 Lengüeta (PUA)
Injerto de tocón 
de rama (PUA)
Injerto lateral 
Subcortical (PUA)
Injerto de Cuña en
Coníferas (PUA) 
Injerto de Corteza
o de Corona (PUA) 
Injerto de
Aproximación
Injerto de Puente Injerto en Escudete
o Yema en T (YEMA) 
Injerto de Parche
o de Chapa (YEMA) 
Injerto de Chip
o de Astilla (YEMA) 

Ya hemos hablado lo suficiente, en anteriores entradas, sobre los injertos, ventajas y desventajas de los mismos, etc.…, no obstante y siguiendo con la descripción de alguno de ellos, en esta entrada trataremos del injerto de:

Injerto de parche o de chapa.

  
En primer lugar se corta, con el cuchillo de injertar, la corteza del patrón en una zona lisa y sin yemas, un parche rectangular de corteza de unos 2,5 cm. de ancho, haciendo dos cortes horizontales unidos por un corte vertical en forma de H acostada. Posteriormente, con ayuda del cuchillo de injertar, se despega la corteza de la madera de cada lado como si abriésemos una ventana y se recorta un poco la corteza de cada lado en sentido vertical, para que luego no cubra completamente la chapa.
  
 
Obsérvese el cambium más claro bajo la corteza, que es la única parte del árbol que crece y debe entrar en íntimo contacto con el cambium de la chapa.
 
A continuación, con el cuchillo de injertar, se hacen dos cortes horizontales completos en la corteza de una rama de la variedad a injertar, rodeándola completamente, seguidos de otro corte vertical que unan ambos cortes horizontales.

 
 Luego con la ayuda del cuchillo se despega la corteza y se saca entera. Esto es la CHAPA a injertar, que puede tener una, dos y hasta tres yemas.
 
Se extrae de una rama, que no deberá tener mucho más de 3 cm. de diámetro.
 
La yema, en forma de parche rectangular, debe tener las mismas medidas que el recuadro abierto en el patrón, es decir, unos 2,5 cm. de ancho para que encaje perfectamente.
 
Es muy importante sacar el parche con un pequeño núcleo de madera que debe quedar dentro de ella si se quiere lograr un buen prendimiento. 
 
El injerto ha de realizarse inmediatamente después de haber efectuado la incisión, y corte, al patrón, y teniendo preparado previamente el injerto para evitar en lo posible el secado y contaminación de la base y del injerto.


En este caso la chapa tiene dos yemas, señaladas por los dos pecíolos de las hojas, que habremos cortado para disminuir la transpiración del injerto. Obsérvese el cambium interior de color más claro y jugoso, que es la parte viva de la chapa y es lo que debe unirse íntimamente con el cambium del patrón. Del contacto preciso de los bordes de una y otra parte depende el prendimiento. 
 
 
     A continuación se coloca la chapa en la ventana del patrón, con las dos partes de la corteza ya rebajadas, para que no cubran completamente la chapa. 
 
 
     Seguidamente se ata el injerto con cinta plástica transparente, especial para injertos de cítricos, o rafia para injertos.
 
Esta cinta es la misma que se utiliza para los injertos en tomateras y sandías. Es muy resistente, y muy fácil de manejar y su transparencia permite ver el estado del injerto.
 
Una vez rodeado completamente el injerto, simplemente se hacen dos nudos simples con los dos cabos de la cinta.
 
No es necesario encerarlo (así como ningún injerto de yema).
 
Pasados unos 10 días, si el injerto ha agarrado, los pecíolos se caen nada más tocándolos con el dedo y dejan una herida bien verde en la chapa.
 
A los 15-20 días se desata el injerto, si no se desata se puede perder por quedar estrangulado una vez brotado el injerto. En el supuesto de que no haya brotado ya las yemas, no tardan demasiado en hacerlo.

Frase del día:
"La inspiración es trabajar todos los días." Charles Baudelaire (1821 - 1867) Poeta, ensayista, crítico de arte y traductor francés. 


lunes, 16 de julio de 2018

Injerto de Chip o de astilla

  
De uso, generalmente, en la vid aunque puede usarse también en otras especies (cítricos, higueras, ficus, etc).  También sirve para cualquier árbol o arbusto de madera blanda.

A excepción de los del tipo "a la Mallorquina", el resto de los injertos de yema requieren que el patrón esté "en savia" (la corteza se separa fácilmente de la madera) situación que, en la práctica, se produce durante el período primavera-verano, cuando el cambium está en actividad.
Injerto de Hendidura
Doble (PUA)
Injerto de Hendidura
Simple (PUA)
Injerto inglés o de
 Lengüeta (PUA)
Injerto de tocón 
de rama (PUA)
Injerto lateral 
Subcortical (PUA)
Injerto de Cuña en
Coníferas (PUA) 
Injerto de Corteza
o de Corona (PUA) 
Injerto de
Aproximación
Injerto de Puente Injerto en Escudete
o Yema en T (YEMA) 
Injerto de Parche
o de Chapa (YEMA) 
Injerto de Chip
o de Astilla (YEMA) 

Injertar consiste en pegar a una planta madre con raíces (llamada patrón), una parte de otra planta (llamada púa, yema o injerto). El injerto se va a desarrollar sobre el patrón que le sirve de sostén. En la producción frutícola, uno de los aspectos más importante es la calidad del patrón. Un patrón sano y vigoroso permitirá que se desarrollen árboles con una alta productividad y larga vida.

 La técnica del injerto permite combinar las cualidades del injerto y las del patrón para producir una planta o árbol frutal que muestre excelentes rendimientos y alta calidad de fruto.

El injerto (púa o yema) se selecciona por las siguientes características:

·      Proviene de una planta madre que presenta altos rendimientos.
·      Producción de frutos de excelente calidad comercial.
·      Precocidad en cuanto a inicio de producción.
·      Tolerancia a plagas y enfermedades.
·      Porte de la planta (buena arquitectura).

El patrón por su parte es seleccionado en base a las siguientes características:

·      Buen vigor y desarrollo de raíces.
·      Tolerancia a plagas y enfermedades.
·      Adaptación a las condiciones de suelo, tales como: salinidad, pH, fertilidad, textura y estructura de suelo.

Una vez que el injerto esté prendido, patrón e injerto van a crecer y a desarrollarse como una sola planta, pero conservando sus propias características.

Veamos ahora, someramente, las ventajas y las desventajas que se obtienen al usar la técnica del injerto.

Ventajas:

·      Perpetuar clones que no producen semilla o no se reproducen por estacas.
·   Permite establecer en corto tiempo una plantación con fines comerciales.
·      Permite renovar árboles viejos, así mismo los afectados por patógenos.
·      Permite reproducir árboles frutales con alta productividad y calidad de frutos.
·      Permite estandarizar u homogenizar la época de producción frutícola.
·      Facilita la propagación de variedades que no están bien adaptada a las condiciones de suelo o tienen sistemas radiculares débiles injertándolas en patrones vigorosos.
·      Permite unir a una planta (patrón), otra variedad o especie diferente aportando cada una de ellas sus propias características.
·      Reproducir una planta madre con las mismas características y potenciales de producción.
·      Acortar el período juvenil de la planta y entrando en producción antes que las no injertadas.
·      Facilita las labores culturales, tales como podas, aplicaciones fitosanitarias y cosecha de frutos.

     Desventajas:

·      La incompatibilidad: la cual se presenta en diversas etapas del injerto. La incompatibilidad se manifiesta a nivel del punto unión del injerto-patrón siendo la principal manifestación un estrangulamiento conocido como cuello de botella, el cual es ocasionado por la obstrucción del xilema y floema reduciendo la circulación normal de los nutrientes del suelo. La incompatibilidad es uno de los principales problemas de los injertos ya que influye negativamente en la composición genética de cada individuo.

Las manifestaciones de la incompatibilidad, entre otras más, podemos citar:

·      Cuando no se tiene éxito en la unión de la yema y el patrón.
·      Cuando se presentan muertes prematuras.
·      Cuando hay desarrollo deficiente del injerto o no se presenta el desarrollo esperado.
·      Cuando la diferencia entre el crecimiento del patrón y el injerto o del injerto con respecto al patrón, es marcadamente desproporcionada.
·      Cuando se manifiesta el cuello de botella.
·      Cuando existe una separación de diámetro menor que el diámetro tanto del patrón como de la yema.

Ahora bien, no pensemos que una vez “prendido” el injerto podemos despreocuparnos del mismo y que se va a desarrollar con éxito, sino que este requerirá de ciertos cuidados.

Entre los cuidados que una planta injertada requiere está el deschuponado (deshije), ya que los chupones (hijos) crecen con mayor vigor que el injerto y es necesario eliminarlos o podarlos para evitar la competencia con el injerto.

     También es importante proteger el injerto de los pájaros, animales domésticos y el viento, ya que podrían causarle daño (quiebre del injerto), etc. 
 
Injerto de astilla o injerto de CHIP
 
En estos tipos de injertos, ya a los 15-20 días de realizada la operación el aspecto de la yema injertada indica el prendimiento o no de la misma, la cual aparece, respectivamente, verde y turgente o negruzca y reducida en tamaño. Cuando se verifica el prendimiento de la yema, se recomienda efectuar el corte de la atadura y así evitar problemas de estrangulamiento que afecten el crecimiento del injerto.
 
 
     En primer lugar se hace un corte pequeño en el patrón en forma de lengüeta de arriba abajo y luego otro corte más arriba de unos 3 ó 4 centímetros, también en forma de lengüeta más alargada, cortando hasta llegar a la lengüeta inferior y quitando un trozo de corteza con un poco de madera.
  
 
En esta imagen se aprecia muy bien la forma del corte y las tres capas del tallo:

1.   La capa exterior con la piel o corteza muerta y justo debajo el Floema o corteza viva.
2.   La capa intermedia muy delgada o Cambium, que es la única parte del árbol que crece: hacia fuera dando el Floema o corteza y hacia dentro dando el Xilema o madera.
3.   La capa interna con el Xilema o madera tierna y viva, la cual, al lignificarse y endurecerse, muere y da lugar a la madera propiamente dicha.

A continuación se corta un escudete con un poco de madera que contenga una yema sin desarrollar y una hoja, la cual debe cortarse dejando el pecíolo.

El escudete con madera o chip debe ser de madera tierna del mismo año, o sea, que aún no esté lignificada del todo.
 
 
Se aprecia la yema sin desarrollar y el corte inferior en semibisel que encajará en la lengüeta inferior del corte del patrón.

El chip debe tener la misma forma exacta del corte que hemos hecho en el patrón.

El pecíolo de la hoja cortada nos sirve para manipular con facilidad el chip, sin tocar la parte interna, lo cual debe evitarse para no contaminar con bacterias y hongos el corte, lo cual, posiblemente, haría fracasar el injerto.
 
 
A continuación se coloca el chip en el corte del patrón, ajustándolo perfectamente para que coincidan las tres capas mencionadas anteriormente.

Al patrón se le pueden hacer varios injertos a la vez, incluso de diferentes variedades de higuera, o de cualquier otra variedad de árbol que se pueda injertar.
 
 
     Seguidamente se ata el injerto con cinta plástica transparente o con rafia de injertar. No se encera.

Como se puede observar el peciolo ha quedado fuera. Esto tiene dos finalidades:
·      Por una parte los jugos del pecíolo sirven en los primeros días como alimento e hidratación del chip, el cual los reabsorbe para sobrevivir.
·      Por otra parte, si el injerto agarra, al cabo de unos 8 -12 días, al tocar el pecíolo con el dedo, éste cede fácilmente y se desprende del chip, dejando en él una marca bien verde y sana. En cambio si el injerto fracasa, el pecíolo cae con dificultad o se queda pegado al chip muerto y seco.
 
 
Una vez que el peciolo ha caído, deberemos de esperar una semana más para desatar el injerto, volviéndolo a atar nuevamente, pero dejando la yema descubierta, para que pueda brotar.
 
  
     Pasadas unas semanas la yema del chip empieza a brotar. Cuando el brote mida alrededor de 10 cm., y cuando estamos seguros de que el injerto ha agarrado, se corta el patrón por encima del injerto.

Frase del día:
"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota." Madre Teresa de Calcuta (1910 - 1997) Monja católica de origen albanés, naturalizada india, que fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta.