jueves, 22 de junio de 2017

El Oídio en la vid

Al oídio se le conoce también por otros nombres según la región geográfica; otros nombres por los que se conoce este hongo de la viña son: ceniza, cenicilla, polvillo, polvo, cendrada, cendrosa, sendreta, malura, roya, blanqueta…
 
El proceso infeccioso del oídio evoluciona a lo largo de las distintas estaciones del año, atravesando en cada una de ellas una fase diferente.
 
El hongo afecta a todas las partes verdes de la planta: hojas, sarmientos y racimos. La infección presenta síntomas diferentes en cada una de estas partes.
 
En las hojas, los síntomas pueden aparecer tanto en el haz como en el envés, en ambos casos suele observarse un polvillo blanco ceniciento, que puede limitarse a algunas zonas, o bien ocupar toda la superficie de la hoja.
 
En los sarmientos los síntomas se manifiestan a través de manchas difusas. Esta pigmentación, inicialmente es de color verde oscuro, pasando a tonos más oscuros al avanzar la vegetación y hasta negruzcos según aumenta la lignificación de la viña. Los ataques fuertes pueden ocasionar un mal agostado de sarmiento, con la consiguiente disminución de reservas en las yemas.
 

En la imagen se observa, a la izquierda, sarmientos tratados y sanos y, en la parte derecha, sarmientos afectados claramente por el oídio.
 
En los racimos se localizan los daños más importantes,  al principio aparece como un cierto polvillo, blanco grisáceo, que recubre en poco tiempo todo el grano.

Los daños producidos por el oídio más importantes se localizan en los racimos, pues el hongo del oídio detiene el crecimiento de la piel del grano, por lo que es frecuente que se agriete, produciendo unos daños directos en la cantidad y calidad de la cosecha.

Si los ataques son fuertes, los granos detienen el crecimiento de la piel. Acaban reventándose y las pepitas salen al exterior, secándose los granos.


La pérdida de la cosecha, si no se toman las medidas de prevención oportunas, puede ser total y, en el mejor de los casos, puede llegar a afectar hasta el 60% en el peso de los racimos. 
 
Estados de desarrollo y ciclo anual del oídio:
 
El hongo inverna en el interior de las yemas y en los sarmientos. Cuando comienza la brotación, suelen darse las condiciones ambientales para que el hongo salga de su letargo y empiece su desarrollo.
 
Cuando alcanza la madurez comienza la reproducción asexual con la formación de gran cantidad de conidias, que transportadas por el viento, propagan la enfermedad a cualquier parte verde de la planta.
 

A partir de este foco primario puede tener varias contaminaciones, si las condiciones climáticas son favorables, durante todo el desarrollo vegetativo de la vid.

Al final de la vegetación, el desarrollo del hongo también se detiene disponiéndose a pasar el invierno en la forma de micelio (fase asexuada) en el interior de las yemas o en forma de peritecas (fase sexuada) en los sarmientos.

Climatologías favorables para el oídio:
  
La temperatura, la humedad y la iluminación son los factores que condicionan el desarrollo de este hongo.
 
La temperatura es el factor que más influencia tiene en el desarrollo de la enfermedad:

  • A partir de 15ºC: comienza su desarrollo. 
  • Entre 25 y 28ºC: es el rango óptimo de temperaturas  para su desarrollo. 
  • A partir de 35ºC: detiene su desarrollo.
  • A partir de 40ºC: estas temperaturas tan altas son letales para el oídio. 
La humedad ambiental también es muy importante e influye en el desarrollo de la enfermedad. Con humedades relativas altas germinan las conidias.

Al contrario que el mildiu, las lluvias abundantes frenan su desarrollo.
  
Estrategia y protección contra el Oídio:
   
En función de lo propensa que pueda ser la vid a ser atacada por oídio, el número de tratamientos aplicables será, como máximo, de cuatro para productos sistémicos (se extiende  por la savia de la planta) y como mínimo de seis para los azufres.
 
A pesar de emplear productos sistémicos, no hay que dejar de aplicar algún tratamiento de azufre en cualquiera de sus formas por su polivalencia.

Los momentos más oportunos para realizar los tratamientos fitosanitarios son: 
  • Cuando los racimos se hacen visibles (estado fenológico), teniendo la mayoría de los brotes entre 5 y 10 cm.
  • Al comienzo de la floración (inicio del estado fenológico. 
  • Con granos de tamaño guisante-garbanzo.
  • Al principio del envero (cuando comienza a cambiar la uva de color).

En variedades sensibles y en zonas o años propicios puede ser necesario realizar tratamientos adicionales.
 
El único método de protección eficaz del oídio actualmente es el químico.

Algunas materias activas para su control son:

    Azufre, ciprocozanol+Azufre, dinicozanol, dinocap, fenarimol+Azufre, flusilazol, hexaconazol, myclobutanil, nuarimol, penconazol, permanganato potásico, pirifenox, triadimenol, triflorina, etc.

Recomendaciones en los tratamientos
 
Como el oídio de la viña es un hongo externo, los tratamientos deben empezarse pronto, es decir, de forma preventiva. Siempre será más fácil que tener que curar la enfermedad e incluso erradicarla.
 
 La forma de lucha estará condicionada en función de la  variedad y forma de cultivo.
 
Como resumen, podemos decir que la primera aplicación será con un producto sistémico con el fin de paralizar o no dejar entrar la enfermedad. Las siguientes aplicaciones pueden realizarse con sistémicos o con azufres o alternando unos y otros. Esto ya queda a criterio del agricultor según su problema.
 
Se hace necesario y fundamental no tratar con Azufre con temperaturas superiores a los 32ºC puesto que se pueden producir quemaduras en las hojas. Aplicar el azufre a primeras horas de la mañana o últimas de la tarde, para evitar quemaduras que pueden darse con temperaturas altas. 

Frase del día:
" La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce." (1712 - 1778) Polímata suizo-francófono, además de escritor, pedagogo, filósofo,  músico, botánico y naturalista.

viernes, 16 de junio de 2017

El Huerto en Junio

¿Todavía no te has sumado al Huerting? ¡No dejes pasar la ocasión!
 
Los Huertos para autoconsumo, es una tendencia cada vez más extendida en el mundo.  Son muchos los motivos que nos llevan a cultivar nuestras propias hortalizas,  y muchos los beneficios que nos aporta.
 
“No lo dudes, descubre todo lo que se puede conseguir en un huerto y únete a un hobby, que da sus frutos.”
 
Pero, vamos al tema que nos ocupa en esta ocasión. El Huerto en Junio. Junio, huele a verano incluso si el tiempo no acompaña. Un aroma que ya podemos percibir en el ambiente pero, sobre todo si asomamos la nariz a nuestro huerto.
 
En junio el verano ya hace acto de presencia en muchas zonas; en otras lo hará durante este mes. Con el calor y los días más largos tenemos muchas probabilidades de que el huerto esté rebosante y por lo general las cosechas empiezan a superar la capacidad de consumo.
 
Con la llegada del mes de junio, nuestros cultivos comienzan a desperezarse e, incluso, a dar sus frutos. Un momento más que celebrado, después de la carestía (en variedad, que no en cultivos) del invierno y del trabajo realizado en el huerto durante la primavera.
  

     Durante este mes, que es antesala del verano, es cuando nuestra implicación con los cultivos tendrá que incrementarse. No solo porque, con el aumento de la temperatura, hemos de prestar especial atención al riego, sino sobre todo porque este mes es ya uno de los de trabajo real de mantenimiento y cosecha del huerto.
 
Pequeñas labores para conseguir sabores únicos y naturales en uno de los meses más comprometidos del año, tanto por el calor como por las compañeras inseparables de él: las plagas.
 
Con la llegada del calor y la subida de las temperaturas, tendremos que ser especialmente rigurosos en las tareas de control de nuestro huerto. Y digo esto porque es precisamente con el calor cuando hacen aparición algunas de las principales plagas que nos pueden arruinar nuestra cosecha.
 
Junio es el mes que marca la aparición de pulgones, arañas rojas, moscas blancas y cochinillas. Unas plagas adictas a esos cultivos que hemos cuidado con mimo y que suelen ser fácilmente reconocibles, ya que se colocan en el reverso de las hojas de los cultivos robándoles la savia. Algo que no solo debilita la salud de la planta (haciéndola incapaz de dar frutos) sino que, incluso, pueden llegar a debilitarla hasta el punto de acabar con ella.


     De ahí que tengamos que ser rápidos a la hora de atajar sus efectos sobre nuestros cultivos, o bien con productos fitosanitarios, específicos para las plagas, o bien tomando medidas de carácter natural.
 
También este mes descubriremos con tristeza que algunas plantas más sensibles al calor se nos van: habas, espinacas o guisantes; ¡¡¡ pero, son tantas otras las que podemos empezar a cosechar, que la alegría supera a la pena. !!!
 
Es muy probable que ante un caluroso mes de Junio nos veamos obligados a incrementar considerablemente los riegos, sobre todo en los cultivos más ávidos de agua como calabacines, acelgas, lechugas, escarolas, tomates, etc. Las hierbas, competidoras, están en auge y no podemos descuidar binas, escardas y sobre todo el acolchado para todos los cultivos que lo permitan, que ahorrará trabajos de desherbado y de riego.
 
No será este año 2017 pero desde luego, junio debe ser un mes agradable, muy agradable, en todos los sentidos. Ya no solo en el huerto. En junio, literalmente huele a verano, los días son larguíiiiisimos y hay luz para hacer miles de cosas durante el día.

 
Tareas a realizar en el huerto en junio
 
Las tareas en el huerto, en junio, serán intensas: preparar el terreno, trasplantar y recolectar las verduras de hoja. Pero para los cultivos que ya tenemos en marcha, será fundamental atender a:
 
  • RIEGO. Esa es la palabra que tenemos que tener en mente a partir de este mes. Si el clima va según lo previsto, las lluvias se acaban, las temperaturas suben, y la transpiración de nuestros cultivos es mayor. 
  • Debemos estar muy pendientes de las hierbas adventicias. Si es un pequeño huerto familiar, el control manual puede ser más que suficiente. Si hablamos de algo más de extensión, recurriremos a las escardas. Ya hemos hablado mucho del acolchado y sus ventajas.
  • La humedad y las elevadas temperaturas crearán las condiciones idóneas para plagas de hongos, especialmente el Mildiu y el Oídio ó “Ceniza”. Se recomienda hacer un tratamiento de fumigación a base de caldo bordelés (cobre) cada 10 días como mínimo, e incluso alternar aplicaciones de Cobre y Azufre semanalmente, en los cultivos más sensibles: patata, tomates, calabacines, ajos y cebollas. Desde marzo y abril, en las zonas más cálidas, “ya ponemos las orejas tiesas” esperando estos peculiares y molestos visitantes del huerto.
  • Por supuesto, desde el momento en que las temperaturas son algo más benignas, el control de plagas debe ser otra prioridad a vigilar. 


Cosechas del mes de junio
 
·         Si tu zona es la zona cálida del mediterráneo, como la mía, puede que estés recogiendo algún tomate, calabacín o judías. En zonas más frescas o templadas, en este mes puede que estés recogiendo alguna que otra fresa aunque ya no debe quedar mucho para el final de esta maravilla de primavera.
  
·      Hortícolas como nabos, lechugas, rabanitos, zanahorias, cebollas o remolachas serán otros productos que en estos meses podemos disfrutar a parte de plantar como, ya hemos mencionado.
  
·     Durante el mes de Junio las temperaturas van aumentando, pero además también podemos tener lluvias y humedad, por lo que es conveniente estar pendientes de los hongos y evitar su proliferación. Por eso es importante saber manejar correctamente el riego y aportar la cantidad de agua necesaria, sin producir podredumbre en las raíces por exceso de agua, ni estrés hídrico por su defecto.
    
     Estamos en una época en la que se acelera el crecimiento de las plantas, incluyendo las adventicias. Si quieres limitar su crecimiento recuerda que el mulching o acolchado  es una excelente forma de hacerlo, es una técnica que te ahorra tiempo y al mismo tiempo ofrece muchos beneficios.

Consejos para los cultivos en marcha
• Aumentar el número de riegos, procurar que sean siempre a primera hora de la mañana o al atardecer. 
• Además de aumentar la frecuencia del riego, procurar que sean un poco más generosos para que puedan abarcar todo el sistema radicular, (la boca de nuestras plantas), de las plantas.
• Podéis acompañar a alguno de estos riegos, pequeñas dosis de abono foliar por vía aérea.
• Abona de manera general todos tus cultivos, añade formulaciones que sean más ricas en fósforo y potasio, que contengan también magnesio o hierro.
• Trata de eliminar partes marchitas de tus plantas, así como las hojas más amarillas y viejas.
• Es un buen momento también para hacer un tratamiento con aceite de neem de manera que refuerces las defensas de tus plantas y disuadas también a algunos insectos.
• Prestemos atención al estado sanitario de nuestras plantas
• Puedes aporcar también tus tomateras, para que saquen más raíz y se anclen bien al suelo pues en un espacio breve de tiempo, si no lo has hecho ya, vas a tener que preparar el encañado o entutorarlas de alguna forma para que permanezcan erguidas.
 
     Una vez realizada una somera exposición de las labores a realizar en el huerto durante este mes de Junio, así como de las hortalizas a recolectar, adjunto unas instantáneas del estado de plantas, árboles y hortalizas de mi huerto.
 
 Bachocones de la Mary. 

Judías verdes.

3ª recolecta de judías verdes. (3 Kilos)
 
       Cebollas y lechugas.
 
Melocotonero.
 
   
Parra.
 
Racimo de uvas.



Limonero.
 
Limonero.


Membrillero.
 
Girasoles.
 
Higuera.
 
 
Higos.
 
  Olivera.

El seto se ha hecho árbol. 
Frase del día:
"El hombre es la medida de todas las cosas." Protágoras (486 a.c. - 411 a.c.) Sofista griego. (Experto en el correcto uso de las palabras u ortoepía.)


lunes, 12 de junio de 2017

Pudrición Apical del tomate

Cultivo del tomate: La necrosis apical o culo negro del tomate.
 
Esta es la época del año de más diversión en el huerto, la mayoría de las hortalizas están produciendo pero... siempre pasan cosas, y esta, que nos ocupa, es una de ellas.
 
Resulta que, un buen día, te acercas a echarles un vistazo a tus apreciadas matas de tomate y descubres que esos tomates tan "guapos" que estás mimando, hace meses, tienen el culo negro. Grrrrrr !!!!
 
La pudrición apical, también llamado “peseta del tomate”, comienza en el extremo inferior del tomate, donde está la flor. Se inicia como una mancha de color marrón claro o bronceado que es muy clara. Con el tiempo el lugar se oscurece y se endurece, poniéndose negro, como cuero y seco. Finalmente, si se deja en la mata, la putrefacción final de la floración afectará el tomate entero.
 
Pero a ver, calma. La cosa tiene solución. Aunque esos tomates, lamentablemente, no podremos recuperarlos, en su totalidad.
 
Estamos delante de un caso de Podredumbre apical. Veamos qué nos dice Infoagro sobre esta fisiopatía.
 
“Fisiopatía de cultivos causada por una deficiencia localizada de calcio (Ca) en los tejidos distales del fruto. Este desorden puede presentarse como un área negra visible (necrosis) en la parte distal (inferior) del fruto y en cultivares sensibles puede causar una pudrición interna.”
 
¿Habéis entendido algo?. Pues vayamos por partes, es una deficiencia de calcio que puede darse no solo en los tomates, sino también en los pimientos y berenjenas.
 

Pero ojo, hemos de tener en cuenta que generalmente la pudrición apical suele estar causada por el riego irregular de las plantas de tomate. Si bien la propia podredumbre es el resultado de una deficiencia de calcio, nunca la pudrición apical ocurre sin que las prácticas de riego sean irregulares. El riego irregular somete a la planta de tomate a períodos de sequía y casi ahogamiento, causando estrés a la planta. Así que vayamos por partes:
 
Las hortalizas absorben los nutrientes que necesitan del sustrato a través de las raíces. El calcio, obviamente, es uno de ellos. Si utilizamos un buen sustrato en las macetas o el de nuestro huerto está bien abonado, las plantas deberían ser capaces de encontrar de todo. Pero a veces no es así y por ello aparecen estas manchas en el “culo” de los tomates.
 
También puede ser que el sustrato contenga calcio pero las raíces sean incapaces de absorberlo.
 
Cuando hemos regado en exceso, las raíces están encharcadas, ahogadas. En cambio, si hemos regado poco puede que la planta no haya desarrollado un buen sistema radicular y las raíces sean pequeñas, lo que tampoco favorece la absorción de nutrientes.
 
Es por ello que la solución a la podredumbre siempre está en añadir calcio pero también en preguntarse si  estamos regando bien.
 
La solución:
 
El calcio lo podemos añadir de varias maneras:
  • Comprar un producto apropiado en nuestra tienda habitual (nitrato de calcio, Calciprón) y aplicarlo según las indicaciones del fabricante.
  • Añadir 250 ml de leche (un vaso) a un litro de agua, y regar con ello. También podemos aplicarlo mediante pulverización foliar si sospechamos que el problema puede venir por exceso o falta de riego (con el consecuente mal desarrollo radicular que os mencioné antes).
  • Tirar un poco de leche en polvo sobre el sustrato y regar a continuación.

     Hemos de tener en cuenta que la salinidad del suelo puede influir en la absorción de calcio. Por eso, y si vivimos en zonas costeras deberemos de aplicar calcio con cierta regularidad a nuestras  plantas.


También hay quien asegura que hay variedades de tomates que son más sensibles a esta falta de calcio.
 
Personalmente creo que es importante prestarle atención al tema del riego. Y que las plantas tengan unas raíces proporcionadas con su tamaño.
 
Os recomiendo que cuando finalice la temporada y arranquéis las matas de tomates, pimientos y berenjenas os fijéis en el tamaño de sus raíces.
 
Considero un error, a la hora de instalar el riego por goteo, aproximar la manguera a la base de la planta, puesto que como indican los expertos en el tema:
 
 “Son las raíces las que tienen que ir al agua, no el agua a las raíces”.
 
Poner mantillo a tus plantas de tomate ayuda a prevenir pudrición apical, garantizando una tierra uniformemente húmeda y mojada, por lo que es menos probable que riegues tus plantas poco o mucho. Tener una rutina regular de riego también evita que tus plantas se vuelvan demasiado estresadas ​​y más susceptibles al desarrollo de esta condición. Recoger los tomates afectados tan pronto como sea posible ayuda a prevenir que la enfermedad se propague a los tomates sanos.
 

Medidas a largo plazo:

 

Si hemos tenido problemas de culos podridos en tomate antes, conviene cambiar de bancal al año siguiente y antes de plantar los nuevos plantones añadir al suelo cáscara de huevo, enterrando una cáscara machada unos 5 cm en el lugar donde va a ir nuestra tomatera. De esta manera el calcio de la cáscara de huevo se irá liberando lentamente durante todo el crecimiento de nuestra planta y si se controlan los riegos será más difícil que se vuelva a dar este problema.
 
 
Bastará con machacar y añadir al suelo unas cáscaras de huevo y conseguiremos que aumente su contenido en calcio. 
 

Medidas de urgencia:

 

Si observamos una tomatera con los culos podridos no hay que echarse las manos a la cabeza. Sabemos que de esta planta nacerán más tomates y no necesariamente les tiene que pasar lo mismo que a sus colegas de mata. Para corregir esta deficiencia y que los nuevos tomates maduren adecuadamente podemos añadir como medida de urgencia leche diluida en agua, con un vaso de leche por litro de agua es suficiente, regando de esta manera unas 3 veces por semana el contenido de calcio en el suelo se verá aumentado y no observaremos más culos podridos.
 
También podemos añadir unos gramos de leche en polvo sobre la planta o en el sustrato, con unos 4 gramos cada 15 días es suficiente para paliar el problema.
 
Como siempre, todo esto es orientativo, observar vuestro huerto, probar una dosis y con el tiempo veréis si es la adecuada o necesitáis más o menos, pero siempre de manera mesurada.
 
Por último deciros que aunque tengáis “culos podridos” en algún tomate, si les quitáis la parte afectada, son perfectamente comestibles, así que aunque os pase este problema,  “siempre podréis disfrutar de una rica ensalada de medio tomate.” Aunque es más recomendable utilizarlos como alimentos cocinados. Opciones para el uso de los tomates afectados por la podredumbre son las sopas, guisos y salsas.  
  
Frase del día:
" En todo hay una parte de todo." Anaxagoras (500 a.c. - 428 a.c.) Filósofo presocrático turco.