domingo, 5 de octubre de 2025

Tareas en el Huerto en Octubre

Tener un huerto en octubre es un desafío, pero también una gran oportunidad para disfrutar de la transición entre las estaciones y aprovechar los últimos cultivos de verano, así como preparar el terreno para el invierno.

“Dicen que, “en octubre de la sombra huye, pero que si sales al sol te cuides de la insolación.” Y es que no es hasta mediados o finales de octubre cuando empezamos a notar la llegada del otoño en la huerta valenciana. Pero no os confiéis, porque los primeros fríos y lluvias llegan siempre a traición, así que tendremos que estar preparados y planificar bien nuestras tareas.

En octubre, el huerto cambia de ritmo: en el hemisferio norte se prepara para el frío y en el sur para la explosión de la primavera, entrando en una etapa de transición entre el final del verano y el inicio del otoño, en esta entrada trataremos sobre las tareas de Octubre en el huerto en el hemisferio norte.

Octubre es un mes clave para el inicio de cultivos de invierno. La tierra aún conserva el calor del extremo verano, pero las noches son más frescas e indican que es el momento perfecto para preparar el huerto para los meses más fríos, ya que todavía es posible sembrar muchas variedades de hortalizas y verduras.

Octubre tiene unas características muy concretas a tener en cuenta a la hora de seleccionar lo que se va a plantar. Ya que es un mes irregular en cuanto a temperaturas y precipitaciones. Las lluvias aún pueden ser fuertes, pero mal distribuidas y alternando con períodos de más sequedad. Las temperaturas durante el día suelen ser suaves, alcanzando valores de 20 a 25 ºC, pero ya descendiendo considerablemente por la noche. Las horas de sol han ido disminuyendo haciendo reducir notablemente la actividad vegetal.

Es en este mes cuando se empiezan a notar los primeros indicios de que estamos en otoño: las plantas leñosas entran ya en una fase de poco crecimiento y las hojas de los árboles y arbustos de hoja caduca comienzan su decadencia.

Las plantas de la temporada de verano entran en su fase final del desarrollo y deberán ir siendo sustituidas. Si hemos dejado madurar del todo los últimos frutos nos servirán para recolectar sus semillas, secarlas y guardarlas para el próximo año.

A medida que queden espacios libres en el huerto haremos una buena aireación, labrando la tierra, y añadiremos una buena capa superficial de compost dejando la tierra en reposo unos días para que le dé el sol.

En cuanto a la salud de las plantas se aconseja realizar un tratamiento fungicida en los árboles frutales de hoja caduca cuando ésta empieza a caer y en las plantas del huerto más sensibles como las acelgas y los guisantes.

En cuanto a las tareas y siembras que podemos realizar en Octubre, estas tienen relación con la limpieza del huerto, es decir, la eliminación de cultivos de verano y la preparación para el otoño con la siembra de hortalizas de hoja, raíz y leguminosas que resisten el frío, como acelgas, lechugas, espinacas, zanahorias, rábanos, habas y guisantes. También podemos siembran ajos y puerros.

Ø Hortalizas de invierno de hoja: lechuga de invierno, espinaca, acelga, escarola, rúcula.

Ø Raíces: rábanos, zanahoria temprana, nabo, remolacha.

Ø Bulbos: ajos, cebollas, chalotas (a partir de mediados/final de mes).

🛠 Tareas principales de este mes:

  • Recolección: Últimas cosechas de tomates, pimientos, berenjenas, calabacines, calabazas, uvas y manzanas, peras.
  • Preparar el suelo:

Ø Limpiar restos de cultivos de verano, para evitar plagas.

Ø Aportar compost o estiércol bien descompuesto para enriquecer la tierra.

  • Protección contra el frío:

Ø  Colocar mantillo o acolchado para proteger raíces del frío, además de conservar el calor y la humedad.

Ø Instalar túneles o invernaderos si hay riesgo de heladas tempranas. 

  • Control de plagas:

Ø Revisión constante: Aunque las plagas tienden a disminuir en el otoño, algunas como los pulgones y los ácaros pueden seguir activos. Así mismo deberemos de tener especial cuidado con los hongos que puedan crearse a raíz del exceso de humedad por las lluvias. 

Ø Eliminación de restos de plantas: Es importante retirar las plantas muertas o con signos de enfermedades para evitar la propagación de plagas y hongos. Esto es especialmente importante si tenemos cultivos que ya han terminado su ciclo. 

  • Planificación para la temporada siguiente

Ø Análisis de la temporada pasada: Reflexiona sobre lo que funcionó bien y lo que no durante este año. Es un buen momento para hacer un balance y mejorar las prácticas para la siguiente temporada.

Ø Planificación de cultivos: Siembra y rota cultivos con antelación. Prepara el plan de siembra para la primavera según lo aprendido este año.

🧺 Recolectamos: 

·     Apio, cebollas, coles, coliflores, alcachofas, boniatos, rábanos, zanahorias, acelgas, lechugas, espinacas, y las últimas judías, calabacines, tomates y berenjenas.

Pero la protagonista indiscutible del otoño será la calabaza, una hortaliza que podremos recoger de forma escalonada a lo largo de los meses de octubre y noviembre, y que se puede cocinar de mil maneras diferentes. Podemos recogerlas cuando alcancen el tamaño deseado o esperar a que se desarrollen del todo, dependiendo de cómo vayamos a cocinarlas.

Cuando vayamos a recolectarlas, lo haremos siempre incluyendo el pedúnculo y si las dejamos secar varios días al sol, podemos incluso conservarlas hasta seis meses. Eso sí, habrá que guardarlas en un lugar seco, bien ventilado y resguardado del frío. Evitaremos aquellas que estén dañadas porque acabarán pudriéndose y podrían afectar a las sanas. 

🌟 Consejos generales para ambos hemisferios: 

  • Rotación de cultivos: No repitas la misma familia en el mismo lugar para evitar enfermedades, plagas y agotamiento del suelo. 
  • Compostaje: Aprovecha restos de cosecha y hojas secas para hacer compost. 
  • Asociaciones beneficiosas: Planta caléndulas, capuchinas o albahaca para repeler insectos.
  • Observa el clima: Octubre puede traer lluvias fuertes o cambios bruscos de temperatura.

🌱 Conclusiones: 

Tener un huerto en octubre ofrece conclusiones interesantes porque es un mes de transición clave para el cultivo, tanto en el hemisferio norte (otoño) como en el sur (primavera).

1.  Mes de cambio 

o   En el norte, el huerto pasa de la abundancia de verano a la preparación para el frío. 

o   En el sur, es un momento de máximo dinamismo, ideal para iniciar los cultivos de primavera-verano. 

2.  La planificación es clave

o  Octubre no es solo para cosechar, sino para organizar los cultivos siguientes, elegir variedades resistentes y mejorar el suelo.

o   La rotación de cultivos ayuda a prevenir plagas y mantener la fertilidad. 

3.  El suelo es protagonista 

o   Es el momento de abonar, rotar, airear y proteger la tierra con compost o mantillo. 

o   Un buen trabajo en octubre asegura mejores cosechas en los meses siguientes. 

4.  Aprovechar el clima intermedio

o Temperaturas suaves facilitan siembras de transición: cultivos de invierno en el norte y de verano en el sur. 

o   Requiere estar atentos a heladas tempranas o golpes de calor según la región. 

5.  Huerto sostenible

o   Ideal para compostar restos de cosechas, usar acolchados y reducir desperdicios. 

o   Favorece la biodiversidad al plantar aromáticas y flores que atraen polinizadores.

En resumen

Octubre nos enseña que cada final es un comienzo:

  • En el hemisferio norte, es tiempo de preparar y proteger. 
  • En el sur, de sembrar y expandir.
  • En ambos casos, es un mes estratégico para asegurar cosechas sanas, sostenibles y abundantes en las próximas temporadas. 

Con una planificación adecuada y cuidado, el huerto puede convertirse en un oasis de abundancia incluso en los meses más frescos del año. Así, cada semilla plantada y cada trasplante realizado se convierten en la promesa de una cosecha fructífera y fácil de disfrutar.

Frase del día:

Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.” Mahatma Gandhi (1869 – 1948) Pacifista y estadista indio. 

domingo, 21 de septiembre de 2025

Tareas en el Huerto en Septiembre

En septiembre, el huerto entra en una etapa de transición entre el verano y el otoño. Es un mes ideal tanto para seguir recolectando como para comenzar nuevas siembras.

Septiembre es el mes de la vuelta a la rutina, pero nuestro huerto no entiende de rutinas y puede ser una buena forma de aligerar la mente, ponernos en marcha y empezar a movernos después del duro y “agotador” verano. En este enlace puedes consultar el refranero con alusiones a cada mes.

Este mes marca el final oficial del verano y comienzo del otoño, se caracteriza por una bajada de temperaturas y, en algunos puntos de nuestra geografía, por un aumento de las precipitaciones.

No obstante, todavía quedan días de agradables temperaturas, pero se empieza a notar que el otoño asoma. Septiembre es un mes de inestabilidad climática. Este mes se equipara con marzo, meses en los que el día y la noche comparten las mismas horas entre el 21 y el 23 del mes anunciando el equinoccio.  Un mes en el que el sol puede arrancarte gotas de sudor o dejarte tieso como un témpano. Tormentas, gotas frías y cambios bruscos a la espera del veranillo del membrillo o de San Miguel: el revulsivo para tanto cambio.

Aunque todavía podemos cultivar algunas hortalizas de verano es momento de comenzar con las primeras siembras de invierno.

Por lo tanto, Septiembre es un periodo de transición climática con alta variabilidad: días calurosos, noches frescas y episodios de lluvias intensas o granizo en algunas zonas. Esta combinación puede provocar podredumbres en frutos tardíos de verano si aumenta rápido la humedad.

Contar con un huerto es, sin lugar a dudas, toda una suerte. Son muchas las hortalizas y verduras que podemos cultivar en él, pero, si además contamos con el espacio suficiente, también podemos optar por plantar árboles frutales. Ahora bien, deberemos saber cuándo plantar estos árboles. A finales de verano y principios del otoño, durante el mes de septiembre, hay muchas variedades de árboles frutales que podremos adquirir y plantar en nuestro huerto.

Con el mes de septiembre ya empezado se nos abren unas amplias posibilidades de plantar nuevas hortalizas en nuestros huertos. Todas estas hortalizas se adaptan muy bien a las próximas condiciones climatológicas que nos encontraremos en los huertos en los siguientes meses. Son principalmente cultivos que resisten bien las bajas temperaturas.

Entre las hortalizas y legumbres podemos destacar las Habas tempranas de la variedad Mutxamel o Reina Mora. Las semillas de habas son un producto estrella durante este mes y los agricultores y aficionados a los huertos domésticos las plantamos año tras año por su gran calidad y productividad. Estas semillas se siembran a finales de agosto o durante septiembre, para recogerlas semanas después de los primeros fríos. Las habas de inicio de temporada suelen ser muy apreciadas en el mercado.

Es aconsejable poner las semillas de habas a remojo durante la noche anterior a la siembra para acelerar la germinación y obtener plántulas más homogéneas.

🧺 Qué podemos recolectar en septiembre:

Dependiendo del clima de nuestra zona (templado o más frío), podemos seguir recolectando:

Tomates, Pimientos, Berenjenas, Calabacines, Pepinos, Melones y sandías, Judías verdes, puerros, Maíz, Zanahorias, Remolacha, Cebollas y Patatas.

Consejo: Recolecta antes de la lluvia, la humedad que trae septiembre puede estropear los frutos si no se recolectan a tiempo. Asegúrate de recoger aquellos que ya están maduros antes de que las lluvias y las bajas temperaturas los dañen.

Olivo.

Las uvas ya están listas.

Todos tenemos claro que, salvo en las zonas cálidas del levante y sur de España, en el resto de lugares, tarde o temprano, el frío va a llegar y debemos estar preparados para ello. Las siembras que se pueden hacer durante este mes son variables como siempre en función del clima. En climas donde las temperaturas se van tornando frescas e incluso frías, las siembras de este mes deben estar enfocadas a cultivos que resistan temperaturas más frías como lechugas (todo el año), espinacas, acelgas, berzas, coliflores, escarolas, rábanos, puerros… En zonas cálidas todavía podemos sembrar tomates tardíos sin miedo a su completo desarrollo. 

🌱 Qué sembrar en septiembre

Septiembre es ideal para empezar a sembrar cultivos de otoño e invierno, especialmente en climas templados: 

🥬 Siembras directas en el suelo:

Espinacas, Acelgas, Lechugas de invierno, Rábanos, Escarola, Nabos, Canónigos y Coles (brócoli, coliflor, repollo)

🌱 En semillero (para trasplantar después):

Col de Bruselas, repollo, brócoli, coliflor, cebolla, puerros y apio.

🛠 Tareas en el huerto de septiembre

·      Preparar el suelo: Retirar restos de cultivos de verano, airear, nivelar el terreno delimitando las zonas de siembra, añadir abono orgánico o estiércol bien descompuesto.

·       Riego moderado: Aunque los días se hacen más cortos y el clima es más fresco, deberemos de seguir controlando el riego, ya que las lluvias no siempre son constantes. 

·   Eliminar cultivos agotados: retirar plantas secas o enfermas. Como nuestro espacio en el huerto suele ser reducido, cuando veamos que hay plantas que ya no van a dar más frutos podemos quitarlas de nuestro huerto para poder tener espacio para las nuevas incorporaciones de temporada.

·       Control de las adventicias: eliminaremos las “malas hierbas” para evitar que estas compitan con nuestros cultivos. 

·     Controlar las plagas y enfermedades: cuidado con mildiu y oídio, que pueden aparecer con el cambio de clima. Es también la temporada de caracoles y babosas: los brotes tiernos resultan irresistibles.

·       Mulching (acolchado): ayuda a mantener la humedad y proteger el suelo de lluvias tempranas.

·       Guardar semillas: podemos recoger semillas de algunas hortalizas para la próxima temporada.

·      Rotación de cultivos: Septiembre es el mes perfecto para practicar una buena rotación de cultivos. Cambiar el lugar de siembra de familias como las solanáceas (tomates, berenjenas) y las cucurbitáceas (pepinos, calabacines) ayudará a mantener el suelo saludable y libre de plagas específicas. 

💡 Consejo extra: Si tienes un invernadero o túnel, puedes alargar la temporada de algunas hortalizas de verano o adelantar cultivos de otoño/invierno.

Conclusión final: 

Tener un huerto en septiembre es un equilibrio entre recolectar lo sembrado en primavera y prepararse para la temporada de otoño. Es el momento perfecto para sembrar cultivos que soporten el frío y para planificar y renovar el suelo. Además, la clave está en estar atento al clima, tratar las plagas de forma natural y aprovechar los beneficios de la siembra directa para cultivos de otoño.

Si gestionamos bien estas tareas, nuestro huerto puede continuar siendo productivo incluso con las temperaturas más frías. Septiembre un mes de mucho trabajo, pero también de gratificación, ya que podemos ver cómo la tierra se prepara para dar lo mejor de sí misma en los próximos meses.

Frase del día:

Si alguna vez, ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte detrás. ¡Seguro que hay algo que ganar!Voltaire (1694 – 1778) Escritor, historiador y filósofo francés.

jueves, 28 de agosto de 2025

Especial Riego II

No hay nada más decepcionante que cuidar una tomatera, por ejemplo, con esmero durante semanas, y que la cosecha resulte en unos frutos agrietados, rotos y nada apetecibles, a la vista. Las grietas, además de afear los tomates, pueden hacer que insectos y hongos invadan su interior, dañando la planta y acelerando su deterioro.

Puede que a muchos de vosotros os haya pasado alguna vez que os hayáis encontrado tomates rajados o agrietados, es algo bastante más común de lo que se piensa. Suele pasar sobre todo durante la última etapa de crecimiento.

El rajado del tomate, también conocido como  “cracking del tomate” no es una enfermedad, sino que es una patología, la cual sucede por diversas razones.

Consiste en la aparición de grietas en distintas zonas, las cuales al cerrarse o “curarse” quedan de color marrón, por lo que puede parecer que está enfermo. Realmente el tomate sigue bien por dentro, únicamente ha perdido mucho valor estético; por lo que es totalmente apto para el consumo.

Los tomates pueden presentar diferentes tipos de rajado, siendo los más comunes el rajado concéntrico y el rajado radial. 

·   El rajado concéntrico se caracteriza por grietas circulares alrededor del pedúnculo. Consiste en la rotura de la epidermis formando patrones circulares.

Cuando la cantidad de agua que penetra en el suelo es mayor que la que se elimina por evaporación, drenaje etc., hablamos de encharcamiento, así pues, es más difícil que las plantas asimilen los nutrientes y las hojas comienzan a amarillear y se desprenden. Las raíces se hacen negras y los frutos se agrietan.

·  El agrietado radial consiste en una rotura que irradia desde la cicatriz peduncular hacia el pistilar.

Este rajado radial se presenta como grietas que se extienden desde el pedúnculo hacia la parte superior del tomate. También existe el micro cracking, que son pequeñas grietas superficiales en la piel que no llegan al interior.  

 

Rajado concéntrico.

Rajado radial.

Pero, ¿Cuáles son las causas del rajado del tomate?

Las principales causas del rajado en los tomates son desequilibrios en los riegos, exceso de nitrógeno en la fertilización y bajada brusca de las temperaturas nocturnas después de un período de calor. Los frutos expuestos al ambiente se agrietan más fácilmente que los que se encuentran protegidos por el follaje; esto es debido a las grandes fluctuaciones de temperatura que resultan de la exposición directa a los rayos de sol y que, durante los periodos de lluvia, los frutos expuestos al sol se enfrían rápidamente.

Las causas más habituales suelen ser estas 3:

Ø Exceso de riego: El tomate es exigente en cuanto a los riegos. Debe ser regado con uniformidad y constancia. El riego en exceso hace que los tomates se hinchen más de lo normal, por lo que su piel se termina agrietando. Puede ocurrir que se nos olvide regar algún día y por ello otro lo queramos enmendar aumentando la cantidad de agua en el riego. Pero esta solución es aún peor, es recomendable seguir los riegos con normalidad.

Ø Exceso de nutrientes: Sobre todo suele ser de nitrógeno cuando el fruto ya ha cuajado. Esto es difícil de detectar, pero se puede ver que la planta crece mucho y que produce pocos tomates.

Ø Diferencias de temperatura: Esta situación se suele dar en verano y más bien en zonas que rodean la ciudad, donde por el día hace mucho calor y por la noche bajan un poco las temperaturas. Esto hace que el fruto durante las horas de calor se hinche un poco y en las horas de más fresco disminuya su volumen. Estos cambios continuados en su estructura provocan que se termine agrietando. 

Cómo regar los tomates para evitar que se agrieten:

 El mejor truco para prevenir tomates partidos es seguir un programa de riego regular y constante. Esto significa aplicar agua de forma controlada y uniforme, sin altibajos drásticos de una semana a otra.

Evita los aspersores y asegúrate de que el agua penetre bien en las capas profundas del suelo, donde están las raíces. Esta técnica no solo previene el agrietamiento, sino que también fortalece el sistema radicular de las tomateras.

Si un tomate ya está agrietado, pero no completamente maduro, puedes recolectarlo y dejar que termine de madurar en casa. Y si está listo para comer, basta con cortar la parte dañada.

En definitiva, para evitar el rajado de los tomates deberemos de controlar, entre otras posibles cosas: 

ü Controlar las temperaturas: es un poco complicado, pero se puede conseguir. Si por el día hace mucho calor, lo óptimo es colocar una malla de sombreo en las plantas. Si se encuentran en invernadero, es conveniente abrir las ventanas para su ventilación. 

ü  Variedades resistentes: éstas tienen la piel algo más gruesa de lo normal por lo que no tenderán a agrietarse con facilidad, no obstante, su calidad en cuanto a sabor y textura, es algo más baja que la de un tomate normal. Podéis probar con los de la variedad de tipo pera. 

ü Para que no haya un exceso de riego, se puede utilizar un sistema de riego por goteo. Lo ideal es regar siempre con la misma cantidad de agua y no olvidarse de hacerlo. Lo más recomendable es hacer los riegos a primera hora de la mañana o a última de la tarde, para que el agua no se evapore. 

ü También podemos poner un mulching, para que mantenga la humedad en la tierra, y no sean necesarios tantos riegos. Recordad que nunca se ha de encharcar el suelo. 

ü Control del abonado: En cuanto al exceso de nutrientes, siempre es mejor prevenir y no hacer aportaciones innecesarias de abono. Por otro lado, el calcio es uno de los componentes de la piel del tomate, por lo que se pueden hacer pequeñas aportaciones de vez en cuando y sin sobrepasarse. 

El truco casero que salva a los tomates y espanta las plagas:

Existe un método, que combina plantas para proteger los tomates de insectos y enfermedades de forma natural, es sencillo y efectivo, y ayuda a mejorar el crecimiento y cuidar tu cultivo sin productos químicos.

En la horticultura casera, cada vez son más los que buscamos opciones naturales para cuidar nuestras plantas sin usar productos químicos. Y cuando se trata de tomates, hay un truco simple que puede marcar la diferencia: una técnica que protege de plagas y mejora el rendimiento del cultivo.

Lo mejor es que se trata de una estrategia natural, fácil de aplicar y muy efectiva. Se conoce como “plantas compañeras” y consiste en ubicar ciertas especies cerca del tomate para repeler insectos, nutrir el suelo y estimular su crecimiento. 

¿Qué son las plantas compañeras y por qué ayudan a los tomates?

En un huerto, no solo se trata de plantar y regar. A veces, el verdadero secreto está en las combinaciones. Las plantas compañeras son una técnica natural para mejorar el crecimiento y proteger los cultivos.

Se trata de ubicar, al lado de los tomates, otras especies que aporten beneficios concretos: ahuyentar plagas, mejorar el suelo o atraer insectos polinizadores. Algo así como una red de aliados verdes que trabajan en equipo.

Combinar especies en el huerto no solo consigue los beneficios mencionados anteriormente, sino que también mejoran el crecimiento y el sabor de los tomates.

Los tomates suelen ser blanco fácil para plagas como gusanos, pulgones, hongos y nematodos, que pueden atacar desde las raíces hasta los frutos. Frente a eso, la clave puede estar en copiar lo que pasa en la naturaleza: las plantas no crecen solas, sino en comunidad. Y cuando esa combinación está bien pensada, el resultado es una huerta más sana y resistente. 

Pero… ¿Cómo funciona este truco de los expertos?

Las asociaciones entre plantas pueden tener distintos efectos, todos útiles para un huerto sano y productivo:

Ø Repelen insectos molestos: algunas especies aromáticas como la albahaca ayudan a mantener lejos a pulgones, gusanos o la temida mosca blanca.

Ø Atraen a polinizadores: otras, como la caléndula invitan a mariquitas, avispas y abejas, que combaten las plagas o polinizan.

Ø Enriquecen la tierra: plantas como las habas o el trébol fijan nitrógeno en el suelo, mejorando la nutrición de los tomates.

Ø Sirven de sostén natural: si hay variedades trepadoras, se pueden usar cultivos firmes como apoyo, al estilo de las “Tres Hermanas”: maíz, judía y calabaza.

Ø Evitan malezas: algunas especies de hoja grande cubren el suelo, bloqueando la luz y evitando que crezcan las malas hierbas.

Ø Mejoran el sabor: no está probado del todo, pero muchos aseguran que la albahaca no solo protege… también realza el gusto del tomate.

Ø Aprovechan el espacio: al combinar raíces profundas con raíces superficiales, se usa mejor el agua, la luz y los nutrientes. 

¿Con qué plantas conviene aliar las tomateras?

Las hierbas aromáticas son grandes compañeras del tomate. La albahaca, por ejemplo, no solo queda bien en la salsa: también repele moscas blancas, pulgones y mejora el sabor de los frutos. El ajo, la cebolla y el cebollino ayudan a mantener alejadas muchas plagas con su fuerte aroma.

También hay hortalizas que hacen buena dupla con el tomate. La zanahoria, con sus raíces finas, ayuda a airear el suelo. Las lechugas y espinacas mantienen la humedad y cubren la tierra, evitando que crezcan malezas. Incluso los espárragos pueden funcionar, porque se protegen mutuamente de ciertas plagas. Pimientos y berenjenas, al ser parientes cercanos, comparten cuidados, aunque hay que rotarlos bien y evitar que compartan enfermedades.

Ahora bien, no todas las plantas son aliadas. Algunas plantas como el brócoli, la coliflor, el hinojo y el maíz compiten por nutrientes o espacio con los tomates. Otras, como la patata, comparten enfermedades graves, como el tizón. El romero y el eneldo también pueden interferir en su desarrollo.

Así mismo existe una verdura que los expertos aconsejan plantar cerca de los tomates, que además mejora la cosecha, esta es: "la borraja".

Es una verdura muy sencilla de cultivar que no solo atrae polinizadores, sino que también protege y nutre a las plantas de tomate.

Aunque las plantas de tomate se fecundan por sí solas, hay pequeños gestos que pueden ayudarnos a mejorar (mucho) la producción. Uno de los más eficaces es atraer insectos polinizadores que faciliten ese proceso natural: más movimiento de las flores significa más frutos. 

Por qué la borraja es la mejor compañera de los tomates:

Con sus flores de color azul intenso, la borraja actúa como un auténtico imán para abejas y abejorros, que al visitar sus flores también pasan por las del tomate, ayudando a que el fruto se forme mejor y más rápido. Además, es una planta muy agradecida: crece bien en cualquier suelo, florece durante todo el verano y tiene la capacidad de auto sembrarse, así que una vez la plantas, volverá cada temporada sin esfuerzo.

Ventajas de tener borraja en el huerto

Los beneficios de la borraja van más allá de mejorar la cosecha de tomates. Según los expertos, sus flores también atraen insectos beneficiosos como abejorros, avispas y abejas, que ayudan a controlar plagas de forma natural. Por ejemplo, estas avispas son grandes aliadas contra la oruga del tomate, una de las plagas más temidas en verano.

Por si fuera poco, la borraja enriquece el suelo con minerales como calcio y potasio. Estos nutrientes son clave para el tomate: el calcio previene la famosa podredumbre apical (cuando los frutos se pudren por abajo) y el potasio mejora la producción y sabor.

Podredumbre apical del tomate.

Ayuda a tener plantas más sanas, frutos más sabrosos y un huerto más equilibrado.

Es una hierba sencilla, que se cuida sola y que puede marcar la diferencia en tu cosecha de tomates. 

Frase del día:

La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos.”